FRANCISCVS PP. I. SVMMVS PONTIFEX ECCLESIÆ VNIVERSALIS
Ustedes se preguntarán qué son esas letras raras del título, pues eso es latín y ese es el nombre de nuestro actual Papa y cómo lo recordará la historia… y no como “Francisco” a secas.
Creo firmemente que el Espíritu Santo ha puesto en el Papado al Papa Francisco y no acepto la idea de sede vacante.
También creo que el Papa Francisco ha sido elegido Papa por obra y gracia del Santo Espíritu para que se cumpla lo que está escrito en las Sagradas Escrituras en el libro del profeta Isaías “Os daré pastores según vuestro corazón”.
Con esto quiero decir que creo y afirmo que el Santo Espíritu le ha dado a la mayoría de católicos de hoy en día el Papa que se merecen… no rezas, no vas a misa pero sí vas a ver al Papa, no oras, quieres ser santo sin hacer el esfuerzo que hicieron los Santos, no te arrodillas, blasfemas contra la Sagrada Eucaristía diciendo que te da asco recibir la comunión en la boca porque te pueden contagiar una enfermedad con la saliva de otro, cometes sacrilegio contra la Sagrada Eucaristía recibiendo la comunión en la mano, no hablas del infierno ni del pecado y solo hablas de misericordia y amor, crees que la “misa” es una “cena” y no que la “Santa Misa” es el “Sacrificio incruento de Cristo”, te gusta el ecumenismo, te da igual asistir a reuniones protestantes, te confiesas pero no sabes lo que es reparación, los sacrílegos ministros extraordinarios de la comunión te parecen el mejor invento en la historia de la Iglesia porque tú eres uno de ellos o tienes amigos que lo son, no te gusta el latín, tildas de “basura” todo lo que sea Tradición de la Iglesia (Misa Tridentina y latín incluidos) sólo porque nadie te lo ha enseñado, criticas de soberbio a todo aquel que sepa de Teología solo porque tú no sabes nada y no entiendes, no te gusta el protocolo y la formalidad dentro de la Casa de Dios, no sabes lo que es Temor de Dios, te gusta asistir a misas light de 20 minutos, no te gustan las homilías largas que te recuerdan las enseñanzas de la Iglesia y hablan del pecado y el infierno, prefieres decirle a otros que recen por ti en lugar de hacer el esfuerzo tú de rezar por ti y por el mundo entero, las pelotas de ofrenda junto al Sagrario te parecen bien, te encanta que la fila de la comunión avance rápido, te gusta leer frases cortas que espiritualmente son poco edificantes y hechas solo para que los Dummies las comprendan, entonces… ¡Alégrate porque el Espíritu Santo te ha dado un Papa a tu medida!
Verás que aquí no se acepta el sedevacantismo y no se niega que “Francisco” sea Papa.
La obediencia tiene sus límites.
No pretendo ser desobediente tampoco, simplemente he escogido no imitar ese tipo de ejemplos por considerarlos destructivos para el crecimiento espiritual… por el contrario he escogido la oración y enseñar a otros a aprender a orar, dado que la oración hoy en día nunca ha sido tan necesitada.
Nadie puede estar sin cabeza, las ovejas no pueden estar sin pastor, pero cuando la cabeza o el pastor no es coherente con las enseñanzas de la Iglesia de Cristo entonces debemos escoger obedecer a Dios antes que a los hombres (Hechos de los Apóstoles 5: 29), pues tu alma es demasiado valiosa para Dios como para que tú permitas que se condene al infierno.
“Pastores dabo vobis”, pero “según Su Corazón”.
La Iglesia se muere de inanición porque los fieles que hoy se lanzan sobre el altar y el sagrario para distribuir la comunión le negaron en su juventud a sus hijos e hijas a la Iglesia para ser sacerdotes y religiosas que la sostengan con oraciones y sacrificios, y ahora esos mismos laicos son quienes pretender “ayudar a la Iglesia necesitada de sacerdotes” usurpando las obligaciones exclusivas de los sacerdotes siendo ministros extraordinarios de la comunión.
Ahora los sacerdotes escasean y muchos de los que hay han muerto espiritualmente por olvidar la oración, una vez más el libro del profeta Isaías nos recuerda el banquete de almas que se dan los demonios “¡Bestias del campo, fieras de la selva, vengan todas a devorar! Sus guardianes son todos ciegos, ninguno de ellos sabe nada. Todos ellos son perros mudos, incapaces de ladrar. Desvarían acostados, les gusta dormitar. Esos perros voraces nunca terminan de saciarse, ¡y ellos son los pastores! No saben discernir, cada uno toma por su camino, todos, hasta el último, detrás de su ganancia.” Isaías 56, 9 – 11
Sacrificio incruento y no cena del Señor.
Y los fieles… han olvidado que la Santa Misa es el Sacrificio incruento de Cristo para aceptar la idea de “cena del Señor” que es un término esencialmente protestante puesto que ellos solo recuerdan la muerte de Cristo, mientras que la Iglesia nos recuerda que ese Sacrificio Eucarístico es ofrecido por los asistentes presentes y por los suyos, por la redención de sus almas, por la esperanza de su salvación y glorificación (Cánon de la misa).
Todos han olvidado el mundo sobrenatural que, si Dios les permitiera ver durante la Santa Misa, morirían de miedo in situ pues verían el sacrificio de Cristo que agoniza en la cruz y derrama Su Sangre para la remisión de nuestros pecados mientras que los fieles aplauden, conversan, cantan canciones no litúrgicas, chatean, postean y twittean con el celular, pasean a los nietos dentro de la casa de Dios para que no se aburran en la misa o usurpan las obligaciones del sacerdote, rechazando con estas conductas las Gracias invisibles que Dios nos ha dejado todos los días hasta el fin del mundo en las especies visibles (San Mateo 28, 10) .
Si pudiéramos ver lo sobrenatural en la Santa Misa veríamos el Cielo abierto y de rodillas a los Santos y a la Santísima Virgen… mientras ustedes se quedan de pie; escucharíamos cantos de alabanzas de los ángeles a Dios… mientras ustedes cantan el Amor Eterno de Juan Gabriel; veríamos a Cristo en la Cruz por encima del sacerdote derramando Su Sangre… mientras ustedes se preparan a tomar Su Cuerpo y Su Sangre en sus manos; veríamos a Cristo agonizante… mientras se siguen dando el saludo de la paz más largo de la historia de la humanidad; veríamos al terminar la Santa Misa la inmensa alegría de Jesús, la Santísima Virgen y los Santos en procesión caminando entre nosotros… mientras que ustedes ya se fueron de la Iglesia al segundo después de decir “Demos Gracias a Dios”.
Es pues, por lo sobrenatural que no se ve, que el Santo Sacrificio de la Misa es el tesoro más grande de nuestra fe.
El mundo de hoy escandaliza al Cielo.
Los signos de los últimos tiempos son demasiado notorios en estos últimos años para no tenerlos en cuenta.¿Por qué Dios envía a la Santísima Virgen una y otra vez a darnos Su mensaje de Oración, Reparación y Penitencia. ¿Acaso es porque las cosas están mejorando año tras año? ¿Papado tras Papado? Si analizamos los mensajes marianos en orden cronológico las advertencias de nuestra Santísima Madre sobre el mundo y las almas en pecado es que están cada vez peor… ¿Cómo podemos pretender que hoy en día no pasa nada dentro de la Iglesia y entre los católicos que no esté escandalizando al Cielo?
En el año 1300 el mundo ya estaba podrido cuando Santa Catalina de Siena nos instaba a gritar: ¡Basta de silencios! ¡Gritad con cien mil lenguas! porque, por haber callado, ¡el mundo está podrido!… ¿qué ustedes creen que ahora en el 2016 está mejor?
Y fue en Garabandal en 1965 que la Santísima Virgen nos dice que “la copa de la ira de Dios está rebalsando”. Sus palabras exactas fueron: “Antes la copa se estaba llenando, ahora está rebosando. Los sacerdotes van muchos por el camino de la perdición y con ellos llevan a muchas almas.A la Eucaristía se le da cada vez menos importancia. Debemos evitar la ira de Dios sobre nosotros con nuestros esfuerzos. Si le pedís perdón con vuestras almas sinceras, El os perdonará. Yo vuestra Madre, por intercesión del Ángel San Miguel, os quiero decir que os enmendéis. Ya estáis en los últimos avisos. Os quiero mucho y no quiero vuestra condenación. Pedidnos sinceramente y Nosotros os lo daremos. Debéis sacrificaros más. Pensad en la Pasión de Jesús.”
¿Acaso el mundo que conocemos hoy hace penitencia?
¿Los católicos sabemos que la confesión no basta y que hay que hacer reparación?
¿Ustedes creen que hoy en día el mundo ora a Dios lo suficiente para equilibrar en la balanza de la Justicia Divina el peso del bien contra el peso del mal?
Los juicios de Dios son terribles dicen los demonios… pero los católicos han olvidado el Temor de Dios y en eso no piensan… hoy nadie teme la Santa ira de Dios.
Los tiempos que vivimos y el Papa León XIII
Estamos viviendo tiempos en que los católicos mismos desechan los cimientos de la fe y los Mandamientos de Dios y de la Iglesia… pero siguen al Papa y se toman selfies con él.
Y esos libros en latín que hoy rechazas leer son los que te muestran las oraciones que hicieron santos a los Santos de la Iglesia, son los que con imágenes te muestran las revelaciones a los Santos y a las almas privilegiadas de lo sobrenatural para que lo vivas hoy, son los que harían de tu alma un alma piadosa… y te están esperando.
¿Cómo no pensar en la visión del Papa León XIII? Satanás pidió permiso a Dios de tener cien años para poder influenciar al mundo como nunca antes había podido hacerlo. Y Dios se lo concede. La Iglesia y los católicos de hoy sufren los salvajes ataques de Satanás que son sutiles y pasan discretamente inadvertidos como satisfacciones mundanas que te llenan de felicidad aparente… y la mayoría de católicos no reacciona porque el Papa dice que Dios es bueno y es todo misericordia.
¿O acaso es que estamos en los tiempos donde el Papa León XIII vio a San Miguel Arcángel aparecer y lanzar a Satanás con sus legiones en el abismo del infierno? ¿Por qué tendríamos en nuestro sano juicio que creer esto? Hoy en día San Miguel ha sido retirado de casi todas las Iglesias, ya no se le venera, ya no se reza su exorcismo al finalizar la Santa Misa, casi nadie conoce su rosario o su novena y muchos católicos lo han reemplazado por una diabólica angeología moderna donde prefieren llamar a su ángel según su horóscopo que a San Miguel.
Hay que ir contracorriente.
Y aunque me vean como bicho raro en pleno 2016 yo hablo del pecado, la confesión, el infierno, los demonios y la importancia de San Miguel Arcángel y los ángeles, pero solo de San Miguel, San Rafael, San Gabriel y del Santo Ángel de la Guarda… pues Jophfiel, Raziel, Barachiel, Jehudiel, Chamuel, Zadquiel y demás no existen, aunque la mayoría de católicos crea que sí.
Como verán he escogido todos los temas más impopulares que puedan existir hoy entre los católicos… lo bueno es que yo no vivo de sus LIKES ni de la cantidad de seguidores en mis redes sociales, por lo que si no te gusta lo arriba expresado no me sigas.. yo sobreviviré.
No se callen ante quienes les dicen que ustedes dividen y que toda división es de Satanás pues la Santísima Virgen en Akita nos dijo que “la obra del demonio infiltrará hasta dentro de la Iglesia de tal manera que se verán cardenales contra cardenales, obispos contra obispos” y para comprender mejor quiénes son las víctimas y quiénes los servidores de Satanás nos dijo “Los sacerdotes que me veneran serán despreciados y encontrarán oposición de sus compañeros”… “La Iglesia estará llena de aquellos que aceptan las componendas y el demonio presionará a muchos sacerdotes y almas consagradas a dejar el servicio del Señor”. Y esto fue hace poco en 1973 ¿Y tú crees que hoy todo dentro de tu Parroquia está bien? Si quieres saber cuál es el lado correcto escoge el de los obispos y cardenales que defienden la Tradición de la Iglesia, pues la Iglesia no ha estado errada casi 2000 años para ahora tener necesidad de ser más moderna y cambiar al gusto del mundo.
Por favor, por amor a Jesús, no se queden callados y luchen contra la sacrílega comunión en la mano… es Jesús ahí presente y no, no está dichoso de ser flagelado otra vez por ti recibiéndolo en las manos… ¡NO RECIBAS A JESÚS EN LA MANO!
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor, Dios nuestro.
Señor mío, Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío, por ser Vos quién sois y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido; propongo firmemente nunca más pecar, apartarme de todas las ocasiones de ofenderos, confesarme y, cumplir la penitencia que me fuera impuesta.
Ofrezco, Señor, mi vida, obras y trabajos, en satisfacción de todos mis pecados, y, así como lo suplico, así confío en vuestra bondad y misericordia infinita, que los perdonareis, por los méritos de vuestra preciosísima sangre, pasión y muerte, y me daréis gracia para enmendarme, y perseverar en vuestro santo amor y servicio, hasta el fin de mi vida.
Amén.
1. ORACIÓN PREPARATORIA.
Aquí estoy en vuestra divina presencia, Jesús mío, para visitaros.
He venido, Señor, porque me habéis llamado.
Vuestra presencia real en la Sagrada Eucaristía, es el eco de aquellas palabras que nos dirigís en el Evangelio: “Venid a Mí todos los que estáis cargados con vuestras miserias y pecados y Yo os aliviaré”. Aquí vengo, pues, como enfermo al Médico, para que me sanéis; como pecador al Santo, para que me santifiquéis; y como pobre y mendigo al rico, para que me llenéis de vuestros divinos dones.
Creo, Jesús mío, que estáis en el Santísimo Sacramento del Altar, tan real y verdaderamente como estabais en Belén, como estabais en la cruz y como estáis ahora en el Cielo.
Espero en Vos, que sois poderoso y bueno, para santificar mi alma y salvarme.
Os amo con todo mi corazón, porque sois la Bondad infinita, digno de ser amado de todas las criaturas del Cielo y de la tierra; y me habéis amado hasta derramar vuestra sangre y dar vuestra vida en la cruz por mí.
Vengo aquí a buscar un refugio contra la corrupción del mundo. En el mundo todo es falsedad y mentira; vengo a Vos que sois la Verdad eterna. El mundo está lleno de abismos de iniquidad; vengo a Vos que sois el único Camino de la felicidad. En el mundo todo es sensualidad y pecado; vengo a Vos que sois Vida y Santidad de las almas.
¡Dadme luz, Señor! ¡Que yo os vea presente en el Sagrario con los ojos de la fe; y que mi corazón beba hasta saciarse de la fuente del Amor divino que brota de vuestro Corazón Sacramentado!
Creo, Jesús mío, que estás real y verdaderamente en el cielo y en el Santísimo Sacramento del Altar.
Os amo sobre todas las cosas y deseo vivamente recibirte dentro de mi alma, pero no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente, venid al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si ya os hubiese recibido, os abrazo y me uno del todo a Ti.
Señor, no permitas que jamás me aparte de Ti. Amén
4. ESTACIÓN AL SANTÍSIMO.
Está constituida por el rezo de cinco veces un Padrenuestro, un Avemarías y un Gloria, en honor a las cinco llagas de Jesucristo.
Alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar.
Sea por siempre alabado.
Heme aquí, buen Jesús, en Tu presencia, como un pobre a su gran Señor; dame, Señor Tu Gracia.
Padre Nuestro, Ave María, Gloria.
Heme aquí, buen Jesús, en Tu presencia: como un servidor ante su Dueño; dame, Señor, el sustento de Tu Cuerpo y líbrame de mi gran pobreza.
Padre Nuestro, Ave Maria, Gloria.
Heme aquí, buen Jesús, en Tu presencia, como un enfermo a su Médico; sana, Señor, las heridas de mi alma con el bálsamo de Tu divina Sangre.
Padre Nuestro, Ave María, Gloria.
Heme aquí, buen Jesús, en Tu presencia, como el discípulo ante su Maestro; enséñame, Señor, a aceptar Tu divina voluntad.
Padre Nuestro, Ave María, Gloria.
Heme aquí, buen Jesús, en Tu presencia, como un hijo ante un Padre; no me prives, Señor, de la herencia paterna que es la patria celestial.
Padre Nuestro, Ave María, Gloria.
Heme aquí, buen Jesús, en Tu presencia, como una oveja ante su Pastor; guarda Señor de tu Santa Iglesia y recibe benignamente las súplicas de nuestro Santo Padre.
Padre Nuestro, Ave María, Gloria.
5. JACULATORIAS CONTRA LA BLASFEMIA.
Bendito sea Dios.
Bendito sea su Santo Nombre.
Bendito sea Jesucristo verdadero Dios y verdadero Hombre.
Bendito sea el Nombre de Jesús.
Bendito sea su Sacratísimo Corazón.
Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar.
Bendito sea el Espíritu Santo Paráclito.
Bendita sea María Santísima, la excelsa Madre de Dios.
Bendita sea su Santa e Inmaculada Concepción.
Bendita sea su gloriosa Asunción a los Cielos.
Bendito sea el Nombre de María, Virgen y Madre.
Bendito sea San José, su castísimo Esposo.
Bendito sea Dios en sus Ángeles y en sus Santos.
6. ORACIÓN FINAL.
Gracias, Jesús mío, por la bondad con que me habéis recibido y permitido gozar de vuestra presencia y compañía amorosas.
Me vuelvo a mis ocupaciones. Mi corazón queda contigo. En mi trabajo y en mis descansos me acordaré de Ti, y procuraré vivir con la dignidad que merece vuestra amistad divina.
Dadme vuestra bendición y concédeme todas las gracias, que necesito, para amaros y serviros con la mayor fidelidad.
Bendice, Señor, a nuestro Santísimo Padre el Papa, vuestro Vicario en la tierra; ilumínale, santifícale y líbrale de todos sus enemigos.
Bendice a vuestra Iglesia Santa y haced que su luz brille en todas las naciones; y que los paganos conozcan y adoren al único verdadero Dios y a su Hijo Jesucristo.
Bendice a vuestros sacerdotes, santifícalos y multiplícalos.
Bendice y protege a nuestra nación.
Bendice a todos nuestros bienhechores y concédeles la bienaventuranza eterna.
Bendice a los que nos han ofendido y cólmalos de beneficios.
Bendice a todos nuestros familiares y haced que vivan todos en vuestra gracia y amistad y que un día nos reunamos en la Gloria.
Da el descanso eterno a todas las almas de los fieles difuntos que están en el Purgatorio.
Da la salud a los enfermos. Convierte a todos los pecadores. Danos a todos vuestro divino amor, para que la fe que nos impide ahora ver vuestro santísimo rostro se convierta un día en luz esplendorosa en la Gloria, donde en unidad con el Padre y el Espíritu Santo te alabemos y bendigamos por los siglos de los siglos. Amén.
No dejes de saludar también a la Santísima Virgen, o con el rezo del Santo Rosario, o al menos de diez Avemarías y una Salve.
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¡Gracias, Jesús Eucaristía, por tu bondad, que tan generosamente derramas en mi vida!
Gracias, Señor, porque no obstante mis infidelidades, faltas y pecados, tu amor y misericordia no cesan de auxiliarme y bendecidme. Gracias, Señor, es la expresión sincera que brota de mi ser al experimentar vivamente tu amor vivificando y colmando mi existencia.
Gracias mil, te repetiré constantemente, pues no tengo otra forma de manifestar mi gozo, mi admiración, todo ese cúmulo de nobles sentimientos que intensamente experimento desde lo más profundo de mi ser.
