27/09/11: China en América Latina. ¿Socio comercial o nuevo imperio?

Anibal Garzón

Los movimientos sociales de izquierdas en América Latina; como estudiantes chilenos, indígenas bolivianos o bolivarianos de Venezuela, constantemente denuncian en marchas, conferencias y seminarios, las injerencias europeas o de los Estados Unidos en el continente, pero se genera un silencio, posiblemente por el déficit de conocimiento, sobre las acciones de los grandes tigres asiáticos en Latinoamérica.

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Más allá de pronósticos sobre la coyuntura económica, se tiene que resaltar que China en noviembre de 2008 ingresó en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), convirtiéndose en el principal país donante de créditos al continente, justamente en el momento que estalló la crisis internacional y se hundían las economías norteamericanas y europeas. El mismo año, China publicó su Libro Blanco sobre América Latina, ya había hecho lo mismo con Europa (2003) y África (2006), donde sintetizó la estrategia política en esta región. En el libro China presentó la firma de Tratados de Libre Comercio con Chile, Perú y Costa Rica, que ya están en vigor.

Los objetivos principales de la aproximación del gigante oriental a la región son similares a los de África en el caso económico. Principalmente China ve la necesidad de acceder a materias primas trascendentales para continuar impulsando su crecimiento económico y acelerar su conversión como primera potencia mundial, y consecuentemente busca fortalecer las relaciones bilaterales para desarrollar el comercio de sus productos manufacturados.

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Actualmente parece que los vínculos económicos de China con diferentes países de América Latina, por encima de la dicotomía de si es un gobierno de derechas o izquierdas, se han hecho más extremos. China simplemente quiere mercado por encima del internacionalismo del socialismo como cantaban Karl Marx y Friedrich Engels en la I Internacional.

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Se podría interpretar que China puede ser un ángel para conseguir finalmente el desarrollo social y económico a la histórica reprimida América Latina, pero parece que la relación de la dependencia entre metrópoli y satélite se repite, básicamente cambia el actor principal. China solamente importa de América Latina materias primas y productos agrícolas generando una falta de diversificación a las economías, continuando Venezuela principalmente exportando petróleo, Bolivia hidrocarburos, Brasil soja, Cuba salitre, o Argentina vacuno. Si China fuera un verdadero socio complementario buscaría generar industrialización y valor agregado en América Latina pero parece que el imperio de las 50 estrellas, Estados Unidos, poco a poco se transforma en la de cinco, China.

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América Latina ha vivido y vive en un marco de dependencia – como definieron autores académicos como Gunder Frank o Samir Amin – con los países más desarrollados donde económicamente se convierte en un continente extractivista de materias primas que se exportan para que otros países industriales, históricamente Estados Unidos, Europa, Japón, y hoy China, traten con sus multinacionales y grandes empresas esta materia para convertirla en un bien de consumo – por ejemplo transformar el petróleo en gasolina – y el producto se vende posteriormente en América Latina con un valor agregado.

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Fuente:
http://www.lahaine.org/index.php?p=56324

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