Por: Berenice Aguilar

El arte es una actividad humana, a través de él se recrea un aspecto estético de la realidad. La expresión artística intenta manifestar una experiencia o una visión acerca del mundo sensible circundante, así la historia del arte es la historia de la representación, es decir, todos los artistas, en específico los pintores, han tratado de plasmar el mundo exterior en un lienzo, sin embargo, hay entre ellos quienes intentaron plasmar un contenido imposible de localizar en el mundo sensible exterior y se volcaron al mundo interior. Es a través de estos artistas que filósofos como Merleau-Ponty retomaron en sus teorías para tratar de hacer visible ese contenido invisible.

En el libro The Question of Painting. Re-thinking Thought with Merleau-Ponty (2018), Jorella Andrews nos ofrece una perspectiva única en los estudios visuales, fenomenológicos, eco-fenomenológicos y en los estudios de la filosofía merleau-pontiana. La obra muestra cómo la fenomenología puede llegar a ser relevante para la pintura, pues, como el título denota, percepción y experiencia son conceptos estéticos.

En la obra se destaca la pintura como forma de exploración y se visualiza cómo la exploración artística articula contenidos y discursos a partir de distintos aspectos de la vida cotidiana. En Lo visible y lo invisible, Ponty señala lo siguiente: “Esencia y existencia, lo imaginario y lo real, lo visible y lo invisible; la pintura borra todas las categorías al desplegar su universo onírico de esencias carnales, de semejanzas eficientes y significaciones silenciosas”. Para el filósofo francés, la pintura representa lo exterior y al mismo tiempo es capaz de representar lo invisible de lo visible.

El objetivo de Andrews es iluminar y trazar una nueva perspectiva ontológica de la obra del pensador galo. El libro está dividido en cuatro partes principales:

La primera reintroduce la fenomenología y su eco-espíritu en un marco critico-teórico entre la fenomenología y la pintura. La cuestión de la encarnación y la percepción encarnada es el eje central del pensamiento de Merleau-Ponty a lo largo de sus obras. El análisis de la carne se deriva de la recuperación merleau-pontiana de ciertos pintores, como Paul Cézanne, Klee y Henry Matisse. Para este filósofo, la carne abre el mundo sensible y le permite al ser humano ser independiente de la experiencia del mundo.

La segunda parte considera el pensamiento extendido y establece una conexión entre el cuerpo, la encarnación y la materia del arte. Para Andrews, la encarnación juega un papel importante dentro del arte, ya que le permite al artista integrar las características espaciotemporales entorno al cuerpo. La percepción es análoga a un compromiso del cuerpo con el mundo. Representa nuestra realidad. El cuerpo subjetivo —leib— y el cuerpo objetivo —körper— forman una unidad dialéctica. De acuerdo con Andrews, el cuerpo subjetivo es el trasfondo de todas las formas de vivencia, en especial la artística.

La tercera parte del libro se centra en conceptos lingüísticos y en el tema de la representación, tanto en la obra de Ponty como en el arte. Aquí se investiga el fenómeno de la resonancia entre la herramienta lingüística y el arte, pues el discurso juega un papel fundamental como herramienta de expresión.

La última parte se enfoca en los términos utilizados por el filósofo francés, como carne, visible, invisible, quiasmo, para reinsertar la pintura y el discurso artístico en la fenomenología, a través de una perspectiva ontológica. Merleau-Ponty sostiene que el perceptor está introducido en el espacio estético e interactúa con él a través de los sentidos y experiencias. Entonces, la carne es el puente entre el cuerpo subjetivo y la naturaleza.

Nikoleta Zampaki afirma en su reseña que este libro demuestra cómo están conectadas las tradiciones fenomenológicas y artísticas, además dibuja una perspectiva a través de un contexto fenomenológico del libro. La obra de Andrews ofrece una descripción general del pensamiento de Merleau-Ponty y al mismo tiempo ofrece nuevos puntos de vista sobre el arte y la fenomenología. Para Zampaki, este libro logra introducirnos al pensamiento de Ponty como una comunicación viva con el mundo y promete abrir la puerta a nuevos tipos de creatividad, ya sea, intelectual o fenomenológica.

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