¡Jesús Eucaristía! Sé tú mismo quién dé gracias por mí, con tu corazón de hombre perfecto, de supremo adorador del Padre, de dócil instrumento en la acción santificadora del Espíritu Santo.
Concédeme que, desde hoy en adelante, toda mi vida sea una constante alabanza de acción de gracias. A imitación de la Virgen María, proclamaré desde lo más íntimo de mi corazón.
¡Alaba mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en el Dios que me salva, porque ha hecho en mí maravillas !
¡Gracias, Jesús Eucaristía! porque tu misericordia ha colmado de gozo mi existencia.
Amén.
¡NO RECIBAS A JESÚS EN LA MANO!
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Señor, Tú que ungiste con el don del sacerdocio
a tus hijos Miguel, Zbigniew y Sandro
y los enviaste como mensajeros
de la Buena Nueva en el Perú.
Te damos gracias por haberles otorgado
la palma del martirio
y te pedimos que los glorifiques también
con la corona de los santos.
Por su sangre derramada por Ti
danos fidelidad en la fe,
haznos testigos de la esperanza,
guarda nuestras vidas
y concede a nuestra patria
el don de la paz.
A las víctimas inocentes de la violencia,
recíbelas en tu Reino
y concédeles el premio eterno.
Amén.
Seguimos escuchando a Jesucristo hablarnos desde el Evangelio acerca de la Eucaristía. ¿Qué dice sobre eso? “El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él”. ¿Sabías que cuando recibes la comunión estás recibiendo a Cristo mismo? Él quiere habitar en ti, vivir en ti. Y puesto que Jesucristo es la vida, si vive en ti, consecuentemente te transmite su vida.
Y eso, ¿para qué me sirve? Pregunta típica de nuestra sociedad tan utilitarista y práctica. Todo sirve para algo: bueno o malo. Todo tiene una utilidad. Recibir el cuerpo de Cristo bajo la apariencia (solo apariencia) de pan (en realidad es Cristo mismo) sirve para darte vida en este mundo y para prepararte para entrar en la vida eterna. “Un momento, no corras”, puedes pensar. “¿Un trozo de pan sin levadura, que tú dices que es el cuerpo de Cristo, puede darme vida aquí y prepararme para la vida eterna?”. Así es. Pero esto no trates de explicarlo científicamente, de encontrar los procesos químicos por los que se produce esa transformación. Porque no es una transformación material, terrenal. No es algo que fabriquemos los hombres. Es algo que hace Dios, una consagración. Lo que era pan, Dios lo transforma en su cuerpo, lo que era vino, Dios lo transforma en su sangre.
“¿Ah, sí? Pues yo no lo veo”. Claro, porque nuestros ojos físicos no tienen la capacidad de ver la acción directa de Dios. Solo vemos y experimentamos las consecuencias. Si Dios ha creado todo es que está por encima, luego lo pequeño no puede contener lo que es más grande y lo supera. La relación entre Dios y el hombre está fundamentada en la fe. Tienes que creer que es así, que Cristo te espera en la comunión para habitar en ti. Para vivir dentro de ti. Por eso no puedes acercarte a comulgar de cualquier manera. Primero tienes que creer que vas a acoger a Jesucristo mismo, en su cuerpo. Si no lo crees no vayas a comulgar. Y segundo, antes de ir, debes prepararte. Cuando recibes a alguien muy importante en tu casa, procuras tenerla limpia y ordenada para que se encuentre más a gusto y disfrutéis mucho más de ese encuentro. Lo mismo con Jesucristo. La Iglesia te pide que dejes que Dios mismo limpie y ordene tu vida mediante el sacramento de la reconciliación o la confesión. Así él mismo te hará digno de recibirlo en tu vida. Y así tú aprovecharás mucho más ese encuentro con él. En pecado mortal no puedes comulgar. ¿Vas a meter a Dios en una pocilga?
Él purifica y limpia tu vida. La llena de luz y de paz, en medio de tus sufrimientos, de tus amarguras, en medio de tu desesperación. Confesión y comunión son dos momentos sucesivos de una misma acción: experimentar con toda la fuerza la misericordia y el amor que Dios siente por ti. Ahora sí, el señor habita en ti.
no podremos comprender este gran misterio de Amor.
Que obtengamos la luz del Espíritu Santo,
para que así podamos comprender
aunque sea por un solo instante,
todo el infinito amor de tu Jesús
que se entrega a Sí mismo por nosotros.
Amén
–/–
¡NO RECIBAS A JESÚS EN LA MANO!
LO QUE DEBES SABER:
Nos han quitado los reclinatorios y no hemos hecho nada.
Nos imponen la sacrílega comunión en la mano y no hacemos nada.
La comunión en la mano se regula por una excepción dada por la diócesis, según el juicio del obispo respectivo. La comunión en la boca siempre ha sido y sigue siendo ley de la Iglesia y por tanto no debe ser considerada desechada por los católicos como forma válida de recibir la comunión.
La Santa Iglesia -en su sabiduría- ha dejado indicado en la excepción que regula la comunión en la mano que es “solo para el fiel que lo desea”, lo que significa que nadie, ni sacerdote, ni párroco, nadie puede obligarte a recibir la comunión en la mano.
La obediencia se debe siempre y cuando lo que se mande no sea pecado.
Si cedes a las presiones, estiras las manos y recibes la comunión en la mano es porque tú lo quieres así y, por tanto, tu responsabilidad, tu pecado, tus consecuencias.
Cuando veas al sacerdote negarte la comunión en la boca y querer que la recibas en la mano pregúntate si por ese sacerdote vale la pena ofender a Dios y cometer sacrilegio.
Toma la decisión correcta, no vaya a ser que estés siendo probado por Dios. Recuerda que todo te es lícito, pero no todo te edifica.
La comunión en la mano es el trabajo sacrílego perfecto de Satanás. Los católicos hoy en día blasfeman contra la Sagrada Eucaristía cuando dicen y consienten la idea de que “les da asco que les contagien una enfermedad con la saliva de otro fiel por comulgar en la boca” y luego cometen sacrilegio contra la Sagrada Eucaristía al recibirla en las manos, y con estos pecados se comen su propia condenación.
Por favor, por amor a Jesús, no se queden callados y luchen contra la sacrílega comunión en la mano… es Jesús ahí presente y no, no está dichoso de ser flagelado otra vez por ti recibiéndolo en las manos… ¡NO RECIBAS A JESÚS EN LA MANO!
Y recuerda que si en tu parroquia no cambian las cosas, siempre puedes cambiar tú de parroquia.
Que Dios bendiga a todos los que luchan contra la sacrílega comunión en la mano.
Recuerda que los demonios son RESPONSABLES del pecado pero tú eres CULPABLE por no haber resistido la tentación y por ofender a Dios con el pecado. ¡Confiésate bien!
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¿QUÉ TIENE DE MALO RECIBIR LA COMUNIÓN EN LA MANO?
Es Dios mismo. Los católicos creemos en la presencia de Dios en la Sagrada Eucaristía, por eso comulgamos, vamos a horas santas de adoración eucarística y la comunión es el pilar de nuestra fe. A Dios se le debe adoración y respeto, por eso la Iglesia Católica durante siglos entregaba la comunión de rodillas y en la boca, siendo la comunión en la mano relativamente reciente, pues se introdujo en la Iglesia a fines de los años 60s. El católico que decide comulgar en la mano verá que poco a poco su devoción irá decayendo y el momento de la comunión que debe ser el más importante y sublime de la Santa Misa se volverá rutinario y querrá que la fila de comunión avance rápido para salir pronto de ahí. No somos protestantes que reciben la comunión como una mera cena del Señor, ellos no creen en la real presencia de Dios en la Sagrada Eucaristía. Si tú crees en los milagros eucarísticos y en ellos vemos que la hostia se convierte en carne y sangre ¿por qué comulgas en la mano? Recupera el Temor de Dios y piensa más en lo sobrenatural y menos en lo que ven tus ojos.
Es un sacrilegio contra la Sagrada Eucaristía tocar las Sagradas Especies por parte de un fiel, no siendo un consagrado de Dios para ello, es decir, un Sacerdote. Solo el sacerdote ha sido consagrado por Dios, por la unción del Santo Espíritu para consagrar y entregar la comunión a los fieles. Este es un privilegio exclusivo del sacerdote. Siempre ha sido así y lo sigue siendo aunque los fieles no lo sepan y usurpen sus funciones creyendo que pueden.
La razón por las que tú eliges comulgar en la mano es una blasfemia. Todos los católicos que eligen la comunión en la mano en lugar de la comunión en la boca lo hacen porque tienen miedo que se les contagie una enfermedad con la saliva de otro fiel, algunos incluso afirman sentir asco de esto. Pues bien, pensar así es una blasfemia contra la Sagrada Eucaristía, en la que tú aceptas que Dios mismo es un transmisor de enfermedades. Has aceptado que te desvíen la conciencia y has permitido que esta idea tenga cabida en tu mente, aceptándola, sin razonar que esta idea fue introducida por los modernistas “protestantizados” opositores a la Santa Misa Tradicional en latín en donde siempre se comulga de rodillas y en la boca.
El Papa Paulo Vi nunca aprobó la comunión en la mano. Esta es una mentira muy difundida, pero la verdad es que en el Concilio Vaticano II un grupo de obispos alemanes “protestantizados” tocaron el tema de la comunión en la mano para dejar constancia de ello, pero el Papa nunca aceptó ni aprobó la comunión en la mano, prueba de ello fue que de este Concilio Vaticano II queda la frase del Papa Paulo VI “el humo de Satanás ha entrado en la Iglesia”. Fue Lutero quien una vez dijo “acaben con la Misa y acabarán con la Iglesia”, pues bien, la misa a la que se refería Lutero es la Santa Misa tradicional que se celebra en latín, a la cual hoy en día le tienen aversión muchos católicos y en la cual se comulga siempre de rodillas y en la boca. Una vez tocado el tema en el Concilio Vaticano II, los malos obispos alemanes -al fiel estilo de Lutero- se encargaron de difundir la comunión en la mano en las iglesias europeas y con ayuda de los grupos carismáticos “protestantizados” y “modernistas” lograron difundirla en el mundo entero, por lo que fue introducida de manera abusiva en la Iglesia, sin encontrar defensa por parte de muchos sacerdotes y volviéndose una práctica aceptada hasta nuestros días. Y no porque lo haga la mayoría significa que está bien.
La comunión en la mano es de origen protestante. Monseñor Athanasius Schneider ha realizado una investigación exhaustiva sobre la comunión en la mano y ha llegado a la conclusión de que la comunión en la mano es una práctica protestante que se practica desde la época de Calvino. Calvino es uno de los principales exponentes de la reforma protestante y él -no Lutero- introdujo la comunión en la mano en las celebraciones protestantes porque -en rechazo a la Iglesia Católica- no creía en la presencia de Dios en la Sagrada Eucaristía.
Es falso que en la Iglesia primitiva se comulgaba en la mano. Los defensores de la comunión en la mano argumentan que los primeros cristianos recibían el pan en la mano y que son innumerables los textos antiguos que lo demuestran. Sin embargo, de tan innumerables textos solo mencionan uno y siempre es el mismo: el de San Cirilo de Jerusalén, pero no dicen que el santo hombre dirigía dicho texto específicamente a los bárbaros convertidos al cristianismo, que eran guerreros salvajes de costumbres barbáricas dignas de ser erradicadas de la faz de la tierra, que no sabían comer ni beber y a los cuales el santo les enseñaba a comulgar.
La comunión en la mano es un acto egoísta al punto que se antepone el yo quiero de la criatura ante la adoración debida a Dios. La norma de la Iglesia no ha cambiado, es y siempre ha sido recibir la comunión de rodillas y en la boca, pero la comunión en la mano se reguló con una excepción debido a la mala práctica que se extendió en los años 70s dentro de la Iglesia por parte de aquellos que rechazan lo tradicional en la Iglesia y quieren introducir maneras modernas de hacer las cosas, engañados y cegados por las mentiras dispersadas de los enemigos de la Iglesia. La norma no ha cambiado hasta el día de hoy.
El sacerdote es el responsable porque es quien permite la comunión en la mano. Recuerda que las Sagradas Escrituras dicen que “no todo te conviene y no todo edifica”. En este punto te aclaro que el sacerdote entrega la comunión en la boca o en la mano según lo que desee el fiel, creyendo falsamente que está obligado a ello en base a una errada idea, pues la obediencia se debe siempre y cuando lo que se mande no sea pecado. Para el fiel, por su lado, la Iglesia en su sabiduría ha dejado bien claro en la excepción que regula la comunión en la mano que “es solo para el fiel que lo desea” y “que no se le puede negar la comunión a un fiel por querer recibirla en la boca o de rodillas”; es decir que nadie te puede obligar a recibir la comunión la mano, solo si tú quieres la recibes en la mano, y como es tu decisión, entonces es tu sacrilegio, tu pecado y tus consecuencias por estirar la mano y recibirla así, el sacerdote no va a ser responsable de tus consecuencias (solo será responsable de las suyas propias).
El Papa lo permite entonces está bien. Para el católico de a pie mal formado y sin un mínimo conocimiento de las normas de la Iglesia es muy fácil confundirlo diciéndole que el Papa lo permite, que si tú hablas contra la comunión en la mano entonces tú estás contra el Papa y creas división en la Iglesia, pues estas son mentiras y son chantajes emocionales que muchos católicos con engaños le dicen a otros católicos para hacerlos callar en su defensa de Jesús Eucaristía y porque tienen la intención de uniformizar en sus parroquias la entrega de la comunión solo en la mano. El Papa puede o no estar a favor o en contra de algo, pero el responsable de hablar en temas de forma recomendada de recibir la Sagrada Eucaristía es el Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, los últimos han sido el Cardenal Francis Arinze (2002 al 2008), el Card. Antonio Cañizares (2008 al 2014) y el Cardenal Robert Sarah (2014 hasta hoy) y todos han dicho de manera clara que la forma recomendada de recibir la comunión es de rodillas y en la boca, que tú no lo sepas es tu problema y demuestra tu poco interés en tu formación como católico.
A continuación te detallo un poco más lo arriba enumerado:
La comunión en la mano es de origen protestante.
Los protestantes sí reciben en la mano porque ellos no tienen la presencia real de Cristo en la Eucaristía. Fue Calvino quien la introdujo porque fue precisamente Calvino quien negó lapresencia de Cristo en la Sagrada Eucaristía.
Hoy en día muchos católicos comparten la idea del falso ecumenismo que consiste en aceptar a los sectarios protestantes a su manera, con sus errores y mezclarlos con la verdad de la Iglesia Católica. Esto es un error. Las revelaciones a la Beata Sor María Serafina Micheli en 1883, dadas en plena celebración del cuarto centenario del nacimiento de Lutero, le mostraron la visión de un horrible abismo de fuego, en el cual eran atormentadas una innumerable cantidad de almas. En el fondo vio a un hombre, Martín Lutero, que se distinguía entre los demás condenados pues estaba rodeado de demonios que lo obligaban a estar de rodillas y todos (los demonios), armados de martillos, mientras se esforzaba en vano, le clavaban en la cabeza una gran clavo.
Y hoy en día nadie habla de esto por los malditos respetos humanos, como si tuviéramos que renunciar a nuestra fe y a las verdades de nuestra Iglesia para llevarnos bien con aquellos que son sectarios y herejes.
No todo edifica.
Si, la Iglesia permite la comunión en la mano como excepción “solo para el fiel que lo desea” pero no olvides la Palabra de Dios: “Todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica” y para el caso de la comunión en la mano no solo no edifica sino que destruye.
Tú no estás obligado a recibir la comunión en la mano y nadie puede obligarte a recibirla en la mano, pues la excepción que la permite dice claramente que la comunión en la mano “es solo para el fiel que lo desea”.
¿Qué nos dicen -y qué callan- los defensores y promotores de la comunión en la mano?
Los defensores de la comunión en la mano afirman que existen “abundantes textos” que los Santos Padres y teólogos medievales dedican al tema de la comunión en la mano pero al único al que siempre mencionan es a San Cirilo de Jerusalén.
Ciertamente, el único santo de quien se tiene conocimiento haya dejado algo indicado sobre la comunión en la mano es San Cirilo de Jerusalén, que predicaba -en el año 300 d.c.- a los nuevos cristianos“cuando te acerques a comulgar, haz con tu mano derecha un trono a tu mano izquierda que recibirá al Rey. En el hueco de la mano recibe el cuerpo de Cristo, y responde Amén. Después consúmelo, teniendo cuidado de no perder nada de Él.”
Pero lo que no dicen los defensores de la comunión en la mano es que San Cirilo de Jerusalén les hablaba en este texto -directa y exclusivamente- a los bárbaros convertidos al cristianismo, gente que provenía de las Galias, Britania, Germania y Siria, guerreros por excelencia, con comportamientos salvajes a tal grado que eran considerados barbáricos para la sociedad de su época.
Si pudiéramos definir a un bárbaro de ese tiempo, recientemente converso al cristianismo, veríamos a un hombre enorme, fornido, de cabellera y barba largas y desaliñadas, sucio, con un hacha de hierro a la derecha y su lanza a la izquierda, con tradiciones detestables, aberrantes y dignas de ser erradicadas, que no sabían comer, que hasta hacía poco tiempo no dejaba bicho viviente por donde pasaba con su tribu, violando y matando, y que todo lo que importaba era la juerga bruta -en a cuanto comida y bebida se trataba- y el salvajismo a ejemplo de sus padres y abuelos. ¿Se imaginan ustedes a este hombre santo tratando de educar en la fe a un gran grupo de bárbaros? Los romanos les tenían miedo a los bárbaros, todo el mundo les temía a los bárbaros pero San Cirilo de Jerusalén les enseñaba, de esta manera, a comulgar sin dejar caer ninguna partícula de la Sagrada Eucaristía. ¿se imaginan eso?
Y si pues, así lo hacía, en la mano, porque ellos eran bárbaros, bebían en exceso y no sabían comer, y el santo, temeroso de Dios, le tenía miedo al sacrilegio que pudiera cometerse si se dejaba caer el Cuerpo de Cristo. En castellano, los bárbaros no sabían meterse algo en la boca sin que se cayera al suelo, lo cual -dado nuestro grado de educación-no es nuestro caso.
Nunca Comulgar en la Mano
La comunión en la mano es –como Nuestro Señor le dijo a Catalina Rivas- el trabajo sacrílego de Satanás. Solo es necesario analizar estas cuatro palabras “trabajo sacrílego de Satanás” y ver una Iglesia a la hora de la comunión por dentro hoy en día para comprenderlas.
Los católicos hoy en día no saben lo que es pecado, y no saben que eso que ellos hacen es pecado. Es blasfemia contra la Sagrada Eucaristía decir y consentir la idea de “que te da asco recibir la comunión en la boca porque te pueden contagiar una enfermedad con la saliva de otra persona”. Además, luego de blasfemar contra la Sagrada Eucaristía los católicos cometen sacrilegio contra la Sagrada Eucaristía tocando con sus manos las Sagradas Especies y, comulgando con estos pecados, se comen su propia condenación.
Es cierto que la Iglesia tiene enemigos, es verdad que los protestantes son solo algunos de ellos y también que la comunión en la mano es de origen protestante y que ha sido introducida dentro la Iglesia gracias a los carismáticos y modernistas que en su momento querían “alegrarse” la Santa Misa admitiendo ideas protestantes por doquier; pero los responsables de esta mala práctica son los mismos católicos que por su falta de formación han permitido y aceptado la comunión en la mano.
Cualquier católico bien formado ha dicho siempre y, las nuevas generaciones decimos hoy en día incluso, que tocar la Sagrada Eucaristía es privilegio solo del Sacerdote quien ha sido consagrado para ello, pero un mal católico dice “yo también puedo hacer eso” y lo hace.
