Archivo de la categoría: General

Items that do not fit in other categories

17/11/11: Indignación en Harvard


Por Julia Evelyn Martínez

Un hecho insólito, digno de ser incluido en la saga de “Aunque usted no lo crea” de Ripley, el pasado 02.11.2011, un grupo de estudiantes de Economía tomó la decisión de retirarse en bloque de la cátedra de Introducción a la Economía de la Universidad de Harvard, en protesta por el contenido y el enfoque desde el cual se imparte esta materia.

¿Qué hay de asombroso en este hecho?. En primera lugar, la protesta tuvo como destinatario directo al conocido economista Gregory Mankiw, ex asesor del Presidente George W. Bush y autor de uno de los manuales de macroeconomía más utilizado en las escuelas de economía dentro y fuera de Estados unidos. En segundo lugar, porque de acuerdo a la carta entregada por l@s estudiantes antes de retirarse de la cátedra, el motivo de la protesta fue su indignación por lo que consideran el vacío intelectual y la corrupción moral y económica de gran parte del mundo académico, cómplices por acción u omisión en la actual crisis económica. Y en tercer lugar, se trata de un hecho insólito, porque los integrantes del movimiento estudiantil detrás de este hecho de indignación académica en contra del pensamiento único neoclásico, pertenecen a la élite económica, social y política de los Estados Unidos, que se forma en la Universidad de Harvard para dirigir las corporaciones empresariales globales y/o para asesorar a los gobiernos en materia de políticas económicas y financieras.

En diversos párrafos de la carta al profesor Mankiw se lee: “hoy estamos abandonando su clase, con el fin de expresar nuestro descontento con el sesgo inherente a este curso. Estamos profundamente preocupados por la forma en que este sesgo afecta a los estudiantes, a la Universidad, y nuestra sociedad en general (…) Un estudio académico legítimo de la economía debe incluir una discusión crítica de las ventajas y los defectos de los diferentes modelos económicos. A medida que su clase no incluye las fuentes primarias y rara vez se cuenta con artículos de revistas académicas, tenemos muy poco acceso a aproximaciones económicas alternativas. No hay ninguna justificación para la presentación de las teorías económicas de Adam Smith como algo más fundamental o básico que, por ejemplo, la teoría keynesiana ..(…) ..Los graduados de Harvard juegan un papel importante en las instituciones financieras y en la conformación de las políticas públicas en todo el mundo. Si falla la Universidad de Harvard a la hora de equipar a sus estudiantes con una comprensión amplia y crítica de la economía, sus acciones serán susceptibles de perjudicar el sistema financiero mundial. Los últimos cinco años de crisis económica han sido prueba suficiente de ello”. La carta concluye: “No estamos retirando de su clase este día, tanto para protestar por la falta de discusión de la teoría económica básica y como para dar nuestro apoyo a un movimiento que está cambiando el discurso estadounidense sobre la injusticia económica (Occupy Wall Street) . Profesor Mankiw, le pedimos que se tome nuestras inquietudes y nuestro retiro de su clase en serio”.

Según reportan los escasos medios de comunicación que le dieron cobertura a esta protesta, el movimiento de los estudiantes de Harvard a favor de una economía crítica, se ha ampliado y ha incorporado otras demandas para hacer de Harvard una “universidad socialmente responsable”. Una de éstas consiste en la negociación de contratos de trabajo más dignos para el personal de servicios de la universidad que sufre las políticas de flexibilización laboral que tanto daño le han ocasionado a la clase trabajadora norteamericana. Movimientos similares han comenzado a surgir en la Universidad de Duke (Carolina del Norte) y en la Universidad de Berkeley (California).

El movimiento iniciado en Harvard por un cambio en el enfoque dominante de la enseñanza de la economía no es nuevo. Más bien es un movimiento que viene a sumarse a la iniciativa por un cambio en la enseñanza de esta disciplina que iniciaron en mayo de 2000 l@s estudiantes de las universidades francesas y que meses después recibió el apoyo de estudiantes de Cambridge, Inglaterra.

En ese entonces, también el movimiento estudiantil francés hizo pública una carta declarándose globalmente descontento por la enseñanza recibida, que les impedía lograr una comprensión profunda de los fenómenos económicos a los cuales las personas se enfrentan en el mundo real. Un pasaje de esta carta señalaba que “la mayor parte de nosotros ha escogido la formación económica con el fin de adquirir una comprensión profunda de los fenómenos económicos a los cuales el ciudadano de hoy en día se encuentra confrontado. Ahora bien, la enseñanza tal como es expuesta –es decir en la mayor parte de los casos la teoría neoclásica o enfoques derivados –, generalmente no responde a esta expectativa”. La carta finalizaba con un exhortación al profesorado francés similar al mensaje enviado al profesor Mankiw: ¡Despiértense antes de que sea demasiado tarde!.

