¿Por qué sufre el hombre? ¿Por qué la ansiedad, la angustia, la preocupación? Porque la mayor parte de las enfermedades que sufren los humanos tienen su origen en el alma y de la sanación del alma se han ocupado las religiones desde tiempos inmemoriales. Hablo de más de tres mil religiones que estimo que hay en el mundo. ¿Por qué tres mil? Porque como antropólogo, me he pasado la vida explorando este tema y hace un tiempo me llegó la noticia de que hay seis mil idiomas en el mundo (y que tres mil están a punto de desaparecer) con lo cual podemos hacer la ecuación pueblos, etnias o culturas igual religiones y dejar de hablar de religiosidad cuando estamos frente a toda una serie de creencias que modelan la sociología, el modo de vida y la psicología de cada comunidad humana. No cabe desprecio, entonces, de las llamadas grandes religiones por las tribus de las que en el Perú tan solo tenemos más de cuarenta. Más bien cabe una consideración por todas aquellas que para curar el cuerpo, hay curar el alma y de esa manera superar la diferencia entre médico y curandero. Sobre el alma no queda más que referirme a la conferencia de Carl Gustav Jung dada en Viena en 1933 citada en mi libro, él refiere que en la segunda mitad del siglo XIX se asiste al nacimiento de una psicología “sin alma” y dice que hay tantas psicologías como filosofías.

Si la psicología deriva del griego psique para traducirse por ánima o alma en latín ¿qué es el alma? Volviendo a Jung, fue considerada eterna y de origen espiritual y ahora se considera material. Pero ¿acaso puede alguien definir materia…o espíritu? Ahora se ha puesto de moda hablar de energía, que es igualmente imposible de definir. Son palabras y me temo que lo mismo pasa con la palabra Dios que me obliga a detenerme en otro maestro mío, Raimon Panikkar cuando nos recuerda que deriva de la palabra Dyaus del sánscrito de donde deriva nuestra palabra para DIA o luz y claridad como opuesto a oscuridad e ignorancia. Y aclarar con otra cita de mi libro correspondiente a otro maestro, Mircea Eliade cuando escribe:

¨La religión acarrea consigo una larga historia, aunque algo limitada culturalmente. Quizás sea demasiado tarde para buscar otro término. Este puede ser todavía útil si logramos tener bien claro que no implica necesariamente creer en Dios, dioses o espíritus está relacionado a la idea de “existir”, del “tener significado” y de lo “verdadero”….En los modelos más arcaicos de la cultura, vivir como ser humano es en si un acto religioso, dado que la alimentación, el acto sexual y el trabajo tienen valor sacramental. En otras palabras ser, o mejor dicho, llegar a ser un hombre significa ser “religioso”.

Y ser religioso, para M.Eliade es imitar a Dios, es decir, seguir las pautas establecidas por eso que podemos llamar Dios pero que, en suma, son todas las reglas sociales que, o fueron dictadas como mensajes sobrenaturales o derivan de los mitos que cada pueblo comparte. Los mitos son fundamentales. Miren que Sigmund Freud basó muchas deducciones en su estudio de los mitos entre los que destaca el mito de Edipo. Pero ya que he mencionado a M. Eliade y mencionaré a Joseph Campbell, ya que es a maestros como estos que les debemos que el siglo XX nos permita contradecir a Jung y sostener que si en el 1933 de su conferencia en Viena, Europa se alejaba de la espiritualidad y se sentía un pueblo superior con derecho a colonizar al resto del mundo, los estudios de antropólogos y estudiosos de las religiones, nos permiten llegar al siglo XXI con miles de libros y prácticas de autoayuda, Deepak Chopra, Osho…, tomas de ayahuasca y sampedro, la presencia de la marihuana y la cocaina, cursos de yoga, lectura de horóscopos, tarot, hojas de coca, ejercicios de tai chi chuan, vipassana y visitas de maestros. Y sobretodo, el cine y la TV que espero que hayan notado que las películas de ahora se cargan de mitos: guerra de las galaxias fue asesorada por Joseph Campbell, otro de mis maestros y explorador de mitos (el héroe de las mil caras, las mascaras de dios, etc.), el señor de los anillos, matrix, en fin…

De cualquier modo, lo que las religiones tienen de psicología es una serie de propuestas para alcanzar la serenidad primordial llamémoslas reino de los cielos, nirvana, samadhi, moksha o satori, a través de ejercicios diseñados para disminuir la auto importancia en el hombre e incrementar su humildad. Y es que el hombre sufre porque es vanidoso y arrogante y esos ejercicios pasan por la soledad, el silencio, la obediencia que son todas cosas que le molestan al ego, que es esa parte en nosotros que prefiere sentirse importante. Ese diablo que todos tenemos dentro. También es verdad que tenemos a Dios dentro, aunque pocos se dan cuenta de ello. Pero ese es el sentido de la Yihad islámica, la guerra santa es una guerra contra uno mismo, contra ese ego. Si las religiones no lo dicen así de claro es que la metáfora y el mito son las mejores vías para hablarle al alma, especialmente cuando somos niños y así lo sostienen psiquiatras como Bruno Bettleheim en su simbolismo de los cuentos de hadas y aquel otro psiquiatra newyorkino Mark Epstein en su libro ¨ Pensamientos sin Pensador, Psicoterapia desde la Perspectiva budista¨. Ambos judíos. Pero el más inspirado entre mis maestros es el escocés Mauricio Nicoll que interpreta la Biblia psicológicamente en su libro ¨ El Nuevo Hombre ¨ y ¨ La Flecha en el Blanco ¨ de los cuales encontrarán citas en mi libro.

Dos asuntos fundamentales que aporto en el libro son: la del hombre uno y trino en la forma de tres centros: el intelectual, el emocional y el físico. En la llamada educación de hoy en día solo prestamos atención a dos de estos centros como si fuéramos cuerpo y espíritu solamente. Si, se trata de algo cercano a la santísima trinidad. Y el segundo asunto es la clasificación de las religiones entre agricultores y cazadores. Entre los primeros los animistas. Entre los segundos, los chamanísticos. Todos deificamos aquello que comemos. Es decir, Dios es lo que nos mantiene vivos: el alimento.

Así todas las religiones cultivan el respeto a la naturaleza que incluye el amor al prójimo porque todo es un regalo de este mundo maravilloso. Claro que podemos quejarnos pero siempre será una queja innecesaria pues lo básico es reconocer que todo es impermanente (budismo) que todo es la voluntad de Dios (Islam), que todo es amor (cristianismo), que todo está sujeto a leyes (hinduismo y judaísmo) y en las religiones tribales todo individualismo se disuelve en lo social y en lo comunal. Por eso se puede afirmar que toda religión es anti individualista y que el individualismo es lo que está haciendo de este mundo un infierno de angustias, ansiedades y preocupaciones. Solo sabiendo que hemos venido al mundo a servir y que sólo la acción es nuestro deber, pero nunca esperar un fruto de nuestras acciones y jamás ceder a la pereza, son un gran consejo del Bhagavad Gita, libro sagrado de la India.

Editado por Asociación Pukllasunchis
De venta en muchas librerias de Lima y Cuzco: La Casa Verde, El Virrey, La Familia, Madre Natura, la Universidad Católica, entre otras.