No les interesa lo dicho por Santo Tomás de Aquino, en su gran Summa Teológica: «La administración del Cuerpo de Cristo corresponde al sacerdote por tres razones:
«Primera, porque él consagra en la persona de Cristo. Pero como Cristo consagró Su Cuerpo en la (Ultima) Cena, así también Él lo dio a otros para ser compartido con ellos. En consecuencia, como la consagración del Cuerpo de Cristo corresponde al sacerdote, igualmente su distribución corresponde a él.
«Segunda, porque el sacerdote es el intermediario designado entre Dios y el pueblo, por lo tanto corresponde a él ofrecer los dones del pueblo a Dios. Así, corresponde a él distribuir al pueblo los dones consagrados.
«Tercera, porque por reverencia a este Sacramento, nada lo toca sino lo que está consagrado, ya que el corporal y el cáliz están consagrados, e igualmente las manos del sacerdote para tocar este Sacramento. Por lo tanto, no es lícito para nadie más tocarlo, excepto por necesidad, por ejemplo si hubiera caído en tierra o también el algún otro caso de urgencia».
Es cuestión solo de escuchar a los católicos sus justificaciones para recibir la comunión en la mano para comprender que son del todo egoístas. La comunión en la mano para ellos se basa en su gran “yo quiero”.
Es preferible no comulgar, antes que comulgar en la mano.
Cuando alguien me cuenta las atrocidades que hacen con la Eucaristía la momento de la comunión en sus parroquias y que les causan suma tristeza y me preguntan ¿qué hago? Yo siempre les respondo: si tú oras por tu sacerdote y los fieles de tu parroquia y ves que las cosas no cambian, entonces sigue orando por ellos pero cambia tú de parroquia.
Te invito a reflexionar la opción que mejor creas conveniente aplicar en tu caso particular: llegas a la Santa Misa y luego de escucharla te das cuenta que el sacerdote entrega a todos a comunión en la mano, y tú como sabes que no es obligatoria decides acercarte a comulgar en la boca, y el sacerdote te la niega y te dice que abras las manos.
Dices no gracias y te retiras a tu sitio a hacer la COMUNION ESPIRITUAL, diciéndole al Señor que prefieres recibirlo espiritualmente que ofenderlo con un sacrilegio.
Dices no gracias y le explicas en ese momento que la comunión en la mano es “solo para el fiel que lo desea” y no te la puede negar en la boca. Y te aguantas lo que venga.
Te da miedo generar escándalo y estiras la mano como te dice el sacerdote y recibes la comunión en la mano cometiendo sacrilegio.
Yo te recomendaría la opción 1 y nunca más volver a esa parroquia.
No te dejes robar tu fe.
No es desobediencia a la Santa Iglesia no hacer lo que está permitido, es una elección válida. La desobediencia radica en hacer lo que no está permitido. Cada uno es quien decide no recibir la comunión en la mano frente a cometer sacrilegio.
Es verdad que la práctica de la comunión en la mano está muy extendida en el mundo entero –a pesar de ser solo una excepción que dice que es “solo para el fiel que lo desea” y con la autorización del obispo- pero aún existen sacerdotes fieles a Jesús Eucaristía que usan reclinatorios y que entregan la comunión en la boca, incluso niegan la comunión en la mano aunque les reprendan sus obispos aduciendo “objeción de conciencia” por ser la comunión en la mano un sacrilegio que es su obligación impedir. Todo depende del grado de formación que tiene el sacerdote para saber defender sus derechos como tal. Y ciertamente la obediencia se debe siempre y cuando lo que se mande no sea pecado. Otra cosa es que hoy en día nadie habla del pecado y nadie sabe reconocer un sacrilegio ni viéndolo.
En el colmo, los fieles y grupos parroquiales que “buscan enaltecer sus parroquias” son los primeros en denunciar a los “terriblemente malos sacerdotes” que niegan la comunión en la mano, sin darse cuenta del bien que les hace esta negativa a sus almas.
Por el contrario, si tú estás del lado del fiel y quieres recibir la comunión en la boca y de rodillas es a ti a quien se la niegan, queriendo obligarte a recibir la comunión en la mano, incluso cuando esta excepción es “solo para el fiel que lo desea”, es decir, no es obligatorio recibir la comunión en la mano y la ley de la Iglesia siempre ha sido y sigue siendo la comunión de rodillas y en la boca.
Si un sacerdote te niega la comunión por querer recibirla en la boca o de rodillas, quéjate con el obispo con una carta formal contra dicho sacerdote, pues tu derecho, reclámalo. El sustento es el siguiente:
– la ley de la Iglesia siempre ha sido y sigue siendo la comunión de rodillas y en la boca.
– la excepción que regula comunión en la mano dice claramente que “es solo para el fiel que lo desea”, es decir, nadie te puede obligar a recibir la comunión en la mano.
– el anterior (Cardenal Cañizares) y el actual Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos (Cardenal Robert Sarah) siempre han reiterado que la forma recomendada de recibir la comunión de rodillas y en la boca.
– es un sacrilegio al que no te pueden obligar.
De paso, puedes recordarle al Obispo que la excepción que la regula dice que la comunión en la mano debe ser permitida “siempre y cuando no sea motivo de escándalo entre los fieles”, lo cual evidentemente sucede ante el poco respeto que se le da.
Finalmente es conveniente que insistas en una respuesta formal a tu carta, a fin de enviarle una copia al sacerdote y evitar que te la vuelva a negar.
Si te preguntas cómo es posible que este sacrilegio haya crecido tanto en tan corto tiempo, tratando de desaparecer por completo la comunión de rodillas y en la boca que es ley de la Iglesia, la respuesta es por ignorancia de las normas de la Iglesia (a quienes se les ha impuesto con engaños), por la mala formación de los católicos (quienes han aceptado los engaños y los difunden) y por el silencio (de los católicos que han callado por respetos humanos y no han corregido a sus hermanos en el error).
Además, es un claro caso de falta de fe el que muchos sacerdotes aceptan entregar la comunión en la mano y los laicos el recibir la comunión en la mano, pues si ellos verdaderamente creyeran en la Presencia de Cristo en la Sagrada Eucaristía, jamás consentirían la comunión en la mano. El pecado los tiene cegados, quien ha tenido una verdadera conversión sabe lo que esto significa.
¿Qué nos dicen la Iglesia y los Santos sobre la comunión en la mano?
A diferencia de lo que muchos pregonan hoy en día, la Iglesia no permite la comunión en la mano, la ley de la Iglesia siempre ha sido y sigue siendo la comunión en la boca y de rodillas. Incluso la Iglesia la condena. Son los católicos y sacerdotes mal formados que solo repiten lo que una vez les dijeron a ellos “que la Iglesia lo permite y ya es tema normado” al punto que pretender obligar a todos los fieles a recibir la comunión en la mano como forma única.
El Magisterio de la Iglesia es amplio en este tema frente a la mala práctica de los católicos:
“Excomúlguese a cualquiera que ose recibir la Sagrada Comunión en la mano.” Concilio de Zaragoza: (a.380)
Confirma esta sentencia. El Sínodo de Toledo
“Condenamos la comunión en la mano para poner un limite a los abusos que ocurren a causa de esta práctica, y como salvaguarda contra sacrilegios.” Sínodo de Rouén: (a.650)
“Prohíbase a los creyentes tomar la Sagrada Hostia en sus manos, excomulgando a los transgresores”. El sexto Concilio Ecuménico en Constantinopla: (680-681)
“El hecho de que sólo el sacerdote da la sagrada Comunión con sus manos consagradas es una Tradición Apostólica”. Concilio de Trento: (1545-1565)
El Concilio Vaticano II no normó el tema, ya que era innecesario repetir lo que se había confirmado en concilios anteriores, pero obispos europeos “soltaron” el tema en el Concilio Vaticano II y la noticia se difundió como cierta entre los sacerdotes favorables a esta posición (principalmente europeos) y los católicos confiaron en sus sacerdotes y comenzaron a comulgar en la mano.
Por otro lado los Santos de la Iglesia jamás han recibido la comunión en la mano por el contrario la han rechazado.
“…el peor mal de nuestro tiempo es la Comunión en la mano.” Madre Teresa de Calcuta (The Wanderer, 23 de marzo de 1982).
“El derecho de recibir la Santa Comunión en la mano es permitida solamente en tiempos de persecución”. San Basilio el Grande, Doctor de la Iglesia (330-379) San Basilio el Grande consideraba la Comunión en la mano tan irregular que no vaciló en considerarla una grave falta.
“Para reverenciar este Santo Sacramento, nada lo toque, salvo lo que está consagrado; así como la Hostia y el Cáliz están consagrados, así lo están las manos consagradas de los sacerdotes, para tocar este Sacramento”. Santo Tomás de Aquino, Doctor de la Iglesia :(1225-1274) Summa Theológica, Parte III; Q.82, art3, Rep Obj 8).
“Sólo ellos, (los sacerdotes), deben administrarlo, y no otros” San Francisco de Asís: (1182-1226) (Carta 2ª, a todos los fieles, 35).
“Mira, hija mía, les obsequio cinco cosas a mis sacerdotes (…), y en quinto lugar el privilegio de tocar con sus manos mi Carne Sagrada”. (Jesucristo a…) Santa Brígida de Suecia, + 1373
“Las Sagradas Especies no son para ser manipuladas por otros que no estén consagrados al Señor”. San Sixto I Papa ( a.115)
“Prohiban a los creyentes tomar la Sagrada Hostia en la mano”. Papa San Eutiquiano (275-283)
“Enérgicamente defendemos y requerimos a los creyentes obediencia en cuanto a la práctica de administrar la Sagrada Comunión en la lengua del creyente”. El Papa San León el Grande (440-461):
“Cuando se recibe la Comunión es necesario estar arrodillado, tener la cabeza ligeramente humillada, los ojos modestamente vueltos hacia la Sagrada Hostia, la boca suficientemente abierta y la lengua un poco fuera de la boca reposando sobre el labio inferior”. San Pío X
“Hay que reprobar severamente la temeraria osadía de quienes introducen intencionadamente nuevas costumbres litúrgicas, o hacen renacer ritos ya desusados, y que no están de acuerdo con las leyes y rúbricas vigentes”. Pio XII:
“El tocar las Sagradas Especies, su distribución con las propias manos, es un privilegio de los ordenados” Juan Pablo II, Papa, nos decía en la Carta “Dominicae Cenae (24-Feb-80). Y para que nadie interpretase de otra forma estas palabras, tres meses después, ante las cámaras de la televisión francesa, negaba la Comunión en la mano a la esposa del Primer Ministro, Giscard DÉstaing. El mismo año, declaró en Fulda (Alemania) que no estaba de acuerdo con el Documento que autorizaba en este País dicha forma de Comulgar. (Cfr. “Vox Fidei”, n.10-1981; “Chiesa Viva”, n.112; “Sol de Fátima”, n.82). Y debido al revuelo que estos hechos tomaron durante una Santa Misa en el Vaticano entregó la comunión en la mano para escandalizar a los sacerdotes ahí presentes quienes vieron –en su Papa- que dicha forma no era digna de un sacerdote.
¿Qué nos dice Jesucristo?
En el libro LA PASIÓN de las revelaciones de Jesús a Catalina Rivas, Nuestro Señor le dice (léase página 21): “No son ni 10 ni 20 los verdugos que destrozan Mi Cuerpo; son muchísimas las manos que lastiman Mi Cuerpo, recibiendo la comunión en la mano— el trabajo sacrílego de Satanás.”
Como verán los defensores de la comunión en la mano Nuestro Señor no se siente dichoso de ser flagelado nuevamente por ustedes, ni gustoso de ser recibido en la cuna que sus manos les hacen cuando “pones tu mano izquierda sobre la palma de tu mano derecha a la altura del corazón”, donde algunos incluso afirman que lo aman y lo arrullan, antes de recibirlo en el corazón. Estas son algunas excusas que rayan en lo ridículo, pero que realmente se creen los católicos para acallar sus conciencias y no escuchar esa voz interna que les dice que eso que hacen está mal.
Reparación por las ofensas con que es ofendido el Santísimo Sacramento.
En Fátima, en el año 1916, el Ángel de la Paz enseña a los pastorcitos -en su tercera aparición- una oración de reparación:
“Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, te adoro profundamente y te ofrezco el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo, presente en todos los Sagrarios del mundo, en reparación por los ultrajes, sacrilegios e indiferencias con que El mismo es ofendido. Y por los méritos infinitos de su Sagrado Corazón y del Corazón Inmaculado de María te pido la conversión de los pobres pecadores”.
La Santísima Virgen en sus mensaje al Padre Gobbi le dice “Pero están sobre todo los sacrilegios que forman hoy, en torno a mi Corazón Inmaculado, una dolorosa corona de espinas. En estos tiempos ¡cuántas comuniones y cuántos sacrilegios se cometen! Se puede decir que hoy ya no hay una celebración eucarística en la que no se hagan comuniones sacrílegas. ¡Si viérais con mis propios ojos cuán grande es esta plaga, que ha contaminado a toda la Iglesia y la paraliza, la detiene, la hace impura y tan enferma! Si vierais con mis ojos, también vosotros derramaríais Conmigo lágrimas copiosas.”
Si la Santísima Virgen ya nos advirtió de la cantidad de sacrilegios que se ven al interior de la Iglesia, entonces hagamos como Ella nos ha pedido: oración, reparación y penitencia.
Pidamos en nuestras oraciones por la conversión de los sacerdotes que entregan la comunión en la mano y también la de los fieles que reciben la comunión en la mano y difunden este sacrilegio haciendo pecar a otros.
Hagamos reparación con horas de adoración eucarística y ofrezcamos nuestras comuniones en reparación de todos los sacrilegios que se cometen a diario dentro de la Iglesia.
Finalmente, hagamos pequeñas penitencias, privémonos de algunos gustos nosotros durante un tiempo -que puede ser corto- y ofrezcamos ese pequeño sacrificio por la conversión de quienes cometen blasfemias y sacrilegios contra la Sagrada Eucaristía.
Los Sacerdotes tienen la obligación de enseñar a los fieles la reverencia debida a la Sagrada Eucaristía.
Existen sacerdotes que, debido a esta mala práctica, antes de iniciar la distribución de la Sagrada Eucaristía, explican a todos los asistentes a la Santa Misa que la reverencia debida al Santísimo Sacramento es absolutamente necesaria como una muestra de respeto y adoración al Señor, y que todos los que deseen comulgar la tendrán que hacer. También es necesario que el sacerdote indique cómo formar la fila para la comunión pues hoy en día los católicos no saben comportarse dentro la casa de Dios.
Cuando se llega al frente de la fila cada uno debe arrodillarse en el reclinatorio, y si no lo hay debe hacer una reverencia antes de comulgar. Todo católico debe saber sacar bien la lengua para que el sacerdote deposite sobre ella -sin tocarla- la Sagrada Eucaristía y esto debe ser recalcado sobre todo a algunas personas mayores que apenas abren la boca.
Está en manos de los sacerdotes explicar e instruir a los fieles para que el momento de la comunión no pierda su sentido y las Gracias sean recibidas y no desperdiciadas.
No te dejes engañar, los enemigos de la Iglesia son muchos y te quieren robar tu fe, no se lo permitas, comulga bien, si el sacerdote te quiere obligar entonces defiende tu derecho a comulgar en la boca y ¡NO RECIBAS A JESÚS EN LA MANO!
Que Dios bendiga a los defensores de Jesús Eucaristía que luchan contra la sacrílega comunión en la mano y les conceda a todos las Gracias que necesiten.
Karla Rouillon Gallangos
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En Enero del 2015 durante la visita del Papa Francisco a Manila, se celebró una Misa que en lugar de ser una lluvia de Gracias de Dios para los asistentes ha sido como una ráfaga de metralleta de sacrilegios de parte de los asistentes para Dios.
Los fieles han perdido su devoción por la Sagrada Eucaristía, los protestantes pueden estar satisfechos, pero no prevalecerán.
Las personas están por miles en las misas del Papa Francisco y se acercan como ganado para que les den su hostia, porque a eso no se le puede llamar “comulgar”. Estiran la mano hasta los que no comulgan en la mano porque al no poder estar ni cerca se la pasan por encima de las cabezas de mano en mano. En estos casos no se comulga, se hace la comunión espiritual.
En ningún papado como en el del Papa Francisco se han visto más sacrilegios contra la Sagrada Eucaristía y faltas de respeto a Jesús Eucaristía por parte de los mal llamados ministros extraordinarios de la comunión y de los fieles.
De mano en mano -a pesar que los ministros extraordinarios de la comunión saben que esto está prohibido-, en vasos de plástico en lugar de copones y por encima de las cabezas de los fieles.
Si nos apegamos a la norma de la Iglesia, éstos son -además del escándalo que genera en los fieles la distribución irrespetuosa de la comunión en la mano- motivos suficientes para que se prohíba en la diócesis la comunión en la mano y se exija el respeto por la ley de la Iglesia que es la comunión en la boca.
Si tú quieres puedes ir a ver al Papa, pero por ir a ver al Papa no tienes necesariamente que comulgar, y menos de la manera en que se muestra en el video. Ve a ver al Papa, agita tu banderita, escucha la Santa Misa, al momento de la comunión haces la comunión espiritual y te regresas a tu casa contento de haber visto al Papa y sin haber cometido sacrilegio.
Cuando una persona comulga espera recibir las Gracias de Dios para su santidad ¿en serio crees que cometiendo sacrilegio contra la Sagrada Eucaristía te va a tocar una sola Gracia de Dios? Acaso no te das cuenta que el sacrilegio contra la Sagrada Eucaristía es una ofensa grave contra Dios, que estás en grave pecado comiéndote tu propia condenación y tú esperando que Dios te bendiga y te dé Sus Gracias.
“Pero lo importante no es cómo se recibe, sino recibir a tu Señor con amor” dicen algunos promotores de la comunión en la mano. “Pero yo me siento tan digna de recibir al Señor en mis manos”, “pero en la mano también se recibe al Señor con devoción”, “es que la boca es tan sucia que qué tiene de malo recibir la comunión en la mano”
“Haciendo de tu mano izquierda como un trono para tu derecha donde se sentará el Rey” así es como enseñan los promotores de la comunión en la mano a recibirla, “cuando te acerques a recibir el Cuerpo del Señor, no te acerques con las palmas de las manos extendidas ni con los dedos separados, sino haciendo de tu mano izquierda como un trono para tu derecha, donde se sentará el Rey. Con la cavidad de la mano recibe el Cuerpo de Cristo y responde Amén”, evidentemente el papel aguanta todo y las palabras se las lleva el viento, lo importante es tener tu hostia en la mano y metertela en la boca. Eso se llama comulgar con amor. Sacrílegos.
Si creen que la comunión en la mano no les será tenida en cuenta durante su juicio personal se equivocan gravemente.
Cuando los mal llamados ministros extraordinarios de la comunión ven este video dicen “qué mala organización hubo ahí” pero eso es exactamente lo mismo que decían cuando se comulgaba en la boca con el reclinatorio “que mala organización, así se demora mucho la fila en avanzar, saquen los reclinatorios para que la fila avance más rápido”.
No entiendo qué parte de “tomar la comunión en la mano es sacrilegio” no entienden los mal llamados ministros extraordinarios de la comunión, creen que a ellos no se les habla también. Si no eres consagrado de Dios eres un fiel más y por lo tanto si tocas las Sagradas Especies cometes sacrilegio contra la Sagrada Eucaristía. Un cursillo de parroquia no es igual que años estudiando para ser sacerdote, no eres un consagrado de Dios y los enfermos merecen que sea un sacerdote quien les lleve la comunión y los sacramentos, pues el sacerdote es quien les puede abrir las puertas del cielo, tú no.
