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¿Por qué se pide hacer la tesis? A propósito de la nueva Ley Universitaria en Perú

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Desde que antes de ser promulgada, la Ley Universitaria ha desatado muchas polémicas alegando que vulnera la autonomía universitaria, principalmente. Junto con esto hay muchas otras observaciones a la ley, algunas con las cuales coincido y otras no. Más allá de la ley en concreto, es necesario recalcar que hay dos aspectos en el espíritu que se deben resaltar: 1) la calidad de la educación universitaria y 2) la promoción a la investigación, tema que trataremos en esta ocasión.

Promoción a la investigación

Empecemos por una pregunta: ¿cuál es la principal razón de ser de una universidad? ¿Formar profesionales? No. Eso lo hacen también los institutos y las escuelas. Las universidades tienen como función principal la producción de conocimiento, pues es el conocimiento en la economía moderna, la principal materia para la transformación de las sociedades. Y eso no es palabreo. La medicina, la ingeniería, la industria, los servicios, y así todos los sectores y actividades pueden desarrollarse en función de la investigación. De ahí que exista toda una serie de trabajos en empresas y países en cuanto al desarrollo y crecimiento económico en función de lo que se denomina la gestión del conocimiento.

Triste es que la investigación resulta sumamente escaza en nuestro país. No se estimula a la investigación por parte de los alumnos. Uno hace la tesis para sacar la licenciatura y listo. Es un trámite y no se incentiva a los alumnos a investigar, publicar, compartir sus hallazgos. Igualmente los profesores. Otra de sus labores debe ser la investigación, y no solo dictar clases. Sin embargo, las cargas académicas no permiten a los profesores investigar.

La ley plantea anular el bachillerato automático y solicitar como uno de los mecanismos para la obtención del grado de bachiller, realizar una investigación. Ahora bien, eso parece una buena idea, pero dependerá de cómo se aplique. Verán: las tesis en el Perú se dejan a la buena voluntad, tiempo y dinero del alumno. La tesis no forma parte de los estudios universitarios (y seamos honestos, los cursos de investigación o seminario de tesis nunca ayudan a culminar con una tesis propiamente dicha, son más bien ensayos de tesis), a los asesores de tesis no se les paga por asesorar (todo tesista sabe que está a la disposición y tiempo de los asesores), y hay una gran burocracia para sacarla adelante. Todo ello en medio de una cruda realidad: la educación superior cuesta y uno necesita salir a trabajar.

Algunas universidades en el exterior condicionan el egreso del alumno a la sustentación de la tesis. Es decir, un alumno universitario no se considera siquiera egresado hasta que no culmine y sustente  la tesis. ¿No sería altamente beneficioso que los cursos de pregrado con altos créditos por cierto sobre investigación y seminario de tesis culminen con la sustentación de la misma? La investigación no solo se debería promover por la exigencia.

¿Por qué no se promueve la publicación de estudiantes y profesores? ¿Por qué no se promueve la invención de la mano con la comercialización para la mejora de las industrias? ¿Cuáles son los campos en los que más se debería promover la investigación? ¿Cuáles son nuestros puntos fuertes en investigación que deberíamos fortalecer?

Ahora bien, la promoción de la investigación no solo pasa por la buena voluntad o la motivación a investigar. Es necesario invertir en infraestructura, bibliotecas y centros de información, remuneraciones a los docentes y asesores de tesis. En ese camino, nuestras universidades públicas tienen aún un muy largo camino por recorrer.

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La gratuidad de la educacion superior

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La educación superior pública peruana ¿debe ser gratuita para todos? De hecho, no es un planteamiento nuevo; sin embargo, nunca ha sido tratado con la madurez debida y la evidencia está en el planteamiento simplista que dice: vamos a cobrarles a todos los que vienen de escuelas privadas. Y si hacemos honor a la verdad, cuando hablamos de escuelas privadas, muchos piensan en grandes colegios católicos o bilingues. Sin embargo, gracias a las facilidades brindadas por el sr. Fujimori, hoy existe todo tipo de escuela privada: distintos precios, distintos niveles de calidad.

El alegato es el siguiente: no se puede pedir una educacion de calidad sin ua contribucion economica. Bajo esa misma premisa,podriamos pedir que la educación básica también sea pagada. Insisto: la base de este tema es unidimensional.

Sin embargo, si creo que la educacion superior pública requiere de una renovacion total; lo cual implica una fuerte inversión que quizá el estado no pueda costear. Por lo tanto, una plan de renovación del sistema educativo superior público no puede ser simplemente: vamos a cobrar para mejorar la universidad. El factor monetario debe ser un elemento a considerar, pero no el eje del cambio.

Las quejas de muchos estudiantes de universidades públicas apuntan a docentes universitarios que no cuentan con herramientas pedagógicas, que no tienen una preparación académica actualizada, que varios son corruptos, entre otros aspectos como la desorganización administrativa, la pobre infraestructura, la falta de apuesta por la investigación seria.

Y el cambio, no es solo un asunto de dinero. Como un ejemplo, se tiene a la Universidad Agraria La Molina; la cual no digo que sea perfecta, pero muestra posibilidades de mejora organizacional siendo una universidad pública; y, por tanto, un lugar donde la educación es gratuita.

Leon Trathemberg, en un artículo publicado en El Comercio llamado ¿Desistir de la gratuidad?, ofrece una alternativa basada en un sistema de prestamos que me parece algo más factible. Sin embargo, más allá del punto sobre si es necesario pagar o no, creo que debemos buscar el problema y sus causas verdaderas antes de dejarnos distraer por polémicas levantadas al aire (quizá por algún animo de decir: yo también tengo boca, como anteriormente varios congresistas nos lo han mostrado).

En mi opinión, el tema central debería ser una reforma del sistema universitario público, dentro del cual debería plantearse un modelo de financiación que no limite o dificulte el acceso al espectro más amplio posible de estudiantes y que promueva la búsqueda de mejora de la calidad educativa.

Respecto a ello, recomiento un artículo interesante publicado por la Revista Iberoamericana de Educación.

Y ustdes, ¿qué opinan? ¿La educación superior debe o no ser gratuita? ¿Qué vías tenemos para mejorar la calidad educativa universitaria? Los comentarios y modelos ue puedan compartir otros latinoamericanos, también son bienvenidos.

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