Sigo sin entender cómo es que por razones netamente litúrgicas, el día del carnaval se mueve de fecha cada año, pero lo cierto es que el domingo 22 se celebró en nuestro país, o por lo menos en el sur, la fecha central de esta antigua y tradicional fiesta caracterizada por el desmadre total.

Uno de los ya comunes viajes que hago fuera de Arequipa, me impidió postear acerca del 14 de febrero, Día del Amor o la Amistad, según sea el caso o cómo lo quiera pasar cada uno. Sin importar eso, lo real es que el amor es un tema seductor, inquietante o traumante, lo cual también depende de la forma cómo hemos aprendido a concebirlo y/o vivirlo.

Recientemente, una mitad del pueblo boliviano ha celebrado la promulgación de una nueva Constitución. Su casi otra mitad la ha defenestrado tensando aún más la difícil situación de ese país hermano que, a decir de Osvaldo de Rivero, es uno de los mejores ejemplos de lo que hoy se ha venido a llamar las sociedades inviables.

En el caso de Ingrid Suárez Velarde, aquella postulante que casi se convierte en Contralora General de la República de no ser porque la prensa descubrió que falseó con sus papeles, la voz más ausente ha sido el de las universidades públicas. Es decir, frente al caso de certificados, notas y títulos falsos, la institución que debiera haberse pronunciado con rapidez y contundencia era la universidad, pero hizo mutis total.