Hoy es despedida una de las personalidades más respetadas de la vida académica y política del Perú, pero sus lecciones seguirán siendo atendidas por varias generaciones.
Francesca García
En todas las oportunidades en que don Henry Pease tuvo que relatar los hechos ocurridos desde el 2 de abril de 1993, cuando como parte del Congreso Constituyente Democrático (CCD) logró la conformación de una comisión investigadora que resultó crucial para conocer a los responsables del asesinato del profesor y los nueve estudiantes de La Cantuta, nunca confesó las amenazas que recibió su familia.
Pasado un año desde la disolución del Senado y la Cámara de Diputados por Alberto Fujimori y el CCD –manejado por la mayoría oficialista–, trabajaba en una nueva Constitución. Henry Pease García-Yrigoyen, entonces de 48 años, viudo desde agosto de 1988 y quien criaba solo a sus dos hijas decidió ir hasta el final una vez que conoció la denuncia de un grupo contestatario del Ejército que aseguraba que los desaparecidos habían sido asesinados por los Colina.
Las amenazas persistieron y llegaban a través de llamadas telefónicas. Pease prefirió mantener el tema lejos de los medios de comunicación y tomó personalmente las medidas de seguridad necesarias para proteger a quienes junto a su esposa Mary Dreibelbis Arteta han sido siempre sus grandes amores: María Angélica y María Elena.
HOMBRE DE FAMILIA
Hijo del almirante Franklin Pease Olivera y de María Manuela García-Yrigoyen, Henry Pease nació el 11 de diciembre de 1944 y fue uno entre tres hermanos. Su padre, hijo de emigrantes norteamericanos, llegó a ser ministro de Educación durante la Junta Militar y según describe él mismo en un perfil que le dedicó el 6 de octubre de 2005 en el centenario de su nacimiento, fue un hombre que se hizo desde abajo.
“Su esposa y compañera inseparable, María García Yrigoyen, le sobrevive con ya 91 años como una velita que se va apagando sin dejar de irradiar ternura a mi hermano Jaime y mí, junto a toda la familia. Franklin, nuestro hermano mayor, que siempre lo enorgulleció por su capacidad intelectual y su aporte a la peruanidad, partió poco antes de cumplir 60 años. Nuestro almirante partió a los 71 años luego de luchar sin desmayo contra un tumor que según los médicos se lo llevaba en seis meses. Pero lo derrotó 13 veces en 4 años y medio, y de paso me ayudó a mí a enfrentar otro cáncer”, escribió en ese momento.
En el mismo documento, Pease hace referencia a la “última lección” que recibió de su padre, cuando su madre le recordó que debían pagar el recibo de ley y al coger su chequera se percató de que tenía la mitad de la cantidad que debían pagar.
“Ves lo que tengo, mi casa de 270 m2 y un auto viejo. Cualquier almirante o general, o cualquier alto funcionario, que tenga más debería demostrar qué ingresos financiaron sus bienes”, relató con evidente orgullo.
Como él mismo reseñó, el cáncer fue una enfermedad contra la que luchó desde muy joven y dejó serias secuelas en su salud. Sin embargo, ello no frustró su activa vida política y académica.
Quienes conocieron desde un ámbito más privado a Henry Pease confirman que era un padre y abuelo dedicado. Su casa era austera, sencilla, un mausoleo de libros e imágenes familiares. Fotos de su historia en familia y retratos de su recordada Mary.
Como anécdota relatan que en ese círculo íntimo sus hijas y nietos lo llamaban por el sobrenombre de “Hachepe”, tal como suenan sus iniciales y como solía firmar sus comunicaciones menos formales.
Otro de sus allegados recordó la costumbre de Henry Pease por utilizar siempre una corbata negra. Según le confesó, aquello era una especie de simbolismo que él usaba para recordar a su esposa.
POLÍTICO Y ACADÉMICO
Estudió primaria en el Colegio de la Inmaculada en Lima y en el Colegio El Salvador en Buenos Aires, Argentina; y cursó la secundaria en el Colegio San Agustín de Iquitos y en La Inmaculada. Los estudios universitarios los realizó en la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) y obtuvo el grado de Bachiller en Ciencias Sociales con mención en Ciencia Política en 1971, fecha desde la cual se convierte en catedrático de dicha casa de estudios.