Hace casi 200 años, John Stuart Mill al asumir como Rector de la Universidad de Saint Andrew, recordaba al claustro de profesores de dicha universidad, que la función de las universidades no es hacer que los estudiantes aprendan a repetir lo que se les enseña como verdadero sino que su función es formar personas con capacidad de pensar por sí mismas. De acuerdo a este gran economista y filosofo, las universidades deben enseñarles a las personas a “Poner en duda las cosas; no aceptar doctrinas, propias o ajenas, sin el riguroso escrutinio de la crítica negativa, sin dejar pasar inadvertidas falacias, incoherencias o confusiones; sobre todo, insistir en tener claro el significado de una palabra antes de usarla y el significado de una proposición antes de afirmarla……. El objetivo de la universidad no es enseñar el conocimiento requerido para que los estudiantes puedan ganarse el sustento de una manera particular. Su objetivo no es formar abogados o médicos o ingenieros (o economistas) hábiles, sino seres humanos capaces y sensatos……. Los estudiantes son seres humanos antes de ser abogados, médicos, comerciantes o industriales; y si se les forma como seres humanos capaces y sensatos, serán por sí mismos médicos y abogados (y economistas) capaces y sensatos”.

Es obvio que la incapacidad de las universidades actuales de formar economistas críticos y sensatos no responde únicamente a posturas personales e ideológicas de docentes y/o autoridades universitarias, sino más bien responde a factores relacionados con el rol que las universidades cumplen en la reproducción de las relaciones de poder dentro del sistema capitalista en su fase neoliberal. Probablemente uno de los principales factores explicativos de la crisis en la enseñanza de una economía crítica e integral, es la pérdida de la identidad e independencia de las universidades debido a que han sido capturadas por los intereses de las corporaciones y/o por la demanda del mercado. Se les ha presionado directa (o indirectamente) a convertirse en empresas educativas con la misión de formar a los dos tipos básicos de economistas que demanda el mercado en la fase actual del capitalismo: economistas especialistas altamente calificados/as y economistas generalistas poco calificados/as para apoyar a especialistas o para desempeñarse en funciones gerenciales. Esto a su vez ha conducido a una especie de fragmentación del conocimiento y a la ausencia de pensamiento crítico. ¿El resultado final? Economistas formados para adaptarse y/o colaborar con el status quo que mantiene a la mayor parte de la humanidad en la exclusión y la pobreza.

El mensaje que desde Harvard envían l@s estudiantes de economía, no debería pasar desapercibido por las escuelas de economía del mundo entero, en particular por las escuelas de economía de los países del sur. Es tiempo de rectificar el rumbo (si se ha perdido en algún momento). Es tiempo de separar la verdadera función universitaria de la función de formación técnica superior, y sobre todo, es tiempo de devolverle a la enseñanza de la economía el carácter crítico, riguroso e integral que tanta falta hace en los momentos actuales de crisis sistémica que ha provocado el sistema capitalista.

Si no actuamos ahora, con hechos y no con meros discursos, las escuelas de economía (y quienes trabajamos en ellas) estamos en riesgo de correr – más tarde o más temprano- con la misma suerte del desafortunado profesor Mankiw.

Leer más »

16/11/11: Europa, la desaparición de la democracia


Por François Bonnet
Mediapart

¿Nos encontramos en un momento crucial histórico, uno de la magnitud de la caída de la URSS (cuyo 20 aniversario se conmemora el mes que viene)? ¿Un momento crucial que sería el desmoronamiento financiero y político de Europa, el final de sesenta años de construcción europea?

Es lo que se constata con la aceleración, desde hace una semana y el fracaso de la cumbre del G-20, de una crisis monetaria que, convertida en una crisis política, acaba de provocar lo que hay que denominar dos golpes de Estado. Georges Papandreu en Grecia, Silvio Berlusconi en Italia no han dimitido debido a derrotas electorales, ni siquiera al voto de censura de sus respectivos parlamentos: estos votos de censura nunca tuvieron lugar, ni en Atenas ni en Roma.

No, ambos hombres, eslabones débiles de la cadena de jefes de gobierno de la zona euro, cayeron derrocados por los mercados y por unos socios europeos bajo presión. Los mercados, es decir, los banqueros y otros establecimientos financieros (fondos de pensión, hedge funds, fondos de inversión, etc.). Sus socios europeos, es decir, Angela Merkel, Nicolas Sarkozy, los dirigentes del banco Central Europero (BCE) y de la Comisión Europea, que afirmaban actuar en nombre de lo que ellos presentan como su deber: aislar el incendio, salvar el euro (y salvarse a sí mismos).

En menos de una semana tres hombres acaban de encarnar y de prestar su rostro a los golpes de Estado de los mercados.

• Mario Draghi: este banquero, vicepresidente del banco de negocios Goldmann Sachs-Europa, el cual había ayudado a Grecia a maquillar sus cuentas, y después gobernador del banco de Italia, toma la presidencia del Banco Central Europeo.

• Lucas Papademos (Grecia): este ex dirigente del Banco Central Griego (1994-2002), más tarde vicepresidente del BCE durante ocho años (2002-2010), y que después de desempeñar estos dos cargos no podía ignorar nada de las cuentas falsas griegas, se convierte en primer ministro griego. Su condición: un gobierno de unión nacional que va de la extrema derecha al partido socialista.

• Mario Monti (Italia): este economista de la derecha liberal, comisario europeo al cargo de la competencia durante diez años (1994-2004) y a este título decidido actor de la desregulación de los mercados europeos, nombrado senador vitalicio, debe convertirse en primer ministro italiano. Su condición: un gobierno de unión nacional que debería ir de la xenófoba y populista Liga Norte al principal partido de oposición de izquierda a Berlusconi, el Partido Demócrata.

