Exceso de universitarios en China

Los estudiantes chinos sobran. Hay demasiados. Según informa el New York Times hay miles de profesionales jóvenes que no encuentran trabajo. Les ocurre lo mismo que nos pasa a nosotros, solo que allí hay partido comunista y eso significa un conjunto de reglas sin discusión.

En este sociocapitalismo de demodictadura, que no es calco ni copia, pero que se parece al gobierno imperial, se da un fenómeno nuevo difícil de controlar, le llaman la tribu de hormigas. “Al igual que las hormigas, se reúnen en colonias, a veces subterráneas en los sótanos, y un trabajo largo y duro”, dijo Zhou Xiaozheng, profesor de sociología en la Universidad Renmin de Beijing.

Poco a poco, día a día los miles de graduados llegan a las principales ciudades con la esperanza, sin el dinero, con sus sueños, sin idea de lo que encontrarán, se ubican en tugurios, o tugurizan los espacios en los que se alojan. Buscan trabajo, no encuentran, sus salarios están estancados, mientras que el de los obreros aumenta, se convierten en ambulantes, en pequeños comerciantes, en recicladores, en pequeños empresarios, y los que no logran ni eso se regresan cargado de frustraciones a sus pueblos, a mirar con vergüenza a sus familiares que gastaron sus últimos yuanes en su salvación.

“En 1998, cuando Jiang Zemin , el presidente, anunció planes para impulsar la educación superior, egresaban de las universidades chinas 830 mil graduados al año. En mayo pasado, esa cifra fue más de seis millones y sigue en aumento.”

Los analistas chinos están temerosos de lo que pueda ocurrir. Tanto egresado sin trabajo, o en puestos ajenos a sus competencias, son una señal clara de futuro descontento.

La mayoría de ellos son “guanxi”, palabra china para señalar a los que llegan con una mano adelante y una atrás, sin conocer a nadie en la gran ciudad, sin contactos políticos, sin redes sociales para insertarse en la vida urbana y hacer valer los conocimientos que adquirieron en las universidades. “Si no eres el hijo de un funcionario o que no provienen de dinero, la vida va a ser amarga”. Déficit de capital cultural diría Bordieu.

En la china para casarse se requiere contar con un departamento, y ello en la ciudad supone un éxito qu la mayoría no logra. El dicatacapitalismo parece haber inventado un “método de mercado” para el control de la natalidad. Un hombre joven administrador graduado en Hunan, trabaja 12 horas diarias en su puesto de comida ambulante en Beigin, para traer a su novia, si no lo consigue en dos años quedará soltero.

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