P. Adolfo Nicolás SJ en XLIII Congreso Fe y Alegría “Educación inclusiva y sus desafíos”
En sus primeras palabras resaltó la importancia y el aprecio personal hacia lo que significa la obra “Fe y Alegría”, y luego reflexionó sobre varios temas solicitados por el Consejo de Directores Nacionales, como la importancia de las plataformas apostólicas y las redes institucionales, el laicado y congregaciones religiosas, fronteras, entre otros.
Introducción
(Después de un saludo general)
Recién nombrado General fui invitado pero no pude asistir al Congreso 34 de Fe y Alegría que se celebraba en Lima. Hoy me complace poder atender su invitación.
En la Congregación General 35 en el decreto sobre la “Colaboración al centro de la misión”, los jesuitas reconocíamos a Fe y Alegría como una obra de la Compañía que ha llegado a tener características de red internacional, gracias a la colaboración con otras congregaciones religiosas y miles de otras personas.
Por ello me es muy grato tener la oportunidad de demostrar mi aprecio a FyA, obra de la Compañía y de la Iglesia en la que comparten una única misión 44.000 laicas y laicos, 900 religiosas y religiosos de los cuales sólo 100 son jesuitas.
Esta misión nace en Venezuela en 1955 por la acción pastoral universitaria del P. José María Vélaz y la desinteresada entrega del trabajador Abraham Reyes y su esposa Patricia, quienes entregan su casa, que estaban construyendo para su familia de 8 hijos a base de los ahorros de 7 años, como primera escuela del popular barrio de Catia en Caracas.
He podido ver y comprender algunas de sus escuelas, colegios y centros de promoción en los diversos países que he visitado del Caribe, Centroamérica, y América del Sur. Sé que están con mucho dinamismo en el Chad (África) y con misiones muy específicas y solidarias en España e Italia. Cuando era responsable de Timor Oriental, tuve la agradable visita de los Padres Aristorena y Agustín Alonso para explorar líneas de colaboración con Fe y Alegría en Timor. Incluso en mi casa General de Roma hay jesuitas que dedican tiempo y mucho corazón a este Movimiento!
He recibido de ustedes muchas preguntas, elaboradas inicialmente por su Consejo de Directores Nacionales y sintetizadas y propuestas por la Junta Directiva. Todas me parecen sumamente importantes. Preferiría más bien escuchar que hablar, porque es la primera vez que vengo a su casa y desearía aprender muchas cosas de ustedes. Pero, como sé que tienen muchas inquietudes, incluiré algunas de las cuestiones que me han propuesto en las pocas y pobres reflexiones que presento ante Ustedes.
1.Congreso:
Percibo que la estadía de todos nosotros en este recinto está preñada de gran significado, pues sin desmerecer la actualidad y pertinencia de los anteriores congresos, el tema del presente “Educación Inclusiva y sus desafíos” es la puerta de entrada, la actitud y la orientación fundamentales para poder dar la formación humana necesaria hoy día en que vivimos la pluralidad y la diversidad de una manera mucho más explícita y dramática que jamás en la historia. Necesitamos estar atentos a la diferencia, tanto individual como colectiva, a la diversidad de culturas y religiones para que todas y todos se sientan acogidos con dignidad. Al interior de nuestra misión global nos conforta y nos evangeliza verles junto a otras obras en las fronteras, casi siempre conflictivas, de las culturas marginadas y de la pobreza excluyente.
Hace apenas cuatro meses nos reuníamos en Nairobi (Kenia) unos 110 Jesuitas, elegidos en su gran mayoría como representantes de sus Provincias para reflexionar sobre el momento presente de la Compañía de Jesús. Leyendo los informes escritos por estos representantes y las actas de las Congregaciones Provinciales me había llamado la atención la imagen emergente de vitalidad apostólica, de generosa dedicación de los jesuitas y de las personas colaboradoras en la misión, y percibir los rasgos de unas instituciones y ministerios vivos y fuertes que siguen influyendo significativamente en la vida de las personas a las que servimos. Y naturalmente, cosa muy importante: No sorprende en absoluto que la educación, a todos los niveles, siga siendo un sector apostólico fuerte y dinámico. Me resultaba especialmente esperanzador ver que en muchos lugares de la Compañía la educación de los pobres supone un empeño prioritario. Así sucede entre otros lugares, en Asia Meridional, Latinoamérica y los Estados Unidos.
Descargue aquí el PDF con el discurso completo del P. Adolfo Nicolás SJ.