Esto no ha acabado. Dentro una semana, para el domingo 20 de noviembre, está programada la muerte (esta vez en las urnas) del gobierno español. Sale el gobierno socialista: bajo la presión de los mercados financieros Zapatero decidió anticipar las elecciones. Lo mismo que en 2010 había hecho en Irlanda Brian Cowen para ser derrotado él también y dimitir.

(…)

Leer más »

15/11/11: Le cantaron a Obama la canción de Occupy

Un popular cantante hawaiano, Makana, convirtió por su parte la cena de trabajo del Foro Asia Pacífico en un canto contra la globalización y la tiranía de los bancos. Makana se dedicó a cantar durante más de 40 minutos distintas versiones de una canción suya dedicada al movimiento anticapitalista ‘Occupy Wall Street‘.

Un popular cantante hawaiano convirtió la madrugada de ayer la cena inaugural de la cumbre de líderes del Foro Asia Pacífico (APEC) en Honolulu en un inesperado concierto protesta. Makana debía deleitar a los 21 mandatarios asistentes con música típica hawaiana. Sin embargo, el artista tragó saliva, templó los nervios y se atrevió a interpretar una canción a favor del movimiento anticapitalista ‘Occupy Wall Street’.

“Ha llegado el momento de que alcemos la voz con rabia
contra los que nos han encerrado en una jaula
para robarnos el valor de nuestro trabajo”.

Cuando las primeras estrofas de ‘We are the many’ (Somos la mayoría, en inglés) empezaron a resonar en los salones del lujoso hotel Hale Koa, frente a la playa de Waikiki, algunos de los invitados comenzaron a sentirse incómodos en sus asientos, especialmente Barack Obama, al que iba dedicada parte de la canción.

“Nuestro Gobierno no está en venta
los bancos no se merecen el rescate
no premiaremos a aquellos que han fracasado
no nos marcharemos hasta que venzamos
ocuparemos las calles
ocuparemos los juzgados
ocuparemos vuestras oficinas
hasta que trabajéis para la mayoría, y no para unos pocos”.

El artista, que durante aproximadamente 45 minutos interpretó varias versiones de de ‘We are the many’, se subió al escenario con una camiseta en la que podía leerse ‘Occupy with Aloha’, un mensaje que combina el nombre del movimiento ‘indignado’ estadounidense con la palabra hawaiana que entre otras cosas significa paz y amor.

“Estaba muy nervioso. De hecho, estaba aterrado. Pensaba en cuáles serían las consecuencias. Fue muy divertido. Estaba aterrado pero también lo disfruté“, ha asegurado el interprete hawaiano, de 33 años, a distintos medios locales.

Makana, cuyo nombre real es Matthew Swalinkavich, dijo que la canción molestó a algunos de los presentes, pero la pareja presidencial estadounidense parecía demasiado absorbida con sus invitados como para molestarse por lo que estaba sucediendo.

Mientras cantaba, unos 400 manifestantes que incluían a opositores a la globalización y activistas hawaianos por los derechos humanos marcharon hacia el lugar de la cena, al que no pudieron acceder debido a las enormes medidas de seguridad.

Leer más »

03/11/11: Los fármacos que curan no son rentables, según Premio Nobel 1993

Extracto de una entrevista al Premio Nobel de Medicina (1993) Richard J. Roberts, quien afirma como los fármacos que curan no son rentables y por eso no son desarrollados por las farmacéuticas que en cambio sí desarrollan medicamentos cronificadores que sean consumidos de forma serializada.

(…)

Le escucho.
La investigación en la salud humana no puede depender tan sólo de su rentabilidad económica. Lo que es bueno para los dividendos de las empresas no siempre es bueno para las personas.

Explíquese.
La industria farmacéutica quiere servir a los mercados de capital…
Como cualquier otra industria.
Es que no es cualquier otra industria: estamos hablando de nuestra salud y nuestras vidas y las de nuestros hijos y millones de seres humanos.

Pero si son rentables, investigarán mejor.
Si sólo piensas en los beneficios, dejas de preocuparte por servir a los seres humanos.

Por ejemplo…
He comprobado como en algunos casos los investigadores dependientes de fondos privados hubieran descubierto medicinas muy eficaces que hubieran acabado por completo con una enfermedad…

¿Y por qué dejan de investigar?
Porque las farmacéuticas a menudo no están tan interesadas en curarle a usted como en sacarle dinero, así que esa investigación, de repente, es desviada hacia el descubrimiento de medicinas que no curan del todo, sino que cronifican la enfermedad y le hacen experimentar una mejoría que desaparece cuando deja de tomar el medicamento.

Es una grave acusación.
Pues es habitual que las farmacéuticas estén interesadas en líneas de investigación no para curar sino sólo para cronificar dolencias con medicamentos cronificadores mucho más rentables que los que curan del todo y de una vez para siempre. Y no tiene más que seguir el análisis financiero de la industria farmacológica y comprobará lo que digo.

Hay dividendos que matan.
Por eso le decía que la salud no puede ser un mercado más ni puede entenderse tan sólo como un medio para ganar dinero. Y por eso creo que el modelo europeo mixto de capital público y privado es menos fácil que propicie ese tipo de abusos.

