Agenda Regional Concertada de Sociedad Civil

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Pedro Alva Mariñas*

Las inacabables tensiones entre el Ejecutivo y Legislativo nos confirman que la institucionalidad pública está quebrada o por lo menos en situación grave y que resta capacidad funcional y operativa a todo el Estado y en todos los ámbitos. El problema se nota más cuando se suman las tensiones y desencuentros entre gobiernos regionales y municipales.

El anuncio presidencial de que se estaba trabajando la “Agenda Lambayeque” generó expectativa en sectores de la población, pero todo terminó en la presentación de algunas iniciativas de sectores del Estado y algunas declaraciones públicas. Resumiendo: el sector público que trabaja en Lambayeque no tiene una base de unidad programática, de unidad de acción.

En este panorama los cambios que surgen de las elecciones municipales y regionales nos hacen abrigar las esperanzas de que pudiera iniciarse el proceso de reversión de las tendencias negativas e iniciar el lento proceso de salir del hoyo en que nos encontramos.

Una mirada a la sociedad civil, otro de los grandes actores de nuestra sociedad, nos hacen abrigar esperanzas de que tienen propuestas, que tienen las mejores intenciones y capacidades para convertirse en protagonistas de los cambios y esperan que el gobierno les abra las puertas en una especie de alianza estratégica.

No hay duda de que la sociedad civil regional tiene varias expresiones y que agendan diversos temas de interés público. Quizás los colectivos – entendidos como agrupaciones de varias organizaciones – más importantes son: ADOSCIL – siglas de la Asociación de Delegados de Organizaciones de la Sociedad Civil de Lambayeque, CONREDES – siglas del Consejo Regional de Decanos de Colegios Profesionales y la Sociedad Civil Provincial de Ferreñafe

A propósito de una movilización exigiendo la realización de una sesión descentralizada del Consejo de Ministros sugerimos “a los líderes de sociedad civil regional (Adoscil, Conredes, Fedeccal, Fedel, rondas campesinas, federaciones de pueblos jóvenes, colectivos, etc.) que, junto a las demandas de diálogo con el gobierno central o gobierno regional, debieran hacer un esfuerzo para articular sus propuestas y aprobar una agenda común que sirva de base para dialogar con el gobierno e incluso con los candidatos al gobierno regional de Lambayeque”.  Esa sugerencia sigue en pie, sobre todo con la elección de nuevas autoridades regionales y municipales.

Las propuestas de políticas, programas, proyectos y actividades de sociedad civil están contenidas en los siguientes documentos:

  1. Plan de Reconstrucción de Lambayeque, desde la sociedad civil regional – Comité Cívico de Lambayeque. Contiene 16 propuestas
  2. Agenda Regional de la Sociedad Civil de Lambayeque – ADOSCIL. Contiene 26 propuestas
  3. Obras prioritarias para el desarrollo de Lambayeque – CONREDES. Contiene 4 propuestas de obras emblemáticas.
  4. Acuerdos de Gobernabilidad del Distrito de José Leonardo Ortiz – Colectivo Ciudadano – contiene 12 propuestas.
  5. Demandas del distrito de La Victoria – FEDEL.
  6. Agenda Bicentenario de Comunidades Campesinas – FEDECCAL. Contiene propuestas globales y propuestas específicas.
  7. Esbozo de Agenda de Rondas Campesinas contiene 10 requerimientos.

En estos tiempos de gran incertidumbre se requiere que sociedad civil se anime a dar uno y hasta dos pasos adelante. El primer paso tiene que ser fortalecer su unidad como un componente importante del entramado social que necesita ponerse de acuerdo en lo que Lambayeque y sus territorios necesitan para este tiempo y concretar en estrategias y actividades la unidad de acción para lograrlas. Además, esta agenda validada, servirá de base para los procesos de diálogo, acuerdos y compromisos que deberán desarrollarse con los tres niveles de gobierno: municipalidades, gobiernos regionales y gobierno central.

 

LA QUIEBRA DEL CANAL TAYMI … NO DEBIÓ OCURRIR

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Pedro Alva Mariñas*

Con alguna frecuencia solemos atribuir los problemas, las destrucciones, los daños a la infraestructura hidráulica, a la intensidad de un determinado fenómeno natural y, con ello, se esconde o se trata de pasar por alto los problemas generados por la acción humana en acciones de prevención, mitigación o reconstrucción. Al hacerlo así estamos creando las condiciones para que las situaciones se repitan en el tiempo.

Una visita de campo a Tres Tomas, lugar en que existen compuertas para el manejo del agua de riego que trae el canal Taymi, al día siguiente de la quiebra del canal Taymi, nos permitió reconstruir una cadena de sucesos que terminaron con la rotura o quiebra del canal Taymi y de la infraestructura aledaña y la afectación a la vida y bienes de las personas que viven en las cercanías. Hablando con la gente afincada en el lugar nos permitió también una responsabilidad humana, muy concreta que tiene que ser investigada, incluyendo la cadena de responsabilidades, sancionar adecuadamente y tomar medidas para que estos hechos no se sigan repitiendo.

Dada la situación de desastre ambiental en que nos encontramos, la noticia de la quiebra del canal Taymi, el más importante canal del Valle Chancay – Lambayeque y que provee de agua de riego a miles de parcelas, ha pasado casi como una noticia de segundo orden y no está generando las alarmas que suelen activarse en periodos normales. Pero ello no significa que no sea también un hecho muy preocupante.

El lugar en general se denomina Tres Tomas, en mérito a la existencia de tres tomas instaladas en el canal, desde tiempo atrás; pero en forma más específica se denomina “La Primavera” en la versión de los vivientes y del propio Estado y, también se denomina como “Pedro Casiano” que es el nombre de uno de los máximos líderes comuneros de Ferreñafe y de Lambayeque.

Al día siguiente del desastre (30/03/2023) visitamos el lugar, acompañados por Paulino Timpio Loo Kung y asumimos la tarea de precisar las causas de que un canal de tan sólida estructura pudiera sufrir un daño de esa naturaleza. Antes de tomar imágenes, de hacer las primeras grabaciones de los daños producidos, entrevistamos a algunos testigos directos del desastre producido. Como resultado de esta tarea voluntaria se ha logrado reconstruir una secuencia aproximada de la tragedia que se produjo pasadas las 9 de la noche del día 29 de marzo del 2023.

