14/12/10: Sicko

Por Wikipedia.

Sicko es el título en inglés de un filme de Michael Moore estrenado en junio de 2007. La película ofrece su particular enfoque del sistema de salud de Estados Unidos de América, poniendo énfasis en la crítica a las grandes compañías de servicios de salud estadounidenses.

A través de su blog, Moore solicitó que le enviaran «historias de terror sobre la sanidad pública» aquellos que habían sufrido en sus propias carnes las deficiencias del sistema sanitario estadounidense.

Sicko se propone, fundamentalmente, reflexionar sobre la naturaleza del sistema y llama al pueblo estadounidense a demandar cambios políticos que lleven al sistema a acercarse a la sanidad universal gratuita que gozan otros países mostrados en la cinta: Francia, Canadá, Reino Unido y Cuba.

Cuando fue entrevistado acerca de su película, Moore dijo: «Si la gente pregunta, díganles que Sicko es una comedia acerca de los 45 millones de personas sin salud pública del país más rico de la tierra».

En una parte del filme, Michael Moore traslada al Centro de detención de Guantánamo a un grupo de personas enfermas como resultado de haber participado en las operaciones de rescate de los atentados del 11 de septiembre de 2001 para que reciban el mismo tratamiento que los prisioneros ahí confinados. Ante la negativa de las autoridades estadounidenses, el grupo pide ayuda a la sanidad cubana, que los ayuda y les proporciona gratuitamente la ayuda que se les niega en su propio país por no poder pagársela.

El título de Sicko es un juego de palabras, porque mientras sick significa «enfermo», sicko se utiliza coloquialmente para describir a una persona moralmente desestabilizada, con actitudes enfermizas u obscenas. Así que el título se refiere tanto al estado de salud (sick) como a la falta de estabilidad y salud mental (psycho)…

La trama

En la cinta, Michael Moore expresa inicialmente la realidad de los 50 millones de ciudadanos estadounidenses que no cuentan con ningún plan de cobertura médica, agregando que esa película no va dedicada a esos 50 millones, sino a los más de 250 millones de estadounidenses que sí gozan de seguro médico, o que al menos creen estar cubiertos por grandes compañías aseguradoras como Aetna Inc., Horizon Blue Cross, Blue Shield, Humana Inc., Cigna y United Health Care. A pesar de que cada uno de estos contribuyentes paga alrededor de 2.000 dólares anuales por medio de deducciones salariales, en la mayoría de los casos los tratamientos les son denegados cuando los necesitan.

En la primera parte se ve a varias personas con cobertura médica afectadas por las aseguradoras al negarles esta cobertura, como el caso de varias mujeres y una niña que mueren por falta de servicios, o de otras con varios tipos de cáncer que se ven obligadas a negociar con sus aseguradoras por los servicios de salud.

En la película, un individuo sin cobertura que había perdido unos dedos en accidente se presenta con un presupuesto médico, que le da la opción de 12.000 dólares por readherirle el dedo anular o 60.000 por el índice. Por supuesto, el varón —un tanto romántico y sin tanto dinero como la mayoría de estadounidenses de clase media— escoge que le sea repuesto el dedo matrimonial (anular)

Una mujer de clase media y con un buen puesto profesional se arruina debido a las facturas de los servicios médicos y el coste de los medicamentos, ya que tiene que pagar por las pastillas para el cáncer $250 dólares mensuales. Más adelante obtendrá las mismas pastillas en Cuba por 10 centavos de dólar. La mujer se ve forzada a vivir con su hija en un estudio.

A un padre de familia asegurado por CIGNA se le niega uno de los dos implantes cocleares que su hija necesita para poder escuchar, aunque la compañía revoca expresamente esta decisión cuando el hombre les avisa que está dispuesto a colaborar en la película de Moore.

Una mujer cuyo esposo muere después de que su aseguradora se negara a autorizar un trasplante de médula ósea de su hermano menor, con la excusa de que era «un procedimiento experimental». Por ley —y presión de los lobbies— las compañías aseguradoras no pagan los ensayos clínicos.

Las grandes aseguradoras, en palabras de Moore, «compran a nuestro Congreso para proteger así sus fortunas y dominio de la sanidad».

