Empoderar el optimismo desde el aula

En contraste con el pesimismo que han generado los resultados de diversas evaluaciones en el ámbito educativo, los primeros datos de esta encuesta nos presentan una percepción relativamente optimista en un mediano plazo hacia atrás y hacia delante: 43% opina que la calidad de la educación está mucho mejor o algo mejor que hace 10 años, pero este porcentaje asciende a 63 % cuando se opina sobre lo mismo para los siguientes 10 años. Probablemente, el sector educación sea uno de los pocos donde se evidencie un optimismo de mediano plazo en comparación con otros sectores. La crisis educativa es de tal magnitud que aún medidas improvisadas y complejas pero que contienen ciertos aspectos positivos y son realizadas en un mismo periodo, pueden estar generando una expectativa en la población. Pero como sabemos, el optimismo tiene doble rostro: crea un estado un estado de ánimo tanto para apoyar más medidas como también una frustración grande si las expectativas no se llegan a cumplir. Esperamos que este relativo optimismo no se desperdicie en un sector que necesita hoy más que nunca respirar confianza.

También es significativo advertir en la percepción de los encuestados el nivel de identificación de los problemas que enfrenta la educación, entre los cuales compromete a dos actores como los maestros y su mala formación (28%) y, por otro lado, los políticos y su poca voluntad para enfrentar la problemática educativa (21%). Otro problema está en relación con una variable más estructural como es la falta de presupuesto en el sector (25%). Es necesario en estos tiempos en donde se apunta al docente como el gran responsable de la catástrofe educativa, el reiterar la corresponsabilidad entre ambos actores; urge que la clase política deje de ver lo educativo pensando solo en las próximas elecciones y no en las próximas generaciones.

La encuesta nos aporta una valiosa información para ahondar en uno de los factores más críticos de la educación básica como es el desempeño profesional del docente y del director en función a los aprendizajes. Así, la percepción más cuestionable nos remite a la poca capacidad pedagógica del docente para asegurar que todos en sus clases hayan aprendido. El 75% de los encuestados manifiestan que el docente avanza en sus clases sin esa preocupación. A su vez, el 89% muestra estar de acuerdo con que debe ser obligación del director garantizar que todos los estudiantes aprendan. Por consiguiente, mejorar las competencias profesionales en el aula es crucial para a la vez mejorar la calidad educativa; no obstante, las evaluaciones de lápiz y papel a los docentes no incluyen dicho aspecto así como las últimas capacitaciones; y, sobre ello, cabe preguntarnos qué aportarán los procesos de municipalización educativa. En ese sentido, requerimos empoderar más al usuario de este servicio público para que de alguna forma pueda evaluar el servicio que recibe; por ello, nos parece muy valioso que el 91% de los encuestados estén de acuerdo con que los alumnos evalúen periódicamente la enseñanza que reciben. Llama la atención que hasta ahora se ha invertido en evaluaciones externas para “medir” la calidad educativa a partir de pruebas estandarizadas, pero poco hemos hecho para escuchar las voces de los propios alumnos.

Luis Sime Poma

Opinión publicada en el Informe del Instituto de Opinión Pública de la PUCP, Febrero 2008. Ver versión completa de encuesta

Puntuación: 3.33 / Votos: 3

Comentarios

  1. Lilia Calderón escribió:

    Este artículo revela una de las debilidades de nuestro sistema educativo peruano y qué bajo está el nivel de motivación de los docentes en la labor que realizan. Felicito la calidad académica y el enfoque humanista que ofrece este medio.

  2. Sara Caroy Zelaya escribió:

    La competencia profesional del docente no se ve reflejada en un "Exámen escrito", pués conocimiento no siempre va de la mano con habilidades sociales y actitudes personales que todo docente debe desarrollar y que es necesario en el trabajo con los educandos como por ejm: el ser empáticos, asertivos, tolerantes, etc.
    Si nos trasladamos al campo futbolístico
    ¿Cómo nos damos cuenta que es un buen futbolista? ¿acaso con una prueba escrita? ¿No es acaso en la cancha donde demuestra todas sus competencias profesionales?
    Ahora trasladémonos al campo educativo
    ¿Cómo nos damos cuenta que es un docente competente y que se interrelaciona muy bien con sus educandos?.(Este artículo hace mención muy importante acerca de la relación entre competencias profesionales del docente y calidad educativa lo cual me parece muy interesante). No olvidemos que el factor emocional es importante en el aula por ello tengo com lema "Conquistando el corazón de tu alumno, potenciarás su mente"

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