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Un reciente artículo del Wall Street Journal nos pone al tanto de las inseguridades de la extracción submarina de petróleo. “Datos de los reguladores de todo el mundo sugieren que después de años de mejoría, la seguridad de la perforación offshore empeoró durante los dos últimos años.” Este es un tema importante no solo por lo que refiere a los hidrocarburos que a la larga se acabarán, sino por lo que tendrá que ver con la explotación de minerales.
Para el Wall Street Journal basta mirar los reportes de accidentes en plataformas petroleas para considerar que hay que tomar medidas. Aunque –agregamos- ellas tengan que referirse a espacios vacíos de legislación (para los EE.UU las aguas internacionales comienzan a 30 millas de la costas, por tanto lo que se haga más allá es tierra de nadie). Pero como el mismo artículo señala, en el futuro el petróleo deberá extraerse del mar y no de la superficie.
“EE.UU. finalizó en octubre su moratoria de seis meses para la exploración en aguas profundas, un mes antes de lo previsto, aunque revirtió planes para expandir las perforaciones en otras áreas. La Unión Europea consideró brevemente una moratoria, pero cambió de parecer bajo la presión de sus integrantes que consideraban que las regulaciones existentes eran suficientes.”
Todo esto hace revaluar los efectos del derrame en el Golfo de México (Deep Water Horizon, junio 2010). En principio si las regulaciones resultantes de la catástrofe son altas ello empujará a reevaluar la recuperación de los yacimientos de tierra en explotación. Pero si ellas no son tan fuertes, debemos esperar que más petróleo venga del mar aunque signifique más derrames. Hoy la quinta parte de las reservas están en el mar, y nuevos pozos pueden estar en el mediterráneo. El hambre de petróleo puede más que los problemas de perforar a 2,5 km de profundidad.
Cuando leía sobre los problemas y debates derivados de la catástrofe de la Deep Water Horizon y pensaba al mismo tiempo en como ese evento se relaciona con nosotros los peruanos. En este pensar encontré varias cosas que llamaron mi atención. La primera tiene que ver con la capacidad desarrollada en el país respecto de la perforación de pozos, somos una sociedad de tecnología de superficie. A lo más construimos socavones para extraer mineral, nuestra agricultura de pozos es también limitada. Nuestra experiencia en los fondos marinos es casi inexistente, aunque gracias a IMARPE sabemos mucho más delo que creemos de nuestro mar. Sobre nuestros cielos recién contamos con un primer mapa de vientos de baja altura, y alguna experiencia en la investigación de la capa de ozono (IGP), y en el estudio de la ionósfera en Jicamarca .
Volvamos al mar. Perforar desde la superficie del océano a casi tres kilómetros más abajo, es una proeza increíble que tienta la imaginación, es como trabajar con un barco atunero de 3000 toneladas encima de los hombros. “Hace 20 años, la explotación en aguas profundas era algo casi desconocido. A medida que aumenta la profundidad, el riesgo de fugas es mayor. Los acontecimientos del Golfo de México demostraron que perforar 1,6 kilómetros de profundidad más 3 kilómetros en la roca submarina es un poco como enviar a un hombre a la luna” (Pacheco, 2010) . Esto muestra también lo que somos capaces de hacer para tomar del planeta lo que necesitamos sin importar dónde se encuentre, ni por supuesto las consecuencias. Por otra parte también sale a la luz la debilidad institucional que rodea a la nueva empresa globalizada: en lo que concierne a Deep Water Horinzon, como seguro a Ixtoc (fuente de otro gran derrame en el Golfo), al parecer en gran medida las fallas tienen origen en una tripulación insuficiente, y en el espíritu de ganancia que lleva realizar ahorros por debajo de la línea de seguridad, además de otros aspectos técnicos relacionados con la mala calidad de la soldadura.
Una consecuencia inmediata de este fracaso es que probablemente demorará poner en marcha los proyectos brasileros en el presal, que requiere bajar a siete kilómetros de la superficie marina; y esperamos frenen las angustias del gobierno mexicano por hacer perforaciones semejantes en el Golfo cuyo presupuesto es casi tóxicamente dependiente del petróleo. Y aunque en las costas de África y Asia haya también estados capaces de correr riesgos ambientales muy grandes, lo cierto es que la actividad en superficie por explotar petróleo y gas aumentará, por lo menos en el corto plazo.
