Archivo del Autor: Gustavo Obando Castillo

Acerca de Gustavo Obando Castillo

Magister en Educación con mención en Gestión de la Educación Diseñador instruccional Profesor de letras (Lenguaje, Literatura, Filosofía, Historia)

La gratuidad de la educacion superior

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La educación superior pública peruana ¿debe ser gratuita para todos? De hecho, no es un planteamiento nuevo; sin embargo, nunca ha sido tratado con la madurez debida y la evidencia está en el planteamiento simplista que dice: vamos a cobrarles a todos los que vienen de escuelas privadas. Y si hacemos honor a la verdad, cuando hablamos de escuelas privadas, muchos piensan en grandes colegios católicos o bilingues. Sin embargo, gracias a las facilidades brindadas por el sr. Fujimori, hoy existe todo tipo de escuela privada: distintos precios, distintos niveles de calidad.

El alegato es el siguiente: no se puede pedir una educacion de calidad sin ua contribucion economica. Bajo esa misma premisa,podriamos pedir que la educación básica también sea pagada. Insisto: la base de este tema es unidimensional.

Sin embargo, si creo que la educacion superior pública requiere de una renovacion total; lo cual implica una fuerte inversión que quizá el estado no pueda costear. Por lo tanto, una plan de renovación del sistema educativo superior público no puede ser simplemente: vamos a cobrar para mejorar la universidad. El factor monetario debe ser un elemento a considerar, pero no el eje del cambio.

Las quejas de muchos estudiantes de universidades públicas apuntan a docentes universitarios que no cuentan con herramientas pedagógicas, que no tienen una preparación académica actualizada, que varios son corruptos, entre otros aspectos como la desorganización administrativa, la pobre infraestructura, la falta de apuesta por la investigación seria.

Y el cambio, no es solo un asunto de dinero. Como un ejemplo, se tiene a la Universidad Agraria La Molina; la cual no digo que sea perfecta, pero muestra posibilidades de mejora organizacional siendo una universidad pública; y, por tanto, un lugar donde la educación es gratuita.

Leon Trathemberg, en un artículo publicado en El Comercio llamado ¿Desistir de la gratuidad?, ofrece una alternativa basada en un sistema de prestamos que me parece algo más factible. Sin embargo, más allá del punto sobre si es necesario pagar o no, creo que debemos buscar el problema y sus causas verdaderas antes de dejarnos distraer por polémicas levantadas al aire (quizá por algún animo de decir: yo también tengo boca, como anteriormente varios congresistas nos lo han mostrado).

En mi opinión, el tema central debería ser una reforma del sistema universitario público, dentro del cual debería plantearse un modelo de financiación que no limite o dificulte el acceso al espectro más amplio posible de estudiantes y que promueva la búsqueda de mejora de la calidad educativa.

Respecto a ello, recomiento un artículo interesante publicado por la Revista Iberoamericana de Educación.

Y ustdes, ¿qué opinan? ¿La educación superior debe o no ser gratuita? ¿Qué vías tenemos para mejorar la calidad educativa universitaria? Los comentarios y modelos ue puedan compartir otros latinoamericanos, también son bienvenidos.

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Editorial primera

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En 2005 inicié un blog, Blog de navegación, como un ejercicio de narración. Me gustó la idea y le di continuidad por algún tiempo. Hoy está abandonado pero espero

retomarlo pronto. Sin embargo, la experiencia no era suficiente para mi pues hablaba mediante la voz de otro. Y es que paralelamente estuve pensando en la importancia de asumir la voz.

Asi surgió este blog aunque no tenía una idea muy clara de los temas a tratar. Imagino que de alguna forma ellos fueron encontrándome y ayudándome a definir la línea de mis intereses y por extensión resultó una suerte de ayuda de definición personal e introspección.

Soy educador con todos mis sentidos y corazón y pensamiento. Es la mística y la profesión que define una buena parte de mi porque realmente creo que todos los problemas remiten su solución a la educación, ya se en contextos formales o informales.

La literatura siempre resultó sumamente atractiva. La recreación de mundos y su actualización en cada lectura son tan motivantes como el encuentro o redescubrimiento de un par de líneas que desconocía, así como el hallazgo de un buen libro en una edición muy bien tratada. Porque además considero que Perú y toda América Latina tienen una base y potencial cultural tremendo. No somos solo las ruinas de los Mayas, Incas y Aztecas. No somos el simple rezago de 300 años de colonización y malos presidentes. Somos más que nuestras comidas y atractivos turísticos. Marcamos la hora literaria, tenemos una tradicion literaria relativamente reciente aunque no muy difundida.

