El otro capital escondido del Perú

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Hay muchos grados en el desarrollo económico, pero acaso los países pueden agruparse en unos pocos peldaños.

El primero es el de las economías de subsistencia, con ingresos per cápita, digamos, de 600 dólares al año. Son básicamente agrícolas, de baja productividad, y exportan poco (básicamente productos agrícolas). Generan poco ahorro, baja recaudación fiscal, y en consecuencia tienen poca inversión y poca infraestructura. Sólo la población parece crecer.


El segundo peldaño es de las economías de unos 1,000 dólares. Exportan algo más, aunque todavía casi únicamente productos primarios, han mejorado los niveles de educación y las tasas de crecimiento de población han declinado, pero en general siguen atrapadas en los círculos viciosos de la pobreza.

El tercer peldaño es el de las economías emergentes, con un ingreso de unos 4,000 dólares per cápita. (Muchos coinciden que Perú al 2008 todavía está en este peldaño, aunque con los pies medianamente preparados para avanzar al sgte. peldaño).Las exportaciones se han diversificado, comprenden manufacturas y servicios además de productos primarios, han resuelto los problemas, al menos básicos, de educación e infraestructura, aunque con graves asimetrías internas. Comienzan a tener niveles importantes de innovación (Brasil e India, digamos que tienen un pie en el 3er peldaño y otro pie en el 4to. Bangalore y Sao paulo son claros ejemplos).

El cuarto peldaño es el de las economías basadas en la tecnología, con ingresos superiores a los 15,000 dólares per cápita. En ellas buena parte de la población económica tiene un grado universitario, y son sociedades basadas en la información. Corea, Singapur, Taiwán y otros tigres asiáticos e Irlanda están ya en este 4to peldaño.

En todos los peldaños el Estado debe proveer infraestructura, además de leyes, pero mientras en los peldaños bajos del desarrollo se trata de infraestructura básica, en los peldaños altos se trata de conectividad o alta inversión en investigación.

Según todos los índices, el Perú está entre las economías emergentes y, como todas ellas, alberga aún grandes bolsones de los peldaños bajos, pero tiene ya elementos de los peldaños altos, como masiva difusión de celulares o creciente demanda por Internet.

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El paso del tercer al cuarto peldaño es crucial, porque es el tránsito definitivo de commodities a tecnología, de los sectores de retornos decrecientes a los de retornos crecientes, que es lo que marca el acceso al desarrollo.

En este tránsito, el Perú dispone de un capital oculto, de naturaleza decididamente extraordinaria.

Hace aproximadamente una década, a mi amigo Donald Terry, hasta hace poco sobresaliente cabeza del Fondo Multilateral de Inversiones del BID, se le ocurrió medir las remesas de los emigrantes latinoamericanos en Estados Unidos. Ello reveló que eran una fuente oculta de capital latinoamericano.

Aunque la crisis norteamericana ha golpeado ahora el monto de las remesas, la última encuesta arrojó que más de 12 millones de latinoamericanos enviaban a la región 45 mil millones de dólares por año. Lo interesante era que el producto bruto de esos emigrantes era 500,000 millones (y algunos creían que su poder de compra podía llegar hasta un trillón de dólares), lo que implicaba que remesaban menos del 10% y dejaban en la economía norteamericana más del 90% de lo que generaban.


El 2006 le sugerí a Donald que hiciera un estudio semejante para España. En junio de ese año lo presentamos con Don en la Casa de América, junto con el entonces ministro de Trabajo español, Jesús Caldera. La constatación se repetía. 1’800 mil emigrantes enviaba unos 5,000 millones desde España.

En ambos lados del Atlántico se trata de emigrantes de bajos ingresos y bajo nivel educativo. Pero ellos son sólo la punta del iceberg de un fenómeno más amplio. Porque hay otra fuga de latinoamericanos, que es el gran drenaje invisible de las economías latinoamericanas: todos los técnicos y científicos que abandonaron América Latina para siempre. Es un éxodo gigantesco de capital humano.

Hasta donde sé, nadie ha reunido la cifra exacta, pero sólo el Perú debe disponer de miles de PHDs, o doctorados, que viven y trabajan en los países desarrollados.

Mi hipótesis es que pueden cumplir un papel semejante al de la diáspora india. Esta ha sido un insumo crucial del despegue indio de los últimos quince años. Salieron por legión, durante décadas, expulsados por lo que se conoce como la tasa hindú de crecimiento, graduados de los grandes centros educativos creados por Nehru, hacia Sillicon Valley por ejemplo. Nunca volvieron (muchos de ellos son cabeza de grandes corporaciones mundiales, Pepsi por ejemplo), pero cuando la banda ancha y la explosión de la fiebre óptica acható la economía mundial (según la fórmula de Thomas Friedman), regresaron digitalmente y crearon entre otras cosas el boom del outsourcing en India.

Otro ejemplo de diáspora es Irlanda. Una parte escondida del éxito del tigre céltico fue atraer el capital financiero de inversores de origen irlandés, pero por otra crear una Red Irlanda de científicos.

Sugiero que el Perú use estos ejemplos, y cree una plataforma para repatriar digitalmente a ese capital humano, educado originalmente en nuestras universidades, ahora disperso por el mundo, aunque concentrado primordialmente en Estados Unidos. Hay profesores de biología molecular en Berkeley, de biomedicina en Harvard, de ingeniería de sistemas en MIT, para no mencionar sino unos pocos casos de gente que traté estos últimos años. Podrían replicar en tiempo real laboratorios de primer mundo, cursos universitarios de calidad mundial, iniciativas conjuntas con universidades peruanas para investigaciones y desarrollo de patentes, plataformas para la difusión y distribución de tecnologías.

Este año el Perú habrá tenido dos cumbres mundiales. Propongo al Presidente García que convoque el próximo año otra cumbre, una cumbre de esa diáspora científica peruana. Nos sorprenderemos de los proyectos específicos que saldrían, que serían un insumo extraordinario para ese salto al mundo de la tecnología, ese paso al cuarto peldaño final del desarrollo. Es otro capital escondido para el desarrollo peruano.

Alfredo Barnechea

tomado del Diario COrreo
http://www.correoperu.com.pe/lima_columnistas.php?id=72702&p=1&ed=14

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