En el post “Universidades como conejos”, publicado en Kaleidoscopio se mencionaba el posible surgimiento de una nueva universidad pública en la selva central, cosa que ya ocurrió el 19 de noviembre con la creación de La Universidad Intercultural de la Selva Central Juan Santos Atahualpa por Ley 29616.
Como se menciona en el artículo, lo que se propone en realidad es convertir, en este caso, dos sedes de dos universidades nacionales en la zona (la Universidad Nacional del Centro que tenía en Satipo la Facultad de Agronomía, y la Universidad Daniel Alcides Carrión en LA Merced). Es decir resultaba un negocio político redondo ya que sin gasto alguno se partía un pelo en dos y se satisfacía la demanda popular.
Este triunfo de los representantes de Unión por el Perú, se ha visto sin embargo rebasado por los entusiasmos de la congresista nacionalista Martha Acosta que propone modificar el Proyecto de Ley Nº4550, y convertir esta nueva Universidad en dos nuevas universidades, una en La Merced que conservaría el nombre de José Santos Atahualpa, y otra en Satipo sobre la base de la sedes y bienes que allí tiene la facultad de Ciencias Agrarias de la UNC
Y cuál es la base científica de esta iniciativa. Para ello hay que ver los estudios de costo beneficio que se hace en este tipo de casos. Lo primero es mostrar que lo que se propone no le costará más al estado, cuestión que parece solucionada con la fórmula de convertir una sede en universidad. Lo segundo es dar cuenta de los beneficios de la norma, y que más que mencionar que los egresados de secundaria no tendrán que trasladarse para ir a la universidad. A nadie le importa saber qué carreras habrá, de qué manera la universidad crecerá y será cada vez mejor.. Para los congresistas solo se trata de un cambio de cartel, de una especie de fe de erratas según la cual basta con cambiar allí donde dice “del Centro” por “de Satipo”. Es tan sencillo lograr una mayor educación para todos.
No está lejano el sueño de una universidad pro provincia, paso seguramente previo a contar con una por distrito ¿por qué no? Bastaría que el colegio más grande del distrito se convierta en universidad conservando en esta nueva condición el local y el presupuesto, todo lo demás seguramente viene solo.
Esta no es sino una manera de entusiasmar a los jóvenes y sus familias en el corto plazo, a cuenta de frustraciones en el mediano y largo plazo.