¿Es realmente posible lograr el fin socializador de la pena? Reflexiones sobre la visita al Penal Modelo de Ancón II (por Nora Arakaki)

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Aunque no era la primera vez que ingresaba a una cárcel, el día en que llegamos al Penal Modelo de Ancón II, me sentí más atemorizada que en todas las visitas anteriores al bien conocido Lurigancho; fuimos un grupo de alumnos de psicología y derecho para dirigir tres talleres focalizados en la convivencia pacífica y la responsabilidad para un grupo determinado de internos. Al llegar, recorrimos parte de las instalaciones del establecimiento, para luego presentarnos a las personas con quienes trabajaríamos durante nuestras visitas.

Debo confesar que a pesar de que indirectamente se nos indicó que iríamos con “los menos peligrosos”, el encontrarnos cara a cara con una realidad paralela y a la vez diametralmente opuesta a la nuestra, generó en mi una serie de sentimientos encontrados, empezando por el miedo, pero además un trasfondo de tristeza e incluso algo de culpa.
Nos habían explicado que para tener el privilegio de purgar condena en el pabellón de C.R.E.O. (Construyendo Rutas de Esperanza y Oportunidades), los internos debían cumplir con ciertas condiciones, como ser menor de 30 años, reo primario, que la condena impuesta, o la solicitada por el fiscal en su acusación, no exceda los 10 años, entre otras cosas, por lo que constituían población penitenciaria distinta a la de cualquier otro penal de Lima y del Perú.
Conocimos sus celdas, algo de las historias de cada uno, la realidad de su presente dentro de la cárcel, así como sus expectativas para el futuro; pero en el transcurso de estas jornadas, me hacía miles de preguntas: ¿En verdad lograrán resocializarse?, ¿El proyecto será exitoso?, ¿Cuántos recaerán, y cuántos sacarán provecho del “privilegio” de estar en este penal?…
El Código Penal, en su Título Preliminar señala que “La pena tiene función preventiva, protectora y resocializadora.”, y que “Las medidas de seguridad persiguen fines de curación, tutela y rehabilitación.” Definitivamente, las medidas disciplinarias dentro del Penal Modelo de Ancón II son mucho más estrictas que en las otras cárceles, los internos cuentan además con programas de educación y trabajo permanentes, así como talleres deportivos, artísticos, y mayor atención en el tratamiento psicológico, pero, ¿será esto suficiente?.
Luego de la experiencia, he llegado a la conclusión de que es el último punto uno de los más importantes, y, probablemente, el que más cuesta, tanto para los internos como para el propio sistema. La desconfianza entre ellos mismos, hacia los psicólogos y los prejuicios que se tiene desde dentro del penal sobre quienes estamos afuera hacen que la rehabilitación se vuelva casi imposible y por tanto, ocurra lo mismo con la finalidad principal de la pena.
Como les comenté al grupo de internos con quien trabajé durante las tres sesiones, la privación de la libertad no es un castigo, tampoco una forma de aislamiento que busque mantener a salvo a la sociedad, sino un período orientado a la reflexión, que permita el tratamiento de cada uno de ellos, manteniéndolos al margen de las influencias que los puedan hacer recaer, y también un espacio para reordenar sus vidas y proyectarse al futuro.
Después de habernos despedido de ellos, me quedó claro que no existen culpables ni excusas que respondan a la privación de la libertad y al fracaso de la resocialización; definitivamente depende del Estado preocuparse por esta parte de la población, cuya dignidad también está garantizada por la Constitución, realizando una gestión eficiente que logre que la reinserción luego del egreso sea una posibilidad factible, pero, sobre todo, depende de ellos mismos y del esfuerzo que pongan para alcanzar este objetivo.
Creo que el último día, al último minuto, aunque parezca mentira y aunque suele ilógico para quienes no han tenido esta oportunidad, todos los que asistimos sentimos algo de pena, no lástima, ni miedo, unos más que otros, pero algo cambió. Es importante que como sociedad, y especialmente nosotros que tenemos la ventaja de haber recibido educación superior, dejemos también de asumir que la cárcel es un castigo y que quien entra sale peor, para así despojarnos de los prejuicios y actuar en conjunto en pro del Estado de Derecho.

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3 pensamientos en “¿Es realmente posible lograr el fin socializador de la pena? Reflexiones sobre la visita al Penal Modelo de Ancón II (por Nora Arakaki)

  1. eliana campos Autor

    hola mi nombre es ELIANA CAMPOS soy argentina y esta preso en el penal ancon 2 el papa de mis cuatro hijos he pedido al consulado argentino los datos de donde esta me los pasaron pero nose donde esta ubicado el penal algun numero de telefono del establecimiento penitenciario se cual es el nombre del director esta del año 2009 por trafico ilicito de drogas de mexico a peru solo necesito saber esos datos xsi en algun momento pueda viajar algun familiar y no sabemos cual es el destino si esta cerca de lima si ese aeropuerto esel mas cercano xq no sabemos el domicilio de ese lugar.desde ya gracias favor de responder a este correo eli.mary.campos@gmail.com

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  2. Anónimo Autor

    Estimada le puedo enviar la siguiente informacion: Ubicacion del Penal de Ancon 2 en Lima.

    EP. DE ANCON II LIMA LIMA ANCON Panamericana Norte Km. 42

    El organismo en el Peru responsable de los penales es el
    Instituto Nacional Penitenciario, la sede institucional esta en el Jirón Carabaya N° 456 – Lima – Perú.
    Central Telefónica: 426-1578 / 427-0492 / 427-1184 / 426-5831
    Portal INPE: http://www.inpe.gob.pe webmaster@inpe.gob.pe

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  3. Anónimo Autor

    Usted debe de solicitar el numero de telefónico del establecimiento donde esta recluido su esposo en los telefonos antes mencionados o solicitar que el consulado argentino en Lima averigue el telefono de contacto del Penal para que se pueda comunicar con su familiar, muchas gracias!!!

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