¿Un ejemplo de esos abusos?
Se han dejado de investigar antibióticos porque son demasiado efectivos y curaban del todo. Como no se han desarrollado nuevos antibióticos, los microorganismos infecciosos se han vuelto resistentes y hoy la tuberculosis, que en mi niñez había sido derrotada, está resurgiendo y ha matado este año pasado a un millón de personas.

¿No me habla usted del Tercer Mundo?
Ése es otro triste capítulo: apenas se investigan las enfermedades tercermundistas, porque los medicamentos que las combatirían no serían rentables. Pero yo le estoy hablando de nuestro Primer Mundo: la medicina que cura del todo no es rentable y por eso no investigan en ella.

¿Los políticos no intervienen?
No se haga ilusiones: en nuestro sistema, los políticos son meros empleados de los grandes capitales, que invierten lo necesario para que salgan elegidos sus chicos, y si no salen, compran a los que son elegidos.

De todo habrá.
Al capital sólo le interesa multiplicarse. Casi todos los políticos – y sé de lo que hablo- dependen descaradamente de esas multinacionales farmacéuticas que financian sus campañas. Lo demás son palabras…

Autor: Lluis Amiguet- Fecha: 2011-11-01

Leer más »

03/11/11: Ocupemos el futuro, por Noam Chomsky (2)

(…)

Me he ceñido a los asuntos internos. Pero hay dos peligrosos acontecimientos en la arena internacional que opacan todo lo demás.

Por primera vez en la historia hay amenazas reales a la sobrevivencia de la especie humana. Desde 1945 hemos tenido armas nucleares y parece un milagro que hayamos sobrevivido. Pero las políticas del gobierno de Barack Obama y sus aliados están fomentando la escalada.

La otra amenaza, claro, es la catástrofe ambiental. Por fin, prácticamente todos los países del mundo están tomando medidas para hacer algo al respecto. Pero Estados Unidos está yendo hacia atrás.

Un sistema de propaganda, reconocido abiertamente por la comunidad empresarial, declara que el cambio climático es un engaño de los sectores liberales. ¿Por qué habríamos de prestar atención a estos científicos?

Si continúa esta intransigencia en el país más rico y poderoso del mundo, no podremos evitar la catástrofe.

Debe hacerse algo, de una manera disciplinada y sostenida. Y pronto. No será fácil avanzar. Es inevitable que haya dificultades y fracasos. Pero a menos que el proceso que está ocurriendo aquí y en otras partes del país y de todo el mundo continúe creciendo y se convierta en una fuerza importante de la sociedad y la política, serán exiguas las posibilidades de un futuro decente.

No se pueden lanzar proyectos significativos sin una base popular amplia y activa. Es necesario salir por todo el país e informar a la gente de qué se trata el movimiento Ocupemos; qué puede hacer cada quien y qué consecuencias tendría no hacer nada.

Organizar una base así implica educación y activismo. Educar a la gente no significa decirle en qué creer; significa aprender de ella y con ella.

Karl Marx dijo: La tarea no es solamente entender el mundo sino transformarlo. Una variante que conviene tener en cuenta es que si queremos cambiar al mundo más nos vale entenderlo. Eso no significa escuchar una plática o leer un libro, si bien eso a veces ayuda. Se aprende al participar. Se aprende de los demás. Se aprende de la gente a la que se quiere organizar. Todos tenemos que alcanzar conocimientos y experiencias para formular e implementar ideas.

El aspecto más digno de entusiasmo del movimiento Ocupemos es la construcción de vínculos que se está dando por todas partes. Si pueden mantenerse y expandirse, el movimiento Ocupemos podrá dedicarse a campañas destinadas a poner a la sociedad en una trayectoria más humana.

Noam Chomsky es profesor emérito de Lingüística y Filosofía en el Instituto Tecnológico de Massachusetts, en Cambridge (EEUU). Su libro más reciente es 9-11: Was There an Alternative?

Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2011/11/02/index.php?section=opinion&article=023a1mun

Leer más »

03/11/11: Ocupemos el futuro, por Noam Chomsky (1)

Diario La Jornada (México)

Este artículo está adaptado de una plática de Noam Chomsky en el campamento Ocupemos Boston (Occupy Boston), en la plaza Dewey, el 22 de octubre. Habló ahí como parte de la Serie de Conferencias en Memoria de Howard Zinn, celebrada por la Universidad Libre de Ocupemos Boston. Zinn fue historiador, activista y autor de A People’s History of the United States.

Pronunciar una conferencia Howard Zinn es una experiencia agridulce para mí. Lamento que él no esté aquí para tomar parte y revigorizar a un movimiento que hubiera sido el sueño de su vida. En efecto, él puso buena parte de sus fundamentos.

Si los lazos y las asociaciones que se están estableciendo en estos notables eventos pueden sostenerse durante el largo y difícil periodo que les espera –la victoria nunca llega pronto–, las protestas de Ocupemos podrían representar un momento significativo en la historia estadunidense.

Nunca había visto nada como el movimiento Ocupemos, ni en tamaño ni en carácter; ni aquí ni en ninguna otra parte del mundo. Las avanzadas de Ocupemos están tratando de crear comunidades cooperativas que bien podrían ser la base para las organizaciones permanentes que se necesitarán para superar las barreras por venir y la reacción en contra que ya se está produciendo.

