El sistema penitenciario peruano desde dos lugares distintos: El penal modelo de Ancón y El penal de San Pedro ex Lurigancho (por Ashley Requena)

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20120813-penal_penitenciario_2012-1.jpgCuando hablamos de ambos penales por lo general solo tratamos de cambiar de tema, salvo que involucre acciones que sea de interés público generalizado. Sin embargo nos olvidamos de dos puntos importantes ¿Qué son? y ¿Para que sirven?
En primer lugar hay que entender que el sistema es rectorado por el Instituto Nacional Penitenciario INPE desde 1985, a partir del Decreto Legislativo N° 330.
Según su Reglamento de Organizaciones y Funciones, el Instituto Nacional Penitenciario, es un organismo público descentralizado del sector Justicia, con personería jurídica de derecho público, que tiene por misión: dirigir y controlar técnica y administrativamente el Sistema Penitenciario Nacional asegurando una adecuada política penitenciaria.
La política penitenciaria favorece:
a. La reeducación, rehabilitación y reincorporación del interno a la sociedad.
b. El establecimiento y mantenimiento de la infraestructura penitenciaria.
Sus funciones se disgregan en tres áreas:
– Administración
– Tratamiento
– Seguridad
De acuerdo a esto el INPE es la entidad que cumple con proporcionarle al sentenciado la pena privativa de libertad en las instalaciones en donde este podrá cumplir su condena y buscar la reducación, rehabilitación y reincorporación a la sociedad.
Sin embargo la realidad de cada penal es distinta, desde el caso en el cual hay una sobrepoblación penitenciaria o donde realmente se busca cumplir con la política penitenciaria peruana y se dan condiciones adecuadas para dicho objetivo.
Intentaremos responder las preguntas iniciales:
¿Qué son los penales?
Los penales o establecimientos penitenciaros, son aquellos espacios fisicos en los cuales las personas que recibieron sentencias no favorables dadas por el Poder Judicial deberán cumplir su condena.
En el caso del establecimiento penitenciario San Pedro ex Lurigancho es uno de los tres penales más peligros de América Latina, el cual tiene una sobre población penitenciaria. Se encuentra situado en el distrito de San Juan de Lurigancho (el distrito más grande y más poblado del Perú), rodeado de Asentamientos Humanos relativamente nuevos.
Su población es variada desde diversos tipos de condenas (en función de los delitos por los que fueron sentenciados), edades, situaciones económicas, situaciones familiares, reincidencia, etc.
En el caso del penal modelo de Ancón cabe resaltar que la población penitenciaria de este lugar generalmente es primaria (entiéndase que es la primera vez que ingresa al sistema penitenciario por haber cometido algún tipo de delito)
Las edades de los reclusos oscilan entre los 18 a 31 años de edad. En cuanto a las instalaciones esta tiene una población menor a la de su capacidad, en las cuales se realizan diversos programas con el fin de rehabilitación, reeducación y reinserción a la sociedad. Ambos penales son dos caras distintas de una moneda, que vendría a ser nuestro sistema penal penitenciario.

¿Para qué sirven?
Diremos que el fin de estos es la reducación, rehabilitación y resocialización de la persona que ingresa al sistema penitenciario. Es decir sirven para que las personas puedan cambiar, mejorar y tener nuevas oportunidades para cuando salgan del establecimiento penitenciario.
Pero dependiendo del establecimiento penitenciario en el cual se encuentren podrán cumplir el fin del sistema. Este es el caso de ambos casos expuestos en este artículo “San Pedro” versus “Penal modelo de Ancón”. En estos dos casos vemos claramente que en uno podrá ser más fácil lograr esto mientras que en el otro debido a las situaciones adversas que se podrían encontrar les costaría más. Esto sin tomar en cuenta el factor personal que cada uno deberá poner para poder rehabilitarse (superar la depresión, falta de costumbres que los demás comparten, respeto a las autoridades, etc).
Asumiendo que el recluso logre rehabilitarse nos faltaría enfrentar un gran problema (y según el análisis realizado, el mayor) el cual sería el factor que no se encuentra en manos del sistema penitenciario peruano: sino el “Nosotros”
La ciudadanía que comparte por lo general un estigma en contra de las personas que tienen antecedentes penales. Terminando el análisis se puede concluir citando a un interno del Penal modelo de Ancón, el cual menciono lo siguiente:
“No todos somos iguales, muchos de nosotros nos estamos esforzando en cambiar. Por favor dígale a sus amigos que no piensen mal de nosotros, nos esta costando pero cuando salgamos queremos llevar una vida normal, una vida en la que podamos tener un trabajo y olvidarnos de nuestro pasado que causo sufrimiento a las personas que más queremos”.

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