  • 2 pm. el canal Taymi lleva un caudal por encima de la mitad de su capacidad, el mismo que discurría por el cauce del canal gracias a que las compuertas estaban parcialmente levantadas para permitir el paso de ese volumen de agua destinado a proveer de agua de riego a las parcelas de la parte baja del valle.
  • Este caudal de agua era el resultado de un acuerdo sostenido, unos días antes, entre el gobernador regional Jorge Pérez Flores y la Junta de Usuarios del Valle Chancay, incluyendo una jornada de protesta.
  • Ese día el SENAMHI y ENFEN pronosticaron entre fuertes e intensas lluvias en el territorio de Lambayeque. Una predicción de esta naturaleza es, de hecho, vinculante para todas las reparticiones del Estado. Suponemos que funcionarios del PEOT tomaron las previsiones del caso y, esperábamos también que los responsables del manejo de las compuertas hicieran su trabajo. Ya para entonces estas predicciones empezaban a tomarse en serio porque acertaban.
  • A partir de las 4 pm. del 29 de marzo se inicia el episodio de lluvias y más tarde la lluvia se convierte en intensa con lo que se activan las pequeñas quebradas, los desfogues de agua que se generan lo largo del cauce del canal Taymi, que viene desde La Puntilla, y que terminan incrementando notablemente su caudal.
  • A las 6.30 pm. los pobladores pasan a una especie de alarma general cuando el río prácticamente llena su cauce e inicia los primeros desbordes por su flanco izquierdo y a unos 100 m. de las compuertas. La situación se vuelve dramática para las familias que residen en esa zona. Ellos se muestran respetuosos y temerosos de las cosas del Estado y esperaban que los responsables actuaran.
  • 7.30 pm. El agua embalsada pasa por encima de los puentes y empieza a desbordar afectando severamente las casitas que se levantan en la margen izquierda de su cauce. Es momento de desesperación y de intensa actividad de esas familias por salvar su vida, proteger sus viviendas y salvar algunas cosas de valor.
  • 8 pm. Los pobladores deciden buscar al responsable de la activación de las compuertas y al que lo conocen como el “tomero” y que como empleado público es el encargado del control, vigilancia y accionar de las compuertas (conocidos comúnmente como tomas). Golpean su caseta en donde suele estar y dormir y no responde, la gente asegura haberlo visto llegar, pero por más que golpean, gritan, el tomero no sale de la caseta. Esta persona tendrá que dar las explicaciones del caso.
  • 8.30 pm. Un grupo de personas, vivientes en la zona, entre ellos el señor Luis Salcedo, deciden abrir las compuertas instaladas en el cauce del canal Taymi para que el agua fluyera por su cauce. Esa decisión la toman luego de ver que parte de la estructura lateral de la compuerta que da para la Acequia El Pueblo estaba siendo minada por las aguas ya completamente desbordadas. Con riesgo de sus vidas lo intentan hasta dos veces, pero las compuertas no logran ser levantadas. Sobre esta acción se han difundido videos que sustentan lo declarado.
  • 9 pm. Por fin se aparece el responsable de las compuertas, enciende las farolas de la caseta, ilumina el espacio, pero sus intentos de abrir las compuertas no dan resultado, pues lo impedían el enorme peso y fuerza del agua, la presencia de sedimentos y la “palizada” compuesta de maderos, raíces, carrizos, malezas que suelen traer los ríos en las crecidas.
  • 9.30 pm. se produce el colapso o “quiebra” del canal Taymi justo a unos 25 metros de las tres compuertas y entonces el agua se desborda por ese lugar y cae a los cauces de dos canales: el Canal del Pueblo que cruza por la Alameda de Ferreñafe y la Acequia Antigua (el Taymi Antiguo). En minutos el nivel del agua baja en el canal Taymi, cesa su labor de destrucción en esa zona, pero se convierte en una amenaza para otros sectores de Ferreñafe.

Queda absolutamente claro que el colapso del canal Taymi y la infraestructura vinculada a las compuertas de la Acequia del Pueblo y de la Acequia Antigua tienen un responsable específico y muy concreto y que no es otro que el trabajador público responsable de las compuertas y que estuvo de turno aquella noche. Intentamos entrevistar al “tomero” que estaba de guardia el día 30 de marzo, pero se negó a brindarnos cualquier información.

Sin embargo, existe otro nivel de responsabilidad en el encargado del manejo de las compuertas en La Puntilla que debió coordinar con su colega de las Tres Tomas, bajar el volumen de agua en el canal y, con ello, se bajaba el volumen del agua circulante por el canal y no hubiera sucedido la quiebra del canal.

Finalmente, ambos trabajadores deben tener un superior, un responsable del canal Taymi o de toda la infraestructura y nos preguntamos por la labor que hizo, por las coordinaciones que realizó, por las órdenes que impartió.

Suponemos que, habiendo pasado ya algunos días de la ocurrencia del evento, el Proyecto Especial Olmos Tinajones – PEOT, responsable de la infraestructura mayor del sistema Tinajones, informará a la población sobre los hechos suscitados en esa fatídica tarde – noche del 29 de marzo del 2023.

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  • Instituto de Desarrollo Regional – INDER.

 

 

 

LA PERSISTENCIA DE LA COMUNIDAD CAMPESINA SANTA ROSA DE LAS SALINAS DE TÚCUME.

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Pedro Alva Mariñas*

La Comunidad Campesina Santa Rosa de Las Salinas, ubicada al este del distrito Túcume – Provincia Lambayeque. Es una de las comunidades campesinas más pequeñas (552 has) y menos numerosas de Lambayeque (76 comuneros). Sin embargo, ha sido un ejemplo de comunidad campesina por su funcionamiento como tal y porque ha dado importantes líderes comuneros que hasta ahora contribuyen al desarrollo de sus localidades. El territorio de esta comunidad colinda con el Santuario Histórico Bosque de Pomac, lo que le da todavía más importancia.

Luego de haber sido una de las comunidades campesinas que se opusieron tenazmente – acompañando a Inder y a Fedeccal — a la destrucción de las comunidades campesinas, vía la titulación individual, tomó logró ser persuadida sobre las bondades de la titulación individual.

Se inició entonces un largo y complicado proceso que les hizo gastar tiempo, importantes recursos aportados a la propia empresa de la presidenta comunal que tramitaba la titulación. Al final la mayoría de comuneros están por culminar su proceso de titulación individual, pero los beneficios prometidos y que sirvieron para justificar la titulación, no han llegado y más bien un grupo de comuneros alega haber sido estafado.

Cuando todo se creía perdido para la comunidad, un grupo de comuneros se convencieron que, a pesar de la independización de sus parcelas y de la prédica individualista que se había desarrollado en su comunidad, necesitaban de la Comunidad para seguir defendiendo el territorio de su comunidad, solucionar los problemas con el agua de riego, realizar trámites ante las instancias del Estado, modernizar su local comunal y también solucionar los crecientes litigios entre comuneros. No había razón para liquidar a la comunidad, añadiendo que una comunidad es imprescriptible.

