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LA ÚNICA EVOLUCIÓN POSIBLE

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LA ÚNICA EVOLUCIÓN POSIBLE
El Perú anda, sin duda, confundido con la idea de la evolución puesto que a través de esa idea se nos ha hecho creer que lo moderno es mejor que lo antiguo y paralelamente, se inculca la creencia que es muy importante que conozcamos, estudiemos y enseñemos historia, bajo la ilusoria sospecha de poder superar los errores, gracias a conocer las circunstancias por las que hemos llegado al presente, es decir, que el pasado explica lo actual, incluso, en algunos casos, lo justifica.
Tenemos asociado a la evolución y la historia con algunos conceptos que los peruanos repiten sin tener consciencia de lo que están afirmando y esas son palabras como progreso, desarrollo, proactivo, modernidad, etc. El origen de la confusión está en el hecho que los humanos, en efecto, evolucionamos. Nacemos absolutamente inútiles y nos demoramos cerca de 10 años en llegar a ser algo que merecer ser llamado humano. Obsérvese que la mayoría de los demás mamíferos caminan luego de pocos minutos de nacer y luego de amamantarse unas semanas pueden arreglárselas por si mismos. Los humanos, no. Por eso debemos aprovechar esta observación para dejar de relacionar nuestra naturaleza animal con alguno de esos mamíferos, porque muchos se han dejado arrastrar por “La Evolución de las Especies” en un vano esfuerzo por alejar al humano de su igualmente importante naturaleza espiritual o intentando reducir su naturaleza psíquica a la química de nuestra fisiología.
Esos 10 años de evolución son seguidos por otros 10 años de más evolución o de confusión. Estos 21 primeros años de vida se limitan a la evolución fisiológica, si es que la sociedad no se ha encargado de lo que he llamado lo “igualmente importante”. Afortunadamente, todas las sociedades toman en cuenta las secuencias por la que pasan los críos y han establecido numerosos rituales que establecen los cambios de condición que las diferentes edades establecen. Dentro de las sociedades, son las familias las encargadas de que los ritos se lleven a cabo y solo mencionaré algunos como cuando llega el momento de cortarle el pelo (cuidado, porque hay sociedades en las que nunca se les corta el pelo a los humanos), luego entrará en la etapa de dejar de ser bebe y pasar a ser niño y luego al de ser joven. Estos pasos son sancionados en muchas culturas y en la occidental cristiana destaca con el rito de la primera comunión. Esto tiene que ver con la necesidad de que el joven reconozca su dependencia de proveerse de pan. Hasta entonces, el pan se lo han dado. Ahora aprenderá a valorizarlo e inclusive a proveérselo.
El siguiente rito es el de la mayoría de edad y aquí aparece una importante distinción pues se pasará a reconocer las diferencias entre hombres y mujeres. No hay cultura que pase esto por alto, pero quisiera usar un ejemplo de pueblos africanos donde la muchacha que haya tenido su primera menstruación y se reunirá con las mayores de la tribu en secreto y les escuchará contar las razones por las que deberá ser responsable a partir de ese momento, Naturalmente que habrá mucha instrucción referente a lo sexual y la reproducción pero la mayoría de las historias relativas a nuestra razón de ser humanos son contadas en forma de mitos. Lo mismo va a suceder con los muchachos, pero como ellos entran en la edad sexual un tanto más tarde, eso se hace para todos entre los 13 y 14 años. Destacaré el hecho que entre los incas esto se llamaba warachikuy para los hombres y kikuchikuy para las mujeres. Pero volviendo al África por un momento, les recordaré que la reunión con los mayores es seguida por un periodo de reclusión de dos días de ayuno en una cabaña alejada del pueblo. Esto permite que lo aprendido penetre en lo profundo de los iniciados; quienes desde entonces serán considerados adultos. Para volver a la cultura occidental, entre los que conservan la importancia de este ritual, destacan los semitas entre los que los judíos llaman el Bar Mitzva para los varones y el Bat mitzva para las mujeres. Entre los occidentales cristianos, los católicos preservan un ritual llamado confirmación que, desgraciadamente, ha perdido la importancia que tiene en las culturas de la sociedad moderna donde se pretende olvidar los aspectos religiosos de esta celebración. Esto lo han convertido en la presentación en sociedad de la señorita (para ver donde se conseguirá marido para ella, sin duda) que en Sudamérica se le llama quinceañero.
