Regreso al futuro
La fórmula de compensar la crisis imaginativa de Hollywood con un buen olfato crematístico parece funcionar en casos cómo este: inyectarle de tecnología a todo un clásico que, paradójicamente, en su tiempo (1985) fue un hito de la temática científica que a la vez retoma el viejo sueño del conocimiento de jugar con el tiempo, ya sea para anticiparse a él, sacarle provecho o transformarlo.