“Si no soy yo, que se jodan todos”
¿Hay algo bueno que rescatar de este proceso electoral, a punto de culminar, en su primera etapa? Pareciera que nada, ya que lo que nos arroja es lo mismo de siempre: incertidumbre, desazón y sensación de salto al vacío; al igual que cada cinco años, como cada elección general que, en lugar de generar un mínimo de esperanza, lo que produce es desesperanza. En este proceso electivo, el asunto es más grave, puesto que estando en el hoyo de una terrible crisis sanitaria y económica, por efectos de la peste, nuestro sistema político se ha empeñado en hundirnos mucho más.