Por: María Eugenia Rey
Philosophical Anthropology (2016) es un volumen editado por Johann Michel y Jérôme Porée, y traducido del francés al inglés por David Pellauer, en el que se reúnen 16 trabajos –entre ensayos y conferencias- de Paul Ricoeur, distribuidos en tres secciones: la primera dedicada a sus reflexiones Sobre la Voluntad, la segunda a las consideraciones Sobre la Acción, y la tercera a los últimos trabajos del autor francés. El punto de encuentro de todos estos estudios viene dado por el objeto al que se refieren, a saber, aquel que aborda las problemáticas relativas a una antropología filosófica.
Claro que plantearse un proyecto –no resuelto, por cierto- de antropología filosófica dentro del pensamiento de Paul Ricoeur no es una empresa ausente de problemática. Y, a despecho del título, no sería correcto esperar de la colección antes mencionada una guía propedéutica de esta aproximación teórica, tal como señala la reseña de Michael Maidan. De hecho, ya desde la introducción de la publicación se expone la controversia del título: la poca referencia, por un lado, que el mismo Ricoeur hace a la antropología filosófica para referirse a su propio trabajo; y, por el otro, la observación evidente de que la mayoría de los asuntos investigados por Ricoeur caen dentro del campo de la antropología filosófica. En todo caso, dos ensayos específicos, contenidos en el volumen reseñado, parecieran abordar directamente la cuestión de cómo Ricoeur entiende su proyecto de una antropología filosófica; uno es The Antinomy of Human Reality and the Problem of a Philosophical Anthropology (1967), y otro titulado Human Beings as the Subject of Philosophy (1988) que es, en opinión de Maidan, el trabajo que más de cerca mira la cuestión de la antropología filosófica. De la misma forma, otra referencia directa a este enfoque se puede encontrar en la autobiografía intelectual de Ricoeur, en la que se refiere a la filosofía de la voluntad como un proyecto de la filosofía antropológica.
Con todo, poco se ha dicho sobre la auténtica naturaleza del proyecto ricoeurniano sobre una antropología filosófica. ¿Qué es lo que hace que sus estudios sobre la voluntad, la finitud y los símbolos –todos abordados en el volumen señalado- sean considerados propios de la antropología filosófica? ¿Qué es lo que falta en una u otra disciplina que debe ser completado con el otro enfoque? Ambas, la antropología y la filosofía, hacen discursos para entender la realidad, es decir, van más allá de la mera doxa; su misión no es describir una/la realidad, sino dar cuenta de ello, explicarlo, captar lo que pasa y darle una razón. El discurso antropológico –al igual que el discurso político, o económico, o sociológico, etc.- da explicación de una parte de la realidad –la referida al hombre-, mientras que el discurso filosófico –al igual que el mitológico y el teológico- intenta abarcar toda la realidad y no solo una porción de ella. En este sentido, desarrollar una antropología filosófica parece un intento de que la filosofía supere, o más bien complemente, a la antropología, de que el discurso sobre la explicación de hombre se reintegre en una totalidad guiada por el recurso al ser.
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