30 DÍAS CON MARÍA
DÍA 01
Madre de misericordia, Maestra del sacrificio escondido y silencioso, a Ti, que sales al encuentro de nosotros, los pecadores, te consagramos en este día todo nuestro ser y todo nuestro amor.
Te consagramos también nuestra vida, nuestros trabajos, nuestras alegrías, nuestras enfermedades y nuestros dolores.
Da la paz, la justicia y la prosperidad a nuestros pueblos, ya que todo lo que tenemos y somos lo ponemos bajo tu cuidado, Señora y Madre nuestra. Amén.
DÍA 02
Señora mía, te amo y quisiera amarte más de lo que te han amado los santos de Ti más enamorados.
Quisiera, si en mí estuviese, hacer conocer a todos los que te ignoran, cuán digna eres de ser amada, para que todos te amasen y venerasen.
Amada Madre mía, recibe mis afectos, y no permitas que un siervo que te ama, vaya a ser por el pecado enemigo del Dios que tanto quieres. Amén.
DÍA 03
Te agradezco, Madre mía, tantos bienes que me has regalado. Reina mía, ¡de cuántos peligros me has librado! ¡Cuántas luces y misericordias me has alcanzado de Dios! ¿Qué atenciones o qué beneficios has recibido de mí, para que así te empeñes en favorecerme? Sólo tu bondad es lo que te mueve.
Aunque diera por Ti mi sangre y mi vida, sería muy poco para lo que te debo, a Ti que me has librado de eterna muerte y por Ti he recobrado la gracia de Dios, como confío. Amén.
DÍA 04
Oh Virgen María, Salud de los enfermos, que has acompañado a Jesús en el camino del Calvario y has permanecido junto a la cruz en la que moría tu Hijo, participando íntimamente de sus dolores, acoge nuestros sufrimientos y únelos a los de Él.
Quédate junto a nosotros en el momento de la prueba y ayúdanos a repetir cada día contigo nuestro “sí”, seguros de que Dios sabe sacar de todo mal, un bien más grande. Amén.
DÍA 05
Oh Santísima Virgen María, a tu Corazón Inmaculado consagro hoy mi hogar y en especial a mis hijos. Vela maternalmente sobre ellos. Ayúdales a vivir cristianamente. Cúbrelos con tu protección.
Aleja de ellos todos los peligros de alma y cuerpo. Que sean modelo de virtud, de amor, de honestidad y de caridad.
Que nunca se apague en ellos la devoción a Ti y a tu Divino Hijo. ¡Oh bondadosa Virgen y Madre!, dígnate formar de nuevo este hogar en el cielo, ya que en la tierra pertenece por entero a tu Hijo Jesús. Amén.
DÍA 06
Virgen excelsa, ya sé que tú, siendo la Reina del Universo, eres también mi Reina. Por eso, de manera muy especial, me quiero dedicar a tu servicio, para que dispongas de mí como te agrade.
Te diré con San Buenaventura: Señora, me pongo bajo tu servicio para que del todo me moldees y dirijas. No me abandones a mí mismo; gobiérname tú, Reina mía. Corrígeme si no te obedeciera, porque serán para mí muy saludables los avisos que vengan de tu mano. Amén.
DÍA 07
Madre nuestra, te suplicamos que nos concedas un amor muy grande a todos los santos Sacramentos, que son como las huellas que tu Hijo nos dejó en la tierra.
Así, Madre Santísima, con la paz de Dios en la conciencia, con nuestros corazones libres de mal y de odios, podremos llevar a todos la verdadera alegría y la verdadera paz, que vienen de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo. Amén.
DÍA 08
¡Virgen María! Sé para nosotros roca de valentía y fidelidad, humilde joven de Nazaret, gloriosa Reina del mundo. Ofrece nuestra oración al Verbo de Dios que, convirtiéndose en Hijo tuyo, se hizo hermano nuestro.
Que gracias a tu valiosísima intercesión, todo el pueblo de Dios y en particular nuestra amada Iglesia Católica, “reme mar adentro” hacia la santidad, que constituye la condición decisiva para todo apostolado fecundo. Madre de misericordia y de paz, Inmaculada Madre de Dios, ¡ruega por nosotros! Amén.
