24/03/11: Julio Anguita o por qué no todos los políticos son iguales

Julio Anguita es de los pocos políticos españoles que tras estar más de 8 años como parlamentario, renunció a la pensión vitalicia de jubilación como ex diputado, argumentando que “con la pensión que le correspondía como maestro tenía bastante”.

Por Lucas León Simón

Cuando José María Aznar y Felipe González nos dictan al común de los ciudadanos una lección de indecoro e insolidaridad, cuando nos enteramos que María Dolores de Cospedal gana al año 241.000 € con el cobro de tres sueldos públicos y la Pajin otro tanto por el estilo, cuando sabemos que el presidente de la Diputación de Castellón no tiene más remedio que declarar un patrimonio de 3,9 millones de euros cuando hace cinco años NO declaraba ninguno, nos enteramos que, de manera totalmente accidental, se ha sabido que hace siete años, Julio Anguita renunció por escrito a la paga de pensión máxima vitalicia a la que tenía derecho como ex parlamentario, argumentando que “con la pensión que le correspondía como maestro tenía bastante”.

Genio y figura. Julio Anguita viene a demostrarnos que el dicho populista de “todos los políticos son iguales” no se verifica, al menos en su totalidad. Que hay distintas formas de ser y estar en la política, de entender los compromisos éticos y ejemplarizantes de un cargo público y que la erosión que afecta a nuestra moral pública tiene un freno.

No todo es poder y dinero. Tengo la fortuna de ser amigo personal y haber sido de un equipo de gobierno de Julio. Conozco la sobriedad espartana de su espíritu. Sé que en pocas personas se verifica una mayor consecuencia entre lo que dice y piensa y su modo de vida. Nunca había acabado de entender por qué considera un punto de felicidad dormir la siesta en verano sobre una manta tendida en el suelo, ni por qué su mayor consideración del lujo y del ocio es jugar una partida de dominó al atardecer, cuando está de vacaciones. En esta dura mitología del capitalismo, Julio juega contracorriente. Y su compromiso consigo mismo y con la sociedad, gana.

Julio Anguita hace suyo el lema de Ghandi de “vivir sencillamente, para que los demás puedan, sencillamente, vivir”. Y desde su antisimetría con el político al uso nos aporta soluciones a nuestros graves problemas con la ética y la estética del cargo público.

(…)

Esto también lo hizo la cantante griega Nana Mouskouri que estuvo en política, hasta llegó a ser la representante de Grecia en el Parlamento Europeo y viendo la situación que se avecinaba en su país, hizo lo mismo.

Fuente:
http://lucasleonsimon.wordpress.com/2011/01/23/julio-anguita-o-porque-no-todos-los-politicos-son-iguales/

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