De esta manera se daba la validez de nuestra tesis: que incluso si una comunidad campesina decide titularse individualmente, ello no implicaba automáticamente la extinción real ni jurídica de la comunidad porque la comunidad representa toda la vida de los comuneros y no sólo una relación formal con las parcelas.

Con el tiempo, se ha formado una mayoría de comuneros decidida a mantener su organización comunal y es así que en asamblea del 22/12/2019 acordaron renovar su directiva comunal y para lo cual eligieron al comité electoral comunal integrado por: Esteban Acosta Cajusol (presidente), Nolberto Bances Ventura (secretario) y Saturnino Chapoñán Lozada (vocal).  Actualizado el padrón de comuneros, validada en asamblea la lista de comuneros hábiles para votar y confirmada la voluntad de los comuneros de seguir siendo tales, es que se convocó a asamblea general de comuneros para elegir la nueva directiva comunal.

El 02 de febrero del 2020 se realizó la asamblea eleccionaria de la Comunidad Campesina Santa Rosa de Las Salinas de Túcume que terminó eligiendo a la nueva directiva para el periodo 2020 – 2021, la misma que está integrada por 6 comuneros, 2 de ellas son mujeres. Como acto final de las elecciones se invitó al asesor de Fedeccal – Pedro Alva Mariñas a dar las palabras de felicitación a la directiva ya que la ceremonia de juramentación se acordó aplazarla para la primera semana de marzo.

Varios comuneros y de todas las edades expresaron su plena complacencia por el fortalecimiento de su comunidad campesina y desearon éxitos a la flamante directiva presidida por Segundo Balladares Acosta, un reconocido líder institucional de Túcume y uno de los fundadores de la Federación de Comunidades Campesinas de Lambayeque – FEDECCAL.

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*Oficina de Asesoría Rural de Inder.

RONDAS CAMPESINAS

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Pedro Alva Mariñas*

En los últimos meses tomamos la decisión de aproximarnos al mundo de las Rondas Campesinas, gracias a la intensificación de contactos con varios líderes locales, regionales y nacionales que tuvieron la gentileza de facilitar mi participación en varios eventos realizados en Chota, San Miguel, La Florida, Guadalupe, Chiclayo y Jayanca. La presente nota es una primera aproximación a este complejo y apasionante mundo de los ronderos.

La Ley de Rondas Campesinas, Ley N° 27908, reconoce a las rondas campesinas como “forma autónoma y democrática de organización” y establece algunas funciones primordiales: a) Pueden establecer interlocución con el Estado, es decir con las autoridades políticas, policiales, municipales, Defensoría del Pueblo y otras. b) Apoyan el ejercicio de funciones jurisdiccionales de las Comunidades Campesinas y Nativas, c). Colaboran en la solución de conflictos y realizan funciones de conciliación extrajudicial d) Cumplen funciones relativas a la seguridad y a la paz comunal, pudiendo solicitar el apoyo de la fuerza pública y demás autoridades del Estado. e). Derecho de participación, control y fiscalización de los programas y proyectos de desarrollo que se implementen en su jurisdicción comunal de acuerdo a ley.

Como se puede apreciar se trata de funciones muy importantes, y que abren a las rondas un rol muy importante en los espacios locales. Sin embargo, la norma minimiza la acción de las rondas y las convierte en órganos adhoc del Poder Judicial ya que les asigna la solución de conflictos y conciliación extrajudicial. No las faculta para una actuación independiente en materia de impartición de justicia y ni siquiera menciona la justicia comunal o el derecho consuetudinario que practican.

Pero esta reducción de las funciones reales que cumplen las rondas campesinas tienen su origen en el texto de la propia ley de creación al establecer en su artículo 1 “Reconócese personalidad jurídica a las Rondas Campesinas”; pero a las comunidades campesinas les reconoce personería jurídica tal como lo establece la Ley General de Comunidades Campesinas N° 24656, en su artículo 2 “Las Comunidades Campesinas son organizaciones de interés público, con existencia legal y personería jurídica, integrados por familias que habitan y controlan determinados territorios. Los expertos en la materia afirman que la personalidad jurídica implica reconocer la existencia de una autoridad superior a las rondas, que toma las decisiones finales y, por consiguiente,  a las rondas campesinas se les asigna el papel de colaboradores de la justicia ordinaria, de iniciadores de procesos, pero no el papel decisorio, de última instancia. Esto brinda los argumentos para que cualquier autoridad judicial cuestione la actividad de las rondas acusándolas de extralimitaciones en sus funciones o que están fuera de su ámbito de acción.

En este punto tan sensible el Reglamento de la Ley de Rondas (artículo 12, inciso d)  precisa aún más esa limitación funcional de las rondas al establecer como una de sus funciones “Intervenir en la solución pacífica de los conflictos que se susciten entre los miembros de la comunidad y otros externos, siempre y cuando la controversia se origine en hechos ocurridos dentro de su ámbito comunal”.

En cuanto a organización, tenemos la percepción que el funcionamiento de las rondas, incluso sus propias reuniones distritales, provinciales y regionales (no sabemos si nacionales también) recaen en el buen nivel de organización de las rondas a nivel de bases, lo que les permite participar en eventos con delegaciones de ronderos que solventan sus propios gastos, la base que organiza el evento cumple muy bien su papel de anfitriona, garantizando alimentación y hasta alojamiento a los participantes y, de ser el caso, se asumen los gastos de difusión, de equipo de sonido. Los ronderos hacen un encomiable esfuerzo y el apoyo de los distintos niveles de gobierno es muy limitado sino inexistente.

En cuanto a las relaciones de las rondas campesinas con el Estado las podemos calificar como de desencuentros permanentes y de coincidencias efímeras, situación que ha determinado el surgimiento de dos tendencias o posiciones de las organizaciones regionales o nacionales de las Rondas. Una que, frente a la cerrazón de puertas y ventanas, opta por mayores niveles de tensiones y, la otra tendencia, que minimiza la confrontación para propiciar reuniones, eventos de capacitación o para resolver problemas específicos a nivel de bases.

No hay duda que las rondas campesinas se han ganado, con un sostenido trabajo, el aprecio de la población y el respeto de los gobernantes. En estos tiempos en que las ineficiencias, la corrupción y la impunidad campean en el país habrá que abrirle más espacios y darle más funciones a las rondas para que nos ayuden a cerrar este episodio aciago de nuestra historia.

Nota: este artículo fue publicado en el Semanario Expresión de Chiclayo, en enero 2020

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*Oficina de Asesoría Rural de Inder.

 

COMUNIDAD CAMPESINA DE ANGUYACU – MIRACOSTA

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Pedro Alva Mariñas*

Directiva de la Comunidad Campesina San Francisco de Anguyacu, al momento de ser juramentada por Pedro Alva Mariñas.

