REVISANDO LA HISTORIA ( 4 )

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EUROPA Y AMERICA INDIGENA

Creo haber demostrado en mi libro “Psicologia y Religión” que ningún pueblo ni cultura considera que el humano es solo cuerpo e intelecto. Todos saben que tenemos alma que en idioma griego de conoce como psique. Y es tomando esto en cuenta que se entiende al hombre en términos de cuerpo, alma y espíritu. Cuando dos pueblos o culturas se encuentran, se encuentran dos religiones, si por esa palabra entendemos una concepción del mundo (cosmovisión) y la función que cumplimos en esta planeta. Lo que sucede en la historia es que estos encuentros dan lugar a enfrentamientos en los que los ideológicos y emocionales son más importantes que los conflictos armados. Cada cosmovisión implica una forma de respetar al mundo en el que sabemos que vivimos y esto llena a cada cultura con sus correspondientes mitos, rituales, creencias y formas de comportamiento. A la luz de lo dicho en el capítulo anterior, podemos observar que el norte de Europa, al quererse desprender del proceso de romanización, que incluyó la forma del católicismo, tuvo que desarrollar nuevos parámetros y se decidió que los podría encontrar en la ciencia. Claro que tenemos que reconocerle extraordinarios avances allí donde la ciencia es aplicable y reconocer que las maquinas han llegado a extremo perfeccionamiento con las cuales el hombre ha podido poner algunos pies humanos en la luna.
Lamentablemente, el desarrollo de otras maquinas ha corrido paralelo y eso se dará especialmente en norteamérica. Sí, es en Estados Unidos, donde a mediados del siglo 19 Mr. Winchester inventa el fusil de repetición y Mr. Colt, el revolver. Todo esto dentro de una visión muy limitada del concepto de libertad heredado de esa Reforma mencionada anteriormente. En efecto, la revuelta contra Roma condujo a enfatizar nuestra libertad a un nivel religioso en términos de una comunicación personal con la divinidad que ha incluido una distorsión de la palabra Fe. Del individualismo que se deriva de esta concepción es que podemos arrojar alguna luz al encuentro entre América indígena y Europa y enfrentarlo al comunitarismo propio de los pueblos nativos de este continente.

Un detalle que se suele pasar por alto cuando estudiamos la historia del Perú es la relativa facilidad con la que las tropas españolas ocuparon este territorio. Si bien nuestro eminente historiador cusqueño Víctor Angles sostiene que eso se debió a que los andinos estaban en la edad de bronce y se enfrentaron a la edad del hierro, apenas reparamos en el hecho que llegados a las tierras más al sur, se encontrarían con ferrea resistencia de la nación mapuche en el mediodía de lo que ahora es Argentina y Chile. No sirvió que los españoles tuvieran trabucos y mosquetes. Los mapuches no se rindieron hasta que los europeos tuvieron fusiles de repetición y revolveres. Hasta entonces, las flechas eran más rápidas. En Argentina, los exterminaron. En Chile, los limitaron a reservaciones. Muy parecido fue la historia del oeste norteamericano. De esto podemos deducir que los Incas, que la historia oficial considera grandes y rápidos conquistadores, no fueron hábiles arqueros, por un lado, y un pueblo eminentemente pacífico. Su forma de vida, desde entonces hasta la actual, es labrar la tierra y su estructura social, bastante comunal. No conocemos individualismo en el mundo andino.

Tampoco conocemos indvidualismo en la tribus de la selva amazónica y alli tenemos pueblos cazadores, pescadores y,algunos, guerreros. De allí que no podemos hablar de una conquista de la Amazonía y tampoco de los Andes, si reconocemos que las creencias y las formas de comportamiento han variado muy poco. Cierto que disfrazadas de cristianismo en muchos casos, pero la ideología se ha conservado en gran medida. Puede que se les llame supersticiones o brujerias o idolatrias pero estos son simplemente formas peyorativas y despectivas hacia una cosmovisión que no alcanzamos a comprender desde la comprensión del mundo vista desde una ciudad industrializada.

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