La República (15/11/2014): Los jesuitas son reconocidos como intelectuales y educadores. Menos conocido pero más controversial es su compromiso universitario con la promoción de la fe y la justicia. Hace 25 años, en El Salvador, fueron asesinados varios de estos incómodos profetas y dos mujeres que los ayudaban. En ocasión del aniversario se han escrito varios testimonios que recogen ideas desafiantes sobre la universidad. Ernesto Cavassa, rector de la UARM, declara que “la universidad no es para sí misma sino para la sociedad (…) compromiso por la paz, la justicia y los más pobres, sellado con sangre”. En el New York Times, otro jesuita indica que encuentra en la academia el mismo error de la cultura clerical católica: estar más concentrada en la protección de sus privilegios que en el servicio. Jon Sobrino, miembro sobreviviente de esa comunidad, propone también que “hay dos modos de caminar en la vida, de ser jesuitas, construir la sociedad y la universidad. Son caminos opuestos y están en pugna. Uno es el camino de la pobreza, que lleva (…) a la humildad, a la hondura de lo humano, a la verdadera vida. El otro es el camino de la riqueza, que lleva (…) a la arrogancia, a una vida falseada, personal e institucional (…) Se trata de ganar o perder la vida, como dice Jesús. Y de estar dispuestos a pagar el precio”. Las ideas que respaldan esta reflexión se pueden encontrar en el pdf adjunto.
Documentos:
América Latina: Universidades Jesuitas y martirio – Rector UARM
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