Hay un aspecto de la sociología en nuestro país que me inquieta desde hace muchos años, pues como ciencia, desde su origen, la sociología ha buscado la integración o armonía social, objetivo logrado en el plano teórico desde varias de sus propuestas; sin embargo, como profesión, la sociología se desenvuelve de manera desmembrada y caótica. La mejor muestra de ello es su Colegio Profesional, creado hace 25 años, pero que hasta el día de hoy no logra consolidarse por causa de sus propios miembros; es decir, de aquellos que se han preparado para la integración social, pero que no lo hacen al interior de su propia institución. He sido decano de este gremio en Arequipa y he vivido y sufrido de manera directa ese drama.
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