La política y las conversaciones sobre los difeentes fenómenos sociales son tan habituales en toda conversación que resulta imposible desligarse de ello. Como latinoamericanos, tenemos problemáticas comunes. Somos una unidad dormida y despistada que aún no cabila ni reactualiza los intentos de unificación de los llamados libertadores de América. Y mientras no la veamos clara, es necesario dicsutir el tema tantas veces sea necesario… esperando pacientemente el click mental que encienda el motor de nuestro potencial.

Finalmente, vuelve a mi la idea de que todo inicia su cambio con la educación. Y ya que la educación construye conocimiento mediante el diálogo, espero sus comentarios…

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Los tres primeros septenios

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La base del desarrollo humano yace en la Educación, en la c

ual se reconoce la posibilidad y existencia de aprendizajes individuales, pero que se manifiesta principalmente a partir del aprendizaje social. Después de todo, el inicio del proceso educativo se da mediante la imitación, el que requiere forzosamente la presencia de otro.

Sin embargo, en la actualidad, las exigencias y estilos de vida de la Postmodernidad han minimizado los espacios y tiempos de socialización. Los padres, los primeros educadores por tradición, han cedido su lugar en gran medida a niñeras y guarderías como las mejores opciones; pues en otros casos la única compañía de un niño puede ser algún elemento electrónico.

Por lo tanto, uno de los principales problemas en el proceso de humanización actual son las carencias sociales que marcan al mundo occidentalizado.

Ahora, la recuperación de tales espacios no es la simple solución. Se requiere de un conocimiento profundo del ser humano y sus etapas de desarrollo para ayudar al niño a desarrollar su potencial saludable en todos sus niveles.

Desde la Antroposofía, ciencia que entiende al ser humano como ser material, anímico y espiritual, se postula que el desarrollo del hombre se da por etapas denominadas septenios. Para el proceso de educación formal, se deben analizar los tres primeros septenios.

En el primer septenio, se da la base de la salud personal debido a que se da la formación de los órganos. Este hecho demanda el correcto desarrollo de una de las tres fuerzas constitutivas del hombre : la voluntad, es decir el querer, la acción. Es por ello que el movimiento resulta una característica indiscutible en los niños en esta etapa.

Es posible asociar esta etapa con la Grecia Clásica, en la que la educación se realiza a través del cuerpo. De ahí la importancia de la Gimnasia.

En el segundo septenio se inicia la escolarización propiamente dicha. Anteriormente, la libertad para el movimiento y el juego resultan indispensables. La imitación espontánea del adulto es la base de la educación. En cambio, en el segundo septenio, se instituye la figura del profesor, pero no como una autoridad impuesta o admirada por el hecho de ser un adulto. El profesor se convierte en una autoridad sobre la base del amor. Es un ser querido y tal hecho le otorga autoridad y le convierte en alguien digno de ser imitado.

Es en esta etapa donde la socialización con sus pares cobra mayor fuerza y el aprendizaje se hace significativo básicamente desde su aspecto social. Preponderancia

Ambos hechos, el profesor como autoridad amada y la revalorización de sus compañeros se basan en el impulso que cobra otra fuerza constitutiva, el sentimiento. El trabajo de los aspectos anímicos de los niños se debería volver una de las cuestiones prioritarias para el profesor y los padres. Por lo tanto, el trabajo cooperativo y coherente de ambas figuras adultas es vital para el niño.

Esta etapa es vinculable con la Roma Clásica, donde la educación sucede mediante la retórica, el habla, una educación principalmente anímica. Es por ello que el profesor debe plasmar imágenes creadas desde lo oral que apunten al adecuado desarrollo del niño.

En el tercer septenio, aparece el despertar sexual. Además, el adolescente empieza a desarrollar una valorización real de sí mismo y de su entorno. Su pensamiento, la tercera fuerza constitutiva del ser humano, adquiere un papel preponderante en esta etapa de desarrollo. Se trata de una etapa crucial donde se despierta y consolida lo trabajado en los septenios anteriores y donde afirma las bases de su identidad; la cual debe enfrentarse al individuo en sí y a su entorno íntegro: amigos, familia, sociedad.

Esta etapa puede relacionarse con la Edad Media y su transición hacia la Modernidad, donde a través de la memoria se desarrolla la educación. Es la época de los letrados y de un fuerte vínculo espiritual. Sin embargo, esta educación armónica tuvo un quiebre que daño el desarrollo de la Humanidad.

