Los países más vulnerables y débiles de la Unión Europea van cayendo como fichas de domino, uno tras otro. Los especuladores van seleccionando como buitres sus presas, acechándolas y poniéndolas a prueba, buscando el momento idóneo para clavar sus garras, alzar la caza y luego despeñarla. Estos buitres financieros son apátridas, aunque hay países que los utilizan para atacar economías rivales. Su único interés es el dinero y el beneficio rápido, sea donde sea, y sea como sea. Los políticos hasta ahora permiten la especulación, porque la mayoría de ellos, y sobre todo los más conservadores socialmente (que a la vez son los más liberales económicamente), son los que poseen riquezas suficientes como para especular mediante fondos de inversión, testaferros y cuentas secretas en algún paraíso fiscal. De momento una solución tan sencilla a este problema como sería la famosa Tasa Tobin, que sería gravar un pequeño porcentaje de estas transacciones internacionales con afán especulativo ni se ha planteado, o muy timidamente. Quienes sufren las consecuencias son los ciudadanos que pasan de golpe a vivir con el horror de la crisis a sus espaldas, el cierre de los pequeños negocios, los despidos, los embargos de la vivienda… La única solución que ofrecen entonces es la reducción del gasto, principalmente el social, más precarización laboral, reforma de pensiones, subida de tasas universitarias, privatización de servicios por un lado y nacionalización de bancos con pérdidas por otro. Por supuesto todo ello con una campaña mediática sin contestación posible por la cantidad de recursos utilizados en ella. Una campaña mediática que acaba facilitándoles nuevamente la victoria en las elecciones, para seguir especulando económicamente y seguir progresando politicamente y socialmente. Nadie cogerá el cuerno por los toros porque los que pueden no quieren y a los que no quieren les votamos nosotros.

Está claro que después de Irlanda, los especuladores no van a parar, es su forma de obtener suculentos beneficios, e irán a por Portugal y España. Indicios muchismos. El gobierno lo negará hasta el final, descartará “absolutamente” un rescate hasta el final. Pero lo cierto es que Portugal ya está a punto de caer.