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Sólo porque fuimos invitados al avant premiere, es que nos animamos a ver esta película. ¿La razón?, pues sabíamos de antemano que era muy mala; es más, sabíamos que con esta cinta Sandra Bullock, la protagonista, ganó el Razzie (el Oscar a la peor actriz). Pero justamente ese es el atractivo, saber porqué la cinta es tan mala, al extremo de merecer una premiación.

Esta es la película del año, según la academia de artes cinematográficas. Fue la que arrasó con las estuatillas doradas en el reciente Oscar, muy por encima de otra favorita, Avatar que, curiosa coincidencia, ponía de rivales a dos directores que antes fueron esposos: Cameron y Bigelow. Como sabemos, ganó ella.

Tal como se informó la semana pasada, nuestra ciudad ingresa a la era de las películas tridimensionales con esta última imaginación de Dreamworks, que nos trae a una nueva hornada de héroes, entre los que destaca Hippo, un vikingo adolescente, hijo del jefe pero tímido y cobarde para afrontar el designio de su pueblo: acabar con los malignos dragones.

Por fin llegó la modernidad a las salas cinematográficas de nuestra ciudad. El Cine Planet inauguró el miércoles pasado su primera sala 3-D, poniéndose al nivel de las principales cines del mundo y permitiendo que el público disfrute del nuevo concepto de la industria del entretenimiento.

Después del documental que hiciera sobre los fabulosos Rolling Stones, Martin Scorcese regresa a la pantalla grande con este thriller psicológico que, basado en la novela de Dennis Lehane, roza la frontera de lo terrorífico, pero de manera velada

Una de las grandes sorpresas del reciente Oscar es esta cinta por dos razones: primero, consagra a un joven director, Jason Reitman, que con tan sólo tres películas en su haber ya juega las ligas mayores, primero fue con Juno el año pasado y ahora con Amor sin escalas, cinta que, incluso, estuvo de candidata a mejor película del año. La segunda razón es que sus tres protagonistas, George Clooney, Vera Farmiga y Anna Kendrick, estuvieron compitiendo, cada uno, por su propia estuatilla dorada. Solo esos datos, hacen de la cinta muy atractiva.

La magia de Walt Disney se une a la visión surrealista de Tim Burton para dar vida a una de las joyas de la literatura infantil: Alicia en el país de las maravillas, de Lewis Carroll. Quien completa el postre es el otro genial Johnny Depp, para entregarnos esta fantasía que, por limitaciones de nuestras salas locales que no cuentan con 3d, se pierde.