Que el movimiento Ocupemos no tenga precedentes es algo que parece apropiado, pues ésta es una era sin precedentes, no sólo en estos momentos sino desde los años 70.

Los años 70 fueron una época decisiva para Estados Unidos. Desde que se inició el país, éste ha tenido una sociedad en desarrollo, no siempre en el mejor sentido, pero con un avance general hacia la industrialización y la riqueza.

Aun en los periodos más sombríos, la expectativa era que el progreso habría de continuar. Apenas tengo la edad necesaria para recordar la gran depresión. Para mediados de los años 30, aunque la situación objetivamente era mucho más dura que hoy, el espíritu era bastante diferente.

Se estaba organizando un movimiento obrero militante –con el Congreso de Organizaciones Industriales (CIO) y otros– y los trabajadores organizaban huelgas con plantones, a un paso de tomar las fábricas y manejarlas ellos mismos.

Debido a las presiones populares se aprobó la legislación del nuevo trato (New Deal). La sensación que prevalecía era que saldríamos de esos tiempos difíciles.

Ahora hay una sensación de desesperanza y a veces de desesperación. Esto es algo bastante nuevo en nuestra historia. En los años 30, los trabajadores podían prever que los empleos regresarían. Ahora, los trabajadores de manufactura, con un desempleo prácticamente al mismo nivel que durante la gran depresión, saben que, de persistir las políticas actuales, esos empleos habrán desaparecido para siempre.

Ese cambio en la perspectiva estadunidense ha evolucionado desde los años 70. En un cambio de dirección, varios siglos de industrialización se convirtieron en desindustrialización. Claro, la manufactura siguió, pero en el extranjero; algo muy lucrativo para las empresas pero nocivo para la fuerza de trabajo.

La economía se centró en las finanzas. Las instituciones financieras se expandieron enormemente. Se aceleró el círculo vicioso entre finanzas y política. La riqueza se concentraba cada vez más en el sector financiero. Los políticos, enfrentados a los altos costos de las campañas, se hundieron más profundamente en los bolsillos de quienes los apoyaban con dinero.

Y, a su vez, los políticos los premiaron con políticas favorables para Wall Street: desregulación, cambios fiscales, relajamiento de las reglas de administración corporativa, lo cual intensificó el círculo vicioso. El colapso era inevitable. En 2008, el gobierno una vez más salió al rescate de empresas de Wall Street que supuestamente eran demasiado grandes para quebrar, con dirigentes demasiado grandes para ser encarcelados.

Ahora, para la décima parte del uno por ciento de la población que más se benefició de todos estos años de codicia y engaños, todo está muy bien.

En 2005, Citigroup –que, por cierto, ha sido objeto en repetidas ocasiones de rescates del gobierno– vio el lujo como una oportunidad de crecimiento. El banco distribuyó un folleto para inversionistas que los invitaba a poner su dinero en algo llamado el índice de la plutonomía, que identificaba las acciones de las compañías que atienden al mercado de lujo.

El mundo está dividido en dos bloques: la plutonomía y el resto, resumió Citigroup. Estados Unidos, Gran Bretaña y Canadá son las plutonomías clave: las economías impulsadas por el lujo.

En cuanto a los no ricos, a veces se les llama el precariado: el proletariado que lleva una existencia precaria en la periferia de la sociedad. Esa periferia, sin embargo, se ha convertido en una proporción sustancial de la población de Estados Unidos y otros países.

Así, tenemos la plutonomía y el precariado: el uno por ciento y el 99 por ciento, como lo ve el movimiento Ocupemos. No son cifras literales pero sí es la imagen exacta.

El cambio histórico de la confianza popular en el futuro es un reflejo de tendencias que podrían ser irreversibles. Las protestas de Ocupemos son la primera reacción popular importante que podrían cambiar esa dinámica.

(…)

Leer más »

02/11/11: Petras opina sobre las protestas en el mundo

(…)

El segundo punto que quiero discutir brevemente, porque es un gran tema, es el nuevo autoritarismo en el mundo. Quiero recordar que en el pasado cuando los movimientos populares se sentían explotados, excluidos, montaban marchas, en algunos casos huelgas generales, forzando a los gobernantes a ir a la mesa de negociación donde los gobernantes de una forma u otra, sin retirar los grandes proyectos reaccionarios, decidían que debían modificarlos, hacer algunas concesiones. En vez de congelar los salarios, aumentos menores que la tasa de inflación; en vez de despedir a cinco mil funcionarios, reducen la cifra a dos mil con jubilaciones anticipadas. Era un tira y afloja entre los movimientos populares y los gobiernos reaccionarios, conservadores o lo que fuera.

Ahora vemos una cosa muy diferente porque los movimientos populares siguen con su forma de lucha: marchas, huelgas generales, movilizaciones extendidas y repetidas, pero en contrapartida los gobernantes no ven necesario sentarse a regatear o negociar, ni quieren escuchar nada. Simplemente duplican el número de policías, utilizan más bombas lacrimógenas y presionan para que se sometan o vayan a la cárcel. Este cambio, que lo podemos ver en todas partes del mundo, forma parte de lo que yo llamo el nuevo autoritarismo. Y no estamos hablando de regímenes dictatoriales porque los regímenes dictatoriales no negociaban, simplemente reprimían y forzaban a la clandestinidad a los sindicatos e imponían por la fuerza su política. Con el paso a los regímenes electorales vimos un cambio en ese sentido. No un gran cambio en la política económica pero sí una disposición a negociar y ver en qué grado pueden llegar a un acuerdo.