En nuestro caso esto significa que los proyectos en todos los lotes actuales de explotación y explotación han de continuar. A diferencia de lo que ocurre en el Golfo o en otras partes del mundo, en el Perú no hay proyectos de explotación de hidrocarburos a gran profundidad, las plataformas que operan en nuestro mar están en zócalo continental y trabajan a profundidades de 200 metros, para las que se cuenta con una tecnología probada y segura.
La costa noroccidental de Piura y Tumbes en el Perú es la zona petrolera más antigua del país. Allí están los centros petrolíferos de la Brea, Pariñas, Lobitos, El Alto, Talara y los Órganos, todos ellos en la provincia de Talara (Piura). El primer antecedente escrito de su uso es de 1605, cuando la expedición de Luis Valdez de Torres partió de Paita luego de calafatear sus naves con la brea que en este territorio se hallaba; pero es posible que las barcazas precolombinas, que según dicen caleteban entre Perú y Panamá, y de las que da cuenta Pizarro en su viaje de conquista usasen el mismo material para impearmebilizarlas (Marcos: 1996).
Le sigue en antigüedad el zócalo continental, parte submarina que se extiende entre la playa y la isóbata de 200m de profundidad. Frente a Piura hay, según se dice, 700 pozos en producción que se operan desde plataformas flotantes (solo la empresa SAVIA reporta 660 pozos.
Finalmente está la selva peruana, la más importante zona petrolera del Perú. Su explotación se acentuó en la década del setenta. Los primeros yacimientos que se explotaron fueron: Aguas Calientes, en la provincia de Pachitea, departamento de Huánuco. En la década del setenta se descubrieron los yacimientos de la selva norte, en las cuencas de los ríos Corrientes, afluente del Tigre, y Pastaza, ubicados cerca de la zona de frontera, en el departamento de Loreto.
Sobre el estado de las plataformas no tenemos información sistemática, pero por ejemplo, de acuerdo con la empresa Savia, que adquirió Petro-Tech, sus 75 plataformas se encuentran en buen estado. Aseguraron que están operando casi 80 de estas embarcaciones, reciben mantenimiento constante y son supervisadas por Osinergmin y la Dirección General de Hidrocarburos.
Las exploraciones por petróleo y gas en el mar peruano continúan. Además de PetroTech -luego Savia, en el 2007 el gobierno peruano firmó un contrato con las británicas Gold Oil Plc y Plectrum Petroleum Plc que planean invertir 49 millones de dólares para buscar petróleo frente a la costa norte de Perú. El contrato es por siete períodos de exploración del lote Z-34 de 371.339 hectáreas, ubicado en el zócalo continental del departamento de Piura, unos 1.000 kilómetros al norte de Lima. Gold Oil Plc, matriz de Gold Oil Perú, posee también la licencia del Lote 21, ubicado en la cuenca de Sechura (Piura). Plectrum Petroleum Plc es una empresa especializada en exploración de petróleo y gas mar adentro, especialmente en aguas profundas, con operaciones en la costa mediterránea de Túnez, en el suroeste de Australia y en Gran Bretaña.
El Gobierno peruano aprobó en 2007 un contrato de licencia para la exploración y explotación del lote Z-38 ubicado en el mar, frente a la costa de Tumbes, con Vietnam American Exploration Company L.L.C. (Vamex). Esta misma empresa se asociaría con la Australiana Karoon Gas para la exploración con El lote Z-38 está ubicado en el zócalo ha sido negociado por la agencia de promoción del Estado para la inversión en hidrocarburos, Perupetro.
La firma BPZ Energy cuenta con 4 plataformas, y se encargará de la perforación de pozos en el lote Z1, ubicado en el mar, la exploración habría sido exitosa y daba indicios de nuevas reservas en el lugar conocido como Lomo de Corvina. Según la empresa, la exploración realizada hasta este momento indica que se alcanzaría una producción de 40 millones de pies cúbicos de gas natural y de 3.150 barriles de petróleo por día. Se debe mencionar que en el lote Z1 ya había pequeñas reservas confirmadas de gas natural. La intención de BPZ es aumentarlas, para producir energía eléctrica y exportar gas natural a Ecuador. (Fuente: http://www.migeo.pe/2007/03/petrleo-y-gas-en-el-mar-peruano.html ) BPZ tiene además cuatro lotes adyacentes en tierra (XIX, XXII, XXIII y Santa Elena)
Sin embargo, como para tener una idea de los movimientos en el sector de acuerdo con PeruPetro a junio de 2010 éstos son los contratos vigentes en el zócalo:
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