¿Tú crees que le haces un bien a los enfermos llevándoles la comunión? De buenas intenciones está lleno el infierno. Pregúntate cómo es que no es sacrilegio contra la Sagrada Eucaristía que tú no siendo consagrado la toques. ¿Porque el sacerdote lo permite? ¿Porque la Iglesia lo permite? Eso solo hace que en lugar de uno sean varios los sacrílegos; el que lo aprueba, el que lo permite y el que lo hace.
Si eres ministro extraordinario de la comunión y te gusta el protagonismo recuerda “el que se ensalce será humillado y el que se humille será ensalzado” San Mateo 23. 12
Rechaza la sacrílega comunión en la mano y si te invitan a ser ministro extraordinario de la comunión di: NO GRACIAS, ESO ES TAREA Y OBLIGACIÓN DEL SACERDOTE. No cometas sacrilegio solo por los malditos respetos humanos ¿no puedes decirle que no al sacerdote o a otras personas de la parroquia? ¿Prefieres callar en lugar de decir que eso es sacrilegio? Los respetos humanos asquean a Dios y son la causa de muchos más pecados en el mundo.
Manila es solo un caso, pues esto también sucedió en Río de Janeiro, México, La Habana, y en cuanto viaje realiza el Papa Francisco. Y es que el modelo de “Misa Campal” usado por el Papa Francisco está orientado a atraer a grandes cantidades de personas que como borregos caen en las fauces del lobo (ojo no Francisco sino Satanás presto a que todos comulguen en la mano).
Que Dios bendiga a todos los que diariamente luchan contra la sacrílega comunión en la mano y les conceda a todos las Gracias que necesiten.
Karla Rouillon Gallangos
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La Iglesia dedica los siete domingos anteriores al 19 de Marzo, día de la Fiesta de San José, para recordar los principales dolores y gozos de la vida de San José. Esta es una tradición muy antigua que se conserva hasta el día de hoy y si bien se practica los siete domingos anteriores al 19 de marzo, se puede practicar esta devoción en cualquier otra época del año.
Queremos aprovechar esta devoción para compartir con ustedes que Santa Teresa de Jesús, en un momento de dificultad, se encomendó a san José y toda su vida fue gran devota de este Santo. Ella nos dice de su Santo protector:
1.- Y tomé por abogado y señor al glorioso san José y me encomendé mucho a él. Vi claro que, tanto de esta necesidad como de otras mayores, de perder la fama y el alma, este padre y señor mío me libró mejor de lo que yo lo sabía pedir. No me acuerdo hasta hoy de haberle suplicado nada que no me lo haya concedido (V 6,6).
Es cosa que espanta las grandes mercedes que me ha hecho Dios por medio de este bienaventurado santo, y de los peligros de que me ha librado, así de cuerpo como de alma; que a otros santos parece que les dio el Señor gracia para socorrer en una necesidad; pero a este glorioso santo tengo experiencia de que socorre en todas, y quiere el Señor darnos a entender, que así como le estuvo sometido en la tierra, pues como tenía nombre de padre, siendo custodio, le podía mandar, así en el cielo hace cuanto le pide.
2.- Y esto lo han comprobado algunas personas, a quienes yo decía que se encomendasen a él, también por experiencia; y aun hay muchas que han comenzado a tenerle devoción, habiendo experimentado esta verdad (V 6, 6)
3.- Procuraba yo celebrar su fiesta con toda la solemnidad que podía, más llena de vanidad que de espíritu, queriendo que se hiciese bien y con muchos detalles, aunque con buena intención (V 6, 7).
4.- Querría yo persuadir a todos que fuesen devotos de este glorioso santo, por la gran experiencia que tengo de los bienes que alcanza de Dios. No he conocido a nadie que le tenga verdadera devoción y le haga particulares servicios, que no lo vea más aprovechado en la virtud; pues ayuda mucho a las almas que a él se encomiendan (V 6, 7).
5.- Creo que ya hace algunos años que el día de su fiesta le pido una cosa y siempre la veo cumplida; si la petición va algo torcida, él la endereza para más bien mío (V 6, 7).
6.- Quien no hallare maestro que le enseñe a orar, tome a este glorioso Santo por maestro y no errará el camino. No quiera el Señor que haya yo errado atreviéndome a hablar de él; porque aunque publico que soy devota suya, en servirle y en imitarle siempre he fallado. Pues él hizo, como quien es, que yo pudiera levantarme y no estar tullida; y yo, como quien soy, usando mal de esta merced (V 6, 8).
6.- No me hartaba de dar gracias a Dios y al glorioso Padre mío san José, que me pareció que él lo había traído, porque fray Pedro era Comisario General de la Custodia de san José, a quien me encomendaba mucho, y a nuestra Señora (V 3, 7).
7.- Un día, después de comulgar, Su Majestad me mandó con mucha insistencia que lo intentara con todas mis fuerzas, y me hizo grandes promesas de que se haría el monasterio, y que Dios se glorificaría mucho en él, y que su título fuese de san José, que él nos ampararía en una puerta y nuestra Señora en la otra (V 32, 11).
8.- Una vez estaba en un apuro del que no sabía cómo salir, pues no tenía dinero para pagar a unos albañiles, y se me apareció san José, mi verdadero padre y señor, y me dijo que no faltaría dinero y que los contratara; y así lo hice, sin un céntimo. Y el Señor de modo maravilloso que asombraba a los que lo oían, me proveyó (V 33, 12).
9.- Al glorioso san José no vi con tanta claridad, aunque vi muy bien que estaba allí, como en las visiones que he dicho que no se ven (V 33, 15).
10.- Mas ¡ay, hijas!, encomiéndenme a Dios y sean devotas de san José, que puede mucho (Cc 28ª).
11.- Ya entonces yo oraba mucho a nuestro Señor, suplicándole que no me fuese sin dejarles casa (en Sevilla), y hacía que las hermanas se lo pidiesen y al glorioso san José, y hacíamos muchas procesiones (F 25, 3).
12.- Las hermanas habían pedido mucho a san José que para su día tuviese casa (en Burgos), y sin pensar que la tendrían tan pronto, se lo cumplió (F 31, 36).
13.- Los días primeros de pascua, u otros días de solemnidad, podrán cantar Laudes, en especial el día del glorioso de san José (Const 1, 3).
14.- Aunque tenga muchos santos por abogados, tengan particularmente a san José, que alcanza mucho de Dios (Av 65).
SIETE DOMINGOS A SAN JOSÉ – ORACIONES PARA CADA DOMINGO
Aprende las oraciones de los Siete Domingos a San José. Lee, medita lo que lees y reza despacio.
PRIMER DOMINGO
El dolor: cuando estaba dispuesto a repudiar a su inmaculada esposa.
La alegría: cuando el Arcángel le reveló el sublime misterio de la encarnación.
Oh castísimo esposo de María, glorioso San José, ¡qué aflicción y angustia la de vuestro corazón en la perplejidad en que estabais sin saber si debíais abandonar o no a vuestra esposa sin mancilla! Pero ¡cuál no fue también vuestra alegría cuando el ángel os reveló el gran misterio de la Encarnación!
Por este dolor y este gozo os pedimos consoléis nuestro corazón ahora y en nuestros últimos dolores, con la alegría de una vida justa y de una santa muerte semejante a la vuestra, asistidos de Jesús y de María.
Padrenuestro, Ave y Gloria.
SEGUNDO DOMINGO
El dolor: al ver nacer el niño Jesús en la pobreza.
La alegría: al escuchar la armonía del coro de los ángeles y observar la gloria de esa noche.
Oh bienaventurado patriarca, glorioso San José, escogido para ser padre adoptivo del Hijo de Dios hecho hombre: el dolor que sentisteis viendo nacer al niño Jesús en tan gran pobreza se cambió de pronto en alegría celestial al oír el armonioso concierto de los ángeles y al contemplar las maravillas de aquella noche tan resplandeciente.
Por este dolor y gozo alcanzadnos que después del camino de esta vida vayamos a escuchar las alabanzas de los ángeles y a gozar de los resplandores de la gloria celestial.
Padrenuestro, Ave y Gloria
TERCER DOMINGO
El dolor: cuando la sangre del niño Salvador fue derramada en su circuncisión.
La alegría: dada con el nombre de Jesús.
Oh ejecutor obedientísimo de las leyes divinas, glorioso San José: la sangre preciosísima que el Redentor Niño derramó en su circuncisión os traspasó el corazón; pero el nombre de Jesús que entonces se le impuso, os confortó y llenó de alegría.
Por este dolor y este gozo alcanzadnos el vivir alejados de todo pecado, a fin de expirar gozosos, con el santísimo nombre de Jesús en el corazón y en los labios.
Padrenuestro, Ave y Gloria.
CUARTO DOMINGO
El dolor: la profecía de Simeón, al predecir los sufrimientos de Jesús y María.
La alegría: la predicción de la salvación y gloriosa resurrección de innumerables almas.
Oh Santo fidelísimo, que tuvisteis parte en los misterios de nuestra redención, glorioso San José; aunque la profecía de Simeón acerca de los sufrimientos que debían pasar Jesús y María os causó dolor mortal, sin embargo os llenó también de alegría, anunciándoos al mismo tiempo la salvación y resurrección gloriosa que de ahí se seguiría para un gran número de almas.
Por este dolor y por este gozo conseguidnos ser del número de los que, por los méritos de Jesús y la intercesión de la bienaventurada Virgen María, han de resucitar gloriosamente.
Padrenuestro, Ave y Gloria.
QUINTO DOMINGO
El dolor: en su afán de educar y servir al Hijo del Altísimo, especialmente en el viaje a Egipto.
La alegría: al tener siempre con él a Dios mismo, y viendo la caída de los ídolos de Egipto.
Oh custodio vigilante, familiar íntimo del Hijo de Dios hecho hombre, glorioso San José, ¡cuánto sufristeis teniendo que alimentar y servir al Hijo del Altísimo, particularmente en vuestra huida a Egipto!, pero cuán grande fue también vuestra alegría teniendo siempre con Vos al mismo Dios y viendo derribados los ídolos de Egipto.
Por este dolor y este gozo, alcanzadnos alejar para siempre de nosotros al tirano infernal, sobre todo huyendo de las ocasiones peligrosas, y derribar de nuestro corazón todo ídolo de afecto terreno, para que, ocupados en servir a Jesús y María, vivamos tan sólo para ellos y muramos gozosos en su amor.
Padrenuestro, Ave y Gloria.
SEXTO DOMINGO
El dolor: a regresar a su Nazaret por el miedo a Arquelao.
La alegría: al regresar con Jesús de Egipto a Nazaret y la confianza establecida por el Ángel.
Oh ángel de la tierra, glorioso San José, que pudisteis . admirar al Rey de los cielos, sometido a vuestros más mínimos mandatos; aunque la alegría al traerle de Egipto se turbó por temor a Arquelao, sin embargo, tranquilizado luego por el ángel, vivisteis dichoso en Nazaret con Jesús y María.
Por este dolor y este gozo, alcanzadnos la gracia de desterrar de nuestro corazón todo temor nocivo, poseer la paz de conciencia, vivir seguros con Jesús y María y morir también asistidos por ellos.
Padrenuestro, Ave y Gloria.
SÉPTIMO DOMINGO
El dolor: cuando sin culpa pierde a Jesús, y lo busca con angustia por tres días.
La alegría: al encontrarlo en medio de los doctores en el Templo.
Oh modelo de toda santidad, glorioso San José, que habiendo perdido sin culpa vuestra al Niño Jesús, le buscasteis durante tres días con profundo dolor, hasta que, lleno de gozo, le hallasteis en el templo, en medio de los doctores.
Por este dolor y este gozo, os suplicamos con palabras salidas del corazón, intercedáis en nuestro favor para que jamás nos suceda perder a Jesús por algún pecado grave. Mas, si por desgracia le perdiéramos, haced que le busquemos con tal dolor que no hallemos sosiego hasta encontrarle benigno sobre todo en nuestra muerte, a fin de ir a gozarle en el cielo y cantar eternamente con Vos sus divinas misericordias.
Padrenuestro, Ave y Gloria.
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Deseo que crezca su devoción por el Patriarca San José y que por su intercesión alcancen todos las Gracias que necesiten.
Recupera tu fe y cuando pidas algo a Dios sé consciente que Él te lo dará sólo si es Su Voluntad, por eso, al pedir pide así “Señor te pido (…) concédemelo si es tu Santa Voluntad” y si no se te da entonces debes entender que no era para tu mayor bien.
Si pides que Dios sane a un ser querido y en lugar de sanar fallece, no debes perder la fe, no significa que Dios no te escuchó o que Dios no existe, significa que no era esa Su Voluntad.
¿En qué estado está el alma de algunos cardenales, obispos y sacerdotes de Cristo que se han atrevido a tocar estos temas en el reciente Sínodo para la Familia? Comunión para los divorciados, la convivencia extramatrimonial y el matrimonio del mismo sexo.
La ideología de género, la mentalidad anticonceptiva y la disolución del matrimonio entre hombre y mujer, pilar de la sociedad, está tratando de calar dentro de las normas de la Iglesia Católica, porque es sabido que los católicos “más fervientes” defenderán estas normas aunque su contenido sea errado “solo porque la Iglesia lo manda”.
Esto y muchas cosas más no las enseñó Jesucristo y ha de llegar el día en que tendremos que escoger entre obedecer a Dios u obedecer a los hombres ya que incluso dentro de la Iglesia hay quienes desean oscurecer la verdad en nombre de la misericordia.
Que Dios bendiga a los cardenales y obispos que alzaron su voz en contra de estas aberraciones y en defensa de la Tradición y Magisterio de la Iglesia, aunque ello implique que la terrible advertencia de Nuestra Señora en Akita se cumplió, hoy vemos Cardenales contra Cardenales y Obispos contra Obispos.
Las cosas claras: homosexualidad es aberración para Dios, el matrimonio no se disuelve pues lo que une Dios no lo separa el hombre, los anticonceptivos generan abortos e impiden la vida del nuevo ser y quien convive sin matrimonio está en grave pecado. Si no se arrepienten ellos mismos solo Dios puede salvarlos con Su Misericordia, la única que vale.
Que no suceda como sucedió en el Concilio Vaticano II, que se “tocó” el tema de la comunión en la mano y la “importancia del papel de los laicos” en su ayuda a la Iglesia y hoy más de 50 años después tenemos la sacrílega comunión en la mano difundida por los modernistas dentro de la Iglesia -incluso la quieren imponer como forma única de recibir la comunión- y a los sacrílegos ministros “extraordinarios” de la comunión que de extraordinarios no tienen nada porque en todas las misas están aunque hayan 20 personas, y que se atreven a abrir el Sagrario y entregar la comunión directamente incluso fuera de la Santa Misa. Estos son los sacrilegios de nuestro tiempo.
Vivimos tiempos difíciles, estemos atentos a las señales.
Karla Rouillon Gallangos
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Satanás sabe muy bien cómo hacer que el pecado parezca algo muy inocente.
Es por esta razón que la humanidad hoy en día no sabe lo que es el pecado y comete pecado hasta en lo mínimo que hace, cerrándose las Puertas del Cielo. Los cristianos debemos recordar no sólo lo que es el pecado para no cometerlo sino también recordar que el pecado es ofensa para Dios.
Los cristianos no debemos celebrar el Halloween por que el Halloween es la fiesta satánica por excelencia, donde predominan los sacrificios humanos y de animales, vejaciones de niños, mujeres y hombres, la adoración a Satanás y los demonios, y la muerte.
Para algunos el Halloween es solo una fecha comercial que deben aprovechar para vender la mayor cantidad de dulces, disfraces o decoración con temas de terror. Para otros es un día en que los niños pueden disfrazarse de montruos y brujas para salir a divertirse pidiendo dulces a extraños. Pero para los satánicos es un día en el que los sacrificios humanos y de animales son primordiales para su adoración a Satanás.
En este documental de la televisión norteamericana el ex satánico Glen Hobbes relata que siendo un niño fue introducido en las celebraciones satánicas por su abuelo. Ahi relata lo que vio en estas celebraciones satánicas y cómo fue abusado junto con otros niños de quien tiene certeza fueron asesinados.
Sé coherente con tu fe católica y no inculques a tus hijos el celebrar Halloween: la Fiesta Satánica por excelencia. Es obligación de todo cristiano ser coherente con su fe y erradicar esta celebración satánica del mundo entero dejando de enseñarla a nuestros hijos para así detener su propagación.
En el Perú el 31 de Octubre es también el Día de la Canción Criolla y los peruanos debemos enseñarle a nuestros hijos a conocer su música y a tocar los instrumentos musicales que durante cientos de años hemos tocado los peruanos para hacer esta bella música admirada en el mundo entero.
Rehaza el Halloween, tú eres peruano. Celebra el Día de la Canción Criolla.
En la Fiesta de la Solemnidad del Corpus Christi escuchen el Sermón sobre el Corpus Christi del Santo Cura de Ars.
Así como estuvo 9 meses en el vientre de la Santísima Virgen y como estuvo 33 años en este mundo, así le tenemos nosotros hoy en día en cada Parroquia, en cada Sagrario, en cada Custodia en la Adoración Eucarística.
Dios se quedó en este mundo para acompañarnos mientras dure nuestro destierro lejos de Él y, por amor a Dios, debemos recordar el menosprecio con que hemos de mirar las cosas perecederas de este mundo y el deseo con que debemos esperar la salida de este mundo para encaminarnos a nuestra verdadera Patria, la Patria Celestial, ya que este mundo no lo es.
Por la Institución del Sacramento de la Sagrada Eucaristía el pueblo cristiano puede gozar, al recibir la Sagrada Eucaristía en la comunión, de tantos favores que no se conceden a los demás pueblos: un cielo anticipado para los buenos cristianos.
Que Dios les conceda a todos las Gracias que necesiten.
Karla Rouillon Gallangos
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Ahora discutamos acerca de los detalles acerca del Sacramento de la Confesión.
Primero: El Sacramento de la Confesión no es una conversación espiritual, en el que tú vienes aquí a conversar un rato, no tú debes venir a confesarte cuando tú hayas reflexionado acerca de tus pecados.
¡Tú sabes, y todos nosotros sabemos que nosotros estamos cargando y sabemos cuánta cantidad de mugre estamos cargando!
Entonces ven a confesarte y di: “Esto, esto, esto y aquello” Y después el sacerdote te dará una advertencia, y te aconsejará algo únicamente para tu propio bien. Después te dará la absolución y tú te sentirás agradecido y ESO ES TODO.
Este es el Sacramento de la Confesión, principalmente, no es una conversación espiritual.
Segundo: No interesa qué sacerdote te confiesa, todos son iguales. Algunos dicen éste es más o menos psicólogo. El sacerdote está aquí para ti y para Dios. El sacerdote no es importante en absoluto. Pero tú eres importante, tu corazón abierto.
Y TU FE EN DIOS, ESO ES LO VERDADERAMENTE IMPORTANTE.
Tercero y muy importante para todos: Sean honestos en su Confesión.
¿Acaso no es para su propio interés confesarse honestamente? ¿Saben una cosa? Hay gente que sólo viene a confesarse cuando otros también vienen porque es Navidad y ahora todos quieren confesarse y después confiesan lo que no hicieron y no lo que si pecaron.
Las personas sienten vergüenza de admitir que son pecadores, discúlpenme, pero si ustedes piensan que no son pecadores, de seguro que de lejos si lo son y por mucho porque mientras más santo se es más cerca se está de Dios, pero mientras más mugre cargamos más divinos decimos que somos, más pecadores somos todos.