En la segunda parte, Moore detalla su explicación al origen de este declive sanitario: En agosto de 1971 Richard Nixon y su asesor Edgar Kaiser acordaron degradar el sistema sanitario público, dando así origen al sistema privatizado de la actualidad. Se muestran varias grabaciones de Edgar Kaiser y John Ehrlichman en el momento en el que Nixon promulgaría la Ley de Salud Gestionada (Managed Care). En ellas, Ehrlichman promete a Nixon:

Todos los incentivos estarán dirigidos al menor cuidado médico posible.

y Edgar Kaiser afirma:

Cuantos menos cuidados proporcionen, más dinero ganarán.

Kaiser se refiere a los magnates y directivos de la industria de la salud. Moore pone especial énfasis en el hecho de que son esos mismos magnates los que hoy en día proporcionan los fondos necesarios para financiar las campañas políticas de los congresistas estadounidenses, lo cual irónicamente nos muestra con una etiqueta roja el precio cada uno de ellos. Según el documental, estos precios oscilan entre los 50.000 y los 250.000 dólares.

En esta parte, Moore se centra particularmente en Billy Tauzin, quien dejaría el Congreso para convertirse en el CEO o Director General del mayor grupo de lobbies de la industria farmacéutica, PhRMA, con un salario anual de dos millones de dólares. Se muestra también el testimonio que la doctora Linda Peeno dio a la Cámara de Representantes de los Estados Unidos el 30 de mayo de 1996, sobre la corrupción y compraventa de los representantes de salud en todo nivel, así como su falta de ética.

Deseo comenzar haciendo una confesión publica: En la primavera de 1987, yo, como médico, causé la muerte de un hombre. Aunque esto fue un hecho conocido por mucha gente, nunca he sido llevada ante un tribunal de justicia ni he sido llamada para dar informe alguno en ningún foro publico o profesional. De hecho, justamente ha ocurrido lo contrario: fui recompensada por obrar así, ya que no solamente demostré lo que efectivamente se esperaba de mí y lo que podía hacer, sino que ejemplifiqué al «buen doctor» que la compañía esperaba al ahorrarles medio millón de dólares.

Después de Nixon, el documental prosigue con la Administración Reagan y el fracaso en los esfuerzos de los Clinton para hacer una legislación universal del sistema de salud estadounidense. De acuerdo con Moore, la industria de la salud gastó 100 millones de dólares para vencer el plan Clinton de salud universal, una suma idéntica a la que se mantiene para pagar a 4 lobbies por congresista, según la película.

Se muestran también imágenes de archivo de una campaña publicitaria de la industria farmacéutica, demonizando el concepto de los «Cuidados de Salud Universal» al asociar «Medicina Social» con socialismo, comunismo y «Medicina Soviética».

En la tercera parte, Moore da una visita al National Health Service de Gran Bretaña con Tony Benn como la conciencia de ese país, de ahí se dirige a Francia donde una madre de tres hijos le explica cómo una niñera proporcionada por el Estado la ayuda en las tareas domésticas, y que su mayor preocupación es el precio de los pescados y verduras, ya que en los pasados dos años los precios han aumentado.

Más abajo, Moore visita la Guardería con personal entrenado profesionalmente, lo cual le cuesta a la mujer un dólar la hora de cuidados infantiles, un precio irrisorio para el estadounidense medio. De esta manera, Moore concluye su tour francés preguntando:

¿Hay alguna razón por la que «ellos» quieran hacernos odiar a los franceses? Tal vez tengan miedo de que queramos vivir tal y como viven ellos aquí.

En la cuarta parte se muestra una contradicción del sistema: algunos de los bomberos y los socorristas voluntarios que ayudaron a las víctimas durante los atentados del 11 de septiembre de 2001 padecen secuelas crónicas del rescate. Mientras algunos de estos socorristas han perdido su cobertura médica, los detenidos por cargos de terrorismo en el Centro de detención de Guantánamo disponen de instalaciones sanitarias y personal convenientemente calificado.

Con la intención deliberada de poner en evidencia a la administración Bush y al sistema sanitario estadounidense, Moore, en compañía de varios de estos socorristas afectados, fleta una embarcación con rumbo a La Habana. El objetivo de Moore en esta parte es mostrar que no solo países del primer mundo como Canadá, el Reino Unido o Francia ofrecen mejor cobertura sanitaria, sino que incluso un país como Cuba, tradicional enemigo de EEUU y permanentemente calificado por el gobierno estadounidense de tercermundista y comunista, puede ofrecer a sus ciudadanos un sistema de atención médica mejor que el norteamericano.

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