El distrito de Miracosta, un distrito de la Provincia Chota y que delimita con el departamento Lambayeque, es también territorio de comunidades campesinas. Hasta el 2010 funcionaba la ancestral Comunidad Campesina Santiago de Cachén (reconocida en 1964), que es la instancia que resistió el embate de los hacendados que porfiaban por anexar todo su territorio, arrinconándola en las partes más altas y menos productivas del actual distrito Miracosta.

Con el tiempo surgió la Comunidad Campesina “San Francisco” de Anguyacu que obtuvo su reconocimiento oficial mediante la Resolución N° 172-2010-GR.CAJ/DRA. Expedida en Cajamarca el 04 de noviembre de 2010. Culminaba un proceso importante y que demandó grandes esfuerzos a los comuneros y dirigentes; pero se iniciaba proceso de la titulación del territorio comunal que es más complejo y complicado porque siendo hacienda fue afectada por Reforma Agraria, adjudicada a favor del Grupo Campesino y a partir de allí existe un largo vacío que ha sido cerrado con la constitución de la comunidad campesina. A partir del 2010 se tramita la titulación del territorio, pero resulta esquiva y más complicada porque, algunas personas, aprovechando este vacío, han logrado establecer algunos derechos sobre el territorio. Felizmente los comuneros tienen posesión del área, que coincide con el que fuera un sector de la Hacienda Sangana.

Tratando de consolidar su institución comunal, hace unos meses celebraron el aniversario de la fundación de su Comunidad y lo hicieron con una ceremonia que fue muy concurrida, en la que participaron diversos sectores que integran la Comunidad (Tuque, Anguyacu, San Martín, Tongod, Shashalá y Montecarlo), estuvo también la directiva saliente y varias autoridades como el Alcalde del Centro Poblado y el Teniente Gobernador (Carlos Mendo Severiano). Nos encargaron la juramentación de la directiva comunal presidida por el líder comunero Mario Díaz Céspedes, que también ha sido un baluarte de la Federación de Comunidades Campesinas de Lambayeque – FEDECCAL.

Existen en la vida de las instituciones algunos hechos que marcan su consolidación como tales y uno de estos hechos acaba de suceder (14/03/2020) en el ámbito de Anguyacu cuando un grupo de comuneros y autoridades locales fueron convocados públicamente, mediante avisos por una radio de Chiclayo, para asistir a un acto demarcación de una parcela de más de 70 has. de extensión, ubicada a ambas márgenes de la carretera Tongod – Anguyacu y a la que asistiría un funcionario de Sunarp.

Presentes en el lugar de los hechos, los comuneros le pidieron al supuesto funcionario su identificación y que mostrara el documento que lo designaba para tal tarea, justo un día sábado que no es laborable y en un lugar remoto de Chota. El supuesto profesional trastabilló, “se achicó” y no volvió a tener ningún protagonismo, tal vez preocupado ´proyecto la presencia de las rondas campesinas del lugar que exhibían sus chicotes. Luego encararon al supuesto dueño, argumentando que las tierras fueron de la hacienda Sangana, luego afectadas por Reforma Agraria y entregadas al Grupo Campesino. Al convertirse en Comunidad esos derechos, sobre todo Anguyacu, pasaron a ser territorio comunal. Quedó al descubierto que se trataba de una estrategia particular, concebida para legitimar una pretensión de usurpación del territorio comunal.

Esta acción colectiva exitosa, de articulación entre una comunidad campesina, sus autoridades y su ronda campesina, ha generado el convencimiento de la fuerza de la comunidad campesina, de la fuerza de su argumentación para enfrentar estos desafíos. Los que estuvieron presentes son los que están contando esta pequeña historia local y también cuentan detalles y anécdotas que con el tiempo ayudarán a que esta historia se haga más grande todavía y será mencionada como una victoria de la joven Comunidad Campesina y su nueva directiva. Yo me limito a contarla porque tenemos que hablar de pequeñas victorias en la larga historia de nuestras comunidades campesinas.

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*Asesor de comunidades campesinas.

SAN PEDRO DE COLAYA. Un pueblo y comunidad ancestrales

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Pedro Alva Mariñas*

Una sonriente mujer mayor, natural de Colaya, nos permite tomar esta fotografía que en cierta forma ilustra el optimismo de la mujer de Colaya, a pesar de las grandes dificultades que afrontan en su vida diaria. Ellas también son comuneras y están apoyando el proceso de reconocimiento oficial de su comunidad campesina, en que está empeñada la población de Colaya.

EL NO SABER LEER NI ESCRIBIR

 Un pasaje, tomado de los títulos coloniales de una Comunidad Campesina de Lambayeque, nos habla de la enconada lucha entre los hacendados y el común de indígenas de Colaya, ya en tiempos de la República. Los colaya logran una sentencia de las autoridades judiciales que confirman sus derechos de propiedad y posesión sobre un paraje en disputa. La hacendada, Tomasa Peramás, en su apelación a dicha sentencia (1846), intenta descalificar al Procurador del pueblo, Sebastián Reyes, artífice de la reivindicación comunal:

  • Se ha contravenido lo dispuesto en el artículo 172 de la Constitución Política según la cual “Ningún individuo ni reunión de individuos, ni corporación legal puede hacer peticiones a nombre del pueblo”.
  • Que no sabe leer y por ello no puede desempeñar dicho cargo porque la Ley de Elecciones, en su artículo 71 así lo establece.
  • No consta siquiera que dicho Síndico se haya juramentado ” …a más sé que no hay constancia siquiera en la suprefectura de esta provincia, ni en ninguna otra oficina de la República del Juramento prevenido por la Ley”

 Termina solicitando al juez que haga la “suprema prueba caligráfica” a Sebastián Reyes para comprobar que efectivamente no sabe leer y por ello todo lo que ha realizado es nulo (Títulos de la Comunidad Campesina de Colaya)

 Qué difícil habrá sido la vida de los pobladores originarios de Colaya y de sus autoridades cuando se tenían que enfrentar a los poderosos hacendados que no ponían límites a la expansión de sus propiedades, ni tampoco a sus odios y desprecios frente a sus oponentes y que se reforzaban porque la República que estaban moldeando estaba más presta que la Colonia a representarlos y favorecerlos.

