Arequipa, 474 años

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Basta ver los altos niveles de satisfacción que tiene la población arequipeña (como los estudios realizados por “Arequipa te queremos”) para constatar que, efectivamente, Arequipa es una ciudad en la que se adora vivir. Basta ojear las cifras el INEI para saber que los indicadores de pobreza están entre los más bajos del Perú. Basta revisar  el  Índice de Competitividad Regional (INCORE) o  el Indicador Compuesto de Actividad Económica (ICAE), del IPE para constatar que nuestra economía sigue en franco crecimiento y que las expectativas en torno a la región son de lo más satisfactorias.

Sin embargo, no todo es color de rosas, pues basta revisar los Planes de Gobierno de la gran mayoría de nuestros candidatos a la región o a los distritos, o simplemente verlos y escucharlos  para constatar que seguimos o seguiremos en manos de una clase política ignorante, inexperta  e inmunda. ¿Qué podemos hacer para que lo político e institucional se apareje o equilibre con las expectativas y cifras reales que en otros rubros muestra nuestra región?

 Esta es una pregunta pertinente, mucho más hoy, 14 de agosto, que Arequipa cumple 474 años  y que, como todo aniversario, no sólo debe ser de festejo sino también de evaluación acerca de cómo vamos, adónde queremos ir y cómo lo hacemos. Responder tales interrogantes no es fácil, mucho más reconociendo que el manejo de una sociedad compleja como la nuestra requiere de la conjunción de varios factores. Sin embargo, Arequipa, al igual que todo el país, ha  experimentado en los últimos años avances significativos. Los indicadores que arriba señalamos,  es una  muestra de ello y, como todo lo señala, la tarea que nos falta hacer está en el plano institucional.

 Lo institucional es una dimensión compleja que, necesariamente, toca a nuestro Estado que en nuestra región está representado por las instancias de gobierno regional y local. Es decir, necesitamos urgentemente hacer una profunda reforma en la Región y en los Municipios porque Arequipa las necesita capacitadas, informadas, administrativamente eficaces y que sepan qué están haciendo. Ahora que estamos en pleno proceso electoral, la población tiene la gran responsabilidad de elegir a aquellos que mínimamente garanticen los cambios del Estado a nivel regional que Arequipa demanda. Es decir, seguiremos retrocediendo si es que seguimos eligiendo a prontuaridos, violadores o plagiadores.

 Pero, como la escuché decir hace poco a Patricia Salas, colega y ex ministra, otra institución que igualmente necesita reforzarse y renovarse, pero de la que poco se habla es la familia. En ese sentido, sería extraordinario que hoy, aniversario de Arequipa, asistamos o veamos por TV el tradicional Corso Arequipeño junto a nuestros hijos, no sólo para contarles su historia, sino principalmente para explicarles que la variedad de colores,  ritmos, danzas, olores y sabores etc. responden a una larguísimo proceso atravesado por el mestizaje; que eso del “Arequipeño puro” es una idiotez inventado por acomplejados e ignorantes y que, tal como lo vienen demostrando históricamente los pueblos sureños, la única posibilidad de desarrollo real que tenemos es  reconocernos y aceptarnos diferentes, pero imaginándonos  una macro región sur que garantice la igualdad de oportunidades y desarrollo para todos.

 Si eso hacemos este día cumpleañero de Arequipa, creo que pondremos nuestro granito de arena para que éste sea un festejo productivo.

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