MI TIEMPO DE NAVIDAD EN NAVIDAD

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El tiempo de adviento nos prepara para la fiesta importante la cual es la natividad del señor, después de la Pascua de resurrección, el mundo católico entra en temporada alta de fe y muestra e sincero acogimiento al Kyrios. Sin embargo nos cuestiona el entender navidad desde el ser del señor. Nosotros buscamos en la cosas la presencia del dios vivo, es decir, en el iphone, las cadenas de mensajes masivos, el uso de minutos libre en nuestro móvil, pero olvidamos a quien recibimos.

Recuerdo que en estas fechas, Emilie Bacigalupo me comentaba que repartía algunos víveres con los niños más necesitados de su sector de la ciudad de Lima. Recuerdo también a un amigo que me comentaba que sus padres pasaban la noche de navidad, de su primer año de matrimonio con un pan duro por cena, pero que guardaban la felicidad de compartirse en medio de la nada.

En medio del mundo secular, del ruido, no hemos olvidado del invitado quien de manera elegante y sobria espera ingresar, de manera metafórica y real en nuestras vidas. El nos espera siempre solo que no hayamos obnubilado con la brillante de los regalos y la exuberancia de las sofisticaciones tecnológicas. En este tiempo de vida FAMILIAR, aquellos que la hemos elegido o la aceptamos, sabremos disfrutarla. Sin embargo, aquella gente que solo vive para su trabajo, desperdicia el momento del encuentro con su propia familia, postergando para un mejor tiempo dicho gozo. En realidad no creo que el presente actual difiera mucho de su vida cotidiana siempre distendiendo sus emociones y postergando el encuentro familiar so pretexto de ganar dinero para tener calidad de vida.

Es importante recordar lo mucho que se puede ser feliz con las cosas necesarias y no con las cosas accesorias. El acumular bienes no nos asegura una rectitud de vida y menos una sinceridad de nuestro proceder, es más bien el medio para reforzarnos como personas herederas de una dignidad anterior al estado, la dignidad humana.

Los jóvenes me preguntan cómo puede demostrar mi amor en este tiempo de navidad, es ir a chocolatadas, obras de caridad o asistencialismo de las empresas. En realidad, no lo sé, pero lo que si puede decirles es que aun con las personas oportunistas y quienes buscan propaganda para sus empresas se puede hacer el bien de manera directa. En el otro encontramos la imagen del dios hombre en medio de nosotros, aquel que trabaja con una asignación familiar de tres hijos y un sueldo maravilloso de 550 nuevos soles, la madre soltera que se esfuerza para vivir como MUJER sin necesidad de MARIDO que la mantenga, del joven que tuve su primer enamoramiento y no sabe como contarle a su padres sus emociones, o la chica que quedo embarazada en su primera relación sin sentir ninguna reacción más que miedo e incertidumbre.

Si un en medio de esos contextos se encuentra Dios, se que racionalmente es difícil de creer, pero EL está en medio de nosotros. En medio de la soledad y la inflación, el problema generacional e intercultural, aun en medio de dichos contextos todavía Dios se manifiesta. Lo digo porque hace muchos años leía a cardenal Demartini quien afirmaba que Jesús si estuviera en las calles en estos post modernos actuaria de la misma manera coherente como actuó en Palestina, es decir, claro y directo.

JESUS celebraría las acciones de desprendimiento, entendimiento, sinceridad y ayuda desinteresada. Llamaría a los jóvenes adultos a comprometerse con su trabajo, el pago de impuestos, fidelidad a su pareja. Llamaría a los adultos mayores para que compartieran su experiencia de vida con los jóvenes y nos contara los hechos buenos y saludables de la comunidad local. Llamaría a los niños para que contemplaran las maravillas del trabajo colectivo de una sociedad organizada en el trabajo y el respeto de las diferencias.

En fin el tiempo de navidad es para ser en el señor, y no ser en las cosas.

SALUDOS

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