Ahora los gobernantes electorales, ya sea socialdemócratas, liberales, conservadores, laboristas, lo que sea, no quieren negociar nada, no aceptan ninguna modificación, no bajan las exigencias de sacrificios. Y me parece que frente a este cambio, al nuevo autoritarismo, los movimientos populares deben reflexionar y pensar cómo tratamos esta vuelta a la política de las dictaduras bajo una fachada de sistema democrático electoral. Es decir, los regímenes actuales elegidos en elecciones, actúan como las dictaduras del pasado en relación con las exigencias de reivindicaciones populares.

¿Cómo explicamos esto? Yo creo que la crisis económica es tan profunda que el margen de negociación que existía en el pasado ya no tiene el mismo marco de política. La crisis es tan grande ahora, que no hay forma de negociar concesiones. Y segundo, hay una actitud más beligerante entre la clase dominante. No quieren sacrificar ganancias para llegar a acuerdos. Entonces no es simplemente el problema político sino que las clases dominantes ahora realmente no están dispuestas a hacer concesiones. Tercero, hay un debilitamiento en el liderazgo sindical y los representantes populares que no están dispuestos a ir cada vez más lejos de la política de resistencia del pasado. Frente a este panorama tenemos que pensar qué existe como alternativa.

Este fin de semana fuimos a Nueva York a Ocupar Wall Street. Realmente está muy exagerada la fuerza y lo que representa. Todos los académicos/comentaristas pasan por allí por las carpas, va gente a ocupar la plaza, dan discursos, comentarios, pero después se vuelven a casa. Hay que descontar a todos los intelectuales, comentaristas, académicos, que están exagerando lo que es un movimiento muy modesto, con pocas perspectivas políticas. Y las grandes debilidades las convierten en virtudes. Como no tienen perspectivas dicen que es muy plural. Como no tienen un liderazgo político efectivo, dicen que es una nueva forma de hacer política.

Debemos poner en perspectiva lo que existe ahora. En algún sentido representa un paso positivo porque en un desierto como tenemos aquí en EE.UU. cualquier expresión de rechazo al capitalismo es muy positiva. Pero en este momento, después de un mes, está estancado. No está creciendo y simplemente están sufriendo el frío, la nieve de ayer con algún coraje importante pero no tiene ninguna fuerza social más allá de los que están acampados. Ningún bancario va a hacer una huelga de solidaridad y paralizar Wall Street.

No es como los piqueteros en Argentina que paralizaron al transporte para forzar al gobierno a ajustar la política. Es poco si comparamos lo que está pasando con los sindicatos y ocupar Wall Street en relación con los movimientos contra el ajuste en Argentina en el 2001-2003. No tienen fuerza para paralizar las actividades económicas, mucho menos tumbar gobiernos. Poniéndolo en esta perspectiva no debemos ser demasiado triunfalistas con lo que está pasando.

Leer más »

11/10/11: Intereses y política

Por Pedro Francke.

“Hay algo que hace feliz a casi todo el mundoooooo….quieren dinerooooo, quieren dineroooo”. Inmortal letra de Los Prisioneros(1), para mí, el grupo de rock en español con las mejores letras, después de los irónicos Hombres G.

Como verán nuestros lectores, no vamos a hablar en esta oportunidad de intereses bancarios, no. Vamos a hablar de los intereses económicos que tienen diversos grupos, y cómo influyen en el Estado.

Porque detrás de la lucha política que vemos todos los días, en las declaraciones de congresistas y dirigentes políticos, o en las primeras planas de los diarios, no hay solamente distintas ideologías y puntos de vista. Hay también intereses económicos que se mueven, y cuyas conexiones son a veces muy directas –congresistas con negocios en determinados rubros, empresas periodísticas cuyos propietarios son a su vez dueños de otras empresas que pueden ser muy grandes y tener negocios millonarios con el Estado. Otras veces esas conexiones están soterradas, escondidas, y por eso mismo puede ser aún más peligrosas.

En el campo periodístico, como en el de la investigación, la regla ética básica debiera ser “revela tus intereses, haz público los posibles conflictos de interés”. Porque tampoco es correcto plantear que una persona, o grupo de personas, porque tiene un negocio u otro interés económico, pierda su derecho a opinar y hacer política, defender sus ideas y debatir. Las personas pueden tener intereses económicos, y aun así proponer medidas y tener planteamientos que correspondan al interés común y no al propio. Pero lo menos que pueden hacer, es decir abiertamente que tal o cual medida que proponen o a la que se oponen, afecta sus bolsillos. Lo mismo vale para loscongresistas, que además debieran abstenerse cuando se trata de votar leyes que los afectan directamente en sus negocios.

Los que defienden intereses por lo bajo, sin dar la cara, de manera subrepticia, es claramente porque no quieren nada bueno. Si no quieren que salga a la luz los intereses que defienden, por algo será. La mejor manera, por eso, de evitar manejos turbios, es haciendo pública las relaciones que se tienen.