Por ejemplo: un vidrio sucio, límpialo y levántalo y mira si en verdad está limpio. Si, parece limpio, pero si lo miras más de cerca a la luz de una bombilla ustedes encontrarán la suciedad. Límpialo otra vez y ponlo ahora a la luz del sol y verás que tan sucio sigue aún. Mientras más cerca estamos de Dios, podemos ver más mugre en nuestra alma.
Para aquellos que creen que son menos pecadores, incluso que vienen a rezar a la Iglesia, a veces yo siento escuchar a alguien preguntarles ¿para qué viniste hoy? ¿Tú vienes a decirme que tú no tienes pecados? Vete entonces, a ti no te hace falta la Confesión.
Por eso: Sean honestos en su Confesión. No se subestimen a ustedes mismos exagerando algunos de sus pecados.
Pero honestamente, objetivamente, claramente digan: “Yo hice esto y esto y aquellos y lo lamento”.
Repítanlo es muy importante: “Lo lamento, si, lo lamento”, “porque lo que ustedes le hicieron al más pequeño de mis hermanos, me lo hicieron a mi”
Tienen que dirigir la uña hacia la mano de Jesús. Cada chisme, cada odio, cada maldad que ustedes hicieron contra cualquier persona ustedes se la hicieron a Dios.
Eso es todo. Este fue el programa para hoy por esta noche.
Háganlo con el Espíritu Santo, honestamente, verdaderamente, Llora si tienes que llorar, llora, échalo todo afuera de tu sistema. Deja que tus lágrimas y tus penas caigan juntas.
Ya han recibido hoy una sólida y fuerte base, podemos continuar mañana.
Amén.
–/–
Aquí les dejo los enlaces a los videos de esta Prédica en idioma Croata con subtítulos en idioma inglés y les pido por favor los difundan para que llegue a más personas, que los pueden traducir a otros idiomas, para mayor Gloria de Dios.
Que Dios les conceda a todos la Gracia de una verdadera conversión y una sincera confesión.
Karla Rouillon Gallangos
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Hoy, 13 de enero del 2013 iniciamos este nuevo proyecto en la red social Facebook.
En esta página de Facebook la prioridad es la DEFENSA DE LA SAGRADA EUCARISTÍA, no el Papa, no sus miembros, no los administradores, solo la defensa de la Sagrada Eucaristía y la denuncia de las blasfemias y sacrilegios que los católicos cometen a diario contra la Sagrada Eucaristía con la sacrílega COMUNIÓN EN LA MANO.
Aquí llamamos por su nombre a las cosas: el pecado es pecado, el sacrilegio contra la Sagrada Eucaristía es sacrilegio, la blasfemia contra la Sagrada Eucaristía es blasfemia…. por más que vengan del Papa, de un sacerdote o de un católico, siguen siendo pecado, sacrilegio y blasfemia. Son los tiempos que nos ha tocado vivir donde muchos sacerdotes mal formados y católicos no saben lo que es pecado, sacrilegio ni blasfemia.
No denunciar el pecado es PECADO DE OMISIÓN.
Disimular con falsas frases piadosas lo que debe ser una denuncia del mal ejemplo y el pecado se llama RESPETOS HUMANOS y aquí no los van a encontrar.
Hay mucha gente que piensa que hablar de la Sagrada Eucaristía es pérdida de tiempo porque a nadie le interesan estos temas hoy en día… lo bueno de las redes sociales es que uno las puede dejar en el momento que quiera. Nadie los obliga a quedarse, no estamos interesados en hacer amigos sino en hacer que más personas conozcan a JESÚS EUCARISTÍA.
El modelo perfecto de católico no existe pues todos somos diferentes, pero lo que todos los católicos debemos tener en común es que conocemos a JESÚS EUCARISTÍA.
Comparte para que más personas rechacen esta mala práctica por amor a Jesús y que todo sea para mayor Gloria de Dios
Que Dios les conceda a todos las Gracias que necesiten.
Karla Rouillon Gallangos
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“Deseo -dijo el Señor a Sor Faustina- que durante esos nueve días lleves a las almas a la fuente de mi misericordia para que saquen fuerzas, alivio y toda gracia que necesiten para afrontar las dificultades de la vida y especialmente en la hora de la muerte. Cada día traerás a mi Corazón a un grupo diferente de almas y las sumergirás en este mar de mi misericordia. Y a todas estas almas yo las introduciré en la casa de mi Padre. Cada día pedirás a mi Padre las gracias para estas almas por mi amarga pasión.”
NOVENA A LA DIVINA MISERICORDIA
Santa Faustina dice en su diario: “Jesús quiere que el Domingo de la Misericordia vaya precedido por una Novena, rezando el rosario de la Misericordia.”
Jesús dice: “Durante esta novena concederé a las almas todas las Gracias”
La novena a la Divina Misericordia comienza el Viernes Santo y consiste en rezar la Coronilla de la Divina Misericordia, luego de cada oración correspondiente a cada día.
PRIMER DÍA
“Hoy, tráeme a toda la humanidad y especialmente a todos los pecadores, y sumérgelos en el mar de mi misericordia. De esta forma, me consolarás de la amarga tristeza en que me sume la pérdida de las almas.”
Jesús misericordiosísimo, cuya naturaleza es la de tener compasión de nosotros y de perdonarnos, no mires nuestros pecados, sino la confianza que depositamos en tu bondad infinita. Acógenos en la morada de tu compasivísimo Corazón y nunca los dejes escapar de él. Te lo suplicamos por tu amor que te une al Padre y al Espíritu Santo.
Padre Eterno, mira con misericordia a toda la humanidad y especialmente a los pobres pecadores que están encerrados en el compasivísimo Corazón de Jesús y por su dolorosa pasión muéstranos tu misericordia para que alabemos la omnipotencia de tu misericordia por los siglos de los siglos. Amén.
“Hoy, tráeme a las almas de los sacerdotes y los religiosos, y sumérgelas en mi misericordia insondable. Fueron ellas las que me dieron fortaleza para soportar mi amarga pasión. A través de ellas, como a través de canales, mi misericordia fluye hacia la humanidad.”
Jesús misericordiosísimo, de quien procede todo bien, aumenta tu gracia en nosotros para que realicemos dignas obras de misericordia, de manera que todos aquellos que nos vean, glorifiquen al Padre de misericordia que está en el cielo.
Padre eterno, mira con misericordia al grupo elegido de tu viña, a las almas de los sacerdotes y a las almas de los religiosos; otórgales el poder de tu bendición. Por el amor del Corazón de tu Hijo, en el cual están encerradas, concédeles el poder de tu luz para que puedan guiar a otros en el camino de la salvación y a una sola voz canten alabanzas a tu misericordia sin límite por los siglos de los siglos. Amén.
“Hoy, tráeme a todas las almas devotas y fieles, y sumérgelas en el mar de mi misericordia. Estas almas me consolaron a lo largo del vía crucis. Fueron una gota de consuelo en medio de un mar de amargura.”
Jesús misericordiosísimo, que desde el tesoro de tu misericordia les concedas a todos tus gracias en gran abundancia, acógenos en la morada de tu compasivísimo Corazón y nunca nos dejes escapar de él. Te lo suplicamos por el inconcebible amor tuyo con que tu Corazón arde por el Padre celestial.
Padre Eterno, mira con misericordia a las almas fieles como herencia de tu Hijo y por su dolorosa pasión, concédeles tu bendición y rodéalas con tu protección constante para que no pierdan el amor y el tesoro de la santa fe, sino que con toda la legión de los ángeles y los santos, glorifiquen tu infinita misericordia por los siglos de los siglos. Amén.
“Hoy, tráeme a aquellos que no creen en Dios y aquellos que todavía no me conocen. También pensaba en ellos durante mi amarga pasión y su futuro celo consoló mi Corazón. Sumérgelos en el mar de mi misericordia.”
Jesús compasivísimo, Tú que eres Luz del género humano, recibe en la morada de Tu corazón lleno de compasión, las almas de aquellos que todavía no creen en Ti, o que no te conocen. Que los rayos de Tu gracia los iluminen para que también, unidos a nosotros, ensalcen tu maravillosa misericordia, y no los dejes salir de la morada de Tu corazón desbordante de piedad.
Padre Eterno, vuelve Tu piadosa mirada a las almas de aquellos que no creen en Tu Hijo, y a las de aquellos que todavía no te conocen, pero anidan en el Compasivo Corazón de Jesús. Aproxímalos a la luz del Evangelio. Estas almas desconocen la gran felicidad que es amarte. Concédeles que también ellos ensalcen la generosidad de Tu misericordia por los siglos de los siglos. Amén.
“Hoy, tráeme a las almas de los hermanos separados y sumérgelas en el mar de mi misericordia. Durante mi amarga pasión, desgarraron mi cuerpo y mi Corazón, es decir, mi Iglesia. Según regresan a la Iglesia, mis llagas cicatrizan y de este modo alivian mi pasión.”
Jesús misericordiosísimo que eres la bondad misma, tú no niegas la luz a quienes te la piden. Acoge en la morada de tu compasivísimo Corazón a las almas de nuestros hermanos separados y llévalas con tu luz a la unidad con la Iglesia y no las dejes escapar de la morada de tu compasivísimo Corazón sino haz que también ellas glorifiquen la generosidad de tu misericordia.
Padre eterno, mira con misericordia a las almas de nuestros hermanos separados, especialmente a aquellos que han malgastado tus bendiciones y han abusado de tus gracias por persistir obstinadamente en sus errores. No mires sus errores, sino el amor de tu Hijo y su amarga pasión que sufrió por ellos, ya que también ellos están encerrados en el compasivísimo Corazón de Jesús. Haz que también ellos glorifiquen tu gran misericordia por los siglos de los siglos. Amén.
“Hoy, tráeme a las almas mansas y humildes y las almas de los niños pequeños y sumérgelas en mi misericordia. Estas son las almas más semejantes a mi Corazón. Ellas me fortalecieron durante mi amarga agonía. Las veía como ángeles terrestres que velarían al pie de mis altares. Sobre ellas derramo torrentes enteros de gracias. Solamente el alma humilde es capaz de recibir mi gracia; concedo mi confianza a las almas humildes.”
Jesús misericordiosísimo, tú mismo has dicho: Aprended de mí que soy manso y humilde de Corazón. Acoge en la morada de tu compasivísimo Corazón a las almas mansas y humildes y a las almas de los niños pequeños. Estas almas llevan a todo el cielo al éxtasis y son las preferidas del Padre celestial. Son un ramillete perfumado ante el trono de Dios, de cuyo perfume se deleita Dios mismo. Estas almas tienen una morada permanente en tu compasivísimo Corazón y cantan sin cesar un himno de amor y misericordia por la eternidad.
Padre eterno, mira con misericordia a las almas de los niños pequeños que están encerradas en el compasivísimo Corazón de Jesús. Estas almas son las más semejantes a tu Hijo. Su fragancia asciende desde la tierra y alcanza tu trono. Padre de misericordia y de toda bondad, te suplico por el amor que tienes por estas almas y el gozo que te proporcionan.
Bendice al mundo entero para que todas las almas canten juntas las alabanzas de tu misericordia por los siglos de los siglos. Amén.
“Hoy, tráeme a las almas que veneran y glorifican mi misericordia de modo especial y sumérgelas en mi misericordia. Estas almas son las que más lamentaron mi pasión y penetraron más profundamente en mi Espíritu. Ellas son un reflejo viviente de mi Corazón compasivo. Estas almas resplandecerán con una luz especial en la vida futura. Ninguna de ellas irá al fuego del infierno. Defenderé de modo especial a cada una en la hora de la muerte.”
Jesús misericordiosísimo, cuyo Corazón es el amor mismo, acoge en la morada de tu compasivísimo Corazón a las almas que veneran y ensalzan de modo particular la grandeza de tu misericordia. Estas almas son fuertes con el poder de Dios mismo. En medio de toda clase de aflicciones y adversidades siguen adelante confiadas en tu misericordia y unidas a ti, ellas cargan sobre sus hombros a toda la humanidad. Esta almas no serán juzgadas severamente, sino que tu misericordia las envolverá en la hora de la muerte.
Padre eterno, mira con misericordia a aquellas almas que glorifican y veneran tu mayor atributo, es decir, tu misericordia insondable y que están encerradas en el compasivísimo Corazón de Jesús. Estas almas son un Evangelio viviente, sus manos están llenas de obras de misericordia y sus corazones desbordantes de gozo cantan a ti, oh Altísimo, un canto de misericordia. Te suplico, oh Dios, muéstrales tu misericordia según la esperanza y la confianza que han puesto en ti. Que se cumpla en ellas la promesa de Jesús quien les dijo que: a las almas que veneren esta infinita misericordia mía, yo mismo las defenderé como mi gloria durante sus vidas y especialmente en la hora de la muerte.
“Hoy, tráeme a las almas que están en la cárcel del purgatorio y sumérgelas en el abismo de mi misericordia. Que los torrentes de mi sangre refresquen el ardor del purgatorio. Todas estas almas son muy amadas por mí. Ellas cumplen con el justo castigo que se debe a mi justicia. Está en tu poder llevarles el alivio. Haz uso de todas las indulgencias del tesoro de mi Iglesia y ofrécelas en su nombre. Oh, si conocieras los tormentos que ellas sufren ofrecerías continuamente por ellas las limosnas del espíritu y saldarías las deudas que tienen con mi justicia.”
Jesús misericordiosísimo, tú mismo has dicho que deseas la misericordia, he aquí que yo llevo a la morada de tu compasivísimo Corazón a las almas del purgatorio, almas que te son muy queridas, pero que deben pagar su culpa adecuada a tu justicia. Que los torrentes de sangre y agua que brotaron de tu Corazón, apaguen el fuego del purgatorio para que también allí sea glorificado el poder de tu misericordia.
Padre eterno, mira con misericordia a las almas que sufren en el purgatorio y que están encerradas en el compasivísimo Corazón de Jesús. Te suplico por la dolorosa pasión de Jesús, tu Hijo, y por toda la amargura con la cual su sacratísima alma fue inundada, muestra tu misericordia a las almas que están bajo tu justo escrutinio. No las mires sino a través de las heridas de Jesús, tu amadísimo Hijo, ya que creemos que tu bondad y tu compasión no tienen límites. Amén.
“Hoy, tráeme a las almas tibias y sumérgelas en el abismo de mi misericordia. Estas almas son las que más dolorosamente hieren mi Corazón. A causa de las almas tibias, mi alma experimentó la más intensa repugnancia en el Huerto de los Olivos. A causa de ellas dije: Padre, aleja de mí este cáliz, si es tu voluntad. Para ellas, la última tabla de salvación consiste en recurrir a mi misericordia.”
Jesús misericordiosísimo, que eres la compasión misma, te traigo a las almas tibias a la morada de tu piadosísimo Corazón. Que estas almas heladas que se parecen a cadáveres y te llenan de gran repugnancia se calienten con el fuego de tu amor puro. Oh Jesús compasivísimo, ejercita la omnipotencia de tu misericordia y atráelas al mismo ardor de tu amor y concédeles el amor santo, porque tú lo puedes todo.
Padre eterno, mira con misericordia a las almas tibias que, sin embargo, están encerradas en el piadosísimo Corazón de Jesús. Padre de la misericordia, te suplico por la amarga pasión de tu Hijo y por su agonía de tres horas en la cruz, permite que también ellas glorifiquen el abismo de tu misericordia. Amén. (1209-1229)
CELEBRACIÓN DE LA FIESTA DE LA MISERICORDIA
El Señor Jesús desea que ese día la imagen de la Misericordia sea bendecida solemnemente y venerada en público, es decir, litúrgicamente; que los sacerdotes hablen a las almas de esta inmensa e insondable misericordia de Dios.
Los fieles, para recibir estos grandes dones con los cuales el Señor Jesús desea colmar a cada hombre y a toda la humanidad, tienen que estar en el estado de la gracia santificante (después de confesarse), cumplir las condiciones de la devoción a la Divina Misericordia, es decir, confiar en Dios y amar activamente al prójimo, y beber de la Fuente de Vida, es decir, recibir la santa Comunión.
De acuerdo con el deseo del Señor Jesús, la fiesta ha de celebrarse el primer domingo después de Pascua, lo que indica una estrecha relación que hay entre el misterio de redención y esta fiesta. La liturgia de ese día alaba con la máxima plenitud a Dios en el misterio de su misericordia.
Jesús dice: “El Domingo siguiente a la Pascua de Resurrección se celebrará la Fiesta de la Misericordia. Ese día, los Sacerdotes deberán predicar a las almas de mi infinita Misericordia. El alma que acuda a la Confesión y reciba la Sagrada Eucaristía, obtendráel perdón total de sus culpas y del castigo.”
BLASFEMAS EXCUSAS PARA RECIBIR LA EUCARISTÍA EN LA MANO
Señores Obispos de la Conferencia Episcopal Peruana y de las Conferencias Episcopales del mundo entero, Sacerdotes todos:
Gripe ha existido siempre, y tomar la Gripe A1H1 como una excusa para entregar la Sagrada Eucaristía en la mano es una vergüenza a su dignidad sacerdotal.
En directiva interna a los obispos y sacerdotes del Perú se ha tomado la recomendación de entregar la comunión en la mano para evitar la propagación de la Gripe A1H1 ¿como lo sé? lo dijo un sacerdote jesuita en la Santa Misa.
Hoy jueves 20 de agosto de 2009 he tenido la mala suerte de encontrarme con este sacerdote jesuita, que todos los jueves celebra misa en el CAPU – Centro de Asesoria Pastoral de la Pontificia Universidad Catolica del Perú el cual -avanzada la Santa Misa- en plena entrega de la comunión dijo “la Conferencia Episcopal Peruana recomienda recibir la Eucaristia en la mano para evitar la propagación de la Gripe A, por lo que se les pide su comprensión de recibirla en la mano”. Yo, que no recibo la Eucaristía en la mano, me arrodillé y la recibí en la boca y el sacerdote se limpió de manera despectiva los dedos en su estola y continuó entregando la comunión.
Para no dejarme robar el momento de la comunión y las Gracias que Dios nos da en este momento decidí ignorarlo y concentrarme en la comunión recibida y en mi oración, pero luego de terminada la Santa Misa pensaba que el sacerdote ni siquiera había tocado mi lengua o mis labios porque tuvo mucho cuidado de darme la comunión en la lengua sin tocarme, entonces me decía ¿qué se limpió y a qué se debe esta actitud despectiva de parte del sacerdote?
Toda Eucaristía es sanación y liberación de pecado y ustedes, señores Obispos y Sacerdotes, racionalizan la Eucaristía como si fuera transmisora de enfermedades induciendo a los fieles y a otros sacerdotes al error y al sacrilegio de recibirla y entregarla en la mano.
La comunión en la mano es un problema generacional
Lamentablemente, el problema tiene que ver con un tema generacional. Desde que en los años 60s se tocó el tema de la comunión en la mano en el Concilio Vaticano II por parte de algunos obispos “protestantizados” de Alemania, la comunión en la mano se introdujo abusivamente por parte de muchos malos obispos y sacerdotes haciéndole creer a los fieles que el Papa había autorizado la comunión en la mano, cuando él no tocó el tema y tampoco lo aceptó.
Muchos sacerdotes creyeron -y siguen creyendo- que le deben obediencia a sus superiores en el tema de la comunión en la mano, pero la obediencia se debe siempre y cuando lo que se mande no sea pecado y la comunión en la mano, tocar las Sagradas Especies por parte de un no consagrado es un sacrilegio contra la Sagrada Eucaristía.
Debido a la abusiva practica de la comunión en la mano dada en los años 70s y promovida por los grupos carismáticos “protestantizados” la Iglesia reguló el tema de la comunión en la mano con una excepción a la norma que dice claramente que “la comunión en la mano es solo para el fiel que lo desea”, es decir, que en su sabiduría la Iglesia nos dice a los fieles que, siendo la norma de la Iglesia recibir la comunión de rodillas y en la boca, solo aquél que lo desee puede recibirla en la mano, y también nos dice que “nadie puede negar la comunión a un fiel por querer recibirla de rodillas o en la boca”.
Este desconocimiento de las normas de la Iglesia por parte de muchos católicos ha ocasionado que cedan a las presiones de muchos grupos parroquiales y de muchos sacerdotes que pretenden imponer la comunión en la mano como única forma de recibirlas en sus parroquias, siendo esto un engaño, sino una mentira. Y todos sabemos quien es el padre de la mentira.
No contentos los católicos con ser mentirosos -y ocultar la verdad es también pecado contra el octavo mandamiento- se vuelven blasfemos y sacrílegos en este tema de la comunión en la mano, ya que decir “que les da asco recibir la comunión en la boca porque les pueden contagiar una enfermedad” es una blasfemia contra la Sagrada Eucaristía y luego de blasfemar cometen sacrilegio contra la Sagrada Eucaristía al recibirla en la mano y con esos pecados se comen su propia condenación.
No en vano, nuestro Señor Jesucristo nos dice a través de las revelaciones dadas a Catalina Rivas -que cuentan con el imprimátur del Arzobispado de Cochabamba, Bolivia-, que la comunión en la mano es el trabajo sacrílego de Satanás.
Además de Satanás, son muchos los enemigos de la Iglesia, también están los herejes protestantes -principales promotores de la comunión en la mano en las redes sociales- cuyas celebraciones no incluyen la presencia de Dios en la Sagrada Eucaristía en la que ellos no creen, pero si incluyen cantos, bailes, aplausos y exageradas demostraciones de conversiones que muchos grupos carismáticos han imitado dentro de la Iglesia Católica. Pues bien, es la comunión en la mano una práctica protestante creada por Calvino, uno de los padres de la reforma protestante, quien no creía en la presencia real de Jesucristo en la Sagrada Eucaristía, y esta práctica es la que muchos católicos imitan creyéndose las mentiras disfrazadas de falsa piedad que solo se repiten a sí mismos para acallar sus propias conciencias que les dicen que eso que hacen está mal, tales como: “que a Dios lo puedes recibir en tus manos con amor”, “lo importante no es recibirlo en la boca sino en tu corazón”, “lo importante es recibirlo en gracia de Dios, sin pecado, no importa si en la boca o en la mano”, “que los primeros cristianos comulgaban en la mano”, “que si tu pides reclinatorios y comunión en la boca y que solo el sacerdote entregue la comunión es porque tú vives una fe que es del antiguo testamento y que eso está desfasado”, “que generas división en la Iglesia”, “que el tema de la comunión en la mano es un tema que ya está atado por la Iglesia y que no tiene caso luchar contra ella”, “que tú quién eres para juzgar”, “que si el Espíritu Santo te impulsa a comulgar en la mano lo hagas”, “que la en la última cena Cristo entregó el pan en la mano”, “que la Biblia dice que Cristo entregó la comunión en la mano”, “que el sacerdote permite la comunión en la mano y que él es responsable” (lo cual es falso porque es tu sacrilegio, tu pecado y son tus consecuencias por estirar la mano y recibir la comunión en la mano, el sacerdote tendrás sus propias consecuencias, pero tu eres responsable de las tuyas), “que si el Papa lo permite yo lo hago”, “que si te opones a la comunión en la mano eres un soberbio y te falta caridad”, “que tú puedes recibir al Señor en tus manos y arrullarlo con amor antes de recibirlo”, “que tú deberías sentirte muy digno de recibir al Señor en tus manos”, “que si te opones al modernismo en la Iglesia eres un sedevacantista”, etc. etc. etc., hipócritas mentiras que muchos católicos difunden para defender su gran “yo quiero comulgar en la mano” y hacer sentir mal a aquellos que gritan que eso es un sacrilegio contra la Sagrada Eucaristía, sin darse cuenta en su ceguera que difunden su error haciendo pecar a muchos.
Lo que callan los defensores de la comunión en la mano
No bastando con estas mentiras que se difunden entre los católicos, los defensores de la comunión en la mano -engañados por Satanás- les dicen a los católicos que se oponen que existen “abundantes textos” que los Santos Padres y teólogos medievales dedican al tema de la comunión en la mano pero al único al que siempre mencionan es a San Cirilo de Jerusalén.
Ciertamente, el único santo de quien se tiene conocimiento haya dejado algo indicado sobre la comunión en la mano es San Cirilo de Jerusalén, que predicaba -en el año 300 d.c.- a los nuevos cristianos“cuando te acerques a comulgar, haz con tu mano derecha un trono a tu mano izquierda que recibirá al Rey. En el hueco de la mano recibe el cuerpo de Cristo, y responde Amén. Después consúmelo, teniendo cuidado de no perder nada de Él.”
Pero lo que no dicen los defensores de la comunión en la mano es que San Cirilo de Jerusalén les hablaba en este texto -directa y exclusivamente- a los bárbaros convertidos al cristianismo, gente que provenía de las Galias, Britania, Germania y Siria, guerreros por excelencia, con comportamientos salvajes a tal grado que eran considerados barbáricos para la sociedad de su época.
Si pudiéramos definir a un bárbaro de ese tiempo, recientemente converso al cristianismo, veríamos a un hombre enorme, fornido, de cabellera y barba largas y desaliñadas, sucio, con un hacha de hierro a la derecha y su lanza a la izquierda, con tradiciones detestables, aberrantes y dignas de ser erradicadas, que no sabían comer, que hasta hacía poco tiempo no dejaba bicho viviente por donde pasaba con su tribu, violando y matando, y que todo lo que importaba era la juerga bruta -en a cuanto comida y bebida se trataba- y el salvajismo a ejemplo de sus padres y abuelos. ¿Se imaginan ustedes a este hombre santo tratando de educar en la fe a un gran grupo de bárbaros? Los romanos les tenían miedo a los bárbaros, todo el mundo les temía a los bárbaros pero San Cirilo de Jerusalén les enseñaba, de esta manera, a comulgar sin dejar caer ninguna partícula de la Sagrada Eucaristía. ¿se imaginan eso?
Y si pues, así lo hacía, en la mano, porque ellos eran bárbaros, bebían en exceso y no sabían comer, y el santo, temeroso de Dios, le tenía miedo al sacrilegio que pudiera cometerse si se dejaba caer el Cuerpo de Cristo. En castellano, los bárbaros no sabían meterse algo en la boca sin que se cayera al suelo, lo cual -dado nuestro grado de educación-no es nuestro caso.
Nunca Comulgar en la Mano
La comunión en la mano es –como Nuestro Señor le dijo a Catalina Rivas- el trabajo sacrílego de Satanás. Solo es necesario analizar estas cuatro palabras “trabajo sacrílego de Satanás” y ver una Iglesia a la hora de la comunión por dentro hoy en día para comprenderlas.
Los católicos hoy en día no saben lo que es pecado, y no saben que eso que ellos hacen es pecado. Es blasfemia contra la Sagrada Eucaristía decir y consentir la idea de “que te da asco recibir la comunión en la boca porque te pueden contagiar una enfermedad con la saliva de otra persona”. Además, luego de blasfemar contra la Sagrada Eucaristía los católicos cometen sacrilegio contra la Sagrada Eucaristía tocando con sus manos las Sagradas Especies y, comulgando con estos pecados, se comen su propia condenación.
Es cierto que la Iglesia tiene enemigos, es verdad que los protestantes son solo algunos de ellos y también que la comunión en la mano es de origen protestante y que ha sido introducida dentro la Iglesia gracias a los carismáticos y modernistas que en su momento querían “alegrarse” la Santa Misa admitiendo ideas protestantes por doquier; pero los responsables de esta mala práctica son los mismos católicos que por su falta de formación han permitido y aceptado la comunión en la mano.
Cualquier católico bien formado ha dicho siempre y, las nuevas generaciones decimos hoy en día incluso, que tocar la Sagrada Eucaristía es privilegio solo del Sacerdote quien ha sido consagrado para ello, pero un mal católico dice “yo también puedo hacer eso” y lo hace.
No les interesa lo dicho por Santo Tomás de Aquino, en su gran Summa Teológica: «La administración del Cuerpo de Cristo corresponde al sacerdote por tres razones:
«Primera, porque él consagra en la persona de Cristo. Pero como Cristo consagró Su Cuerpo en la (Ultima) Cena, así también Él lo dio a otros para ser compartido con ellos. En consecuencia, como la consagración del Cuerpo de Cristo corresponde al sacerdote, igualmente su distribución corresponde a él.
«Segunda, porque el sacerdote es el intermediario designado entre Dios y el pueblo, por lo tanto corresponde a él ofrecer los dones del pueblo a Dios. Así, corresponde a él distribuir al pueblo los dones consagrados.
«Tercera, porque por reverencia a este Sacramento, nada lo toca sino lo que está consagrado, ya que el corporal y el cáliz están consagrados, e igualmente las manos del sacerdote para tocar este Sacramento. Por lo tanto, no es lícito para nadie más tocarlo, excepto por necesidad, por ejemplo si hubiera caído en tierra o también el algún otro caso de urgencia».
Es cuestión solo de escuchar a los católicos sus justificaciones para recibir la comunión en la mano para comprender que son del todo egoístas. La comunión en la mano para ellos se basa en su gran “yo quiero”.
Esta es una foto de la entrega de la comunión en una iglesia luterana -donde las mujeres pueden ser sacerdotes y también celebran “matrimonios gays”- y presten atención a las similitudes en sus parroquias a la hora de la comunión. Ahí ya ni el ministro de la comunión toca la hostia sino que cada uno la coge directamente del copón. Eso es lo que yo llamo evitar enfermedades.
No somos protestantes, somos católicos que creemos en la presencia de Cristo en la Sagrada Comunión y como en la Sagrada Eucaristía está Dios ahí presente nosotros debemos preferir hacer la comunión espiritual antes que cometer sacrilegio contra la Sagrada Eucaristía.
Y recuerda que si las cosas no cambian en tu parroquia, siempre puedes tú cambiar de parroquia, pues hay muchas donde no se han retirado los reclinatorios y donde es el sacerdote quien entrega la comunión en la boca, pues no hay ministros extraordinarios de la comunión porque tiene diáconos como debe ser.
La búsqueda de una Iglesia sin Dios y un Estado sin Iglesia
¿De dónde provienen estas normas sanitarias que pretenden someter a la Iglesia Católica a sus decisiones?
En medio de tanta mentira creada dentro de la Iglesia existen también peligros externos que buscan destruirla y desaparecerla, ya que es deseo de los enemigos de la Iglesia no sólo erradicar de la mente de los católicos que Dios está presente en la Sagrada Eucaristía con la comunión en la mano y “protestantizarlos” poco a poco diciéndoles que no tiene nada de malo asistir a reuniones protestantes, sino que además ahora en muchos países el Estado quiere obligar a la Iglesia a través de normas sanitarias que pretenden decirle a la Iglesia que deben entregar la comunión en la mano para evitar contagios.
A este tema hay dos cosas que decir: uno, sembrar miedo masivamente a través de los medios de comunicación inventando alarmas de epidemias que no existen es una táctica antigua para asustar a la población, y dos, enfermedades -y hasta peste- han existido siempre en el mundo y muchos santos vivieron en estas épocas de alta mortandad y todos recibían la comunión en la boca y de rodillas.
El sacerdote debe saber cómo entregar la comunión de manera que sus dedos no toque la lengua del fiel, sino depositando la Sagrada Eucaristía sobre la lengua del fiel como siempre se ha hecho. Pero claro, actualmente al sacerdote le importa más que la fila de la comunión avance rápido y ahí es donde se dan estos problemas.
Como verán la solución es devolverle al momento de la comunión en la Santa Misa el silencio y devoción que se merecen, regresando los reclinatorios y respetando el tiempo que se deba tomar el sacerdote en entregar la comunión a todos los asistentes, aunque sean cientos.
Los sacerdotes deben rechazar las “misas light” que en muchos lugares se da y que duran solo 25 minutos, devolviéndole a la Santa Misa el tiempo que debería tener de 1 hora, y también deben rechazar la participación de los fieles en la entrega de la Sagrada Eucaristía por ser un privilegio exclusivo dado por Dios a sus sacerdotes consagrados para ello.
En algunas misas católicas los fieles ni siquiera se levantan de sus lugares para recibir la comunión, sino que es el sacerdote quien se acerca a todos los fieles a entregársela en la mano, siendo esto una terrible herejía promovida por algunos grupos católicos que también promueven y difunden la comunión en la mano, desperdiciando las incontables Gracias que Dios les quiere dar en la celebración de la Santa Misa, que debería ser celebrada con dignidad.
Por otro lado, luego de pretender robarle la fe a los católicos imponiéndoles a los fieles la comunión en la mano, se busca unaIglesia sin Dios para que sea más fácilmente lograr un Estado sin Iglesia.
Son muchos los políticos anticatólicos que pretenden quitarle los beneficios a la Iglesia Católica de sus países, ya sea porque ignoran -o sabiendo no les importa- que lo que ellos llaman privilegios son consecuencia de la participación de la Iglesia Católica en la historia de sus países que cuando enfrentaron guerras civiles intervino como mediadora en tiempos de conflictos, que cuando hubo guerras con otros países fue la Iglesia la que donó y vendió propiedades para aportar dinero a la causa de su Patria, que la Iglesia siempre ha estado al frente de muchas causas sociales en sus países ayudando a los más pobres y necesitados, que ahí donde el Estado flaquea la Iglesia Católica compensa la falta de ayuda estatal y brinda su ayuda social y espiritual.
El anticatolicismo crece en el mundo porque ninguno de los jóvenes que recibe el mensaje anticatólico se pregunta a sí mismo ¿y a mí qué me ha hecho la Iglesia Católica? ¿yo qué tengo realmente contra ella? No son los pecados de unos pocos malos sacerdotes lo que ha fundamentado el anticatolicismo, éste se funda realmente en el hecho de que muchos rechazan la moral católica que consideran represiva para hacer y actuar como quieran, con libertinaje, sin moral ni valores y por ello rechazan y odian todo lo que la representa.
No permitas que te roben tu fe
Los católicos no debemos permitir que nos roben nuestra fe imponiéndonos la comunión en la mano. Desde el primer día que tú decides y aceptas recibir la comunión en la mano verás como decae tu fe y cómo el momento de la comunión se vuelve para ti más rutinario, sin sentido ni razón, el Dios que tú crees que está ahí es un dios hecho a tu medida que no necesita de tu reverencia y adoración, que tampoco necesita de tu oración, conversión o tu penitencia, un dios al que no le importa si llegas a ser un gran santo de la Iglesia o si eres uno más del montón de pecadores al que igual va a perdonar porque es un dios bueno y misericordioso, y en este punto como católico no serás muy diferente a un protestante.
Todos estamos llamados a ser santos, pues bien, tú sabes que todos los santos recibieron la Eucaristía en la boca y de rodillas porque así ha sido siempre dentro de la Iglesia, tu problema es del muchos, que quieres llegar a ser santo sin hacer el esfuerzo que hicieron los santos.
Señores Obispos y Sacerdotes del mundo entero: ustedes se han olvidado de a Quién entregan y responderán a Dios por cada una de las Eucaristías que han sido entregadas en la mano alrededor del mundo. En verdad, espero que tengan el mejor de los argumentos y lo recuerden el día de su juicio personal.
Católicos, no se olviden ustedes de a quien reciben, y si son conscientes de a quién reciben deberán ser coherentes con su fe y recibirlo con dignidad y devoción, de rodillas y en la boca. No seas un número más contado entre los apóstatas que formarán parte de la apostasía casi generalizada del final de los tiempos.
2da Carta a los Tesalonicenses 2, 1-3 “No os inquitéis por el día del juicio.Entre tanto, hermanos, os suplicamos por el advenimiento de Nuestro Señor Jesucristo y de nuestra reunión al mismo, que no abandonéis ligeramente vuestros primeros sentimientos, ni os alarméis con supuestas revelaciones, con ciertos discursos, o con cartas que se suponga enviadas por nosotros, como si el día del Señor estuviera ya muy cercano.No os dejéis seducir de nadie en ninguna manera; porque no vendrá este día sin que primero haya acontecido la apostasía, casi general de los fieles, y aparecido el hombre del pecado, hijo de la perdición.”
Que Dios bendiga a todos los que luchan contra la sacrílega comunión en la mano y les conceda a todos las Gracias que necesiten.
Karla Rouillon Gallangos
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LO QUE DEBES SABER:
La comunión en la mano se regula por una excepción dada por la diócesis, según el juicio del obispo respectivo. La comunión en la boca siempre ha sido y sigue siendo ley de la Iglesia y por tanto no debe ser considerada desechada por los católicos como forma válida de recibir la comunión.
La Santa Iglesia -en su sabiduría- ha dejado indicado en la excepción que regula la comunión en la mano que es “solo para el fiel que lo desea”, lo que significa que nadie, ni sacerdote, ni párroco, nadie puede obligarte a recibir la comunión en la mano.
La obediencia se debe siempre y cuando lo que se mande no sea pecado.
Si cedes a las presiones, estiras las manos y recibes la comunión en la mano es porque tú lo quieres así y, por tanto, tu responsabilidad, tu pecado, tus consecuencias.
Cuando veas al sacerdote negarte la comunión en la boca y querer que la recibas en la mano pregúntate si por ese sacerdote vale la pena ofender a Dios y cometer sacrilegio.
Toma la decisión correcta, no vaya a ser que estés siendo probado por Dios. Recuerda que todo te es lícito, pero no todo te edifica.
La comunión en la mano es el trabajo sacrílego perfecto de Satanás. Los católicos hoy en día blasfeman contra la Sagrada Eucaristía cuando dicen y consienten la idea de que “les da asco que les contagien una enfermedad con la saliva de otro fiel por comulgar en la boca” y luego cometen sacrilegio contra la Sagrada Eucaristía al recibirla en las manos, y con estos pecados se comen su propia condenación.
Por favor, por amor a Jesús, no se queden callados y luchen contra la sacrílega comunión en la mano… es Jesús ahí presente y no, no está dichoso de ser flagelado otra vez por ti recibiéndolo en las manos… ¡NO RECIBAS A JESÚS EN LA MANO!
Y recuerda que si en tu parroquia no cambian las cosas, siempre puedes cambiar tú de parroquia.
Que Dios bendiga a todos los que luchan contra la sacrílega comunión en la mano.
Recuerda que los demonios son RESPONSABLES del pecado pero tú eres CULPABLE por no haber resistido la tentación y por ofender a Dios con el pecado. ¡Confiésate bien!
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EL ARZOBISPO DE LIMA JUAN LUIS CIPRIANI NO ENTREGA LA COMUNIÓN EN LA MANO
Ningún Santo que hoy está en los altares de la Iglesia ha recibido ni entregado la comunión en la mano.
Nunca Comulgar en la Mano
La comunión en la mano es –como Nuestro Señor le dijo a Catalina Rivas- el trabajo sacrílego de Satanás. Solo es necesario analizar estas cuatro palabras “trabajo sacrílego de Satanás” y ver una Iglesia a la hora de la comunión por dentro hoy en día para comprenderlas.
Los católicos hoy en día no saben lo que es pecado, y no saben que eso que ellos hacen es pecado. Es blasfemia contra la Sagrada Eucaristía decir y consentir la idea de “que te da asco recibir la comunión en la boca porque te pueden contagiar una enfermedad con la saliva de otra persona”. Además, luego de blasfemar contra la Sagrada Eucaristía los católicos cometen sacrilegio contra la Sagrada Eucaristía tocando con sus manos las Sagradas Especies y, comulgando con estos pecados, se comen su propia condenación.
