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Como era predecible, Hollywood nos entrega la previsible segunda parte del taquillazo en que se convirtió Actividad paranormal, una pretendida cinta de horror que remeda el ya viejo estilo de El Proyecto de la Bruja Blair; es decir, películas sin recursos, mucho menos actores y que se basan en manejar una mini cámara de 16 mm y empezar a seguir a los protagonistas jugando con la improvisación y los giros radicales que dan suspenso al asunto. El producto final: una cinta que más se asemeja a un documental.

Para los gustosos de los gobiernos monárquicos (que, por cierto, hay muchos), ya sea por las nubosidades oníricas que generan las historias de reyes y reinas, o por el glamour existente alrededor de ese mundillo, esta es una cinta que les caerá como anillo al dedo.

Otra semana para disfrutar del cine que se hace fuera de las fronteras hollywoodenses. Esta vez una cinta de factura germánico-británica que recrea un original que fuera protagonizada por Liv Ullmann quien encarnó a una leyenda, entre mítica y diabólica, del catolicismo: la primera y única mujer que logró ponerse las sandalias de San Pedro.

Esta es una cinta rara por varias razones. Una de esas rarezas es que podemos ver una producción ajena a la industria hollywoodense que ejerce cierta tiranía en nuestras salas. Mongol es una película rusa- alemana-mongolesa que además recrea la vida de uno de los grandes personajes de la historia: Genghis Khan (príncipe universal) que, ciertamente, ha sido llevada al ecran en varias ocasiones, pero siempre con la mirada gringa. Aquí nos reencontraremos con el personaje, pero con una mirada más local.

La reciente crisis financiera mundial del 2008, de la cual, según los expertos, aún no salimos, debe haber sigo un postre para la imaginación de Oliver Stone que ya hace una veintena de años, nos describió cómo se maneja el mundo de las especulaciones económicas en el mismísimo corazón de las finanzas mundiales: Wall Street.

Por fin en salas mistianas la ganadora del Oscar a mejor película extranjera. Sí, ésta es la película con la que compitió La teta asustada y que nos arrebató la estuatilla dorada. Simplemente ese dato ya debería despertarnos la curiosidad por verla; pero hay más, pues al cinta, en realidad, es impecable por donde se le vea.