De pronto, la educación empezó a entenderse como la mera transmisión de conocimientos, lo que llevó a un alto intelectualismo, causa de daños al espíritu. El impacto de este problema se manifiesta en personas deterioradas, no sanas, sin voluntad para vivir, con un pensamiento aislado, no integrador; es decir, no sistémico . Por lo tanto, carecen de las capacidades necesarias para resolver situaciones personales, laborales, familiares, etc.

El cambio de esta situación radica en un énfasis especial en la educación para la voluntad. El equilibrio en el desarrollo humano se dará en la medida que elevemos al hombre de la voluntad básica, la cual responde al instinto y al deseo, a una voluntad elevada. Esta última se caracteriza por buscar la realización de actos trascendentales.

En verdad, la voluntad elevada responde a la necesidad de ir hacia delante, de buscar una vida libre y llena de significado. Esas son características sumamente humanas en su plano ideal, cualidades que todos debemos

buscar y ayudar a alcanzar.

Si desea saber más acerca de los septenios, ingrese a

La biografía humana desde un punto de vista espiritual por Roberto Crottogini. Sigue leyendo

La importancia de la imaginación y el ritmo en la Pedagogía Waldorf

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Existe un vínculo sumamente estrecho entre el impulso

del arte y el impulso Waldorf debido a la búsqueda del desarrollo de la fantasía, de la imaginación en la persona.

Es necesario aclarar que la imaginación se estimula principalmente durante la infancia; sin embargo, en su debido momento, la educación debe pasar de las imágenes y la fantasía en forma exclusiva a la complementariedad con la abstracción. Es muy importante entender esta complementariedad ya que la negación de esta relación no es sana en el desarrollo humano.

Según Winicott, el ser humano tiende a dos espacios de desarrollo. Uno es enteramente subjetivo y la imaginación, el juego libre de reglas, la improvisación tienen el protagonismo. Por otro lado, existe un plano más objetivo, de carácter social antes que individual, donde sí existen reglas que buscan ordenar y crear facilidades par ala coexistencia. Quedarse en el primer espacio es insano debido a que la persona se forma aislada de otros y no tiene una buena relación con su entorno por lo que escapa de su realidad. Ser enteramente objetivos, no permite observar los aspectos que van más allá de lo tangible y se tiende a una actitud subordinada al grupo. La libertad, la autonomía y la individualidad se pierden. Sin embargo, en la relación complementaria de estos espacios surge el espacio potencial, un plano intermedio donde se pueden manifestar en forma dialógica aspectos de ambos planos, donde se manifiesta un pensamiento crítico y sistémico.

Para ejemplificar un poco lo tratado, se tratará acerca de la importancia de la música en el desarrollo humano tanto respecto a cuestiones sociales como individuales. Por un lado, la música ayuda a trabajar cuestiones éticas en la medida que los cánones, los coros, las orquestas entre otros exigen la comprensión del otro y un sentido comunitario. Esto se debe a que cada persona canta o toca un instrumento en forma distinta, tiene habilidades diferentes. Un grupo musical posee una diversidad que debe hallar la unidad para obtener algo armónico. Esto se vincula con lo que Aristóteles decía respecto al ser: “El ser se dice en muchos sentidos” ya que el Ser posee diversas cualidades que lo conforman y, por ende, se puede afirmar que en toda multiplicidad existe una unidad.

Además, la música produce una sensación de alegría y bienestar. Ninguna persona puede ser cometer actos malos o repudiables si es que está alegre. Por el contrario, la alegría lleva a las personas a querer ser buenas y amables con los demás. En otras palabras, el desarrollo del arte, la música en este caso, brinda ese espacio potencial necesario que ayuda a la elevación del ser humano.

Por otra parte, el proceso de autoeducación en relación con el juego también ayuda a crear entornos de libertad para la exploración y el aprendizaje. Aquí, durante los primeros años, se da prioridad a la imaginación. La abstracción adelantada deviene en intelectualismo. Luego, vendrá el tiempo de la abstracción, la cual no será totalmente inflexible ni cuadriculada, sino que tendrá los beneficios obtenidos de la creación de un campo lúdico personal y social.

Es momento de hacer una pausa para preguntar ¿qué se requiere para un desarrollo humano saludable? De hecho, en los apartados anteriores se han dado algunas pistas. El conocimiento del ser humano es un aspecto imprescindible así como la importancia de la calidad humana y profesional del educador.

