Experiencia en el Penal de Lurigancho

[Visto: 890 veces]

Kevin Marusic McFarlane

Alumno en el ciclo 2014-1

Dedicado a quien le pueda servir.

Esta reflexión está dirigida para quien le sirva de referencia y esté pensando en cómo poder dar su granito de arena en una sociedad a la que realmente no le da ningún valor a la buena voluntad de las personas.

Este curso me ha enseñado varias cosas, las cuales puedo dividir en dos grupos grandes.

En primer lugar las cuestiones académicas, es decir, conocimientos teóricos, este curso ha continuado con mi aprendizaje en el tema penal y también he tenido oportunidad de refrescar mis conocimientos penales anteriores y básicamente aplicarlos a casos concretos, lo cual académicamente hablando me parece muy importante, yo podría en ese sentido comparar a este curso con los cursos de seminario en temas penales en donde básicamente se ve en concreto como es que el derecho material penal se junta con el derecho procesal penal. Por lo tanto considero que este curso es muy útil para aquellos que estén buscando como poder relacionar estos conocimientos a casos concretos y reales y no solo a aquellos casos de laboratorio o de sentencias que ya se emitieron.

Luego, este curso me ha instruido en cuestiones humanísticas, no me refiero a la carrera de humanidades ni a ideas abstractas sobre los derechos humanos y los derechos fundamentales, hablo sobre derecho verdadero, derecho vivo, no a lecturas sobre como los derecho humanos son parte integral del hombre y se tienen por el solo hecho de haber nacido como ser humano, estoy hablando de haber tenido la maravillosa oportunidad de haber podido ir al penal de Lurigancho y abrir mis ojos ante una realidad que yo ignoraba y que quizá como la mayoría de las personas, ni siquiera queremos conocer, el hombre de a pie, el del día a día no le interesa conocer como es la situación de los penales, no les importa saber si a los presos se les trata bien o no, si se les respetan sus derechos o no, es más, me atrevería a decir que la mayoría de personas considerarían que a los presos no se les debería tratar bien porque son la “escoria” de la sociedad, son delincuentes, son homicidas y rateros, son asaltantes y estafadores, son violadores y narcotraficantes y podría seguir pero creo seria simplemente echar una jarra de agua en el mar, asimismo muchas personas piensan que es un desperdicio que nuestros impuestos sean los que mantengan a esta gente del mal vivir,  y no les falta razón dado que así es, los impuestos son los que mantienen los penales así que efectivamente, parte de los impuestos están destinado a mantenerlos, pero me gustaría que quien este leyendo esto pueda hacer una pequeña reflexión, si un chico de 20 años asalta a una persona y por consiguiente esa persona muere y le dan 30 años, ¿qué va a ser de su vida? Cuando salga tendrá 50 y habrá pasado más del doble de su vida en un sitio del que no puede salir, estará 30 años y tengo que enfatizar esto, 30 AÑOS recluido en un mismo sitio sin poder ver a nadie que el desee cuando lo desee, ¿alguien quisiera eso para su prójimo? Yo creo que no, pero acá no vamos a defender a aquellos que ha roto la ley, aquí no vamos a defender a los delincuentes, solo quiero preguntar, si un ser querido por alguna razón estuviera interno, ¿no querríamos que les respetasen sus derechos? Derechos tan elementales como un techo, un sitio donde dormir, comida que no los mate, asistencia médica apropiada, poder acceder al sistema de justicia si fuese necesario.

Este curso me ha permitido tratar con presos cara a cara, lo cual me ha permitido verlos como lo que son, personas como nosotros ni más ni menos porque ninguna persona es más que otra, todos somos iguales, algunos tendrán más educación o más dinero, pero nadie está por encima de nadie en cuanto a su condición de personas, la diferencia es que ellos han roto la ley y por lo tanto deben pagarlo, es cierto, pero por lo menos que se les trate como personas y que se les de los servicios básicos, no estoy pidiendo y tratando de argumentar que las cárceles sean hoteles de lujo de donde no puedes salir, simplemente pido que las cárceles sean un sitio en donde los internos paguen por lo que han hecho, pero que también se les enseñe que si viven en sociedad y  que si hacen bien las cosas, buenas cosas les esperan.

Efectivamente hay quienes no deberían estar ahí y créanme cuando les digo que la cárcel no es el sitio más hermoso que hay y por lo tanto hay que hacer que esas personas inocentes no sigan recluidas en ese penal, allí es donde entramos nosotros, ahí es donde tenemos que poner el mayor de los empeños para que esa persona no esté en ese lugar sin merecerlo, pero falta mucho por hacer, falta mucho trabajo y mucha mano de obra, el curso cuenta con un máximo de 4 alumnos por ciclo y son 9000 internos, creo que es más que obvio al punto al que quiero llegar, esta es mi apreciación del curso, para quien estudie la carrera de derecho en la PUCP, si estás buscando alguna manera de ayudar o si quieres poner en practica tus conocimientos teóricos y vivir una experiencia nueva, PROSODE te necesita….. y para quienes no estudian en la PUCP o no estudian la carrera de derecho, los invito a averiguar que programas de ayuda social tienen sus universidad y si no la tienen traten de instaurarlos, porque en verdad les digo que no he conocido mayor satisfacción que al ver la cara de una persona que se encuentra interna en un penal, por la que su abogado de oficio no hace nada y que nadie le escucha porque nadie le da importancia a esa gente abandonada de escasos recursos económicos y ver como sus ojos empiezan a brillar con una luz de esperanza y gratitud, al ver que alguien escucha y atiende, finalmente, a una voz a la que la sociedad misma ha hecho oídos sordos.

Puntuación: 0 / Votos: 0

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *