FACTORES DE PROTECCION EN LA SALUD HUMANA
“Un conjunto cada vez mayor de datos de distintas culturas indica que hay diversos factores psicológicos, sociales y conductuales que protegen la salud en la adolescencia y más adelante.Esa protección facilita la resistencia a las enfermedades, reduce al mínimo las discapacidades o retrasa su aparición y promueve una recuperación más rápida de la persona enferma.
Entre los factores psicosociales que se han vinculado a la protección de la salud en el adulto figuran los siguientes: una visión optimista de la vida, animada por un sentido de finalidad y dirección; estrategias eficaces para hacer frente a las dificultades; la sensación de poder controlar los acontecimientos de la vida; y las expresiones emocionales positivas. Los estudios epidemiológicos han mostrado una reducción de la morbilidad y un retraso de la mortalidad entre las personas socialmente integradas. Se reconoce hoy que la calidad de las relaciones sociales en el hogar (relaciones padres/hijos y lazos conyugales) y en el lugar de trabajo (relaciones empleador/empleado y lazos entre colegas de trabajo) influye de manera decisiva en la salud física y mental. Cada vez son más los datos publicados que destacan los beneficios para la salud que entrañan las relaciones sociales sistemáticamente positivas y gratificantes desde el punto de vista afectivo. Los hábitos positivos para la salud (por ejemplo, una alimentación adecuada, ejercicio físico, y evitar los cigarrillos, las drogas, el abuso del alcohol y las prácticas sexuales de riesgo) también se ven influidos por factores psicosociales.
La inclusión de los factores psicosociales en la interpretación de la salud humana positiva señala nuevos caminos para las investigaciones y la práctica clínica. Los mecanismos biológicos por los que los factores psicosociales y conductuales influyen en la salud constituyen una línea floreciente de investigación científica: diversos estudios emprendidos en el campo de la neurociencia de los afectos están relacionando la experiencia emocional con las estructuras, la función y la dinámica del sistema nervioso y sus consecuencias en la salud. Es necesario prestar más atención, en las políticas y en la práctica, a las intervenciones basadas en el creciente número de pruebas de que hay factores psicosociales que protegen la salud.
La adolescencia es una fase crítica durante la que arraigan hábitos para el resto de la vida, incluidos los comportamientos relacionados con la salud que influyen en todo el ciclo vital. Las investigaciones más recientes han comenzado a prestar atención al papel que desempeñan los factores de protección en el comportamiento de los jóvenes, complementando los métodos anteriores que se ocupaban solamente de los problemas y de la asunción de riesgos.
Los datos procedentes de 25 países en desarrollo, 25 países europeos, el Canadá, Israel y los Estados Unidos muestran que los adolescentes que afirman mantener una relación positiva con un adulto de confianza (progenitor o profesor) sienten un compromiso con la escuela, poseen rasgos de espiritualidad y adoptan conductas arriesgadas con mucho menor frecuencia. Además, tienen una mayor aptitud para las relaciones sociales y una mayor autoestima que los adolescentes que no mantienen una relación de ese tipo. Los estudios realizados en los Estados Unidos han demostrado que esos factores de protección también permiten prever resultados positivos (seguir vinculados a la escuela, hacer más ejercicio físico y llevar una alimentación sana) y al mismo tiempo reducen los comportamientos negativos (abuso de alcohol, consumo de marihuana y otras drogas ilícitas, y comportamientos delictivos).
Los factores de protección promueven comportamientos positivos e inhiben los comportamientos de riesgo, mitigando con ello los efectos de la exposición al riesgo. Los actuales esfuerzos por reducir los riesgos en la adolescencia deben ampliarse para incluir el fortalecimiento de los factores de protección.” (p.15)
Organización Mundial de la salud (2002) Informe sobre la Salud en el mundo 2002. (cap. 2) http://www.who.int/whr/2002/en/Chapter2S.pdf
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