Según la teoría de Maslow, toda persona necesita un sentido optimista y positivista ante la vida. Se requiere un muy buen sentido del humor. En términos de Steiner, se habla del manejo del sentido anímico. Se habla nuevamente del aporte del arte: sentido de bienestar y alegría. Y es que una persona optimista y alegre no presenta celos, ni envidias. No reniega ni murmura. Por el contrario, su vida se desarrolla libre de aquellos sentimientos y emociones que carcomen el corazón de los hombres.

Cabe preguntarse sobre las implicancias educativas de estos aspectos. Por un lado, se tiene a la capacidad de concentración. Una abstracción oportuna no desgasta prematuramente las fuerzas de la persona y esta se siente más motivada para trabajar. Sin embargo, en la actualidad es común encontrar que desde los niños hasta los adultos realizan diversas actividades en forma paralela. Nunca se detienen a concentrarse y disfrutar de lo que están haciendo en ese momento. Mientras se realiza una actividad se hace otra o se está pensando en el paso siguiente sin haber terminado de dar el primero.

Así, es cotidiano que un joven desarrolle diversas actividades en paralelo al pasar tiempo en una computadora. No requiere enfocarse plenamente en una sola actividad, sino que es capaz de mantener una o múltiples conversaciones, por ejemplo. Esto es conocido como media multi-tasking y es un fenómeno creciente en el mundo.

El año pasado, la organización Kaiser Family publicó una investigación al respecto y entre sus conclusiones se afirma que los adolescentes, al desarrollar diversas tareas en forma simultánea adquieren mayor cantidad de información en el mismo tiempo. Ahora bien, esta investigación no se centra en cuestiones educativas, sino más bien recreativas, uso principal de estos medios y recursos (Rideout, Roberts & Foehr, 2005). Sin embargo cabría realizar cuestionamientos a partir de esta investigación y este fenómeno: ¿Cuál es el nivel de profundidad con el que adquieren esta información? ¿Existe realmente una adquisición de información o es en realidad solo una exposición a esta? ¿Qué habilidades se benefician o perjudican a partir de este fenómeno? ¿Qué implicancias tiene en los procesos de aprendizaje para esta generación y las siguientes que serán “nativos tecnológicos”? ¿Qué implicancias tiene en la gestión del conocimiento? ¿Cuál es el impacto en la educación y cómo se debe enfrentar este fenómeno?

La otra gran implicancia está en función al profesor. Éste debe tener un sentido profético. Ello quiere decir que debe ser capaz de mirar hacia el futuro desde una lectura adecuada del presente. Esto es necesario porque la educación debe entenderse como un proceso interminable para la vida misma y no para el momento, no para lo que en realidad es efímero.

Estos dos aspectos tienen que ver con otro elemento que fortalece la salud de las personas. El ritmo de vida se refiere a que toda persona debe balancear sus momentos de concentración y expansión, de socialización y privacidad, la realización de una actividad a la vez, etc.

Al final, la educación, si es para la vida misma, ¿no sería una educación para ayudar a obtener la felicidad? Y si es así es necesario preguntarse quiénes son loa más felices entre los felices.

Según Frankl, el hombre necesita del “sentido de vida” o “voluntad de sentido”. Se trata de un elemento que le permita dar un valor sumamente alto a su vida sobre la base de algo que lo trascienda. Esta teoría surge a partir de entrevistas con personas que sobrevivieron a los campos de concentración nazis. Eran personas con algún proyecto inconcluso o una gran fe, quienes tuvieron la voluntad de sobrevivir a diferencia de otras que incluso llegaron a preferir el suicidio.

¿Quiénes son los más felices? Personas que busquen una existencia trascendente, personas con experiencias espirituales genuinas.

Todos los aspectos trabajados ayudan al desarrollo humano saludable del ser humano. Sin embargo, hoy en día enfrentamos situaciones como una vida arrítmica, la realización de actividades en paralelo, la aceleración de la vida, el aislamiento social, el sedentarismo, el cual produce un efecto inhibidor del aprendizaje debido a que no facilita la realización de la sinapsis (Manfred Spitzer).

Por lo tanto, surge la necesidad del replanteamiento y la reorientación de la labor educativa desde el contexto actual en apoyo con las investigaciones que soportarían la pedagogía debido a que la transformación de la educación debe ser una labor conjunta e integradora que se base en la responsabilidad compartida de toda la sociedad.

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La labor del docente en la Pedagogía Waldorf

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¿Qué es lo que educa y, por lo tanto humaniza, al ser humano? Esta pregunta obtuvo una respuesta inicial en el apartado anterior. Ahora, se verá otro aspecto que también responde esta pregunta: la labor del educador.