Es cierto que la Iglesia tiene enemigos, es verdad que los protestantes son solo algunos de ellos y también que la comunión en la mano es de origen protestante y que ha sido introducida dentro la Iglesia gracias a los carismáticos y modernistas que en su momento querían “alegrarse” la Santa Misa admitiendo ideas protestantes por doquier; pero los responsables de esta mala práctica son los mismos católicos que por su falta de formación han permitido y aceptado la comunión en la mano.
Cualquier católico bien formado ha dicho siempre y, las nuevas generaciones decimos hoy en día incluso, que tocar la Sagrada Eucaristía es privilegio solo del Sacerdote quien ha sido consagrado para ello, pero un mal católico dice “yo también puedo hacer eso” y lo hace.
No les interesa lo dicho por Santo Tomás de Aquino, en su gran Summa Teológica: «La administración del Cuerpo de Cristo corresponde al sacerdote por tres razones:
«Primera, porque él consagra en la persona de Cristo. Pero como Cristo consagró Su Cuerpo en la (Ultima) Cena, así también Él lo dio a otros para ser compartido con ellos. En consecuencia, como la consagración del Cuerpo de Cristo corresponde al sacerdote, igualmente su distribución corresponde a él.
«Segunda, porque el sacerdote es el intermediario designado entre Dios y el pueblo, por lo tanto corresponde a él ofrecer los dones del pueblo a Dios. Así, corresponde a él distribuir al pueblo los dones consagrados.
«Tercera, porque por reverencia a este Sacramento, nada lo toca sino lo que está consagrado, ya que el corporal y el cáliz están consagrados, e igualmente las manos del sacerdote para tocar este Sacramento. Por lo tanto, no es lícito para nadie más tocarlo, excepto por necesidad, por ejemplo si hubiera caído en tierra o también el algún otro caso de urgencia».
Es cuestión solo de escuchar a los católicos sus justificaciones para recibir la comunión en la mano para comprender que son del todo egoístas. La comunión en la mano para ellos se basa en su gran “yo quiero”.
La comunión en la mano es de origen protestante.
Los protestantes sí reciben en la mano porque ellos no tienen la presencia real de Cristo en la Eucaristía. Fue Calvino quien la introdujo porque fue precisamente Calvino quien negó lapresencia de Cristo en la Sagrada Eucaristía.
Hoy en día muchos católicos comparten la idea del falso ecumenismo que consiste en aceptar a los sectarios protestantes a su manera, con sus errores y mezclarlos con la verdad de la Iglesia Católica. Esto es un error. Las revelaciones a la Beata Sor María Serafina Micheli en 1883, dadas en plena celebración del cuarto centenario del nacimiento de Lutero, le mostraron la visión de un horrible abismo de fuego, en el cual eran atormentadas una innumerable cantidad de almas. En el fondo vio a un hombre, Martín Lutero, que se distinguía entre los demás condenados pues estaba rodeado de demonios que lo obligaban a estar de rodillas y todos (los demonios), armados de martillos, mientras se esforzaba en vano, le clavaban en la cabeza una gran clavo.
Y hoy en día nadie habla de esto por los malditos respetos humanos, como si tuviéramos que renunciar a nuestra fe y a las verdades de nuestra Iglesia para llevarnos bien con aquellos que son sectarios y herejes.
Es preferible no comulgar, antes que comulgar en la mano.
Cuando alguien me cuenta las atrocidades que hacen con la Eucaristía la momento de la comunión en sus parroquias y que les causan suma tristeza y me preguntan ¿qué hago? Yo siempre les respondo: si tú oras por tu sacerdote y los fieles de tu parroquia y ves que las cosas no cambian, entonces sigue orando por ellos pero cambia tú de parroquia.
Te invito a reflexionar la opción que mejor creas conveniente aplicar en tu caso particular: llegas a la Santa Misa y luego de escucharla te das cuenta que el sacerdote entrega a todos a comunión en la mano, y tú como sabes que no es obligatoria decides acercarte a comulgar en la boca, y el sacerdote te la niega y te dice que abras las manos.
Dices no gracias y te retiras a tu sitio a hacer la COMUNION ESPIRITUAL, diciéndole al Señor que prefieres recibirlo espiritualmente que ofenderlo con un sacrilegio.
Dices no gracias y le explicas en ese momento que la comunión en la mano es “solo para el fiel que lo desea” y no te la puede negar en la boca. Y te aguantas lo que venga.
Te da miedo generar escándalo y estiras la mano como te dice el sacerdote y recibes la comunión en la mano cometiendo sacrilegio.
Yo te recomendaría la opción 1 y nunca más volver a esa parroquia. No te dejes robar tu fe.
No es desobediencia a la Santa Iglesia no hacer lo que está permitido, es una elección válida. La desobediencia radica en hacer lo que no está permitido. Cada uno es quien decide no recibir la comunión en la mano frente a cometer sacrilegio.
Es verdad que la práctica de la comunión en la mano está muy extendida en el mundo entero –a pesar de ser solo una excepción que dice que es “solo para el fiel que lo desea” y con la autorización del obispo- pero aún existen sacerdotes fieles a Jesús Eucaristía que usan reclinatorios y que entregan la comunión en la boca, incluso niegan la comunión en la mano aunque les reprendan sus obispos aduciendo “objeción de conciencia” por ser la comunión en la mano un sacrilegio que es su obligación impedir. Todo depende del grado de formación que tiene el sacerdote para saber defender sus derechos como tal. Y ciertamente la obediencia se debe siempre y cuando lo que se mande no sea pecado. Otra cosa es que hoy en día nadie habla del pecado y nadie sabe reconocer un sacrilegio ni viéndolo.
En el colmo, los fieles y grupos parroquiales que “buscan enaltecer sus parroquias” son los primeros en denunciar a los “terriblemente malos sacerdotes” que niegan la comunión en la mano, sin darse cuenta del bien que les hace esta negativa a sus almas.
Por el contrario, si tú estás del lado del fiel y quieres recibir la comunión en la boca y de rodillas es a ti a quien se la niegan, queriendo obligarte a recibir la comunión en la mano, incluso cuando esta excepción es “solo para el fiel que lo desea”, es decir, no es obligatorio recibir la comunión en la mano y la ley de la Iglesia siempre ha sido y sigue siendo la comunión de rodillas y en la boca.
Si un sacerdote te niega la comunión por querer recibirla en la boca o de rodillas, quéjate con el obispo con una carta formal contra dicho sacerdote, pues tu derecho, reclámalo. El sustento es el siguiente:
– la ley de la Iglesia siempre ha sido y sigue siendo la comunión de rodillas y en la boca.
– la excepción que regula comunión en la mano dice claramente que “es solo para el fiel que lo desea”, es decir, nadie te puede obligar a recibir la comunión en la mano.
– el anterior (Cardenal Cañizares) y el actual Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos (Cardenal Robert Sarah) siempre han reiterado que la forma recomendada de recibir la comunión de rodillas y en la boca.
– es un sacrilegio al que no te pueden obligar.
De paso, puedes recordarle al Obispo que la excepción que la regula dice que la comunión en la mano debe ser permitida “siempre y cuando no sea motivo de escándalo entre los fieles”, lo cual evidentemente sucede ante el poco respeto que se le da.
Finalmente es conveniente que insistas en una respuesta formal a tu carta, a fin de enviarle una copia al sacerdote y evitar que te la vuelva a negar.
Si te preguntas cómo es posible que este sacrilegio haya crecido tanto en tan corto tiempo, tratando de desaparecer por completo la comunión de rodillas y en la boca que es ley de la Iglesia, la respuesta es por ignorancia de las normas de la Iglesia (a quienes se les ha impuesto con engaños), por la mala formación de los católicos (quienes han aceptado los engaños y los difunden) y por el silencio (de los católicos que han callado por respetos humanos y no han corregido a sus hermanos en el error).
Además, es un claro caso de falta de fe el que muchos sacerdotes aceptan entregar la comunión en la mano y los laicos el recibir la comunión en la mano, pues si ellos verdaderamente creyeran en la Presencia de Cristo en la Sagrada Eucaristía, jamás consentirían la comunión en la mano. El pecado los tiene cegados, quien ha tenido una verdadera conversión sabe lo que esto significa.
¿Qué nos dicen la Iglesia y los Santos sobre la comunión en la mano?
A diferencia de lo que muchos pregonan hoy en día, la Iglesia no permite la comunión en la mano, la ley de la Iglesia siempre ha sido y sigue siendo la comunión en la boca y de rodillas. Incluso la Iglesia la condena. Son los católicos y sacerdotes mal formados que solo repiten lo que una vez les dijeron a ellos “que la Iglesia lo permite y ya es tema normado” al punto que pretender obligar a todos los fieles a recibir la comunión en la mano como forma única.
El Magisterio de la Iglesia es amplio en este tema frente a la mala práctica de los católicos:
“Excomúlguese a cualquiera que ose recibir la Sagrada Comunión en la mano.” Concilio de Zaragoza: (a.380)
Confirma esta sentencia. El Sínodo de Toledo
“Condenamos la comunión en la mano para poner un limite a los abusos que ocurren a causa de esta práctica, y como salvaguarda contra sacrilegios.” Sínodo de Rouén: (a.650)
“Prohíbase a los creyentes tomar la Sagrada Hostia en sus manos, excomulgando a los transgresores”. El sexto Concilio Ecuménico en Constantinopla: (680-681)
“El hecho de que sólo el sacerdote da la sagrada Comunión con sus manos consagradas es una Tradición Apostólica”. Concilio de Trento: (1545-1565)
El Concilio Vaticano II no normó el tema, ya que era innecesario repetir lo que se había confirmado en concilios anteriores, pero obispos europeos “soltaron” el tema en el Concilio Vaticano II y la noticia se difundió como cierta entre los sacerdotes favorables a esta posición (principalmente europeos) y los católicos confiaron en sus sacerdotes y comenzaron a comulgar en la mano.
Por otro lado los Santos de la Iglesia jamás han recibido la comunión en la mano por el contrario la han rechazado.
“…el peor mal de nuestro tiempo es la Comunión en la mano.” Madre Teresa de Calcuta (The Wanderer, 23 de marzo de 1982).
“El derecho de recibir la Santa Comunión en la mano es permitida solamente en tiempos de persecución”. San Basilio el Grande, Doctor de la Iglesia (330-379) San Basilio el Grande consideraba la Comunión en la mano tan irregular que no vaciló en considerarla una grave falta.
“Para reverenciar este Santo Sacramento, nada lo toque, salvo lo que está consagrado; así como la Hostia y el Cáliz están consagrados, así lo están las manos consagradas de los sacerdotes, para tocar este Sacramento”. Santo Tomás de Aquino, Doctor de la Iglesia :(1225-1274) Summa Theológica, Parte III; Q.82, art3, Rep Obj 8).
“Sólo ellos, (los sacerdotes), deben administrarlo, y no otros” San Francisco de Asís: (1182-1226) (Carta 2ª, a todos los fieles, 35).
“Mira, hija mía, les obsequio cinco cosas a mis sacerdotes (…), y en quinto lugar el privilegio de tocar con sus manos mi Carne Sagrada”. (Jesucristo a…) Santa Brígida de Suecia, + 1373
“Las Sagradas Especies no son para ser manipuladas por otros que no estén consagrados al Señor”. San Sixto I Papa ( a.115)
“Prohiban a los creyentes tomar la Sagrada Hostia en la mano”. Papa San Eutiquiano (275-283)
“Enérgicamente defendemos y requerimos a los creyentes obediencia en cuanto a la práctica de administrar la Sagrada Comunión en la lengua del creyente”. El Papa San León el Grande (440-461):
“Cuando se recibe la Comunión es necesario estar arrodillado, tener la cabeza ligeramente humillada, los ojos modestamente vueltos hacia la Sagrada Hostia, la boca suficientemente abierta y la lengua un poco fuera de la boca reposando sobre el labio inferior”. San Pío X
“Hay que reprobar severamente la temeraria osadía de quienes introducen intencionadamente nuevas costumbres litúrgicas, o hacen renacer ritos ya desusados, y que no están de acuerdo con las leyes y rúbricas vigentes”. Pio XII:
“El tocar las Sagradas Especies, su distribución con las propias manos, es un privilegio de los ordenados” Juan Pablo II, Papa, nos decía en la Carta “Dominicae Cenae (24-Feb-80). Y para que nadie interpretase de otra forma estas palabras, tres meses después, ante las cámaras de la televisión francesa, negaba la Comunión en la mano a la esposa del Primer Ministro, Giscard DÉstaing. El mismo año, declaró en Fulda (Alemania) que no estaba de acuerdo con el Documento que autorizaba en este País dicha forma de Comulgar. (Cfr. “Vox Fidei”, n.10-1981; “Chiesa Viva”, n.112; “Sol de Fátima”, n.82). Y debido al revuelo que estos hechos tomaron durante una Santa Misa en el Vaticano entregó la comunión en la mano para escandalizar a los sacerdotes ahí presentes quienes vieron –en su Papa- que dicha forma no era digna de un sacerdote.
¿Qué nos dicen -y qué callan- los defensores y promotores de la comunión en la mano?
Los defensores de la comunión en la mano afirman que existen “abundantes textos” que los Santos Padres y teólogos medievales dedican al tema de la comunión en la mano pero al único al que siempre mencionan es a San Cirilo de Jerusalén.
Ciertamente, el único santo de quien se tiene conocimiento haya dejado algo indicado sobre la comunión en la mano es San Cirilo de Jerusalén, que predicaba -en el año 300 d.c.- a los nuevos cristianos“cuando te acerques a comulgar, haz con tu mano derecha un trono a tu mano izquierda que recibirá al Rey. En el hueco de la mano recibe el cuerpo de Cristo, y responde Amén. Después consúmelo, teniendo cuidado de no perder nada de Él.”
Pero lo que no dicen los defensores de la comunión en la mano es que San Cirilo de Jerusalén les hablaba en este texto -directa y exclusivamente- a los bárbaros convertidos al cristianismo, gente que provenía de las Galias, Britania, Germania y Siria, guerreros por excelencia, con comportamientos salvajes a tal grado que eran considerados barbáricos para la sociedad de su época.
Si pudiéramos definir a un bárbaro de ese tiempo, recientemente converso al cristianismo, veríamos a un hombre enorme, fornido, de cabellera y barba largas y desaliñadas, sucio, con un hacha de hierro a la derecha y su lanza a la izquierda, con tradiciones detestables, aberrantes y dignas de ser erradicadas, que no sabían comer, que hasta hacía poco tiempo no dejaba bicho viviente por donde pasaba con su tribu, violando y matando, y que todo lo que importaba era la juerga bruta -en a cuanto comida y bebida se trataba- y el salvajismo a ejemplo de sus padres y abuelos. ¿Se imaginan ustedes a este hombre santo tratando de educar en la fe a un gran grupo de bárbaros? Los romanos les tenían miedo a los bárbaros, todo el mundo les temía a los bárbaros pero San Cirilo de Jerusalén les enseñaba, de esta manera, a comulgar sin dejar caer ninguna partícula de la Sagrada Eucaristía. ¿se imaginan eso?
Y si pues, así lo hacía, en la mano, porque ellos eran bárbaros, bebían en exceso y no sabían comer, y el santo, temeroso de Dios, le tenía miedo al sacrilegio que pudiera cometerse si se dejaba caer el Cuerpo de Cristo. En castellano, los bárbaros no sabían meterse algo en la boca sin que se cayera al suelo, lo cual -dado nuestro grado de educación-no es nuestro caso.
¿Qué nos dice Jesucristo?
En el libro LA PASIÓN de las revelaciones de Jesús a Catalina Rivas, Nuestro Señor le dice (léase página 21): “No son ni 10 ni 20 los verdugos que destrozan Mi Cuerpo; son muchísimas las manos que lastiman Mi Cuerpo, recibiendo la comunión en la mano— el trabajo sacrílego de Satanás.”
Como verán los defensores de la comunión en la mano Nuestro Señor no se siente dichoso de ser flagelado nuevamente por ustedes, ni gustoso de ser recibido en la cuna que sus manos les hacen cuando “pones tu mano izquierda sobre la palma de tu mano derecha a la altura del corazón”, donde algunos incluso afirman que lo aman y lo arrullan, antes de recibirlo en el corazón. Estas son algunas excusas que rayan en lo ridículo, pero que realmente se creen los católicos para acallar sus conciencias y no escuchar esa voz interna que les dice que eso que hacen está mal.
Reparación por las ofensas con que es ofendido el Santísimo Sacramento.
En Fátima, en el año 1916, el Ángel de la Paz enseña a los pastorcitos -en su tercera aparición- una oración de reparación:
“Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, te adoro profundamente y te ofrezco el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo, presente en todos los Sagrarios del mundo, en reparación por los ultrajes, sacrilegios e indiferencias con que El mismo es ofendido. Y por los méritos infinitos de su Sagrado Corazón y del Corazón Inmaculado de María te pido la conversión de los pobres pecadores”.
La Santísima Virgen en sus mensaje al Padre Gobbi le dice “Pero están sobre todo los sacrilegios que forman hoy, en torno a mi Corazón Inmaculado, una dolorosa corona de espinas. En estos tiempos ¡cuántas comuniones y cuántos sacrilegios se cometen! Se puede decir que hoy ya no hay una celebración eucarística en la que no se hagan comuniones sacrílegas. ¡Si viérais con mis propios ojos cuán grande es esta plaga, que ha contaminado a toda la Iglesia y la paraliza, la detiene, la hace impura y tan enferma! Si vierais con mis ojos, también vosotros derramaríais Conmigo lágrimas copiosas.”
Si la Santísima Virgen ya nos advirtió de la cantidad de sacrilegios que se ven al interior de la Iglesia, entonces hagamos como Ella nos ha pedido: oración, reparación y penitencia.
Pidamos en nuestras oraciones por la conversión de los sacerdotes que entregan la comunión en la mano y también la de los fieles que reciben la comunión en la mano y difunden este sacrilegio haciendo pecar a otros.
Hagamos reparación con horas de adoración eucarística y ofrezcamos nuestras comuniones en reparación de todos los sacrilegios que se cometen a diario dentro de la Iglesia.
Finalmente, hagamos pequeñas penitencias, privémonos de algunos gustos nosotros durante un tiempo -que puede ser corto- y ofrezcamos ese pequeño sacrificio por la conversión de quienes cometen blasfemias y sacrilegios contra la Sagrada Eucaristía.
Los Sacerdotes tienen la obligación de enseñar a los fieles la reverencia debida a la Sagrada Eucaristía.
Existen sacerdotes que, debido a esta mala práctica, antes de iniciar la distribución de la Sagrada Eucaristía, explican a todos los asistentes a la Santa Misa que la reverencia debida al Santísimo Sacramento es absolutamente necesaria como una muestra de respeto y adoración al Señor, y que todos los que deseen comulgar la tendrán que hacer. También es necesario que el sacerdote indique cómo formar la fila para la comunión pues hoy en día los católicos no saben comportarse dentro la casa de Dios.
Cuando se llega al frente de la fila cada uno debe arrodillarse en el reclinatorio, y si no lo hay debe hacer una reverencia antes de comulgar. Todo católico debe saber sacar bien la lengua para que el sacerdote deposite sobre ella -sin tocarla- la Sagrada Eucaristía y esto debe ser recalcado sobre todo a algunas personas mayores que apenas abren la boca.
Está en manos de los sacerdotes explicar e instruir a los fieles para que el momento de la comunión no pierda su sentido y las Gracias sean recibidas y no desperdiciadas.