En 1998 alcanza el grado de magíster en Sociología, y en el 2002 se convierte en doctor en Sociología en la misma PUCP.
Tras incursionar en cargos de política universitaria, su salto a la política fue cuando fue elegido teniente alcalde de Lima con Alfonso Barrantes Lingán en 1983.
En los tres años siguientes reemplazó hasta en más de veinte oportunidades a Barrantes como alcalde. En 1989, fue candidato a la alcaldía de Lima por la alianza electoral Izquierda Unida, y un año después se convirtió en el candidato a la Presidencia de la República por ese mismo grupo.
El 3 de noviembre de 1989, como candidato por la Izquierda, Pease convocó una Marcha por la Paz contra el terrorismo, día en que Sendero Luminoso había elegido para realizar un paro armado. Su intención era “demostrar que la democracia era más firme que la subversión”, según reseña el Premio Nobel Mario Vargas Llosa en su libro autobiográfico El pez en el agua.
“No me hubiera plegado a la Marcha por la Paz si la iniciativa no hubiera venido de Henry Pease, un adversario que, como intelectual y como político, me parecía respetable”, escribió entonces el novelista.
Tras el cese del CCD, Pease fue congresista de la República entre 1995 y 2006. Como representante de Perú Posible durante el gobierno de Alejandro Toledo, fue el presidente del Parlamento entre el 2003 y el 2004. Como parlamentario, fue protagonista de la lucha de la sociedad civil por la recuperación de la democracia.
En su producción académica, Pease es autor de artículos y libros, entre otros temas, sobre el sistema político, el funcionamiento parlamentario, reforma del Estado, descentralización. Muchos de esos documentos fueron publicados por su decisión en su blog para permitir el libre acceso. Era asiduo a las nuevas tecnologías y a las redes sociales, donde compartía sus ideas y producción.
Como catedrático dictó ininterrumpidamente el curso de Realidad Social Peruana desde 1974. Actualmente era director de la Escuela de Gobierno y Políticas Públicas de la PUCP. En una de sus últimas intervenciones instó a los jóvenes a renovar la política. “Otro futuro nos espera”, les dijo.
PERSONALIDADES POLÍTICAS Y SOCIALES RECONOCEN LEGADO DE HENRY PEASE
Desde ayer a las 11 am., los restos de Henry Pease son velados en la parroquia Santa María Reina en San Isidro, luego de su fallecimiento la noche del sábado en la clínica Angloamericana a los 69 años. Hoy a las 2 de la tarde se realizará una misa de cuerpo presente y a las 4 de la tarde saldrá el féretro hacia el cementerio El Ángel.
Entre las personalidades que presentaron sus condolencias se encontraron el ex canciller de la República Allan Wagner, la presidenta del Congreso, Ana María Solórzano, el ex presidente del Legislativo Ántero Flores Aráoz y la alcaldesa de Lima, Susana Villarán.
“Tengamos en él un ejemplo de cómo debe ser una persona, un cristiano, un hombre de bien y un gran demócrata. Hoy es un día de pesar pero al mismo tiempo de inspiración sobre cuáles son los mejores valores de nuestra nacionalidad que él encarnaba”, manifestó Wagner. Por su lado, Villarán resaltó el trabajo de Pease como presidente del Plan de Desarrollo Concertado de Lima, que lo llevó a coordinar con los alcaldes de todos los distritos de Lima.
La presidenta del Consejo de Ministros, Ana Jara, reconoció también las dotes políticas, personales y académicas de Pease y lamentó su partida. La titular del Congreso, Ana María Solórzano, por su parte presentó sus condolencias y confirmó que hoy el Parlamento brindará un homenaje póstumo a quien fue titular de este poder del Estado.
El ex presidente Alejandro Toledo expresó su pesar por la pérdida, recordó que Pease fue presidente del Congreso durante su gestión.
Fue un hombre de izquierda que dio una lección de integridad.