DÍA 09
Te amo, Madre mía, y quisiera un gran corazón que te amara por todos los que no te aman.
Quisiera una lengua que pudiera alabarte por mil que no te alaban, y mostrar al mundo tu grandeza, tu santidad, tu pureza, tu misericordia y el amor con que amas a los que te quieren.
Quisiera en fin, si falta hiciera, dar por Ti y por tu gloria, hasta la vida. Amén.
DÍA 10
¡Oh Virgen María!, a Ti encomendamos a los jóvenes llamados a seguir más de cerca de tu Hijo.
Tú conoces cuántas dificultades tienen ellos que afrontar, cuántas luchas, cuántos obstáculos.
Ayúdalos para que también ellos pronuncien su “sí” a la llamada divina, como tú hiciste a la invitación del Ángel Gabriel.
Atráelos a tu corazón, para que puedan comprender contigo la hermosura y la alegría que les espera. Amén.
DÍA 11
Amada Señora, toda mi dicha la espero de tu intercesión. Tú me has de librar de mis pecados; tú me obtendrás la perseverancia; tú me has de asistir en la hora de la muerte; tú me has de librar del purgatorio; tú, en fin, me has de conducir al paraíso.
Todo esto han esperado de Ti los que te aman, y ninguno se ha visto defraudado.
Lo mismo espero yo, ya que te amo con todo el corazón, y sobre todas las cosas después de Dios. Amén.
DÍA 12
Auxiliadora de los cristianos y refugio de los pecadores.
A Ti acudo en busca de auxilio; ayúdame, Madre mía, y no digas que no puedes ampararme, pues bien sé que eres poderosa y obtienes de Dios lo que deseas.
Si me dices que no puedes protegerme, dime al menos a quién debo acudir para ser socorrido en mi desgracia y dónde poder refugiarme o en quién pueda con seguridad confiar. Amén.
DÍA 13
Virgen Santísima, que sin dudar te has ofrecido al Omnipotente para la actuación de su designio de salvación, intercede para que entre nosotros haya siempre pastores celosos, que guíen al pueblo cristiano por el camino de la vida, y almas consagradas que sepan testimoniar en la castidad, en la pobreza y en la obediencia, la presencia liberadora de tu Hijo resucitado. Amén.
DÍA 14
¡Oh Virgen de Nazaret! El “sí” que pronunciaste en tu juventud marcó tu existencia y llegó a ser grande como tu misma vida. ¡Oh, Madre de Jesús!, en tu “sí” libre y gozoso, y en tu fe activa, muchas generaciones y muchos educadores han encontrado inspiración y fuerza para acoger la palabra de Dios y para cumplir su voluntad. ¡Oh, Maestra de vida!, enseña a los jóvenes a pronunciar el “sí” que da significado a la existencia y hace descubrir el nombre escondido por Dios en el corazón de cada persona. Amén.
DÍA 15
María, Reina de los Corazones, me pongo en tus manos. Dime qué he de hacer y dame fuerzas para cumplirlo, al tiempo que propongo hacer todo lo posible para conservar la gracia de Dios.
Me refugio bajo tu manto. Jesús quiere que yo recurra a Ti, que eres su Madre, para que por tu gloria y Su gloria, no sólo Su sangre, sino también Sus plegarias, me ayuden a salvarme. Él me manda a Ti para que me socorras. Amén.
DÍA 16
¡Oh, Sagrada Familia de Nazareth!, comunidad de amor entre Jesús, María y José, modelo e ideal de toda familia cristiana, a Ti confiamos nuestras familias.
Abre el corazón de cada hogar a la fe, a la acogida de la palabra de Dios, al testimonio cristiano, para que llegue a ser manantial de nuevas y santas vocaciones.
Dispón el corazón de los padres para que, con caridad solícita, atención prudente y piedad amorosa, sean para sus hijos guías seguros hacia los bienes espirituales y eternos. Amén.
