La duquesa

Con excepción de las candidatas al Oscar, que aún no llegan oficialmente a nuestra cartelera, las cintas de la temporada estival son para un público que desea pasar un buen momento de entretenimiento, aunque sea soso, como el caso de Guerra de novias o Marley y yo.

Frente a ese panorama decidimos reencontrarnos con la historia para ver un capítulo de la tradición inglesa, aquella que cuenta el caso de la niña mimada que se casa con un duque con el objetivo de procrear, pero comete el delito de meterse a la política, entre otras razones, para hacer reaccionar al flemático marido.

Nos referimos a la duquesa de Devoshire, polémica personaje del s XVIII que motivó grandes y revolucionarios cambios en la política inglesa por su actitud polémica y liberal. Ese capítulo histórico está envuelto en una puesta de escena impecable donde destacan la ambientación, el vestuario y la música, aunque el director, Saul Dibb, haya preferido contarlo desde el lado de la triangulación amorosa, propia de la vida cortesana de las monarquías, pero con mucho recato, pues no hay una mínima mención a la vida libertina de la soberana, hecho que sí es destacado por la historia porque justamente ese rasgo es lo que le permitió ganarse el cariño de su pueblo.

Pero regresando al film, destaca también la caracterización. Así, veremos a una bellísima Keira Knightley (la duquesa), luciendo apretadísimos corsés, pero que se diluye ante la soberbia de un Ralph Fiennes (el duque) encarnando a esa machista autoridad que tiene que cumplir el papel de prevalecer los cánones de la época.

Puntuación: 4.00 / Votos: 1

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