Cardenal católico en visita histórica a Arabia Saudita
11:00 p m| 30 abr 18 (CROIX/EP/BV).- “Una visita inédita, el del jefe de un Dicasterio Vaticano, el de un cardenal en Arabia Saudita”, con esas palabras calificó el cardenal Jean-Louis Tauran, Presidente del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso, su reciente visita a Arabia Saudita donde se reunió con el rey Salmán, así como con varias autoridades religiosas musulmanas.
El encuentro se produjo tras una serie de reuniones entre autoridades saudíes y representantes de otras confesiones cristianas en los últimos meses, aumentando las esperanzas de una mayor apertura del reino, que alberga lugares sagrados del Islam pero prohíbe la práctica de otras religiones. La visita dejó la firma de un acuerdo que prevé el establecimiento de un grupo de trabajo conformado por el Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso y la Liga Islámica Mundial.
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El cardenal Jean-Louis Tauran, presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, llegó a Riad el viernes 13 de abril, la capital de Arabia Saudí, para una visita de ocho días. El cardenal francés se reunió, el 14 de abril, con el jeque Mohammed Al-Issa, secretario general de la Liga Mundial Islámica, que realizó una visita al Vaticano en septiembre de 2017.
“Todas las religiones deben ser tratadas del mismo modo, sin discriminaciones, porque sus seguidores, junto a los ciudadanos que no profesan ninguna religión, deben ser tratados de la misma manera”, hizo constatar el cardenal Tauran, según las informaciones de L’Osservatore romano, en una alusión al tema siempre actual de la “plena ciudadanía” para todos.
El cardenal, que se encontró también en una estructura diplomática con los cristianos que trabajaban en el lugar, abogó también por “reglas comunes para la construcción de lugares de culto”, considerando que “si no eliminamos la doble moral de nuestro comportamiento como creyentes, instituciones y organizaciones religiosas, alimentaremos la islamofobia y la cristianofobia”.
“Lo que nos amenaza es el choque de ignorancias y radicalismos”
Un discurso, ciertamente habitual por parte del presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, pero expresado alto y claro por primera vez en la patria del wahabismo, una de las corrientes más rigoristas del islam, donde la construcción de iglesias sigue estando estrictamente prohibida.
“Lo que nos amenaza a todos nosotros no es el choque de civilizaciones, sino más bien, el choque de ignorancias y radicalismos”, recordó. “Lo que amenaza la convivencia es, ante todo, la ignorancia; por lo tanto, encontrarse, hablar, construir algo juntos, son una invitación a encontrar al otro, y eso significa también descubrirnos a nosotros mismos”.
“Los líderes espirituales tienen un deber: evitar que las religiones estén al servicio de una ideología y saber reconocer que algunos de nuestros correligionarios, como los terroristas, no se están comportando correctamente”, declaró también el cardenal Tauran.
“El terrorismo es una amenaza constante, por eso debemos ser claros y no justificarlo nunca. Los terrorismos quieren demostrar que es imposible convivir. Nosotros creemos exactamente lo contrario. Debemos evitar la agresión y la denigración”. Recordó también que “todo diálogo interreligioso auténtico comienza con la proclamación de la propia fe”.
“La religión puede ser propuesta, pero jamás impuesta”
“No decimos que todas las religiones son iguales”, precisó, “sino que todos los creyentes, los que buscan a Dios y todas las personas de buena voluntad que no tienen afiliación religiosa, tienen la misma dignidad. A cada uno se le debe permitir abrazar libremente la religión que quiere”.
“La religión puede ser propuesta, pero jamás impuesta, y luego aceptada o rechazada”, destacó también, recordando que “en todas las religiones hay radicalismos”. “Fundamentalistas y extremistas son quizás personas celosas, pero que, lamentablemente, se han desviado de una comprensión sólida y sabia de la religión”, desarrolló. “Además, consideran a todos los que no comparten su visión como infieles que deben convertirse o ser eliminados, para mantener la pureza”.
“Son personas desviadas que pueden pasar fácilmente a la violencia en nombre de la religión, incluido el terrorismo”, continuó. “Están convencidos, a través del lavado de cerebro, de que están sirviendo a Dios. La verdad es que solo están haciéndose mal a sí mismos, destruyendo a los demás, arruinando la imagen de su religión y de sus correligionarios. Por eso necesitan nuestra oración y nuestra ayuda”.
El cardenal Tauran también abogó por la apertura recíproca de los lugares de culto, recordando que los lugares sagrados cristianos “en Tierra Santa, en Roma o en otras religiones, junto a los numerosos santuarios en muchas partes del mundo” están “siempre abiertos para ustedes, nuestros hermanos y hermanas musulmanes, para los creyentes de otras religiones y también para todas las personas de buena voluntad que no profesan una religión”.
“En muchos países, también las mezquitas están abiertas a los visitantes (y) esta es la hospitalidad espiritual que ayuda a promover el conocimiento mutuo y la amistad, contrarrestando los prejuicios”, precisó en un país en el que los no musulmanes tienen prohibida la entrada a los lugares sagrados del islam.
