Aclaraciones sobre el existencialismo

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Por: Berenice Aguilar

 

Muchos reconocen las famosas frases “la existencia precede a la esencia” o “el hombre está condenado a ser libre”, sin embargo, son menos quienes conocen su contexto o procedencia. Ambas forman parte del pensamiento existencialista del siglo XX. El autor de las afirmaciones es el filósofo francés Jean Paul Sartre (1905 – 1980). El existencialismo se sitúa en las décadas 40 y 50, aun cuando se trata de una corriente filosófica, podemos encontrar que tiene varias ramificaciones y tendencias. Algunos autores consideran que los existencialistas comparten temas en común, por ejemplo, el nihilismo, el absurdo y la autenticidad. Es en esta ambigüedad lingüística que Jonathan Webber se propone repensar al existencialismo en su libro Rethinking Existentialism (2018).

En el primer capítulo, Webber define el existencialismo de acuerdo con la máxima sartreana “la existencia precede a la esencia”. Desde esta perspectiva el autor conducirá al lector en un viaje para repensar el existencialismo. Webber comienza su libro demostrando por qué la etiqueta existencialista no debe aplicarse a ciertos pensadores.

El segundo capítulo, demuestra por qué Camus no debe ser considerado en el círculo interno existencialista, ya que el novelista francés rechazaba a los principales pensadores de esta vertiente. Además, se evidencia el desacuerdo entre Camus y Sartre, consecuencia de sus posturas filosóficas posteriores. Otro pensador que se asoció con el existencialismo fue Maurice Merleau-Ponty, sin embargo, Webber lo sitúa en la periferia. En el tercer capítulo, el autor describe la divergencia del pensamiento merleu-pontiano por su crítica al concepto sartriano de libertad radical.

Aunque Webber define al existencialismo de acuerdo con la máxima “la existencia precede a la esencia”, señala que Sartre y Beauvoir no estaban de acuerdo, inicialmente, con lo que implicaba dicho concepto. Si bien Sartre es considerado sinónimo del existencialismo, nuestro autor demuestra que sus primeros trabajos son defectuosos al abordar el problema del absurdo. Al rastrear el desarrollo del pensamiento sartriano, Webber demuestra cómo el pensador francés adoptó la postura de Beauvoir para alcanzar la versión madura de su pensamiento, el cual se corresponde con el de la filósofa y con el de Fanon, en términos de sus propios conceptos de compromiso. En el existencialismo, para Webber, no hay una naturaleza predeterminada y la esencia de cada uno se forma a través del cumplimiento de los proyectos. Para el autor americano, las obras canónicas de esta vertiente filosófica son El segundo sexo de Simone de Beauvoir, Piel negra, máscaras blancas de Frantz Fanon y San Genet, comediante y mártir de Jean-Paul Sartre.

En este libro encontramos interesantes conceptos y observaciones. Si bien se piensa que el existencialismo está en desacuerdo con el psicoanálisis freudiano, la obra demuestra lo contrario a través del quinto capitulo; el existencialismo cae en la tradición freudiana. Aunque la obra de Freud apela a los impulsos innatos y los existencialistas rechazan la idea de un yo esencial, Webber argumenta que no existe ninguna contradicción, sino un compromiso con Freud en el intento de superar al sujeto cartesiano.

En el capítulo sexto, encontramos una interpretación novedosa de la obra de teatro Sin salida de Jean Paul Sartre. La interpretación habitual considera lo siguiente: si el infierno son las otras personas, deberíamos preferir nuestra imagen propia en contraposición a la proyectada sobre nosotros por otras personas. Webber afirma, en cambio, que la verdadera moraleja de la obra se basa en la mala fe, la cual, inevitablemente, perjudica nuestra relación con los otros.

En el último capítulo se discute el horizonte que seguirá el existencialismo. Kyle Michael James Shuttleworth menciona en su reseña que el libro de Webber proporciona una explicación analítica satisfactoria de esta corriente filosófica. Continuando con James, repensar el existencialismo en un texto tan actual, demuestra la relevancia de la filosofía existencial en el mundo contemporáneo. Webber proporciona aclaraciones sobre el existencialismo desde una perspectiva fresca y coherente.

En palabras de James Shuttleworth, Repensar el existencialismo no solo es el libro esencial para cualquier persona interesada en el existencialismo, sino es el único libro que se necesita.

 

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Puntuación: 5 / Votos: 3

Un pensamiento en “Aclaraciones sobre el existencialismo

  1. Santiago

    Un pensamiento demasiado atomizado que tiene que mantener los logros de la Ilustración y el progreso.
    Por su misma esencia condena al hombre “desencarnado” a fracaso.
    Esta será la esencia del ser humano si es incapaz de ver y relacionarse con la Divinidad.
    Vivir en un continuo pecado, que accede a la conciencia y que no permite “mirar o ver” los verdaderos momentos de vida y felicidad.
    Ya se encargan los otros – por supuesto ateos – de mantener el “desprecio” y desacuerdo.
    No nos damos cuenta, sino optimizamos nuestra fe, nuestra interioridad, que los demás “estos”, no son nada.
    No son lo “Otro”. Son otros tan insignificantes en la gracia que viene en la reconciliación con Dios Padre, que hasta que no nos atrevemos a coger “esa vela y navegar”, estaos negando lo más esencial de nosotros mismos.
    ¿Para que quiero yo el “sin sentido”? ¿Happening?
    Cuando “soy yo el que actúo” puedo observar y valorar las inquietudes de los demás.
    De aquí decidir.
    No se trata del entendimiento, que por desgracia es muy desigual, sino de la voluntad que respeta y se respeta.
    Las distancias están marcadas y la “obra” terminada.
    Mis valores, mis acciones, mis opiniones, mi representación en la vida, mis logros, son escuela y camino.

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