DÍA 17
Sagrada Familia de Nazaret, haz que todos nosotros, contemplando e imitando la oración asidua, la obediencia generosa, la pobreza digna y la pureza virginal vividas en Ti, nos dispongamos a cumplir la voluntad de Dios, y a acompañar con prudente delicadeza a cuantos de entre nosotros sean llamados a seguir más de cerca al Señor Jesús. Suscita en el alma de los jóvenes una conciencia recta y una voluntad libre, para que, creciendo en sabiduría, edad y gracia, acojan generosamente el don de la vocación divina. Amén.
DÍA 18
¡Oh Dios, de quien procede toda paternidad en el Cielo y en la Tierra. Padre, que eres amor y vida, haz que cada familia humana sobre la Tierra se convierta, por medio de Tu Hijo Jesucristo, nacido de mujer y del Espíritu Santo, fuente de caridad divina, en verdadero santuario de la vida y del amor para las generaciones que siempre se renuevan.
Haz que tu gracia, guíe los pensamientos y las obras de los esposos hacia el bien de sus familias y de todas las familias del mundo. Amén.
DÍA 19
No me abandones, Madre y esperanza mía, como lo merezco. Conozcan cielo y tierra, que el protegido por Ti jamás se pierde.
Olvídense todos de mí, con tal que de mí no te olvides, Madre de Dios omnipotente.
Dile a Dios que tú eres mi madre y me salvaré. Yo me fío de Ti, María; en esta esperanza vivo y en ella espero morir diciendo: “Jesús es mi única esperanza, y tú, después de Jesús, Virgen María”. Amén.
DÍA 20
¡María Santísima! Hoy quiero consagrarme a Ti, consagrarte mi familia, y de manera especial, mi querida patria peruana, a tu Inmaculado Corazón.
Madre de amor y de misericordia, haz de nuestra Nación la morada perfecta para que reine tu Inmaculado Corazón, a fin de que, a través del amor maternal que en él reside, encontremos la paz, la unidad y la conversión que tanto necesitamos.
No nos desampares Reina de Perú. Amén.
DÍA 21
Señora mía, no te pido ni honores ni riquezas; te pido la gracia de Dios, el amor a tu Hijo, el cumplir su santa voluntad y el paraíso para amarlo eternamente.
¿Será posible que no me ayudes? No, pues ya me ayudas como espero, rezas por mí, me otorgas lo que pido y me aceptas bajo tu protección.
No me dejes, Madre mía; sigue rezando por mí hasta que me veas salvo a tus pies en el Cielo, bendiciéndote y dándote gracias siempre. Amén.
DÍA 22
¡Oh Virgen María, esperanza y aurora de la salvación para todo el mundo!, vuelve benigna tu mirada maternal hacia todos nosotros, reunidos aquí para celebrar y proclamar tus glorias.
¡Oh Virgen fiel, que fuiste siempre solícita y dispuesta a recibir, conservar y meditar la Palabra de Dios!, haz que también nosotros, en medio de las dramáticas vicisitudes de la historia, sepamos mantener siempre intacta nuestra fe cristiana, tesoro preciado transmitido por nuestros padres. Amén.
DÍA 23
¡Reina del cielo y de la tierra! ¡Madre del soberano Señor del Universo! ¡Criatura la más sublime, excelsa y amable!.
Es verdad que muchos ni te conocen ni te aman, pero miríadas de ángeles y santos en el cielo te aman y no cesan de cantar tus alabanzas; y aún en la tierra ¡cuántos felizmente se consumen en tu amor, y andan de tu bondad enamorados!.
¡Ojalá te amara yo también, mi amable Señora! Amén.
DÍA 24
Excelsa Madre de Dios: Habla, Señora, que tu hijo escucha y lo que pides conseguirás. Habla, María, abogada nuestra, a favor de nosotros, desdichados.
Recuerda que por nuestro bien has recibido tanto poder y dignidad. Dios ha querido hacerse tu deudor, recibiendo de Ti su ser humano, para que puedas, a tu arbitrio, dispensar misericordia a favor nuestro.
Soy tu siervo, y entre los mejores quisiera yo encontrarme. Amén.