El punto de partida sobre este tema es probablemente muy conocido y a la vez bastante obviado. La base de la labor del educador es el amor al alumno. Es imposible concebir el educar de verdad si es que no se ama a la persona.

Ese mismo amor debe llevar al maestro a la búsqueda de la superación del alumno. Después de todo, la misión última del maestro es que su discípulo le supere. Paralelamente, esto exige que el maestro busque su propia superación para tener un mayor espectro que ofrecer al alumno para despertar en él la mayoría de sus potencialidades.

Ahora, ese proceso educativo debe darse sobre la base del respeto de las etapas evolutivas humanas; lo que exige del educador una gran capacidad de observación para detectar los momentos oportunos y saludables para ofrecer o no ciertos contenidos, vivencias y demás.

Hasta aquí, es posible observar que el educador requiere una gran conciencia de sí mismo. Y a las razones dadas, se suma una más: la imitación. Si el educador es un ser digno de imitarse, es lógico que se ofrezca a sí mismo como una persona honorable, respetable, admirable, amada.

Para concretar y ejemplificar este último aspecto, se tratará sobre la importancia del habla. Para ello, es necesario tomar conciencia de los estados anímicos de la persona que se reflejan en los tonos de voz. La compenetración personal con el mensaje a comunicar se producirá o no dependiendo del tono del habla del maestro.

Sobre la base de lo dicho anteriormente, es posible afirmar que el afamado síndrome de falta de atención tiene entre sus causas al habla del maestro. En consecuencia, suceden muchos de los llamados “problemas de aprendizaje”.

Estos “problemas” mencionados no son exclusividad de un tono de voz. El contenido de lo dicho por el maestro y la manera en cómo la presente son muy importantes. Todo ello se vincula con el desarrollo de las imágenes y la fantasía. Es vital evitar el intelectualismo.

Al considerar el primer septenio, se observa que la base del proceso educativo son la facultad imitativa del niño y la ejemplaridad del adulto. Ambas se refieren, en síntesis, a la proyección del adulto sobre el niño. ¿Por qué? Debido a que la imitación requiere de un buen ejemplo y, por lo tanto, se resalta la importancia de la conciencia del adulto sobre sí mismo. Esto implica diversos aspectos tales como presencia, habla, mirada, respeto a la fantasía, respeto al desarrollo evolutivo ajeno, lectura actual del entorno y un espíritu rebelde y libre.

Al tomar en cuenta estos elementos y extrapolarlos a la Educación Waldorf, se obtiene lo siguiente:
Una educación inserta en el contexto y, de esa manera, capaz de responder a las exigencias educativas presentes y futuras. Ello implica la necesidad de ser integradora y poseedora de un pensamiento sistémico. Sin embargo, no se detiene en el presente o en el entorno inmediato sino que es trascendente respecto al tiempo, al espacio y a las modas. Ello se debe a que es una educación que busca la libertad y la autonomía del ser humano.

Dicho deseo de libertad implica el desarrollo de una existencia trascendental con un fuerte cuestionamiento por el sentido de los diversos aspectos, hechos y fenómenos de la vida.

En esta misma línea, se exige un maestro no autoritario, no impositivo; sino uno que posea una autoridad cedida por el alumno; ya sea por amor o admiración. Es decir que la autoridad del maestro no viene con el cargo. Un maestro verdadero debe ganarse su autoridad.

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Pedagogía Waldorf

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Por decisión y necesidad, desde hace muchos años escogí ser educador. No creía mucho en el misticismo que normalmente se le adjudica a la carrera porque pensaba que negaba el profesionalismo. Sin embargo, algunos años después creo que dicha mística complementa a la cuestión profesional.

Detrás de esta idea se encuentran un sinnúmero de reflexiones respecto al quehacer educativo que poco a poco, gracias al quehacer mismo, se fueron opacando hasta hace un par de años, aproximadamente. Llegue con un poco de escepticismo a una escuela Waldorf, la cual maneja una teoría educativa que reconoce al ser humano conformado por tres elementos: lo físico, lo anímico y lo espiritual. Desde esta trimembración, desarrolla en una forma sumamente integral y casi idílica la labor educativa.

Esta propuesta pedagógica parte de los primeros años del siglo XX en Alemania y existen iniciativas sobre la base de esta pedagogía en todo el mundo.

Entre los principios pedagógicos de la Pedagogía Waldorf, se concibe que la misión primordial de la escuela deba ser ayudar a un desarrollo sano y armónico hacia la libertad. Para que ello sea posible, se requiere de un conocimiento profundo de la naturaleza humana que parte de los estudios antroposóficos donde se divide el proceso evolutivo humano en periodos de siete años.