Por eso, mi primera regla básica hoy es que mi agenda como funcionario es pública. Está puesta en una gran pizarra a la entrada de mi oficina a la vista de todo el mundo. Como funcionario público promuevo, además, que cualquier relación que involucre dinero, se haga por escrito, dejando huella. A veces puede ser conveniente tratar algunos temas en reuniones o en negociaciones, en cuyo caso rehúso por norma que cualquier reunión donde pueda tratarse de algún interés particular, pueda realizarse solamente conmigo: siempre deben haber otras personas presentes que no sean de mi entorno inmediato.

La corrupción contamina tanto, que para los peruanos cualquier funcionario público es sospechoso. Ante eso, hay que vacunarse utilizando la transparencia

Fuente: Diario la primera.

(1) Letra de la canción “Quieren dinero” de Los Prisioneros:

Es mentira eso del amor al arte
no es tan cierto
eso de la vocación
estamos listos tú y yo para matarnos
los dos por algún miserable porcentaje
están corriendo los demás
están robando si es posible
y nunca con seguridad
Es una humana condición
o es nuestro estúpido sistema
es una nueva religión
o tal vez sólo sea su emblema
el caso es que mi papá
debe pegarle a tu papá
porque en la mesa no cabemos todos
salvavidas o delincuente
conductor o presidente
la cuestión funciona del mismo modo
Nadie te puede ayudar
nadie tiene tiempo de reclamar
sólo algo todos quieren en común
sólo algo deja bien a casi todo el mundo
quieren dinero, quieren dinero
quieren dinero, quieren dinero
Es el cómo y el porqué
es el presente y el futuro
es el poder y la pasión
el atractivo más seguro
el profesor no tiene la cabeza en enseñar
como el doctor no sale de su casa para sanar
somos mil perros tras un hueso,
esclavos de los pesos
no es chiste ser mayor
paren mi reloj por favor
Nadie te puede ayudar
nadie tiene tiempo de reclamar
sólo algo todos quieren en común
sólo algo deja bien a casi todo el mundo
quieren dinero, quieren dinero
quiero más pesos, quiero más dólares
quiero más libras, quiero más australes
(No es chiste ser mayor paren mi reloj por favor)

Leer más »

10/10/11: El mundo chino ya está aquí

Por Heriberto Araújo y Juan Pablo Cardenal, periodistas en China. Ultiman un libro sobre el impacto de la expansión china en el mundo tras haber recorrido 25 países.

Mientras Occidente y las instituciones internacionales predican en África, Asia y América Latina sobre valores democráticos y las bondades del libre comercio, China deshace el statu quo apoyada en una diplomacia sin complejos, unas empresas propulsadas con el poderío financiero estatal y una migración que hace honor a un espíritu emprendedor cosechado durante siglos.

“A los chinos no se les ve… pero están en todas partes”, acertó a resumir, en una sola frase, un tendero de Egipto, uno de los 25 países de África, América Latina y Asia que desde 2009 hemos explorado siguiendo las huellas de la que -pocos dudan- será la próxima superpotencia. Seguíamos la pista de los shanta sini (chinos bolsa, en árabe), emigrantes chinos que recorren infatigablemente las cuatro esquinas del país, desde las pirámides hasta Alejandría, para llevar casa por casa sus productos textiles.

Escurridizos y celosos de su anonimato, les veíamos por los barrios populares cargando pesados fardos. Un ejército chino de emigrantes pobres que se ha convertido en amo y señor de la venta ambulante en Egipto. Alimentado por la inmigración ilegal, este negocio con traza piramidal y copado verticalmente destapa algunas fortalezas inherentes al pueblo chino. Primero, el olfato para los negocios. Detectaron un nicho entre tantas mujeres egipcias que, sobradas de kilos, prefieren probarse la ropa en la intimidad de sus hogares a hacerlo en los comercios. Segundo, su talento para reducir costes. Importan las telas desde Cantón a través de Libia, el país con el más ventajoso acuerdo comercial con China de la región. En la costura también ahorran: en pisos insalubres, emplean mano de obra local, más barata. Resultado: desplazaron a la industria local y algunos ya diversifican sus negocios hacia otros sectores.

Egipto fue el primero de entre dos docenas de países en los que constatamos el impacto de la expansión china. Ahora, con la investigación concluida, el diagnóstico del tendero egipcio no puede ser más certero: el gigante asiático está convirtiéndose en una potencia global, pero lo está haciendo casi en silencio. Aunque no quiere decir que el crujir de los movimientos tectónicos que provoca su irrupción internacional no sea, por momentos, estruendoso.

Su imparable avance es, desde luego, consecuencia de una mezcla de eficacia, musculatura y miserias, incluida la falta de escrúpulos. La ofensiva es visible sobre todo en el mundo en desarrollo, que ofrece mercados vírgenes para los productos Made in China y abundantes reservas de materias primas para garantizar su suministro futuro. Ahí ejerce de banquero del mundo y refuerza su poder blando. Y, en el cuerpo a cuerpo, Pekín se muestra intratable.