Fuerte simbología
La visita tuvo amplia cobertura periodística de los medios sauditas, y el cardenal Tauran no dejó de elogiar “el carácter extraordinario” de la misma. Además de tener una fuerte carga simbólica, la misma condujo, en concreto, a la conclusión de un acuerdo que prevé el establecimiento de un grupo de trabajo conformado por el Pontificio consejo para el diálogo inter-religioso y la Liga islámica mundial.
El grupo será presidido de manera conjunta por el jefe del Consejo y por el presidente de la Liga islámica. El mismo celebrará una reunión temática cada tres años, que se llevará a cabo de manera alternada en Roma y en una ciudad a elección de la Liga. Dichas reuniones serán preparadas por un grupo de coordinación, compuesto por dos delegados por cada una de las partes. Este último comité se reunirá con una periodicidad anual.
El acuerdo fue firmado por el cardenal Tauran y por Mohammad al-Issa. El cardenal elogió los esfuerzos de la Liga islámica tendientes a lanzar iniciativas para construir puentes entre las religiones. En su deseo de apertura al diálogo inter-religioso, Arabia Saudita ha emprendido, desde hace ya diez años, el Centro Rey Abdallah para el diálogo interreligioso e intercultural en la ciudad de Viena (KAIICD), del cual el Vaticano es miembro observador.
El encuentro entre el rey Salmán y el cardenal Jean-Louis Tauran
El rey Salmán de Arabia Saudí recibió el miércoles 18 al cardenal Tauran. El gesto, que sigue a una sucesión de encuentros del monarca o su heredero con representantes de otras ramas del cristianismo, alienta la esperanza de que el país cuna del islam relaje su prohibición a la práctica de otras religiones.
La cita, que de acuerdo con fuentes saudíes ha tratado sobre el papel de las religiones para hacer frente a la violencia, el extremismo y el terrorismo, es sobre todo simbólica. Se trata de algo inusual dado que hasta ahora los sacerdotes se veían obligados a viajar de forma encubierta al reino y a celebrar misas clandestinas.
Tauran, es el más alto cargo católico que se entrevista con Salmán, quien ostenta el título de Custodio de las Dos Mezquitas Sagradas del islam. El predecesor de éste, el rey Abdalá, realizó una visita histórica a la Santa Sede en 2007 para verse con Benedicto XVI, el primer encuentro de un monarca saudí con un Papa de Roma.
Desde la llegada del rey Salmán al trono, y de la mano de su hijo y heredero, el príncipe Mohamed, Arabia Saudí se ha embarcado en un ambicioso programa de reformas que incluye una mejora de su imagen exterior. El Reino del Desierto intenta dejar atrás las acusaciones de que su estricta interpretación del islam, el wahabismo, ha alentado el terrorismo islamista y el sectarismo regional. MBS (Mohamed bin Salman), como se conoce al heredero, se ha esforzado por enviar un mensaje de apertura y tolerancia que contrasta con lo que ha sido la historia de su país, cuyo sistema educativo menospreciaba a los seguidores de credos distintos del islam, e incluso a los musulmanes de otras ramas.
En ese contexto, Riad invitó el pasado noviembre al Patriarca de la iglesia maronita, que sigue el rito oriental del catolicismo de Roma y cuyos fieles se concentran en Líbano, Siria y Chipre. Durante su reciente visita a Londres, MBS también se reunió con el jefe de la iglesia anglicana, a quien prometió promover el diálogo interreligioso como parte de sus reformas.
Pero la voluntad declarada del heredero de “regresar a un islam moderado que esté abierto a todas las religiones” para contrarrestar las ideologías extremistas ha flojeado sin embargo en el frente interno. La minoría chií, un 10% de la población que se siente discriminada, denuncia que su situación ha empeorado desde que MBS se ha hecho con el poder debido a su línea dura contra Teherán. La semana pasada, durante la presencia del rey Salmán en Dhahran para presidir la cumbre de la Liga Árabe, los medios de comunicación saudíes difundieron una imagen del monarca con Hasan al Saffar, un prominente clérigo chií que durante años estuvo confinado a su mezquita.
Card. Tauran: En Riad un paso en la apertura hacia los cristianos
Dialogando con Vatican News, el Purpurado señaló que, “el acuerdo de cooperación firmado entre la Santa Sede y Arabia Saudí es decisivo. Al igual que todos los demás acuerdos firmados por el Vaticano con otros Estados; además dijo el Cardenal Tauran, en ella se establece una reunión temática cada tres años. Con Arabia Saudita, donde los cristianos no son considerados súbditos musulmanes iguales del reino, el acuerdo tiene un carácter especial”.
Según el Presidente del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso, un elemento que ayudará a promover una causa vital: es la educación. “Restaurar la verdad en el currículo escolar –señaló el Purpurado– es asegurarse de que hablemos bien de los cristianos”. Esta causa, no menos importante –el de la educación precisó el Presidente– es el único baluarte contra el terrorismo y la ignorancia, los dos flagelos del reino, que según el Cardenal francés quien ha viajado por Oriente Medio durante años.
Fuentes:
La Croix / Vatican News / El País