 

UNA MATRIZ ANDINA COMÚN

Fuente: Archivo General de Indias. ES.41091.AGI/23.9//Lima,565,L.2,F.311V

Transcripción literal:

“Gobernador de la provincia del Perú, por parte de Alonso Guerra, vecino regidor de la ciudad de San Miguel que en esa dicha provincia me ha sido hecha relación que el nos ha servido en esa tierra en todo lo que se ha ofrecido, y que en remuneración de sus servicios vos le encomendaste un cacique que él descubrió el año pasado de mil quinientos y treinta y cinco que se llama Penachi para que se sirviese de él, y de todos los indios y principales que estaban sujetos”

Como serranía de Lambayeque entendemos toda la franja territorial que se levanta bruscamente con el paso del ramal occidental de la Cordillera de los Andes y que cruza el territorio departamental de sur a norte y que comprende casi la totalidad de los actuales distritos de Inkawasi y Cañaris y una parte del Distrito de Salas. En ese ámbito geográfico existen también las comunidades campesinas tradicionales de Penachí, Salas, Cañaris, Incahuasi y las más recientes (formadas sobre ex Grupos Campesinos creados por Reforma Agraria) como son: Túpac Amaru II, San Antonio de Laquipampa, Micaela Bastidas de Moyán, San Martín de Porres de Atumpampa, San Isidro Labrador de Marayhuaca y José Carlos Mariátegui.

En esta zona existen numerosas referencias documentales de la existencia de un amplio curacazgo asentado en la zona andina que bien pudo ser denominada como Penachí por lo menos en el periodo inicial de la conquista.

La información disponible nos permite afirmar que el nombre del antiguo Señor de la serranía de Lambayeque (o por lo menos gran parte de ella) se llamó Penachí. Que este nombre de persona, con el tiempo fue más relacionado con un determinado lugar (probable residencia estable del Señor) que hasta el presente es conocido como el pueblo de Penachí.

Para épocas más tardías, esto es para el siglo XVIII, tenemos evidencias de un curacazgo o cacicazgo, en la serranía de Lambayeque, representando por la familia Callaypoma. Así constan en los títulos comunales de Cañaris, de Penachí, de Salas, como ha sido publicado en la Revista Avances N° 6 (Chiclayo, junio 2013:10-12).

Más recientemente, hemos encontrado las mismas referencias en los “Títulos de Colaya” que hablan de Sebastián Callaypoma como el “Casique Principal y Gobernador de los pueblos de Penachí, Salas y Cañares …”, como se puede apreciar en un fragmento de uno de los folios que datan de 1712.

 

 

 

 

 

Pocas dudas podemos tener a estas alturas que los actuales pueblos y comunidades de Salas, Penachí, Cañaris, Incahuasi y también Colaya hayan tenido una matriz común, un origen común y que hayan conformado un “curacazgo andino” al mando del curaca Penachí que fuera “descubierto” en 1535 junto con muchos indios y principales.

 

La Iglesia de Colaya. No hay duda que la construcción más importante de Colaya es el antiguo templo católico en el que se venera la imagen de San Pedro de Alcántara que fue entronizado, Como el patrón del pueblo y de la comunidad desde tiempos coloniales. En su honor la Comunidad Campesina de Colaya lleva su nombre.

LA EMERGENCIA DE COLAYA COMO PUEBLO

Un suceso singular ocurrido, entre el 9 y 10 de agosto de 1746, en un lugar de Colaya y en circunstancias en que José Mauricio Pérez, comisionado por el General Juan Antonio Matienzo, Corregidor y Justicia Mayor de Piura, estaba realizando una “vista de ojos” a pedido del Común de Indios de Penachí, pasó un incidente que es contado por el funcionario español en los siguientes términos:

” … en este paraje de Colaya aconteció que siendo preciso hacer mensión reconocimos gravísimo tumulto de indios mestizos que se descolgaban de sus cabalgaduras por los altos de enfrente y como viniese contra mí y los testigos me puse en cuidado … i tarde de la noche se sintió ruido y tropel de bestias i saliendo yo i los testigos reconocer el ruido hayamos ser nuestra cabalgadura suelta sin máquinas i cabrestos de suerte que dichos indios por dejarnos a pie lo las soltaron para que no se practicase i continuase la vista de ojos … i segunda vez repitieron soltarlas i sintiendo el ruido salimos i se divisó un indio que iba corriendo por el monte i que se pudo aprehender i bajando a este sitio de Colaya … (Vista de Ojos. Títulos de Penachí)

Se trata obviamente de una acción de resistencia a la presencia de los funcionarios coloniales y que nos ilustra no solo la rebeldía de los colaya de esos tiempos, sino que no congeniaban con los penachí que son los que habían promovido la visita y, sin embargo, no pudieron evitarles estas incomodidades a los funcionarios coloniales.

En los siguientes extractos de los Títulos de Colaya encontraremos que los colaya, demandan deslindarse, excluirse o no ser incluidos como parte de Penachí. Veamos algunos pasajes de los títulos en lo que estas demandas quedan evidenciadas:

“DECRETO.- Olmos noviembre veintisiete de mil setecientos ochentaiseis por presentado.- El superior despacho obedece en la forma ordinaria, guárdese, cúmplese como él se contiene procediéndose en consecuencia al deslinde y amojonamiento que se solicita con citaciones de los convecinos de las tierras respectivas al pueblo de Colaya, nombrándose peritos por las partes y exhibiéndose los correspondientes títulos. Y respecto de no poder constituirse en el indicado territorio por varias ocupaciones … se da la comisión necesaria a don Bartolomé Dapelo quien … Dará cuenta a este Juzgado….”.

Como se puede apreciar para el año 1786 y, bien pudo ser anterior a esta fecha, aparece con claridad la denominación de pueblo de Colaya, incluso se habla de “Protector de Naturales de Colaya” y hasta del deslinde de tierras. Todo ello significa que Colaya ya tenía una nueva categoría, por lo que da lugar para hablar de la “emergencia de Colaya”.

Autoridades locales en la ceremonia de izamiento del pabellón nacional. El consejero regional Antonio Riojas y Pedro Alva Mariñas como invitados. Colaya ha mostrado una gran persistencia a través del tiempo. De haber sido una simple aglomeración de casitas, pasó a convertirse en pueblo como sus pares de Salas y Penachí y teniendo sus propias autoridades en tiempos coloniales y republicanos. Actualmente Colaya es un progresista centro poblado perteneciente al distrito de Salas de la provincia de Lambayeque.

EL PERIODO DE RESISTENCIA A LAS HACIENDAS (1800 – 1970)

Quizás a manera de resumen de este periodo podríamos caracterizarlo como el periodo de resistencia a las haciendas y que va desde 1800 hasta 1970.

Al hablar de comunidades campesinas, resulta inevitable hablar también de las haciendas que han sido su contraparte. Para entender esta parte de la historia de Colaya tenemos que ponernos en contexto del drama en que vivían sus pobladores frente a la usurpación y creciente expansión de las haciendas asentadas en gran parte del territorio que fue del Curacazgo de Penachí, gestionado por el Cacique Principal Penachí y sus Principales.

