Nuestra propaganda electoral
Es una relación directamente proporcional: a mayor cercanía del día de la votación, mayor agitación electoral. Lo vemos cada día que pasa: más cartelones, bambalinas, spots radiales, televisivos, volantes, lapiceros, fósforos, redes sociales y todo lo que pueda imaginarse para captar la atención del votante. Sin embargo, ¿todo este despliegue atraerá nuestra atención, nos terminará de convencer o simplemente nos está llevando al hastío?