DÍA 25
Madre nuestra, alcánzanos verdadera enmienda de corazón y el amor de Dios, la perseverancia y el paraíso.
Te pedimos gracias enormes, pero ¿es que no puedes conseguirlo todo? ¿Son demasiadas para el amor que Dios te tiene?
Te basta desplegar los labios y rogar a tu Hijo que nada te niega.
Ruega, María, ruega por nosotros; ruega, que ciertamente serás oída, y nosotros ciertamente nos salvaremos. Amén.
DÍA 26
Madre del Salvador, has sido creada para salvar pecadores, y a mí me has sido otorgada para conseguirme la salvación.
María, salva al que a Ti recurre. Yo no merezco tu amor, pero el deseo que tienes de salvar a los perdidos, me hace tener confianza en que me amas.
Y si tú me quieres ¿cómo me voy a perder? María, mi libertadora, mi esperanza, mi Reina y mi Abogada.
Madre mía, yo te amo, y te quiero amar con todo el corazón y siempre. Así lo espero. Amén.
DÍA 27
¡Bienaventurada siempre Virgen María!, te encomendamos a los hombres y a las mujeres que habitan en la tierra.
Que, al seguir tu ejemplo, escuchen la palabra de Dios y tengan respeto y compasión por los demás, especialmente por los que son diversos de ellos.
Que, con un solo corazón y una sola mente, trabajen para que todo el mundo sea una verdadera casa para todos los pueblos de la tierra.
¡Dadnos el don maravilloso de la Paz! Amén.
DÍA 28
Virgen Santa, sublime criatura, desde esta tierra te saluda un pecador que merece castigos y no gracia, justicia en vez de misericordia.
Bien sé que te complaces en ser tanto más benigna, cuanto eres más grande; cuanto son más pobres los que a Ti recurren, tanto más te empeñas en protegerlos y salvarlos.
Tú eres, Madre mía, la que lloraste un día a tu Hijo muerto por mí. Ofrécele, te ruego, tus lágrimas a Dios, y por ellas, consígueme un verdadero dolor de mis pecados. Amén.
DÍA 29
¡Madre de Dios y Madre mía María! Yo no soy digno de pronunciar tu nombre; pero tú deseas y quieres mi salvación, me has de otorgar, aunque mi lengua no es pura, que pueda llamar en mi socorro tu santo y poderoso nombre, que es ayuda en la vida y salvación al morir.
¡Dulce Madre, María! Haz que tu nombre, de hoy en adelante, sea la respiración de mi vida. Amén.
DÍA 30
¡Oh Virgen poderosa, que con tu pie aplastas la cabeza de la serpiente!, haz que cumplamos, día tras día, nuestras promesas bautismales, con las que hemos renunciado a Satanás, a sus obras y seducciones, y sepamos dar al mundo un gozoso testimonio de esperanza cristiana.
¡Oh Virgen clemente, que siempre has abierto tu corazón maternal a las súplicas de la humanidad!, enséñanos a crecer, según las enseñanzas de tu Hijo, en la unidad y en la paz, para ser dignos hijos del único Padre Celestial, Amén.
DÍA 31
¡Madre del santo amor! ¡Vida, refugio y esperanza nuestra! Bien sabes que tu Hijo Jesucristo, además de ser nuestro abogado perpetuo ante su Eterno Padre, quiso también que tú fueras ante Él intercesora nuestra, para impetrarnos las divinas misericordias.
Ha dispuesto que tus plegarias ayuden a nuestra salvación; les ha otorgado tan gran eficacia, que obtienen de Él cuanto le piden. Amén.
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Edición peruana elaborada por los Asociación de Derecho Pontificio Heraldos del Evangelio y la Campaña Salvadme Reina por la Gracia de Jesús.
La edición colombiana de “30 días con María” tuvo el imprimátur del Excmo. Arzobispo de Bogotá y Primado de Colombia + Pedro Card. Rubiano Sáenz. Bogotá, 15 de Abril de 2009.
Imágenes: Karla Rouillon Gallangos
Si quieres incrementar tu devoción y amor por Santa María, Nuestra Madre del Cielo, te invitamos a conocer su SANTO ROSARIO
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