Al considerar las características del ser humano en cada etapa y la teoría de la trimembración humana, la Pedagogía Waldorf organiza el currículo con la finalidad de atender en forma holística al alumno. Todos los cursos están articulados y buscan siempre la atención de tres fuerzas constitutivas: la voluntad, el sentimiento y el pensamiento.

Tomando en cuenta esta introducción, quisiera explicar algunos aspectos de la Pedagogía Waldorf a partir de mi experiencia laboral, conversaciones con profesores que llevan ya muchos años en esta propuesta y la lectura de textos teóricos sobre la misma.
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Una mirada a la Evaluación censal docente

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En los últimos meses hemos sido testigos de un largo y controvertido proceso de evaluación a los docentes del sector público nacional donde han manifestado sus opiniones, principalmente, el Gobierno, el SUTEP y los medios de comunicación. Entre ellos ha surgido una serie de “mea culpas”, acusaciones y cuestionamientos, los cuales han formado parte del contexto en el que se ha desarrollado esta evaluación y nos lleva a plantear algunas observaciones sobre lo que el Gobierno presenta como un primer paso para realizar una reforma educativa real.

Remontándonos a la Directiva Nº 177-2006/DM/SPE sobre la Evaluación Censal Docente, observamos que estuvo dirigida a:
• Todos los profesores de Educación Básica Regular de los niveles de Inicial, Primaria y Secundaria que trabajan en Instituciones Educativas públicas, o en Convenio con el Ministerio de Educación, en condición de nombrados o contratados o destacados y que tienen aula a cargo u horas de clase; por eso los Directores de Escuelas unidocentes o multigrado dan la prueba porque tienen aula a cargo. Lo mismo ocurre con los Coordinadores en Secundaria, sólo si tienen horas de clase.
• Los profesores con aula a cargo o con horas de clase, que están de licencia y quieren presentarse a la evaluación, lo solicitan a la UGEL la que los añadirá a la lista respectiva.

En el mismo documento se explica la estructura del instrumento de evaluación de carácter objetivo (opción múltiple):
• Primera parte: comprensión lectora, razonamiento lógico matemático y conocimientos sobre currículo (20 preguntas cada tema).
• Segunda parte: Conocimiento del currículo de cada nivel educativo (20 preguntas).

Asimismo, se afirma que tiene por finalidad obtener información para diseñar un conjunto de acciones para el desarrollo profesional del docente, como parte del Programa “Mejores Maestros, Mejores Alumnos”, para mejorar la calidad de la educación peruana. Vemos, por lo tanto, que según la Directiva, el proceso de evaluación a docentes está enmarcado en la mejora del docente peruano como profesional, palabra ambiciosa que nos haces suponer al docente como algo más que un maestro de aula, realidad de por sí ya bastante compleja. Y ello con el propósito de la búsqueda de la calidad educativa peruana, demanda y necesidad sumamente nombrada en varios informes sobre la realidad educativa peruana.

Por otra parte, el Ministerio manifestó que la evaluación serviría para conocer las condiciones, habilidades, capacidades y conocimientos del área que enseña; si conoce los contenidos; si muestra solvencia en el manejo del currículum; si tiene conocimiento en profundidad del desarrollo físico, psicológico y social de sus alumnos; si maneja con destreza los textos con los que trabaja; y si muestra capacidad para resolver situaciones problemáticas (Chirinos, 2006).

He aquí nuestra primera observación. ¿De qué manera un instrumento de opción múltiple con la estructura que contiene podrá evaluar todos estos aspectos? Si se desea observar al docente como un profesional, ¿no estamos subestimándolo e ignorando elementos que podrían catalogarlo como tal? ¿Considera un instrumento cerrado y único, la diversidad de la población docente nacional, sus características, contextos, necesidades, propósitos educativos, necesidad de preparación y formación, etc.? En otras palabras, ¿fue realmente un instrumento elaborado para el propósito que afirma el Ministerio de Educación?

