01/12/10: Exceso de trabajo resta calidad a la vida sexual

Por: Eduardo Contreras Merino

A lo largo de una relación de pareja hay algunos aspectos que son muy importantes para su buen funcionamiento, uno de esos aspectos es el de la sexualidad, que es quizás uno de los aspectos más importantes en la vida de pareja.

Una pareja con una vida sexual placentera es una pareja más estable, que tiene una buena comunicación y genera formas de complicidad mutua que le permite llevar a cabo sus deseos; en cambio, una pareja con una vida sexual poco placentera o de plano “displacentera”, es una pareja en donde hay poca comunicación, hay una tendencia a la agresión al culpar al otro como causa de la insatisfacción, y puede darse una tendencia a buscar a un tercero.

Existen varios ámbitos de la vida que pueden afectar el ejercicio de la vida sexual en pareja, uno de ellos es la vida laboral en nuestro mundo capitalista y despersonalizado, donde el trabajo absorbe a todos los seres y los envuelve en una dinámica de vida desgastante que les deja poca posibilidad para realizar otras actividades; que les quita el deseo por estar con la pareja y es causa de mal humor, frustraciones, enojos, imposibilitando una buena relación de pareja, y es en lo sexual donde más se puede notar.

El cansancio que el trabajo genera dadas las exigencias casi “esclavista” que el capitalismo demanda, es uno de los factores clave para que existan en la actualidad muchas parejas cuya vida sexual no es todo lo satisfactoria que ellos quisieran. La demanda económica actual hace que ambos miembros de la pareja trabajen para lograr obtener algo de dinero, generando un cansancio físico que retarda o bloquea el deseo sexual. Aunado a esto, las presiones en el ámbito laboral pueden ser causa de que la vida sexual cambie.

Algo notable se relaciona con la vida sexual, la cual se altera por la dinámica de vida, y en cuya cantidad de relaciones sexuales y en la calidad de las mismas, hay un decaimiento de la frecuencia de las relaciones sexuales, con un deterioro de la intensidad, del tiempo dedicado a éstas, lo cual genera una sensación de displacer. Esto causa una rutina entorno a la vida sexual y una mecanización del sexo, que hace que muchas parejas lleguen a extremos donde incluso programan los días de relaciones sexuales, quitándoles el carácter del deseo y de la sorpresa, convirtiéndose en compromisos que hay que cumplir, y de los cuales hay que salir rápidamente.

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