Lo que sigue en la evolución de los humanos es el matrimonio y, como lo sabe la mayoría, esto sí intenta conservar con toda su pompa en algunos rincones de la cultura occidental, aunque en muchos otros se está tendiendo a limitarse a hacer de eso un registro de la condición civil del ciudadano, restándole severamente su condición ritual. Para terminar, debo mencionar otros tres rituales importantes. Uno es la consagración de un monje y otros dos, son el nacimiento y la muerte, los cuales menciono por lo que diré seguidamente.
Los ritos de tránsito, así llamados en la antropología, son importantes porque constituyen una iniciación. Ahora veo que iniciaciones de presunto corte religioso se andan poniendo de moda por aquí y allá, debemos exigir a que estos y los otros, que parecen estar perdiendo importancia, sean una verdadera iniciación en la que vas a dejar una condición y asumir otra. Escojo el ejemplo de la del monje, donde queda claro que habrá dejado una condición humana para asumir otra. Pero es igualmente aplicable al que va a dejar de ser bebe para ser niño, o ser niño para ser joven y dejar de ser joven para ser adulto y también es aplicable a la muerte porque dejaremos de ser humanos para convertirnos en espíritu, así como el nacimiento, nos traerá de lo espiritual a lo terrenal. Finalmente, no debe sorprendernos que la iglesia católica lo tuviera esta serie de ritos bien dividido entre el bautismo al nacer, la primera comunión a los siete años, la confirmación a los catorce y la adultez a los veintiuno, pero no es su culpa que esto último haya sido, absurdamente, modificado a los diez y ocho, porque la adolescencia aun no ha terminado a los 18 años. Por lo tanto, esos pasos en nuestra evolución deben ser tomados en serio, es decir, ritualmente lo cual no quiere decir, pasando la noche bailando y peor aun emborrachándonos. Felizmente se conserva, sin modificaciones, el rito de extremaunción.
Es necesario hacer estas reflexiones cuando la gente está complaciéndose en hablar de “opción” sexual y de las múltiples cirugías en las que se desea que la ciencia desafíe al destino y que los caprichos se impongan sobre lógicas elementales. Ser hombre o ser mujer es una circunstancia fisiológica, sin duda, pero también social y parte de la educación en una u otra cultura. Esto me sirve para recordar que en culturas tradicionales (que la occidental está dejando de ser hace tiempo), los matrimonios son pactados por las familias y algunas veces los casan cuando niños y la primera menstruación de la mujer es un festejo porque ya se puede casar con el novio que tiene hace tiempo. Considérese que estoy hablando de países islámicos, judíos ortodoxos, las mayorías de la India, China, Japón y el sudeste asiático, es decir, más de las dos tercera partes del mundo, porque allí se desarrolla la masculinidad en los hombres y la feminidad en las mujeres. Por supuesto que podemos juzgar que Occidente progresa, enamorado como está desde la revolución francesa de la idea de la libertad, pero ahí corremos el riesgo de creer en la superioridad de una cultura y volveríamos a estar dividiendo el mundo entre países desarrollados y países colonizados al no tomar en cuenta que en los países tradicionales, se considera a la familia como el mínimo humano y los matrimonios son entre dos familias y no entre dos individuos. Por lo tanto, hay pocos divorcios. En cambio en Estados Unidos, por tomar un ejemplo, el 70 % de las personas están divorciadas y no me parece que eso los haga felices en ningún sentido. Así que convengamos en que no tenemos que copiar a los países que algunos se complacen en llamar desarrollados sino recordar que somos un país que cultiva el familiarismo (1) y estar orgullosos de eso, en vez de buscar la manera de echarlo por la borda porque nos gusta ver películas norteamericanas en la televisión, donde, como se habrán dado cuenta, todos son ex de alguien. Esa es una de las expresiones más claras de la crisis del mundo moderno.
(1) Familiarismo, palabra que he inventado para aplicar a la organización social que caracteriza al Latinoamérica frente al capitalismo, socialismo, comunismo, etc. y corresponde a una organización tradicional donde es importante es confiar en tus parientes y prevalecen los negocios familiares.

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