De la lectura de los Títulos de Colaya podemos comprobar que ellos lucharon, pelearon, litigaron y también establecieron acuerdos con cuatro haciendas principales:

  • San Cristóbal de Chiñama, cuyo dueño, en el año 1760 era el Teniente de Correjidor de Motupe, Ruiz de Aranda, que lo hereda su hijo Simón y éste le vende a Thomas Veles el 18 de julio de 1766 y que termina vendiendo a Pedro Torres Conde, vecino del pueblo de Lambayeque.
  • Santa Lucía de Vivina, con la que se litigó por los sitios de Tres Horcones, La Matanza.
  • La hacienda Tongorrape, que tuvieron como antiguos dueños al presbítero don Tomás Velis y sucesivamente don Juan y Joaquín Pichardo.
  • La Hacienda Cangrejera.

Ha pasado el tiempo y, para 1888, encontramos al Común de Indígenas de Colaya pleiteando con los hacendados de Cangrejera, Santa Lucía y otros, según un extracto de los Títulos de la Comunidad de Colaya:

“Con tal intento presento tres cuadernos … un cuaderno tercero en fojas doscientas cinco que contiene la contienda judicial del Común de Colaya con la señora Doña Tomasa Peramás sobre despojo de tierras correspondientes a la misma jurisdicción de Penachí  … A usía suplico se sirva proveer como solicito en justicia etcétera.- Lambayeque agosto diez de mil ochocientos ochenta y nueve”

Vemos que en forma reiterada la actuación independiente de Colaya en varios de los juicios con los hacendados vecinos ya sea como “pueblo de Colaya”, como “Común de Colaya” o “Comunidad de Colaya” y lo hace por territorios sobre los cuales tiene efectiva y larga posesión.

COLAYA Y LA TITULACIÓN DE PENACHÍ

Aprovechando un periodo de “primavera comunal” del primer gobierno de Alan García, la Comunidad Campesina San Mateo de Penachí logró titular su territorio comunal, incluyendo el sector Colaya sobre el cual ejercía una titularidad bastante precaria como es conocido por propios y extraños.

El documento oficial se denomina “Acta de la Comisión de Estudio de Deslinde y Titulación de la Comunidad Campesina San Mateo de Penachí” y está fechado el 17 de mayo de 1990 en la sede de la Unidad Agraria III – Lambayeque.

El lindero Norte de la Comunidad Campesina de Penachí, y que abarca gran parte del ámbito de Colaya se lo establece que la línea de colindancia con la Comunidad Campesina Túpac Amaru II.

Tenemos la impresión que para entonces los dirigentes de Colaya centraron su interés no tanto en oponerse a la titulación de Penachí, sino más bien en lograr su reconocimiento oficial como comunidad campesina, según se puede ver en la documentación disponible. Y es que no teniendo reconocimiento oficial no podía oponerse a la titulación de las comunidades campesinas vecinas de Penachí y Túpac Amaru II.

Es así como el sector Colaya, al no consolidar su reconocimiento oficial como comunidad campesina, queda titulada como parte del territorio comunal de Penachí, lo que tiene tres consecuencias:

  • Se facilitó la titulación de Penachí al no existir oposición interna que la hubiera hecho más difícil y problemática.
  • El territorio de Colaya queda amparado por las leyes que protegen a las comunidades campesinas.
  • Pero el lado negativo estaba la “confirmación” de su supuesta pertenencia de Colaya al ámbito de la Comunidad de Penachí y ello atentaba contra su histórica aspiración a la autonomía.

Luego de conversar con numerosos comuneros y líderes de la zona tenemos la impresión que en la realidad la titulación de Penachí no significó situaciones desfavorables a Colaya y tampoco ventaja real para Penachí, porque los ámbitos de ambas comunidades han sido respetados de uno y otro lado.

COLAYA EN BUSCA DEL RECONOCIMIENTO FORMAL

 

En este apartado vamos a referirnos al periodo reciente en que vuelven a ratificar la decisión de tramitar el reconocimiento oficial y este último proceso, documentado por la Oficina de Asesoría Rural de Inder, se remonta al año 1973, fecha en la cual los comuneros de Colaya, reunidos en asamblea general aprobaron solicitar el reconocimiento oficial como Comunidad Campesina y encargaron a Nemecio Monja Manayay, elegido como Gestor, realizar los trámites respectivos.

Estos trámites y los subsiguientes colisionaron con dos obstáculos evidentes: la falta de normas legales explícitas que la hicieran posibles y la falta de voluntad de las autoridades departamentales y nacionales para concretarlas.

Años después y con la aprobación de la Ley 24656 y la Ley 24657 y sus reglamentos publicados en el último tercio de los años 80, se dieron las condiciones para que ese trámite fuera reanimado por el mencionado dirigente y por otros que le sucedieron en el cargo. Así encontramos que el 18 de octubre de 1988 con la expedición de una Resolución Directoral que otorga reconocimiento oficial a la Comunidad Campesina San Pedro de Alcántara de Colaya.

Destacamos el hecho que la Resolución de reconocimiento oficial de la Comunidad se refiere a su inscripción en el Registro de Comunidades Campesinas; pero en cuanto al territorio se reserva el reconocerlo y lo supedita a un trabajo posterior a ser realizado por la Oficina de Catastro Rural. A pesar de ello surgieron las oposiciones de las comunidades vecinas que obligaron a que la misma Dirección Regional Agraria diera por cancelado el reconocimiento oficial a Colaya

LA NULIDAD DE LA RESOLUCIÓN DE RECONOCIMIENTO

 Resulta importante aclarar que el sustento para anular el reconocimiento oficial de Colaya tiene que ver estrictamente con las oposiciones de las comunidades campesinas de Penachí y Túpac Amaru II y el temor de los funcionarios de agricultura de generar un conflicto de mayores proporciones. El argumento central para la nulidad aparece en el mismo texto de la Resolución Directoral N° 549-88-AG-UAD-III.

 

Importante remarcar que al no existir objeciones de fondo a la formalización de la nueva comunidad campesina y al eliminar o minimizar los temores de un conflicto en la zona, se reabre la posibilidad de otorgarle reconocimiento oficial a la Comunidad de Colaya.

UNA COMUNIDAD CAMPESINA REALMENTE EXISTENTE.

Las faenas comunales son una obligación de los comuneros de Colaya. Reunidos en el punto tripartito llamado La Cruz de Colaya se toman decisiones prácticas para iniciar la limpia de caminos en faena comunal. Se eligen o ratifican a las autoridades de la faena, se establecen las multas o castigos. La participación de jóvenes comuneros garantiza la continuidad de esta práctica comunitaria.

La Constitución Política del Perú reconoce la existencia real de las comunidades campesinas del Perú y no las sujeta a ningún condicionamiento legal o administrativo como a otras organizaciones. El artículo 89° de la Constitución Política del Perú dice textualmente en su primer párrafo: “Las Comunidades Campesinas y las Nativas tienen existencia legal y son personas jurídicas”.