El 18 de Abril del 2008 el Cardenal Juan Luis Cipriani, Arzobispo de Lima, declaró al portal Petrus: “La dejadez de muchos sacerdotes ha ridiculizado el valor de la Eucaristía a los ojos de los católicos. Creo personalmente que el mejor modo de administrar la comunión es en la lengua, tanto que en mi diócesis he prohibido partículas en las manos. En las misas con gran afluencia de fieles hemos encontrado en el pasado partículas perdidas en el suelo de la iglesia”.
El 23 de agosto del 2008, en su homilía del Domingo XXI del Tiempo Ordinario el Cardenal Juan Luis Cipriani Thorne nos dice:
Queridos hermanos en Cristo Jesús: Las palabras del Evangelio nos traen a la memoria como Jesús, cuando les explicó y les dijo “Yo soy el Pan Vivo”, una palabra que nunca habían oído -habían escuchado hablar del pan que se come- ya empiezan a no entenderle. Y dice “El que come de este pan vivirá para siempre”. En la mente de los discípulos que lo escuchaban va surgiendo una duda, porque no entienden lo que les dice Jesús, hace falta la fe; y cuando finalmente Jesús les dice: “Vienen a mí los que mi Padre convoca”, en el fondo viene a decir que es Dios quien toma la iniciativa en tu vida. Ya esto les molestó y se empezaron a retirar; y entonces le pregunta a los discípulos: Ustedes, ¿también quieren retirarse? Y Pedro, -ya en ese momento destacando como esa piedra, como el Santo Padre, como la cabeza visible de la Iglesia- contesta: ¿A quien iremos, si tú tienes palabras de vida eterna?
Hoy mismo, el Papa Benedicto XVI ya decía: “Al mundo de hoy también le puede parecer que este lenguaje de Cristo, que dice: “Este es mi Cuerpo, verdadera comida para la vida eterna, el que me come habita en mí”, estas palabras –dice el Papa- ¿Quién puede escucharlo?, y dice, sin embargo, Jesús no suaviza esas afirmaciones, sino que también le dice a los apóstoles “Ustedes, ¿también quieren irse?”. Esta pregunta provocadora, no sólo se dirige a los discípulos que en ese momento escuchaban, sino que alcanza a los creyentes y a los hombres de todas las épocas. También hoy muchos se escandalizan ante la enseñanza de la fe cristiana”. Y pregunta el Papa: “¿Hay que adaptar su palabra a los tiempos, o son los tiempos que deben reconocer la palabra de Dios? Dice, es fácil una primera adhesión entusiasta, pero toda la vida ser fiel, ya no solamente cuando me gusta o cuando la necesito, sino siempre. Ahí está ese gran desafío del tiempo actual: ¿También vosotros quieren marcharse?”.
Queridos hermanos y hermanas, nosotros también debemos repetir esa respuesta de Cristo: ¿A dónde vamos a ir, si tú tienes palabras de vida eterna?, y nosotros creemos que tú eres el Santo de Dios.
Por eso, hermanos, cuando se habla de la Eucaristía, también debemos tener una manera de mostrar nuestro amor, nuestra adoración, nuestro respeto. Les enseño para que aprendamos, la comunión eucarística ¡se recibe en la boca!
Hace unos años, la Santa Sede dio un permiso para que en algunos lugares se pudiera recibir en la mano cuando el obispo lo concede; pero ahora me pregunto: ¿Todos recordamos esa enseñanza? La comunión, nos enseña la Iglesia, el Santo Padre en San Pedro lo hace, se recibe en la boca, para evitar el uso de la mano sucia en contacto con el Cuerpo de Cristo; y el sacerdote que toca el cuerpo de Cristo se lava las manos, se purifica después de la misa, para evitar que el Cuerpo de Cristo vaya a otras manos que saluda o a otras cosas.
Quiero recordarles de manera clara la enseñanza de la Iglesia universal, que la comunión eucarística se recibe en la boca, en esta Arquidiócesis todavía hay el permiso, digo todavía, porque cada vez más le estoy pidiendo a los sacerdotes y religiosos que ese respeto visible al Cuerpo de Cristo se manifieste, y que no se esté entregando el cuerpo de Cristo como quien reparte unos papeles ¡No!
Y hay que hacer una señal de respeto, que también nos dice la Iglesia, puede ser una inclinación de cabeza; pero también les digo, en muchos lugares, durante muchos siglos, el respeto se manifestó recibiendo el Cuerpo de Cristo, de rodillas. Y en todas las Iglesias del mundo habían pequeños reclinatorios, donde la gente se acercaba y recibía de rodillas el Cuerpo de Cristo. Esto no ha pasado, sigue vigente.
Por eso, en esta Basílica Catedral, siguiendo el ejemplo del Papa; el Papa en la Basílica de San Pedro ha puesto unos reclinatorios para poder comulgar de rodillas, ¡en la boca! Si el representante de Cristo nos da esa lección de amor, ¿no vamos a obedecer sus hijos?
Cuando los apóstoles escucharon que su cuerpo era el Pan Vivo, de entrada hubo una confusión, una duda. Creo que es hora que recuperemos ese amor a la Eucaristía, recibiendo a Jesús con el cuerpo y el alma limpios, en gracia de Dios, que se utilice esa pequeña bandeja por si alguna partecita de la hostia se desprende y no caiga al suelo. Esa urbanidad, esa buena educación de la piedad, de respeto, de adoración al Cuerpo de Cristo, debemos ir poniéndola en práctica, enseñándola desde los niños hasta los más ancianos.
Lo normal, lo que la Iglesia prescribe es que la comunión es en la boca; y por excepción ¡con permiso! se puede dar en la mano.
Hermanos, uno pensará, esto que tiene que ver. Se puede respetar de pie, de rodillas, en la mano, en la boca. En el lenguaje humano, cuando uno conoce y quiere a una persona, tiene una manera de tratarla, de recibirla, de saludarla; cuando uno quiere mal a una persona también tiene una manera de tratarla un poco mal. Yo creo que a Jesús, también nos ayuda a todos ¡ver!, como el ponernos de rodillas es señal de humildad; de recibirlo en la boca, una señal de respeto ante la grandeza del cuerpo que estoy recibiendo. Y todo eso con un gran cariño a la Iglesia, sin ninguna discusión, sino simplemente como una muestra, una educación.
Creo hermanos, que también hay que tener una buena educación con el Cuerpo de Cristo. Si Él me dice “El que me come, habita en mí, y yo en él”, pues, abramos con confianza el corazón a Cristo, dejemos que nos conquiste.
Como decía el Santo Cura de Ars “Que nuestra única felicidad en este tierra consista en amar a Dios y saber que Él nos ama”.
Que María con su humildad nos enseñe a tratar con más respeto al Señor cuando nos acercamos a recibir el Cuerpo de Cristo. Así sea.
En su programa radial sabatino “Diálogos de Fe“, el Cardenal Juan Luis Cipriani siempre ha defendido el respeto por nuestra fe, los valores cristianos, la defensa de la vida y la familia, y lo hace denunciando públicamente el aborto, la cultura de muerte, las uniones homosexuales, los antivalores y errores de nuestra sociedad.
El Arzobispo de Lima Juan Luis Cipriani ha convertido a Lima en una “Ciudad Eucarística” con más 70 capillas creadas especialmente para la adoración al Santísimo, varias de ellas en edificios públicos donde muchos fieles detienen sus labores diarias para orar y nos ha dicho: “Lima es una ciudad Eucarística con más de 70 capillas de Adoración al Santísimo, lugar donde está expuesto el Señor y al que tu puedes saludar, porque él te escucha y te ayuda. Hay que adorarlo y dejar que tu corazón se llene de gozo y de la belleza de su sabiduría”.
El cardenal Juan Luis Cipriani, como Arzobispo de Lima, siempre recomienda a los fieles de su Arquidiócesis que comulguen de rodillas y en la boca, no de pie y tomando la hostia con la mano. Y también lo hace durante muchas de sus homilías, para recordarles in situ a los fieles que están en presencia de Dios y el respeto que le deben. El cardenal ha dicho en reiteradas ocasiones que la manera más solemne y recomendada de recibir la Comunión es de rodillas y en la boca. Y los fieles le hacen caso, porque aquellos que participande la Santa Misa en la Catedral siempre reciben la comunión bajo estas indicaciones.
No solo nos dice la manera recomendada de comulgar sino que siempre aclara que él no aconseja la forma actualizada de comulgar, en la que el fiel puede tomar la hostia con su propia mano y permanecer de pie ante el oficiante.
“El modo más respetuoso de recibir la Eucaristía es de rodillas y en la boca. Hay que recuperar el respeto y reverencia que merece la Eucaristía, porque el amor a Jesús es el centro de nuestra vida cristiana, te juegas el alma” nos ha dicho.
En el Primer Congreso Eucarístico y Mariano celebrado en Lima, Perú, en el mes de Junio del 2010 con ocasión del Corpus Christi, el Cardenal Juan Luis Cipriani prohibió la entrega de la Sagrada Eucaristía en la mano y ordenó a todos los cientos de sacerdotes ahí reunidos a entregar la Sagrada Eucaristía en la boca a todos los asistentes.
El Himno compuesto para este Primer Congreso Eucarístico y Mariano celebrado en Lima en el año 2010, nos habla precisamente de la Sagrada Eucaristía y del privilegio exclusivo de los sacerdotes al poder consagrarla y entregarla.
Les comparto la letra, el audio y el video para que lo escuchen
“Divino Manjar”
Letra y música:
José Egúsquiza,
Miguel Ángel Vassallo
Martín Portugal
1. Son tu Cuerpo y tu Sangre, Señor,
maravilla y prodigio de amor.
Alimento del alma, riqueza sin par,
divino majar (bis).
CORO EUCARISTÍA, DIVINO ALIMENTO, CELESTIAL SUSTENTO PARA CAMINAR. EUCARISTÍA, DIVINO ALIMENTO, DON DEL CIELO PARA EL MUNDO ENTERO. SACRAMENTO, DIVINO MANJAR.
2. Anunciamos tu muerte, Señor,
proclamamos tu resurrección.
De tu altar recibimos la fuerza,
el valor para la Misión (bis)
3. Sacerdotes, ministros de luz,
consagrados por Cristo Jesús.
A sus manos desciendes al oír su voz,
Cordero de Dios (bis).
4. En tu seno Jesús se encarnó,
Oh, María, Sagrario de Dios.
Pura, Llena de Gracia, Madre Virginal,
Reina Celestial (bis).
En el año 2011, en Lima – Perú, un grupo de personas le entregó una lista de firmas al Cardenal Juan Luis Cipriani con la petición de que, a consecuencia de la Gripe A H1N1 y para evitar contagios, se hiciera obligatorio el entregar la comunión en la mano. Como respuesta a esta petición el Cardenal Cipriani colocó el reclinatorio de forma permanente en las misas que se celebran en la Catedral de Lima y entrega la Sagrada Eucaristía en la boca y de rodillas, y ha prohibido entregar la Eucaristía en la mano dentro de su Diócesis.
Hoy en día, gracias a la revelación de muchos santos de la Iglesia sabemos qué sucede en lo sobrenatural durante la Santa Misa, lo que muchos santos veían durante el momento de la Consagración: el sacrificio incruento de Cristo en la Cruz, que muchos hoy en día se morirían de miedo si Dios les permitiera verlo.
Y aún cuando los católicos sabemos y creemos lo que realmente sucede en la Santa Misa a muchos católicos no les importa estirar las manos para tocar sacrílegamente la Sagrada Eucaristía, sabiendo que es Sangre y Cuerpo de Cristo. El día que Dios permita que vean su sacrílega comunión en la mano, como se ve en los MILAGROS EUCARÍSTICOS: SANGRE y CARNE de Cristo, se mueren in sito del susto.
Tenemos que volver a pensar en lo sobrenatural, que sucede, aunque no lo podamos ver con nuestros ojos.
A nadie le importa hoy en día las Gracias que se desperdician en este momento sagrado de la Santa Misa, que está hecho precisamente para hacernos santos. Los católicos hoy en día quieren ser santos sin hacer el esfuerzo que hicieron los santos.
Que Dios les conceda fortaleza a todos los defensores de la Sagrada Eucaristía, la conversión a los que cometen y difunden los sacrilegios a manera de plaga (como lo ha llamado la Santísima Virgen) dentro de la Iglesia y las Gracias que necesiten a todos.
Karla Rouillon Gallangos
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ROSTRO DE CRISTO EN LA EUCARISTIA EN COAHUILA, MÉXICO
El 27 de diciembre del 2008 en Piedras Negras, Coahuila, México apareció una iluminación que reflejaba el rostro de Jesucristo, la cual quedó plasmada en una fotografía tomada durante la consagración de la Sagrada Eucaristía en la Santa Misa.
No se le puede considerar un milagro eucarístico puesto que no hubo alteración alguna de la materia de la Sagrada Eucaristía, pero si es considerado por muchos fieles una manifestación del amor de Cristo que se hace presente en la Eucaristía.
Se puede apreciar claramente el rostro de Cristo en la Hostia al momento de la Consagración.
El mundo moderno siempre le pone nombre a este tipo de hechos, que para muchos no es más que un fenómeno psicológico de percepción que se produce en nuestro cerebro, llamado pareidolia; sin embargo, no debemos acallar la voz de nuestra fe, pues Dios se ha manifestado de muchas diversas maneras a o largo de siglos para que “vean los que no creen”.
No debemos esperar a que Dios realice milagros eucarísticos para creer en Su presencia en la Sagrada Eucaristía, recuerden que es “creer para ver”.
Te invitamos a conocer los MILAGROS EUCARÍSTICOS que se han dado alrededor del mundo.
Que Dios les conceda a todos las Gracias que necesiten.
Karla Rouillon Gallangos
–/–
LO QUE DEBES SABER:
Nos han quitado los reclinatorios y no hemos hecho nada.
Nos imponen la sacrílega comunión en la mano y no hacemos nada.
La comunión en la mano se regula por una excepción dada por la diócesis, según el juicio del obispo respectivo. La comunión en la boca siempre ha sido y sigue siendo ley de la Iglesia y por tanto no debe ser considerada desechada por los católicos como forma válida de recibir la comunión.
La Santa Iglesia -en su sabiduría- ha dejado indicado en la excepción que regula la comunión en la mano que es “solo para el fiel que lo desea”, lo que significa que nadie, ni sacerdote, ni párroco, nadie puede obligarte a recibir la comunión en la mano.
La obediencia se debe siempre y cuando lo que se mande no sea pecado.
Si cedes a las presiones, estiras las manos y recibes la comunión en la mano es porque tú lo quieres así y, por tanto, tu responsabilidad, tu pecado, tus consecuencias.
Cuando veas al sacerdote negarte la comunión en la boca y querer que la recibas en la mano pregúntate si por ese sacerdote vale la pena ofender a Dios y cometer sacrilegio.
Toma la decisión correcta, no vaya a ser que estés siendo probado por Dios. Recuerda que todo te es lícito, pero no todo te edifica.
La comunión en la mano es el trabajo sacrílego perfecto de Satanás. Los católicos hoy en día blasfeman contra la Sagrada Eucaristía cuando dicen y consienten la idea de que “les da asco que les contagien una enfermedad con la saliva de otro fiel por comulgar en la boca” y luego cometen sacrilegio contra la Sagrada Eucaristía al recibirla en las manos, y con estos pecados se comen su propia condenación.
Por favor, por amor a Jesús, no se queden callados y luchen contra la sacrílega comunión en la mano… es Jesús ahí presente y no, no está dichoso de ser flagelado otra vez por ti recibiéndolo en las manos… ¡NO RECIBAS A JESÚS EN LA MANO!
Y recuerda que si en tu parroquia no cambian las cosas, siempre puedes cambiar tú de parroquia.
Que Dios bendiga a todos los que luchan contra la sacrílega comunión en la mano.
Recuerda que los demonios son RESPONSABLES del pecado pero tú eres CULPABLE por no haber resistido la tentación y por ofender a Dios con el pecado. ¡Confiésate bien!
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Jesús, Tú te haces nuestro ¿cómo y por qué?
Nos atraes hacia Ti presente,
presente de una forma misteriosa, si,
pero no más misteriosa que la del pensamiento
presente en la voz,
y la voz presente en el ánimo del auditorio;
única en sí y tan multiplicada
cuántos son los presentes que la oyen.
Presente, como el singular peregrino de Emaús,
que alcanza, se acerca, acompaña,
adoctrina y conforta a los desconsolados viandantes en el atardecer
de las esperanzas perdidas.
Presente en el silencio y en la pasividad de los signos sacramentales,
como si quisieras a un tiempo ocultar y revelar todo Tu Ser
de modo que sólo el que cree comprende,
y aun tiempo poner el abrigo y ofrecer todo Su Ser
de modo que sólo el que ama pueda recibir de verdad.
Hacia ti nos atraes, paciente.
Paciente en la oblación de Tu Ser por la salvación de los demás
para alimento de los demás;
Paciente al simbolizar Tu Cuerpo separado de la Sangre,
es decir, como víctima inmolada y desangrada;
Paciente hasta la media extrema del dolor, de la deshonra, del abandono,
de la angustia y finalmente de la muerte,
para que en la medida de la pena se revelara el grado de la culpa y del amor,
de la culpa humana y de Tu Amor.
S.S. PABLO VI
Descarga el libro LA SANTA MISA de Catalina Rivas para que conozcas mejor lo que sucede mientras estamos ahí.
En este enlace Catalina Rivas nos habla sobre las revelaciones de lo que sucede en LA SANTA MISA en video desde YOUTUBE.
LO QUE DEBES SABER:
Nos han quitado los reclinatorios y no hemos hecho nada.
Nos imponen la sacrílega comunión en la mano y no hacemos nada.
La comunión en la mano se regula por una excepción dada por la diócesis, según el juicio del obispo respectivo. La comunión en la boca siempre ha sido y sigue siendo ley de la Iglesia y por tanto no debe ser considerada desechada por los católicos como forma válida de recibir la comunión.
La Santa Iglesia -en su sabiduría- ha dejado indicado en la excepción que regula la comunión en la mano que es “solo para el fiel que lo desea”, lo que significa que nadie, ni sacerdote, ni párroco, nadie puede obligarte a recibir la comunión en la mano.
La obediencia se debe siempre y cuando lo que se mande no sea pecado.
Si cedes a las presiones, estiras las manos y recibes la comunión en la mano es porque tú lo quieres así y, por tanto, tu responsabilidad, tu pecado, tus consecuencias.
Cuando veas al sacerdote negarte la comunión en la boca y querer que la recibas en la mano pregúntate si por ese sacerdote vale la pena ofender a Dios y cometer sacrilegio.
Toma la decisión correcta, no vaya a ser que estés siendo probado por Dios. Recuerda que todo te es lícito, pero no todo te edifica.
La comunión en la mano es el trabajo sacrílego perfecto de Satanás. Los católicos hoy en día blasfeman contra la Sagrada Eucaristía cuando dicen y consienten la idea de que “les da asco que les contagien una enfermedad con la saliva de otro fiel por comulgar en la boca” y luego cometen sacrilegio contra la Sagrada Eucaristía al recibirla en las manos, y con estos pecados se comen su propia condenación.
Por favor, por amor a Jesús, no se queden callados y luchen contra la sacrílega comunión en la mano… es Jesús ahí presente y no, no está dichoso de ser flagelado otra vez por ti recibiéndolo en las manos… ¡NO RECIBAS A JESÚS EN LA MANO!
Y recuerda que si en tu parroquia no cambian las cosas, siempre puedes cambiar tú de parroquia.
Que Dios bendiga a todos los que luchan contra la sacrílega comunión en la mano.