Choque de culturas

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..el conflicto árabe-israelí es indudablemente una verificación empírica del postulado teórico del Dr. Samuel Huntington, quien en 1993, elevó la hipótesis de que la nueva modalidad de disputa de fines del siglo XX estaría regida por un “choque de civilizaciones”. En su ensayo, publicado en Foreign Affairs, este profesor de la Universidad de Harvard argumentó que la fuente primaria de conflictos en el nuevo mundo no sería ideológica o económica, sino cultural.

En sus palabras: “el choque de las civilizaciones dominará la política global”. Huntington indicó que la evolución de los conflictos en Occidente estaba llegando a su fase final. Inicialmente signados por luchas entre monarquías y principados (procurando expandir sus burocracias, ganar fuerza económica y capturar territorios), dieron lugar a la creación de naciones-estados y, a partir de la Revolución Francesa, el nuevo orden conflictivo pasó a estar regido por la lucha entre naciones en lugar de entre príncipes. Posteriormente, como resultado de la Revolución Rusa y la consecuente reacción occidental, los conflictos pasaron a estar caracterizados por ideologías opuestas, tales como el comunismo, el nazismo y la democracia liberal. Durante la Guerra Fría la rivalidad entre las superpotencias epitomizaba una confrontación no entre estados en el sentido europeo y clásico del término, sino entre dos ideologías diametralmente antagónicas.

Con el fin de la Guerra Fría, explicó Huntington, la política internacional presenció la introducción del componente oriental como un actor político e ingresó en una fase representada por la interacción entre civilizaciones occidentales y no occidentales. Huntington detectó ocho civilizaciones principales: occidental, confusional, japonesa, islámica, hindú, eslávica-ortodoxa, latinoamericana y africana. Las mismas se diferencian en función de la historia, la cultura, el lenguaje, la tradición “y lo más importante, la religión”.

Estas civilizaciones poseen diversas percepciones respecto a Dios y el hombre, el individuo y el grupo, el estado y el ciudadano, la familia y toda una larga gama de valores relativos a la libertad, la autoridad, la igualdad, la jerarquía, etc. Hasta donde estas diferencias son insalvables fue así descrito por Huntington:

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“Estas diferencias son el resultado de siglos. No desaparecerán pronto. Son mucho más fundamentales que diferencias entre ideologías políticas o regímenes políticos. Las diferencias no necesariamente implican conflicto y los conflictos no necesariamente implican violencia. Durante siglos, sin embargo, las diferencias entre civilizaciones han generado los conflictos más prolongados y más violentos (…)[C]aracterísticas y diferencias culturales son menos mutables y por ende menos fáciles de ceder y pasibles de resolución que las [diferencias] políticas o económicas (…) En conflictos de clase e ideológicos, la pregunta crucial era ‘¿De qué lado está uno?´ y la gente podía y de hecho eligió de que lado estar. En conflictos entre civilizaciones, la pregunta es ´¿Qué es uno?´ Eso está dado y no puede modificarse. Y como sabemos, desde Bosnia hasta el Cáucaso hasta Sudán, la respuesta errada a esa pregunta puede dar lugar a un tiro en la cabeza. Incluso más que lo étnico, la religión discrimina filosa y exclusivamente entre la gente. Una persona puede ser medio francés y medio árabe y simultáneamente [ser] incluso ciudadano de dos países. Es más difícil ser medio católico y medio musulmán.”

Tomado de: “Israel en el Islam” de Julian Schvindlerman

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