Iglesia necesita hacer un mejor trabajo acogiendo gays y lesbianas según Cardenal Dolan

Acoger gays católicos en la Iglesia

5.00 p m| 30 may 13 (RNS/BV).- Cuando el cardenal Dolan declaró en el domingo de Pascua que la Iglesia necesita hacer un mejor trabajo acogiendo a los gays y lesbianas, sus comentarios fueron aclamados por un activista como un “milagro de Pascua” y por otros como un alentador “primer paso”. Sin embargo, dos meses más tarde, todavía no está claro cuál es el segundo paso en este proceso o si en realidad habrá un segundo paso. Todo parece indicar que la situación podría complicarse más.

Desde la Pascua, tres estados más aprobaron leyes de matrimonio entre personas del mismo sexo y el mes que viene la Corte Suprema de los EE.UU. dictará su veredicto sobre la modificación de una norma que influye directamente sobre los derechos del matrimonio homosexual, lo que centrará la atención pública en la fuerte oposición de los obispos ante toda clase de protección civil para gays y lesbianas, sobre todo el tema del matrimonio.

Por otra parte, entre los norteamericanos (y católicos norteamericanos) crece cada vez más la aceptación de la homosexualidad, y al mismo tiempo buscan fortalecerse también los que se oponen a los derechos de los gays, lo que inevitablemente llevará algunos problemas y conflictos a nivel parroquial.

Poco después de los comentarios de Dolan, por ejemplo, Nicholas Coppola hizo público su historia de haber sido despedido de su cargo en una parroquia de Long Island después que una carta anónima avisó al obispo local del matrimonio de Coppola con otro hombre.

En Columbus, Ohio, los funcionarios de una escuela secundaria católica provocaron una protesta en abril por el despido de una profesora, Carla Hale, después de que alguien señaló que ella menciona el nombre de su pareja lesbiana en el obituario de su madre. “¿Qué tan justo es despedir a alguien cuya vida o prácticas no están de acuerdo con la doctrina oficial de la Iglesia?” fue lo que escribió Francis DeBernardo, director de “New Ways Ministry”, que aboga por los gays y lesbianas católicas, después de que dos hombres fueron despedidos de sus cargos de directores musicales del coro de una parroquia, por ser homosexuales.

“¿Cuál es el límite?”, se preguntó en una columna para el National Catholic Reporter. “¿Acaso te despiden si te casas sin anular tu anterior matrimonio? ¿Te despiden si no vas a misa los domingos? ¿Pierdes tu puesto laboral por ser protestante y no reconocer la estructura jerárquica católica?”. Desde el año que DeBernardo escribió esa reflexión, señaló recientemente, se han producido una decena de incidentes similares. A esos agregar los episodios del pasado en el que los hijos de padres gays han sido rechazados de las escuelas católicas, o el caso de un católico gay que se le negó la comunión en el funeral de su madre.

De acuerdo con algunos sacerdotes, quienes hablaron sin exponerse para evitar provocar protestas, la inevitabilidad de tales conflictos es una preocupación creciente. “El hecho es que parece que se pondrá peor”, dijo el pastor de una parroquia que alberga un buen número de fieles y que ha tenido que resistir múltiples reclamos por mantener una lesbiana dentro de su personal. Como los críticos se vuelven más insistentes, y los homosexuales católicos mucho más públicos, teme que las controversias resultantes tengan un grave efecto en la Iglesia.

DeBernardo hizo notar otro importante detalle a tener en cuenta, la otra cara de la moneda es que cada vez más parroquias dan una pública bienvenida a gays y lesbianas. Por ejemplo en un listado de “New Ways” que hace una década consideraba 20 parroquias abiertas a los homosexuales, hoy son más de 200.

Una de esas parroquias es San Mateo, en Baltimore, donde el pastor, el reverendo Joe Muth, no sólo inició una pastoral para los gays y lesbianas hace unos años, sino también apoyó feligreses que ejercían presión en pos de un referéndum en Maryland, el otoño pasado, que legalizó el matrimonio entre personas del mismo sexo -a pesar de la fuerte oposición de los obispos. Gays y lesbianas “participan como los demás en la vida cotidiana de la Iglesia” en San Mateo, dijo Muth, quien cree que es perfectamente normal. Pero también dijo que son conscientes de la “sensibilidad” que puede causar su presencia, por lo que han hecho un esfuerzo concertado para llegar a otros grupos de la parroquia y ésta por su parte ha procurado incluir uno de los obispos de Baltimore en las reuniones.

Ese diálogo resultó muy valioso y ha recibido pocas quejas o protestas, mencionó Muth, pero por otro lado el año pasado tuvo que cancelar un foro patrocinado por la parroquia sobre la ley de matrimonio entre homosexuales, a pedido del arzobispo William Lori de Baltimore. Muth dijo también que si algunos de sus feligreses homosexuales se casaran bajo la nueva ley y su matrimonio se hiciera público, Lori bien podría retirarlos de la pastoral. “No podré hacer mucho respecto a eso. Por ahora es la forma en que funcionan las cosas”.

Por el momento, no existen pautas para guiar en estas situaciones a pastores y feligreses, y no parece haber esfuerzo por desarrollar algo integral. El Rev. Paul Check, director de “Courage”, una iniciativa pastoral aprobada por la iglesia que alienta a los católicos homosexuales a permanecer célibes, se negó a ser entrevistado. Un portavoz de la Conferencia de Obispos Católicos de EE.UU. dijo que las preguntas deberían ser contestadas en cada diócesis. Prominentes ministerios diocesanos para gays y lesbianas, como la Arquidiócesis de Chicago “Gay and Lesbian Outreach”, tampoco quisieron opinar al respecto.

Cuando George Stephanopoulos de la cadena ABC trató de precisar con el mismo Dolan sobre cómo la Iglesia podría ser más acogedora con los católicos homosexuales, el cardenal confesó que no estaba seguro: “Exactamente aún no lo sé. Todavía estamos viendo cómo hacerlo, estamos tratando. Hacemos nuestro mayor esfuerzo y sin duda tenemos que escuchar a la gente”.

Cuando Dolan luego escribió en su blog que todos los pecadores son bienvenidos en la Iglesia, siempre y cuando se “laven las manos” antes de la cena, un grupo de activistas homosexuales se presentó en la Catedral de St. Patrick con las manos manchadas de tinta a probar si serían “bienvenidos”. No les permitieron quedarse.

En síntesis, aún cuando este diálogo o intercambio ha encontrado su espacio y muestra alguna evolución, es seguro que las controversias no terminarán, pero para los defensores de los homosexuales católicos puede que sea el único camino a seguir por ahora.

“Ahora mismo es un proceso paso a paso en el que estamos guiando a la gente a ser Iglesia”, dijo Muth, “así lo veo yo”.

Fuentes:

Can gay Catholics find a home in the Catholic Church? (Religion News Service)

Supreme Court likely to advance gay marriage but stop short of broad ruling (NBC)

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Buena Voz

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