El Centro Universitario de Desarrollo (CINDA), con el apoyo de Universia y de la Secretaría General Iberoamericana ha publicado el libro “El rol de las Universidades en el Desarrollo Científico y Tecnológico – Informe 2010“ (242 páginas).
También está disponible el informe CINDA anterior, varias veces mencionado en el más reciente: “Educación Superior en Iberoamérica. Informe 2007“ (322 páginas).
El informe 2010 en pdf presenta tres artículos y resúmenes de los informes nacionales (la versión impresa es acompañada con un CD que incluye los informes nacionales completos).
De los artículos comentaremos los dos primeros:
1. Desarrollo científico-tecnológico en Iberoamérica en la década 1998-2007 y rol de las universidades.
2. Informe desde la perspectiva europea del desarrollo científico-tecnológico en Iberoamérica (1998-2007) y rol de las universidades.
3. Las comunidades científicas pequeñas.
En breve, respecto del primer artículo :
a) el informe responde al paradigma de los sistemas de investigación, más que al de Sistemas de Conocimiento del documento de UNESCO, ya comentado. La diferencia principal es la baja atención a la Innovación y a su influencia sobre los sectores público y privado de la Sociedad del Conocimiento. La misma información, sin embargo, muestra que este sistema parece coherente con el bajo desarrollo actual de la producción de innovaciones medido como producción desde la empresa nacional en términos de ejecución de la investigación y desarrollo (I+D) y en especial de patentes de residentes nacionales.
b) el estudio muestra que a pesar de haber casi duplicado su tamaño en la mayoría de los indicadores, la importancia de Iberoamérica, y de América Latina y El Caribe (ALyC)en particular, es mucho menor a su importancia demográfica en el mundo (8.5% para ALyC en 2010, calculado de los datos de la proyección media de UNFPA, 2008). Los fondos asignados por ALyC representan 2.9%, el número de científicos y tecnólogos 3.6% y las publicaciones el 6.8 de los valores mundiales.
c) la enorme mayoría de los recursos y producción de Iberoamérica se concentran en España y Brasil, y Portugal, Argentina, México y Chile. La heterogeneidad entre países alcanza varios órdenes de magnitud y compromete el diseño de políticas unitarias de desarrollo.
El texto, entre otros muchos datos, ilustra la participación del Gobierno, la Educación Superior y las Empresas en el financiamiento y la ejecución de la investigación en América Latina (p.45).
Financiamiento
Ejecución
Respecto al rol de la Universidad en el desarrollo científico y tecnológico (p.82 y 83)
a. “las Universidades concentran entre el 47 y el 50% de los investigadores activos”.
b. “Este conjunto de investigadores universitarios ejecuta cada año entre el 30 y el 35% del presupuesto de investigación y desarrollo de Iberoamérica”.
c. “La formación de capital humano avanzado es una actividad restringida exclusivamente a las Universidades”.
d. “La contribución universitaria en publicaciones y patentes es desproporcionada porque ella sobrepasa el 50%. En el caso de publicaciones, el sector universitario produce entre el 65 y el 75% de las publicaciones producidas en Iberoamérica. La contribución relativa de la Universidad es mayor en países con menor desarrollo relativo de los componentes empresarial y gubernamental, los que con mayor desarrollo generan un número mayor de contribuciones científicas. […] El patrón de producción de patentes es similar al de publicaciones, pero en países con mayor desarrollo relativo de actividades de investigación en empresas, éstas y las instituciones de gobierno pueden contribuir hasta un 60% de las patentes producidas por un país dado.
A continuación la síntesis del segundo artículo y acceso a la base de datos 2008 sobre publicaciones científicas usada por SCIMAGO para el ranking de revistas de investigación, con algunos comentarios. El segundo artículo,que mira el espacio Iberoamericano desde Europa, comienza con una declaración del cambio en el escenario:
“El papel de la universidad en la investigación se ha entendido, tradicionalmente, como el descubrimiento y la generación de nuevo conocimiento, y la solución de problemas teóricos y prácticos, con intervención de los métodos provistos por las diferentes disciplinas académicas integradas en la institución universitaria. Más recientemente, la función de las universidades en el campo de la investigación ha experimentado tres evoluciones importantes:
1. La investigación académica, realizada principalmente en las universidades, ha empezado a convivir con la investigación que llevan a cabo las empresas, produciéndose una creciente, y no siempre fácil, interacción entre ambas.