En el caso del pueblo y comunidad de Colaya, hace tiempo que cumplen con todas las características de una comunidad campesina ancestral o tradicional: es autónoma en su organización, es autónoma en el trabajo comunal y en el uso y la libre disposición de sus tierras, tiene autonomía en lo económico y administrativo, consideran la propiedad (y posesión) de sus tierras imprescriptible. Adicionalmente están integradas por familias que: habitan y controlan determinado territorio, tienen vínculos ancestrales, mantienen vínculos sociales y económicos, vínculos culturales, practican la ayuda mutua, tienen un gobierno democrático que se renueva cada dos años, y su finalidad es el bien común de sus miembros.

Desde el año pasado los comuneros de Colaya están buscando que el Estado peruano, en sus instancias competentes, les extienda el documento que oficialice su condición de comunidad campesina y también están buscando que las comunidades campesinas vecinas, entre ellas la Comunidad Campesina San Mateo de Penachí, las reconozcan como instituciones hermanas, surgidas de una matriz común.

Así los colaya en pleno, comuneros, dirigentes comuneros y autoridades locales, están protagonizando un nuevo peregrinaje ante las oficinas públicas para que les extienda una certificación administrativa que les permita pasar de su condición de Comunidad Campesina realmente existente, a convertirse en una Comunidad Campesina oficialmente reconocida e inscrita en los registros oficiales del Estado.

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*Pedro Alva Mariñas es antropólogo, investigador de INDER. arriero50@hotmail.com

TIEMPOS DE GRAN INCERTIDUMBRE*

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Pedro Alva Mariñas

Cada una de estas crisis tiene su historia particular y han sido abordadas desde varias perspectivas. La sumatoria de ellas, que permanecen abiertas, encadenadas como están, determinan una situación de gravedad particular que nos lleva a calificarla como un periodo de gran incertidumbre o de incertidumbre total, es decir como la fatal coincidencia de varias crisis

La situación que nos toca vivir – sufriendo, tiene hondas raíces y larga data. Pero el último tramo, limitado a los tres últimos años, agrava la situación por la cadena de hechos traumáticos que se han producido y que persisten: el terrible impacto de la pandemia del Covid 19 que nos puso como el país más impactado del mundo, una campaña electoral presidencial marcada por una derecha conservadora, renuente a todo atisbo de cambio, una oposición política que recurre a todos los medios para deslegitimar al gobierno, un presidente de la República que contribuye a la ingobernabilidad gracias a una larga lista de desaciertos e ilícitos, la renuncia de dos gabinetes y de varios ministros en el primer año de gobierno (por acción de la oposición política o por sus propios problemas), nueve procesos judiciales al presidente de la República, debilitamiento de su representación congresal, ruptura con el partido o movimiento que lo catapultó al poder, pérdida espectacular de apoyo de la población que parece desilusionarse de manera irreversible y, por añadidura, un proceso electoral que no da esperanzas y que, para empeorar las cosas, es opacado por las fallas de cientos de candidaturas y por la mayor cobertura que dan los grandes medios nacionales a la confrontación Ejecutivo – Congreso basados en estrategias como la vacancia presidencial, adelanto de elecciones para renovar el Ejecutivo y el Congreso.

La situación actual, determinada por las situaciones mencionadas (y otras que se pueden añadir) han dado lugar a sendas crisis (crisis sanitaria, crisis del Congreso, crisis del Ejecutivo, crisis de los partidos y movimientos, crisis de gobernabilidad … etc.). Cada una de estas crisis tiene su historia particular y han sido abordadas desde varias perspectivas. La sumatoria de ellas, que permanecen abiertas, encadenadas como están, determinan una situación de gravedad particular que nos lleva a calificarla como un periodo de gran incertidumbre o de incertidumbre total, es decir como la fatal coincidencia de varias crisis. Su impacto en el país, en la sociedad y en las personas es muy grande y el problema es que no tenemos salidas a la vista … “atrapados sin salida”.

Esta gran incertidumbre no es coyuntural, tampoco es pasajera, tampoco es de un sector social, es más bien duradera, profunda y global porque se expresa en tres niveles:

  1. No tenemos una lectura, ni aprendizajes de nuestro pasado reciente que se exprese en la valoración, más o menos compartida, de los últimos veinte años. La figura de Fujimori nos convoca y nos desconvoca, nos divide, nos cercena y ese es sólo un caso de los muchos.
  2. No nos ponemos de acuerdo y estamos totalmente enfrentados sobre lo que tenemos que hacer en el presente. No aparecen propuestas de solución y las que aparecen no tienen respaldo suficiente y se evaporan.
  3. No aparece la luz al final de esta oscuridad que de sustento a la esperanza de encontrar pronto una salida a la situación. No aparecen propuestas, ni tampoco liderazgos.

Este desconcierto se manifiesta, se nutre también de procesos, de dinámicas que los tenemos anclados en nuestra realidad, en nuestra percepción de actores sociales, de ciudadanos activos. Con riesgo a simplificar una realidad compleja identificamos algunos de esos componentes.

  1. La sensación de no desarrollo, de lento progreso, de pobreza omnipresente. Esta sensación se agrava al reconocerse que se cuentan con recursos para acelerar el desarrollo de los territorios … y no lo estamos haciendo.
  2. Los altos niveles de ineficiencia, desmotivación de los sectores públicos, que prefieren la comodidad del “piloto automático” antes que promover cambios reales en la gestión de su competencia. Esto se traduce incluso en la baja ejecución presupuestal y también baja calidad de las inversión y actividades públicas.
  3. La corrupción sistemática, a todo nivel y que va siendo normalizada. Se trata de una corrupción “a la peruana” (que incluye coimas, ausencia de controles, mala calidad de las obras, sobre costos, ampliaciones de plazo).
  4. La inestabilidad política: crisis internas de los tres niveles de gobierno, crisis de partidos y movimientos políticos, que no garantizan una buena gestión, que más parece la van a prolongar.
  5. El real aislamiento internacional de Perú. Inadmisible en tiempos de globalización y de riesgos globales como el Cambio Climático, la delincuencia internacional, la trata de personas, las tensiones entre las superpotencias, la crisis sanitaria. La distancia entre un Héctor Béjar con el actual canciller nos ilustra de lo que prefiere la administración pública en el terreno internacional.

El desconcierto también se extiende al proceso electoral actual ello se justifica de varias maneras y por varios elementos que no vamos a mencionar siquiera. A estas alturas aparece como pertinente esbozar un boceto de la imagen del líder (hombre o mujer) que necesitamos para estos tiempos.

Es un listado algo exigente pero que podría ayudar a orientar nuestro voto por el líder, su equipo de consejeros o regidores y por las personas que van a ocupar los cargos de confianza de sus gobiernos.