Dejemos estas observaciones y planteamientos a un lado por un momento y pasemos a observar los resultados de la evaluación. Según informó el Ministerio de Educación:
• Casi el 50% de los docentes que rindieron la evaluación censal obtuvieron un nivel intermedio y alto en comprensión lectora, de los cuales el 24.3% registraron mayores habilidades en esta área, informo el ministro de Educación, José Antonio Chang. Según el sistema de evaluación, los indicadores de desempeño en la prueba fueron clasificados en tres niveles de logro según su dificultad: Nivel I, el cual refleja que se tiene menores habilidades o menores competencias, mientras que el Nivel III tiene mayores habilidades en el desarrollo de las áreas.
• El 16% de los docentes evaluados se encuentra en el Nivel I, este grupo necesitará mayor reforzamiento en este nivel de aprendizaje durante la capacitación docente que se iniciará a inicios del mes de abril.
• El 33% de los maestros evaluados se encuentra por debajo del Nivel I, es decir, no alcanzaron a resolver todas las preguntas necesarias para ubicarse en el nivel básico.
• El mayor nivel de comprensión lectora se encuentra en secundaria, mientras que en primaria sólo el 20% alcanza el Nivel III y el 38% no alcanza el Nivel I.
• A nivel de profesores del área urbana o rural, el 28% de los docentes evaluados de la zona urbana alcanza el Nivel III y lo mismo ocurre con el 17% de docentes del área rural.

Tras la aparición de estos resultados diversas autoridades del Gobierno y el SUTEP empezaron a dar reacciones diversas. Los primeros señalaron la obviedad de la realidad educativa resaltando el término “crisis” y trataron de no incidir en maltratar la imagen del docente, aunque los datos arrojados fueron ya bastante lapidarios. Aprovecharon también para mostrar una señal de autoridad ante el SUTEP y colocar a la opinión pública contra ellos. Por ejemplo, Alan García destacó el trabajo del ministro de Educación, José Antonio Chang, para sacar adelante la Evaluación Censal Docente y aprovechó el marco para calificar al SUTEP como un pequeño sindicato. Además, sobre las licencias sindicales de los dirigentes del SUTEP, dijo que todos debemos trabajar por la educación del país, “el que no trabaja no come”, manifestó (Conferencia de prensa, 28/02/2007) .

El SUTEP, con Caridad Montes a la cabeza, se opuso desde un inicio a la evaluación aunque luego reconoció como negativa la falta de participación de los miembros del sindicato. Si bien fue sumamente cuestionada su posición, tanto el Gobierno como los medios de comunicación acentuaron su descalificación por parte de la opinión pública.

En realidad, los medios de comunicación han jugado un papel muy importante y en buena medida la mala imagen del docente peruano se debe a la fuerza, parcialidad y desconocimiento de educación con la que los medios han tratado el tema. Así, Rosa María Palacios afirmó el SUTEP sabía más de política que de pedagogía y que los docentes que no comprenden un texto deben regresar a la universidad y reexaminar su vocación (Prensa Libre, 28/02/2007). Por otro lado, Augusto Álvarez Rodrich exaltó el papel del Gobierno para sacara adelante al evaluación pese a las oposiciones del SUTEP y comentó que esto sería el inicio, por parte del Estado, de la tan ansiada reforma educativa peruana.

Estos comentarios son solo una muestra de semanas de argumentaciones sobre los resultados de la evaluación. Se realizaron también muchas críticas sobre la construcción de la prueba y la falta de participación de personas competentes, cercanas a la realidad e instituciones o instancias que deberían estar involucradas como las DRE, por ejemplo (Chirirnos Ponce, 2006). Sin embargo, la mayoría de comentarios estuvieron dirigidos a los puntos mencionados: la fuerza y la autoridad del Estado, la controvertida posición del SUTEP y los resultados negativos de los docentes.

Aparentemente, hubo un objetivo tácito en la evaluación que dista mucho de la simple obtención de información para desarrollar programas de capacitación. Las culpas han sido echadas en forma sumamente directa y es muy ligero el análisis de los resultados. Así, pareciera que se brindan relaciones de causalidad superficiales sobre la falta de calidad educativa: si hay malos docentes, tenemos malos alumnos; y si el SUTEP se mantiene su fuerza y poder, con Patria Roja a la cabeza, tendremos malos maestros.

Por otra parte, no hay un verdadero plan de mejora visible por parte del Estado. Más allá de la pronunciación de resultados, no se ha manifestado las acciones que seguirán. ¿Realmente un programa de capacitación resolverá el problema de la educación nacional? ¿Lo evaluado y en la forma hecha será suficiente para diseñar un plan de solución adecuado, viable, efectivo y eficiente? ¿Tenemos una verdadera imagen del docente peruano o sólo lo que nos han querido mostrar?