De entrada, porque cuenta con un arma letal: su pegada financiera. Se sirven de los policy banks -bancos de desarrollo como el Exim Bank y el China Development Bank- para tirar de diplomacia de chequera y, así, conceder a terceros créditos millonarios bajo condiciones habitualmente clasificadas como confidenciales. O dispensan a sus empresas financiación ilimitada dándoles una ventaja comparativa impagable y, con ello, servir a los objetivos estratégicos nacionales, que no siempre coinciden con los comerciales.

La no imposición de requisitos políticos -aparte de lealtad al principio de una sola China- es otro factor de indiscutible eficacia en medio del autoritarismo y corrupción imperantes. Que las empresas públicas sean la avanzadilla de los intereses estratégicos no es nuevo. Pero sí que actúen sin tener que rendir cuentas. Ello explica por ejemplo que China National Petroleum Corporation (CNPC) sea el jugador dominante en Sudán y que en Irán aprovechen el vacío provocado por las sanciones para copar el sector energético.

En la República Democrática del Congo, Kazajistán o Vietnam, donde la corrupción es parte de los negocios, el modus operandi chino encaja cabalmente. Si los occidentales son vistos como intervencionistas, la opción de China se antoja como una atractiva alternativa por su disposición a jugar sin importar las reglas. Otro tanto ocurre en Venezuela, donde un Chávez en plena cruzada bolivariana ha pretendido reclutar -sin éxito- a Pekín para su alianza anti-Estados Unidos. Wikileaks dibujó el trato preferencial: crudo venezolano para China a cinco dólares el barril.

Con su voraz demanda, el gigante no solo es un cliente fiable a largo plazo, sino que en la misma jugada ofrece financiación para desarrollar infraestructuras; las cuales ejecutan empresas chinas con materiales y -casi siempre- mano de obra chinas. Ello les permite ser más rápidos y baratos. En Angola, las empresas, obreros y bancos chinos se han echado a la espalda la reconstrucción del país a cambio de un flujo de petróleo que ha hecho de Luanda su segundo suministrador. Solo en África han levantado ya más de medio centenar de estadios de fútbol y construyen un centenar de presas por todo el globo.

También el nacionalismo juega un papel clave. Además de la loable capacidad de sacrificio, los obreros chinos desplegados por el planeta trabajan comprometidos “por China, la empresa y el sueldo”. Compromiso inquebrantable patente desde la Amazonía ecuatoriana, donde hay en marcha una presa, hasta el desierto en la frontera entre Uzbekistán y Turkmenistán, donde miles de chinos han construido un gasoducto de 7.000 kilómetros para llevar el gas a las cocinas de Shanghai.

Los patrones chinos, ajenos a los alojamientos de lujo y sueldos de cinco cifras de sus colegas occidentales, se arremangan como pocos. Ingenieros, arquitectos y doctorados en las mejores universidades de China trabajan durante 11 meses, durmiendo en campamentos junto a la tropa en precarios habitáculos con poco más que una cama con mosquitera. Contribuyen a que sus empresas ganen las licitaciones.

Ahora bien, esa fórmula ganadora, exportada de los focos industriales de China al resto del mundo, no puede deslindarse de las míseras condiciones laborales que ofrecen las empresas chinas a sus empleados locales, sobre todo por comparación con los sueldos, horarios, trato y prestaciones de su competencia extranjera. En palabras de un sociólogo de Maputo que hizo la comparativa, “el sistema chino se basa en la máxima producción; en él, el trabajador local es solo un ser anónimo”.

Las zonas mineras de Zambia y Perú, donde China tiene grandes inversiones, son sendos polvorines que estallan periódicamente con revueltas, disturbios y muertos. Comprobamos que, por razones laborales o medioambientales, el descontento es allí grande, más allá del chollo que China supone para las elites. Sobre el terreno no faltan quienes se preguntan si la oportunidad de desarrollo que ofrece China a los países pobres no es más que un mito.

Así, constatamos que en las minas de cobre del Congo o en los bosques de Siberia, las empresas chinas exportan la materia prima en bruto, sin crear una industria de procesamiento que añada valor localmente. También surgen dudas acerca del volumen exportado, que es sobre el que se paga impuestos. Y tampoco parece que generen riqueza a través del empleo local, visto el escenario laboral. “Los chinos están esquilmando grandes cantidades de dinero y están devolviendo muy poco al país”, nos dijo un líder sindical en Zambia. Pese a la retórica ganador-ganador de Pekín, el avance chino no puede desprenderse del tinte neocolonialista.

Más aun cuando la conquista avanza sobre los raíles diseñados por la dictadura china y, por tanto, exenta de los contrapesos de los sistemas democráticos. Sin apenas sociedad civil ni ONG independientes, sin una prensa libre ni oposición política y con un sistema judicial que jamás atacaría el corazón del sistema, la elite gobernante dispone de un cheque en blanco para ejecutar sin rendir cuentas. La fórmula permite atajos y multiplica la eficacia, pero alimenta los excesos. La opacidad china, por supuesto, proporciona un margen de maniobra diferencial.

Es indiscutible que el poderío chino está propagándose por el mundo como un fuego de combustión lenta, pero requerimos de perspectiva temporal para saber si, con su modelo y recetas, China está inoculando el virus o la vacuna.

Fuente: http://www.solidaridad.net/noticias.php?not=6865

Leer más »