  1. Cero corrupción y alto nivel de transparencia en la gestión.
  2. Eficiencia en la gestión pública.
  3. Una visión local que enlace con lo nacional e internacional.
  4. Un equipo de trabajo confiable.
  5. Alianza con la sociedad organizada

Dicen que para grandes males se necesitan grandes remedios, coherente con ello, necesitamos para estos tiempos de gran incertidumbre, no simples candidatos, simples titulares de las jefaturas, de gerencias, de oficinas; necesitamos más bien super líderes y que se acompañen por equipos de alto perfil, que nos den la mínima garantía de que promoverán y serán actores de primera fila para iniciar la reversión de estos tiempos nefastos.

Confrontando la dura realidad con la esperanza, el pesimismo tiene un amplio espacio; sin embargo abrigamos la esperanza que en algunos territorios surjan los líderes o superlíderes que necesitamos. Habrá que buscarlos con tesón y con fé … algunos pueden estar por allí … esperando su oportunidad.

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Foto Diario La República.
*Publicado en la Revista Digital Apuntes con Lápiz. Agosto 2022.
*Investigador del Instituto de Desarrollo Regional – INDER

LOS CANDIDATOS A LA ALCALDÍA DE CHICLAYO

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Pedro Alva Mariñas*

La presentación de los candidatos a la alcaldía de Chiclayo despertó un gran interés en los representantes institucionales y en un sector importante de la población, por tratarse de la capital del departamento de Lambayeque y tener no solo más presupuesto, más personal, sino también más problemas y … de los grandes.

Tuvimos la oportunidad de verlos de cerca, ver su desenvolvimiento ante un público diverso, interesado en los temas. Fuimos testigos de sus esfuerzos por responder a las preguntas, y también de la forma cómo las evadieron. En general los vimos interesados en hacer un buen papel ante el público presente y que seguía el evento en forma virtual.

ASPECTOS RELEVANTES.

Una actividad de esta naturaleza nos brinda varios aspectos para comentarlos; pero preferimos limitarnos a los que nos llamaron la atención y que pueden ser de interés público.

  • Estuvieron la mayoría (ver la foto) pero no todos y, por ello la no asistencia de tres candidatos a la alcaldía nos llamó la atención más allá de la pertinente explicación que dieron los organizadores. Por ejemplo, la ausencia de Janet Cubas se dejó notar y también de Angel Bartra.
  • Los candidatos, unos más que otros, abordaron algunos temas con relativa soltura y dejando propuestas, iniciativas o informaciones que nos parecen interesantes y que revelan que están tratando de entender al mounstruo en que se ha convertido la Municipalidad Provincial de Chiclayo; pero en algunos otros temas mostraron que no manejan conceptos básicos desde la perspectiva municipal como el de institucionalidad que fue el eje menos abordado.

Nos preocupa porque necesitamos con urgencia que las municipalidades funcionen, se consoliden como instituciones y que sus diversos componentes hagan bien su trabajo, desde la alcaldía, el concejo municipal, hasta los trabajadores de limpieza pública. Pero también necesitamos que la municipalidad se articule mejor con las municipalidades distritales, el gobierno regional y los ministerios.

VACÍOS

  • Nos llamó la atención la casi ausencia de críticas entre los candidatos (se notaba que eran de la Ciudad de la Amistad, en la que todos somos hermanos). Solo al final, al momento del mensaje de despedida, emergieron algunas críticas veladas o indirectas. Incluso algún candidato dijo que las propuestas de los candidatos eran parecidas, otro ofreció trabajar con dos de los candidatos presentes y no faltaron los llamamientos a “la unidad por encima de las diferencias”. La foto de los candidatos tomados de la mano ilustra bien el clima amical del debate.
  • Algunos candidatos soltaron datos sobre su amplia trayectoria política como base para que voten por ellos, otros prefirieron destacar que eran novatos con cuatro o cero años de experiencia. Ambas estrategias parece que no sirven para convencer a los electores. Se puede afirmar que un candidato muy trajinado y con varias camisetas genera rechazo; pero un candidato inexperto y con sus más de 6 décadas a cuestas, genera una razonable desconfianza sobre sus reales capacidades.

CORRUPCIÓN.

  • El tema de la corrupción institucionalizada (una forma elegante de referirse a una institución que la sufre por tanto tiempo) debió merecer una atención más específica de parte de los candidatos. Unos prefirieron lanzar promesas, otro dijo que “conocía la mounstruo por dentro”, otro habló de que el problema se soluciona cumpliendo las normas, otro sacó a relucir su experiencia en fiscalización y no faltaron los que afirmaron que estaban limpios de ese flagelo. No escuchamos una estrategia clara para desmontar la estructura que parece haber montado la corrupción desde muchos años atrás.
  • Si bien el tema del equipo que acompaña al candidato no estaba programado, los candidatos debieron aprovechar un minuto de su tiempo para mencionar a por los menos algunos de sus regidores, a algunos integrantes de su equipo técnico y soltar algún nombre de su personal de confianza. Era el momento para mostrarse como una propuesta eficiente, que sí tienen equipo, que tienen las personas clave para acometer la inmensa tarea que tienen por delante. Que no lo hicieran, a menos de un mes de las elecciones, es algo preocupante. En todo caso todavía están a tiempo de demostrar que tienen un buen equipo que los acompaña.
  • En cuanto al tiempo utilizado por los candidatos notamos dos extremos que debemos señalar: el candidato más exacto con el tiempo fue el de Acción Popular. El candidato que menos tiempo utilizó para responder a las cinco preguntas fue el candidato de Construyendo y, por ello le dieron más tiempo acumulado para su mensaje final que tampoco lo aprovechó (3 minutos que valen oro. En este punto nos sumamos a la felicitación por lo respetuosos del tiempo que fueron los candidatos, ninguno se sobrepasó o intentó siquiera hablar más allá del tiempo permitido.
  • La provincia de Chiclayo se encuentra en su etapa de oscuridad (dos alcaldes presos ilustran uno de los problemas) y que para salir o en términos más realistas iniciar el camino hacia la luz, exige establecer una alianza estratégica con los principales actores de la provincia. Se puede crear un espacio permanente de coordinación y concertación con participación de las municipalidades, el gobierno regional y algunos ministerios. Y por lo mismo establecer espacios de participación y concertación con la sociedad regional que reclama mayor participación en los niveles de decisión. Es un tema que no ha sido trabajado con la profundidad que se requiere, aunque es esperanzador que algunos candidatos se hayan comprometido a coordinar, a llamar a la sociedad organizada y en particular a los colegios profesionales.

Pareciera que la Municipalidad Provincial de Chiclayo tiene un gigante cartel que dice “Se busca un buen alcalde … chiclayanos por favor no se vuelvan a equivocar”.

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*Antropólogo. Investigador de INDER.