ECONOMIA DE MERCADO SIN SOCIEDAD DE MERCADO

EL SECRETO DEL MODELO NORDICO: ECONOMIA DE MERCADO SIN SOCIEDAD DE MERCADO

Por Erkki Tuomioja (*)Ministro de relaciones exteriores de Finlandia.

HELSINKI, Nov (IPS) – En octubre pasado Finlandia ha sido señalada, una vez más, como la economía más competitiva del mundo. Tal posición obtenida en la clasificación del Foro Económico Mundial no debería ser tomada demasiado seriamente: en Finlandia sabemos que no somos perfectos en éste o en cualquier otro aspecto.

Por otro lado, dada la consistencia de semejantes destacadas clasificaciones en años recientes, que tienen en cuenta la falta de corrupción, la libertad de prensa, el estado del ambiente, los niveles de instrucción, la equidad de la distribución del ingreso o la seguridad humana, en realidad quizás haya algo que aprender de Finlandia.

Nuestra economía enfrenta una fuerte competencia de parte de paraísos de bajos impuestos para los negocios como Estados Unidos, Singapur y Hong Kong. Pero el hecho de que no sólo Finlandia sino también todos nuestros vecinos nórdicos Dinamarca, Islandia, Noruega y Suecia, están usualmente entre los 10 primeros países con economías más competitivas suscita una pregunta obvia: ¿cómo han hecho estos estados benefactores para desafiar los juicios pronunciados hace más de 20 años según los cuales ya habían durado más tiempo de lo previsible y estaban maduros como para ser desmantelados?

¿No será que estos estados generosos y con altos impuestos, con sus fuertes sindicatos y pasados de moda valores socialdemócratas han alcanzado su relativo éxito no a pesar de su estado benefactor sino a causa del mismo?

Este éxito puede ser atribuido a cuatro factores: conocimiento e instrucción, espíritu empresarial, cooperación y solidaridad, y el modelo nórdico de estado benefactor.

En lo que se refiere a conocimiento e instrucción, el liderazgo es más conspicuo en el área de investigación y desarrollo: Suecia y Finlandia son los primeros en el mundo en la proporción entre el PBI y los gastos en investigación y desarrollo. Igualmente importante, sin embargo, es el sistema de instrucción universal, de amplio alcance y gratuito, que va hasta el nivel universitario y sin el cual no hubiéramos tenido éxitos en materia de alta tecnología.

La iniciativa empresarial no es un campo en el que los países nórdicos sean reconocidos como líderes, pero aún así estamos en el tope de las listas sobre condiciones favorables para la apertura de nuevas empresas. Esto es esencial para hacer frente al más difícil desafío que se le presenta a Finlandia: restaurar el pleno empleo. Aunque por cierto esperamos que Nokia, UPM y otras grandes firmas multinacionales sigan siendo exitosas a escala mundial, ellas no van a aumentar el número de puestos de trabajo en Finlandia. Los nuevos empleos serán creados por pequeñas y medianas empresas.

Para ser competitivo no se requiere creer en la necesidad de una competencia despiadada o en la desregulación en establecimientos fuera de fronteras. Casi todos estamos a favor de una economía de mercado y al mismo tiempo no queremos ser una sociedad de mercado. Hay una clara necesidad de respetar los sectores no vinculados al mercado de la vida humana y de la cooperación.

Las partes sociales trabajadores y empresarios- fueron también los padres de nuestro sistema nacional de pensiones, que beneficia tanto a todos los asalariados como a los empresarios. Ellos han sido capaces de ponerse de acuerdo en los continuos pequeños ajustes del sistema necesarios para asegurar su sostenibilidad a medida que nuestra población envejece. Como resultado de ello, Finlandia es casi el único país europeo que no está siendo amenazado por la llamada “bomba de las pensiones” en un futuro próximo.

Como resultado de todos estos factores todos los países nórdicos tienen significativamente una distribución más equitativa de los ingresos y una proporción más pequeña de personas que caen debajo de la línea de la pobreza que cualquier otro país del mundo.

Al analizar el éxito de los sistemas nórdicos es importante notar que, a pesar del uso del término “estado benefactor”, son las comunidades locales las que tienen la principal responsabilidad de proporcionar servicios. Los beneficios son establecidos por la legislación nacional, pero las autoridades locales tienen una significativa libertad para decidir como suministrarlos.

Pese a que todos los países nórdicos son sociedades con impuestos relativamente altos, ello no tiene porqué ser un impedimento para la competitividad. Más importante que el nivel de los impuestos es cómo se los aplica. El sistema impositivo debe otorgar mayores incentivos para la creación de puestos de trabajo y más frenos para desincentivar actividades no compatibles con el desarrollo sostenible.

Es igualmente importante que la gente dé su verdadero valor a los impuestos que paga. Los políticos que prometen reducciones impositivas son vistos mayormente con sospecha por una población que, según las encuestas, está dispuesta a aceptar impuestos más altos siempre y cuando se les garantice que servirán para financiar mejoras en los servicios claramente necesarias.

¿Cuán sostenible es todo ello en nuestro mundo globalizador? El éxito de los países nórdicos, que constituyen todos ellos pequeñas economías altamente dependientes del comercio global, indica que su sistema sí es sostenible. Pero no hay lugar para la complacencia. Son necesarios constantes ajustes.

Al final de todo, lo que determinará el futuro de nuestros estados benefactores es sin duda nuestra propia voluntad política. Si ésta es decidida por medio de procedimientos democráticos no habrá problemas. Pero nosotros somos plenamente conscientes de que hay bien financiados lobbies que están trabajando para tratar de introducir políticas neoliberales también en los países nórdicos. (FIN/COPYRIGHT IPS)

Tomado de: ‘Other news’ 11/24/04
http://other-news.info/noticias/index.php?p=88

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Comentarios

  1. pepe mejia escribió:

    En nuestro Peru, que necesitamos cumplir con los impuestos y que se traduzcan en servicios en todo el territorio. No como la proteccion patrimonial que todos se ponen al servicio del capital,a mi opinion las azucareras tienen que se vendidas pero a
    un precio decente que no los estafen.
    De esta manera lucharemos por el crecimiento, desarrollo economico del
    Peru.

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