2. Nuevas formas de producir conocimiento han entrado en escena, cuya lógica, comunicación y control no residen exclusiva, ni siquiera principalmente, en las universidades.
3. La investigación propiamente académica se ha visto sometida a un régimen cada vez más intenso de medición y evaluación externas, en la misma medida que han aumentado los recursos públicos destinados a ella y que su importancia para la promoción profesional y su trascendencia para las sociedades se ha visto incrementada” (p.87).
Entre las constataciones más fuertes están:
“El avance de los países iberoamericanos hacia la economía global basada en el uso intensivo del conocimiento es todavía reducido. En una escala de 1 a 10, sólo España, Portugal y Chile alcanzan cifras superiores a siete, situándose América Latina y el Caribe en su conjunto en el nivel 4,7 y el global del mundo en 5,6. Cuatro factores contribuyen a estos índices de economía del conocimiento: calidad del régimen de incentivos económicos; capacidad de innovación ponderada por población; aporte de la educación, que opera como un indicador de capital humano, y la penetración y uso de tecnologías de información y comunicación (tic). En la mayoría de los países iberoamericanos se observa una reducida contribución del factor educación o capital humano (p.89)”.
“Durante los últimos 15 años, el conjunto de los países de Iberoamérica ha contribuido a la producción mundial de conocimiento científico y técnico con sólo un 4% del total, menos de la mitad de su participación en la población mundial (p.90)”.
“Según su fuente de origen, los recursos destinados a I+D son mayoritariamente de origen público. En cambio, en los países más desarrollados, una parte significativa se origina en las empresas, situación que en Iberoamérica sólo se da, aunque en menor proporción, en Brasil, Colombia, Uruguay y España. Paralelamente, la mayor parte del gasto en I+D se destina en los países iberoamericanos a las universidades, centros gubernamentales de investigación y organismos privados sin fines de lucro. Sólo en España más de la mitad del gasto se ejecuta en las empresas, situación común en los países más desarrollados (p.91)”.
Un interesante aporte del texto es un análisis FODA (p.98):
Adicionalmente se señala tres limitaciones estructurales (p.98 y 99):
– debilidad de los sistemas de educación elemental y secundaria (“al menos la mitad de los alumnos no ha logrado a los 15 años las competencias de desempeño mínimas para operar con información p.89”, medidas por PISA);
– debilidad del sistema de financiación (que en algún caso es un sobrefinanciamiento respecto de otros capítulos del gasto social); y
– debilidades organizativas de los sistemas de I D (p.e. atomización y/o caciquismo latifundista).
Como principales acciones recomendables de corto plazo figuran, entre otras: (p.99 a 101):
– promover la existencia y proliferación de islas de excelencia;
– promover mayor implicación de las empresas en I+D;
– potenciar las alianzas público-privadas;
– crear un marco común de trabajo; y
– consolidar colaboraciones internacionales.
Y las propuestas para las universidades de ALyC son (p.101 y 102):
– Apostar por la investigación de calidad
– Fomentar las vocaciones científico-técnicas entre los estudiantes
– Proteger y promover el talento propio, a la vez que se selecciona a los mejores investigadores a nivel internacional
– Educar a los investigadores y profesores en la necesidad de proteger el conocimiento
– Tomar un papel proactivo en el fomento de la creación de empresas de alto valor
– Potenciar alianzas estratégicas con el sector privado y con entidades públicas de prestigio
Para revisar los datos sobre producción se puede usar los que ofrece la base de datos con la que SCIMAGO construye su ranking de investigación. De esta información (archivo excel de 3.5megas) resulta que ALyC produce apenas el 2,6% de las más de 17mil revistas científicas registradas, para 2008, en la base de datos SCOPUS de Elsevier (una de las dos más importantes gestoras de información científica mundial). Y que estas revistas reciben apenas un 0.26% de las citas acumuladas durante tres años.
La metodología del índice SCImago Journal Rank (SJR) indicator,con el que se construyen estos rankings se inspira en el modelo que usa Google para calcular los pageranks y está disponible aquí (21 páginas). El comentario de este y de los otros índices internacionales de Universidades será materia de otros post. Solo mencionaremos que Perú figura con apenas dos revistas, una de las cuales ha migrado fuera del país.
que feo no buca nada de lo que quiero