La Ciudad de Villa el Salvador ha sido denominada “Capital Ambiental” por el Presidente de la República. Más allá de los grandes méritos de esta comunidad, es claro que seguir construyendo sobre el desierto no parece ser el modelo a seguir. De otro lado, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) ha llamado este año a cambiar de patrones de consumo y generar menos carbono. El Perú es uno de los países que menos emisiones genera, y sigue teniendo niveles per cápita muy bajos de emisión. No obstante, el país quiere seguir creciendo económicamente. Esto implica también mayor consumo de energía. ¿Qué fuente utilizar? La energía hidroeléctrica parece ser la mejor candidata. Es una fuente limpia y renovable, y nuestra accidentada geografía facilita el uso de la misma para generar energía eléctrica. De esta manera, seremos menos vulnerables, además, frente a la posible escasez o altos precios de los combustibles fósiles.
El punto es que ambos aspectos están vinculados con el agua y su acceso. El futuro del país dependerá del uso eficiente de la misma. Para ello, es indispensable generar instrumentos para lograr dicho objetivo y generar autoridades de cuenca reales. Y sí a esto agregamos los peligros que genera el cambio climático, completamos un cuadro claramente orientado a mirar nuestras cuencas y recursos hídricos como elemento clave de nuestra estrategia de desarrollo, y la sostenibilidad.
La Capital Ambiental del Perú debiera ser entonces aquella que logre enfrentar esta agenda, y asegure la sostenibilidad del desarrollo para las futuras generaciones.
Ivan Lanegra