JUAN ALBERTO NAVARRO RAMOS. Un referente de líder comunal norteño

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Pedro Alva Mariñas*

En nuestro recorrido por el norte del Perú , he tenido la suerte de conocer, interactuar con personas de una gran valía, queridos, estimados, respetados por su gente por haber sido protagonistas de hechos importantes en la vida de sus pueblos y comunidades. Algún día hablaremos de algunos de ellos en estos tiempos en que se van esfumando los grandes líderes y van surgiendo nuevos que, generalmente, se quedan en proyecto o promesa.

Una de esas personas, comunero de nacimiento y por vocación de la Comunidad Campesina de Tongorrape – distrito de Motupe, provincia de Lambayeque  es Juan Alberto Navarro Ramos, que lo recordamos con su figura robusta, con su caminar cansino, con su arreglado bigote copiado de alguna película mexicana, con su ropa algo floja para facilitarse la ventilación en el cálido norte y con un cartapacio algo desgastado que no lo soltaba para nada pues contenía “los documentos de mi Comunidad” solía decirnos.

Ya en los eventos públicos el apacible líder comuneros sufría un cambio evidente. Cuando hablaba, su voz se hacía fuerte, sus gestos enérgicos, y sus mensajes eran claros, precisos que denotaban que manejaba el tema, que lo conocía, que lo sufría y que no doblaba la cabeza, ni acortaba sus intervenciones. Aparecía el líder, el que se ponía la frente de los problemas y de las soluciones posibles.

Juan Alberto fue varias veces presidente electo de su comunidad campesina, es sin duda, el más elegido y reelegido de todos los presidentes de comunidades campesinas del norte del país. Era postulado para un ejercicio presidencial que duraba dos años y era el candidato para la reelección que la volvía a ganar. Pero nunca aceptó ir más allá de sus cuatro años legales y establecidos en sus estatutos. Descansaba un tiempo para atender su parcela, la producción, sus ingresos, a su familia que sufría las consecuencias de ese tiempo dedicado a la Comunidad. Volvía a ser postulado y, en premio a su buena gestión, lo volvían a reelegir y así llegó a cumplir más de 16 años como presidente de la Comunidad Campesina de Tongorrape.

Alberto Navarro Ramos, por sus propios méritos se convirtió en el cuarto presidente de la FEDECCAL y por acuerdo del IV Congreso de Comunidades Campesinas realizado el 28 de mayo de 1995. De esa directiva que presidió los recordamos a todos, tenemos evidencias del trabajo realizado en tiempos complicados, muy difíciles para las comunidades campesinas, especialmente de la costa norte que tenían extensas tierras y que, ya para entonces, se habían logrado titular la mayoría de ellas, con las doloras excepciones de Olmos y Mórrope, al norte y de Mocupe y Lagunas al Sur. De los líderes que acompañamos en ese periodo, algunos ya dejaron de existir, otros ya cumplieron su papel y algunos se mantienen activos todavía.

Alberto Navarro, como presidente y, en mi condición de asesor de la FEDECCAL, estuvimos liderando el periodo de la resistencia de las comunidades campesinas del país en contra de los objetivos neoliberales de privatización y destrucción de las comunidades campesinas puesta en práctica por el gobierno autoritario de Fujimori, su ministro de agricultura Absalón Vásquez y su asesor Hernando de Soto. Jornadas intensas que nos llevaron a coordinar acciones con la FRADEPT de Piura, la FDCC de Cajamarca, la FECCRLIB de La Libertad y conformar la Coordinadora Nacional de Comunidades Campesinas que llevó la lucha a Lima y al propio Congreso de la República en donde logramos insertar algunos términos legales que hicieron caso imposible ejecutar las leyes privatistas aprobadas por ese gobierno. Fue un triunfo que recordamos con mucho orgullo.

En uno de tantos episodios Juan Alberto declinó presidir la Coordinadora Nacional de Comunidades y le cedió el puesto al presidente de la Federación de Comunidades Campesinas de La Libertad que, hay que decirlo, no dio la talla para una tarea de tal envergadura. Así y debido a su humildad se perdió la posibilidad de liderar un movimiento nacional de comunidades campesinas que fortaleciera a la CCP, a la CNA, en tiempos en que estaban desorganizadas y sin discurso frente al neoliberalismo. De paso se perdió también la invitación a Ginebra para presentar la problemática de las comunidades campesinas de costa ante una asamblea especializada de Naciones Unidas.

Cumplió su ciclo en su Comunidad y también en la FEDECCAL y así, de a pocos, llegó el momento de retirarse de toda una vida dirigencial. En sus cada vez más espaciadas visitas nos decía “los años ya me pasan factura” y era para creerle pues ya había sobrepasado la barrera de los “ochenta y picos”. Entonces tuvo más tiempo para su numerosa familia. Vivió rodeado de familiares de su propia sangre entre los que contamos a sus 9 hijos y 30 nietos y casi todos ellos con parejas y descendientes. También en este aspecto la vida le fue propicia.

Pasaron los años y nos fuimos acostumbrando a su ausencia. Hasta que un fatídico día del mes de junio de hace 6 años, nos llegó la noticia de que Juan Alberto había fallecido y que sus restos estaban velándose en su querencia. Tomamos la decisión de viajar a Tongorrape a despedirnos, en una despedida que no podrá repetirse porque son las dolorosas despedidas finales, el adiós definitivo. Ya frente a su ataúd, pedimos permiso a la familia y, algo repuestos del impacto, le rendimos un homenaje como a él le hubiera gustado.

Alberto Navarro Ramos: referente de líder comunero, ex presidente de la Comunidad Campesina de Tongorrape, presidente de FEDECCAL, líder de las comunidades campesinas del norte, gran persona y amigo entrañable de tantos años y de tantas batallas por nuestras comunidades… ¡Te recordaremos siempre!

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*Oficina de Asesoría Rural de INDER. Celular 951679597

 

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