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¿Una película oscarizable antes de ser estrenada? Parecía imposible, o un burdo montaje comercial, pero los genios de Pixar-Disney han logrado eso y mucho más con esta maravilla cinematográfica que, dada la fecha de estreno en nuestro país, puede ser un buen regalo de aniversario patrio.

La repentina muerte de Heath Ledger (Guasón) hizo de la nueva entrega de Batman un estreno magnánimo que nos puso en el dilema de no saber si esperábamos al hombre murciélago o a ese payaso psicópata que encarna Ledger tan magistralmente que ya todos coinciden para darle un Oscar póstumo.

Will Smith se ha tomado a pecho ser el papel de ser el nuevo salvador del mundo. Primero lo vimos en el Día de la independencia, luego vino Yo robot, repitió el plato con Soy leyenda y ahora insiste con Hancock, esta figura de antihéroe que, aunque sea regordete, sucio y envuelto en alcohol, persigue lo mismo: salvar a la humanidad de sus infaltables archienemigos.

La competencia entre los grandes de la animación se amplifica. Frente a la aun no estrenada pero ya oscarizada Wall-E de Pixar, Dreamworks saca su principal carta, un proyecto acariciado cerca de diez años. Hablamos de Kung Fu Panda, un verdadero encanto que cuenta la historia de Po, un oso y mofletudo panda que sueña en convertirse en maestro de artes marciales. Aunque sus condiciones físicas y su torpeza se lo impiden, eso no es obstáculo si él cree en sí mismo. Ese es el mensaje claro y directo que trasmite no sólo a niños sino también a adultos.

Detesto las llamadas domingueras, mucho más cuando son casi de madrugada, vale decir, ocho o nueve a.m. A pesar de eso, hoy las recibí y no sólo en la mañana sino todo el día. ¿El motivo? me llamaron para saludarme por el Día del Maestro. Ante las felicitaciones y edulcoradas palabras, sólo me limitaba a asentir para cortar pronto la llamada, ya sea para seguir durmiendo, en la mañana; y en la tarde, también para seguir durmiendo.

La página central del diario La República del día de hoy está dedicado a hurgar sobre la blogosfera arequipeña. La iniciativa es del periodista Christian Ticona quien hace una aproximación acerca de este nuevo fenómeno, producto de la sociedad infocomunicacional que nos está tocando vivir, y de la cual nuestra ciudad no se escapa.

Parecía que la mesa estaba servida: una gran comedia que satirizaba a los espías, agentes y todo lo que construyó la guerra fría sesentera; un actor (Steve Carrell) con todas las condiciones para interpretar a Maxwell Smart, una Anne Hathaway, divina ella, recordándonos a la 99, etc. Es decir, todos esperábamos una gran película, o mejor dicho, una gran comedia.