Desafíos transatlánticos: mercaderes, banqueros y el estado en el Perú virreinal, 1600-1700

Raúl Alencar (PUCP)

SUÁREZ, Margarita. Desafíos transatlánticos: mercaderes, banqueros y el estado en el Perú virreinal, 1600-1700. Lima: PUCP. Instituto Riva-Agüero: IFEA; México, D.F.: FCE, 2001. 528 p.

 

Las relaciones entre España y sus colonias americanas han estado marcadas por la ambivalencia e irregularidad. A pesar de que parecía estar todo bajo control, ya que desde la península se había conseguido, entre otras cosas, el sometimiento de las autoridades locales, la distribución de mano de obra indígena, la explotación y exportación de plata, así como la ralentización la industria americana para generar dependencia de la metrópoli, España enfrentaría problemas de los cuales estarían lejos de solucionar.

La concepción natural que se tiene es que España mantuvo un régimen perfecto y perpetuo de orden y control sobre el virreinato peruano. No obstante, el libro a reseñar tiene la particularidad de mostrar todo lo contrario. Basándose en un estudio amplio sobre la actividad comercial y bancaria en el Perú colonial del siglo XVII, la autora logra desterrar esa idea. Ahora, el texto de Suárez se mueve en dos temas centrales. El primero corresponde al estudio sobre el crédito, el cual fue el motor de las grandes agrupaciones mercantiles, mientras que el segundo toca la participación de mercaderes y bancos en las funciones del estado colonial. A partir de ambos ejes, la autora analiza los cambios en el vínculo entre España y las élites criollas.

Los repositorios documentales utilizados fueron tanto españoles (Archivo General de Indias, Archivo General de Simancas, Archivo de Protocolos de Sevilla, entre otros), así como peruanos (Archivo General de la Nación, Archivo Arzobispal de Lima, Archivo Departamental de Ayacucho, entre otros) y de otros países sudamericanos (Archivo Nacional de Bolivia, Archivo Histórico de la Casa de Moneda de Potosí y Biblioteca Nacional de Bolivia). La metodología utilizada resulta innovadora al utilizar una fuente poco trabajada por su dificultad de lectura, pero que posee abundante información. Estos son los protocolos notariales.

Ahora, sobre el primer tema central, el crédito, entendido como un elemento no físico usado en transacciones, fue un elemento de suma importancia para el desarrollo y consolidación de las instituciones comerciales en la colonia. Según lo dicho en el texto, el crédito era proveído por las cajas de censos, cofradías, conventos, santo oficio, así como los bancos, los cuales corresponden al gran descubrimiento de la autora, ya que la presencia de estas entidades en el Perú hacia el siglo XVII, eran únicas en toda América.

Aunque parezca inverosímil, el Perú, a pesar de ser conocido como la metrópoli de la plata, poseía ausencias periódicas y acentuadas de este circulante. Esto se debió a que gran parte del metal iba destinado a Europa. Asimismo, se debía abastecer con ello a México, Centroamérica, Panamá, Filipinas, Chile, Quito y Buenos Aires. Por último, aunque en menor medida, la plata no circuló como moneda debido a ser utilizada en orfebrería y en otras formas de atesoramiento. Por lo tanto, tener una forma alternativa de manejo de capital era esencial para que el rumbo económico colonial se mantenga en curso.

Pero ¿qué tiene que ver el rol del crédito con el crecimiento de una autonomía de las élites criollas frente a la metrópoli? Esto tiene que ver con el segundo tema central, en donde la autora logró determinar que en este caso particular, la tenencia de una sólida base económica era fundamental para la proyección social y cultural de un sector de la población. Esta sección corresponde a los comerciantes, los cuales eran los más importantes prestamistas de créditos. Los mercaderes precedían las entidades bancarias, los cuales solo ofrecían el servicio de contener el dinero depositado en sus arcas en sectores con fuertes demandas monetarias.

El texto continúa con el desarrollo de los mercaderes en dos fases cronológicas. Hacia la primera mitad del siglo XVII, se produjo el fortalecimiento de los mercaderes. Esto en relación al inicio de los estragos económicos debido a la inflación generalizada en Europa por el exceso de plata enviada desde América. Aquellos hechos fueron la plataforma de lo que se llamaría como la “crisis del siglo XVII”. Ya en la segunda mitad de dicho siglo, los comerciantes peruanos lograrían ingresar satisfactoriamente a las esferas sociales y de poder. Sus estrategias mercantiles y financieras les darían el estatus suficiente en un periodo donde la autoridad colonial, debilitada por la falta de capital, debía seguir, como menciona la autora, “las reglas de juego” que impusieron los mercaderes.

La conclusión que llega Suárez es que esta participación logró socavar el sistema comercial español, ya que las características de dicho modelo no resultaron provechosas para los beneficios  que buscaban los comerciantes. La administración peninsular, con el fin de mantener el control de sus súbditos, le dio espacio y autosuficiencia a las élites criollas y a los nativos de América, esto en la época de crisis generalizada. El accionar de la península sobre el cambio de relaciones frente al virreinato peruano se le atribuyó como “el pacto colonial”. Los comerciantes peruanos serían los grandes ganadores durante el siglo XVII, ocupando un lugar preponderante en la sociedad colonial y desafiando los intereses monárquicos a costa de los suyos.

El libro de Margarita Suárez corresponde a uno de los estudios más completos y prolijos sobre la actividad política y comercial del virreinato del Perú en el siglo XVII. Resulta ser un aporte importante y que brinda un buen punto de partida a investigaciones posteriores.

 

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