Nadie niega la importancia de un proceso de evaluación para la mejora de la Educación; sin embargo ¿por qué se ha construido tan mal la prueba si se tienen muchos expertos e investigadores en Educación que pudieron participar? ¿Por qué no se consideran los diversos informes de la situación educativa para el proceso de evaluación? ¿Es una evaluación impuesta y tan autoritaria el mejor camino para realizar un diagnóstico y elaborar un plan de mejora adecuados? ¿Debe adoptar la evaluación un tinte tan político? Y en caso de hacerlo, ¿hasta que punto facilita o dificulta el proceso de evaluación?

Esperemos que ante todos los comentarios realizados, el Gobierno tome las medidas necesarias para replantearse los procesos de evaluación futuros y planifique acciones integradas que verdaderamente ayuden encaminar los esfuerzos dispares hacia una educación nacional de calidad.

Referencias
Consejo Nacional de Educación (2007). Evaluación y Formación Docente. Fecha de ingreso: 05/04/07. http://www.cne.gob.pe/debate1.htm

Chirinos Ponce, Raúl (2006). Cuidado con la evaluación docente en el Perú. Fecha de ingreso: 05/04/07. http://colombia.indymedia.org/news/2006/11/53173.php

MINEDU (2006). Evaluación censal a docentes de los niveles de inicial, primaria y secundaria de educación básica regular. Directiva Nº 177-2006/DM/SPE
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Evaluacion a docentes: una mancha llamada sutep

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En esta semana se llevó a cabo la evaluación a los docentes de escuelas públicas en el Perú acompañado por una serie de dimes y diretes sobre si esta bien o no y la dignidad de los maestros y el peligro de la liquidación y que debemos buscar la mejora de la calidad educativa, etc, etc, etc. Y, ello ha traido nuevamente la cuestión sobre la situación de la educación en nuestro querido Perú. Al respecto, tengo algunos comentarios que me gustaría compartir.

En primer lugar, quiero decir que estoy de acuerdo con los procesos de evaluación para la mejora de la educación nacional, sin embargo, lo que se ha hecho poco tendra de beneficioso al igual que las otras evaluciones que se han hecho en los últimos años y que tampoco han ayudado en nada.

La evaluación no debe ser una prueba de conocimientos para los docentes, se debería tratar de todo un proceso a la educación en general: maestros, directivos, alumnos, padres de familia, infraestructura, organismos del Ministerio, etc. Obviamente, priorizando el desarrollo de las instituciones educativas y sus actores principales. Pero no es pues tan simple como ponerle una nota, en toscos terminos, a un profesor.

La evaluación a un docente, para concretar las cosas, no se puede limitar a ello. Se trata de un profesional a quien se debe realizar una evaluación más completa y eficaz: ¿Cómo enseña? ¿Cómo es su relación con los alumnos? ¿Cómo piensa actualizarse y proseguir su formación profesional?, por mencionar apenas algunos aspectos.

La calidad educativa no saldra como resultado de una evaluación escrita para la cual uno puede paporretear. Este es un trabajo que debe realizarse mediante un plan estratégico que empiece por reconocer a la educación desde nuestra propia problemática y no desde las exigencias de organizaciones foráneas, que busque la autonomia de las insitituciones educativas y que se centre en los maestros y alumnos, no en cuanto a los contenidos memoristicos, sino en cuanto a seres humanos completos; porque el alumno sigue siendo una persona y no un frasco vacio, y el maestro no es un martir, sino un profesional.

Aunque, lamentablemente, el SUTEP ha mostrado una cara pésima que ha dejado mal parados a los docentes peruanos (la palabra maestro queda muy grande). Esa organización tiene un pensamiento sumamente arcaico y no presenta señal de vida real. Es un muerto viviente porque sus esquemas son caducos y obstructivos. No ayuda al docente, sino que lo atrasa. No se preocupa por el alumno, sino que lo asume como una suerte de accesorio a la carrera. La calidad educativa poco le importa. En verdad, aquel “gremio” no está conformado por profesionales, sino por gente argollera, egocéntrica y desfasada.

Lo que me queda claro es que no debemos esperar nada de ellos y que no podemos contar con su contribución, al menos mientras siga el círculo que busca permanecer en el poder.

La acción debe venir desde los protagonistas, para empezar. Ahi, los padres de familia como primeros involucrados, deben llevar un papel más activo en cuanto a demandas y contribuciones para la mejora de la educación. No es problema de los profesores o del Ministerio. Todos estamos involucrados. Asimismo, la sociedad civil debe presionar más al gobierno mismo y a las instituciones para la acción, contribuir en la misma; y no limitarnos a un menear de cabezas eterno. Sigue leyendo