Pedro Alva Mariñas
Ciudades como Chiclayo debieran contar con un Plan de Desarrollo Urbano conversado y consensuado con los diversos actores para que tenga la legitimidad que debe tener una apuesta por el crecimiento planificado y a largo plazo. Teniendo un plan de esta naturaleza entonces planificar, dentro de la ciudad, espacios públicos de calidad que contribuyan a darle prestancia y prestigio a la ciudad sería mucho más fácil y coherente y tendríamos menos niveles de controversia.
El caso de la obra “Paseo Yortuque” nos ilustra sobre lo difícil que nos sigue resultando la ejecución de un nuevo espacio público. Se habla de sus diversos componentes, se discute desde la pertinencia de mantener los árboles sembrados allí, hasta el gusto estético de las estatuas colocadas, pasando por temas como el costo de la obra, si era o no una obra prioritaria, el componente ecológico, el alumbrado, la seguridad, la resistencia de las obras, etc. Todo ello es parte de la democracia, pero todo ello tendría mucho más sentido si es que aprendemos de la experiencia, incorporamos mejoras atendibles y las tenemos en cuenta para obras futuras.
En medio del debate es bueno extender una felicitación a diversos actores de esta obra: a los vecinos por promover la creación o mejoramiento radical de un espacio público que afectan sus vidas (en un ejercicio de “poder ciudadano”). Reconocer a la Municipalidad Provincial de Chiclayo que acogió el proyecto y lo volvió realizable, a la propia Municipalidad de La Victoria que después de algunas escaramuzas le dio luz verde y al Gobierno Regional de Lambayeque que ha destinado significativos recursos para que la obra se termine — con demoras y ampliaciones presupuestales – y por fin sea inaugurada. No debemos dejar de lado a los artistas, proyectistas, ingenieros que sumaron para hacer realidad una obra de tal envergadura. Pero a diferencia de algunos, nos nos quedamos en la felicitación
Estando la obra ya entregada e inaugurada, nos preguntamos ¿Qué podría hacerse para mejorar el actual Paseo Yortuque o Museo al Aire Libre de Yortuque?
Se han presentado diversas críticas, aportes, sugerencias para mejorar el Paseo Yortuque, que debieran ser merituadas por los ejecutores o en todo caso por quienes ya tienen bajo su responsabilidad la mencionada obra. Los aportes se orientan en dos sentidos: mejoramiento de la mencionada obra y darle la mejor utilidad posible. Nuestras sugerencias se ubican en el primer grupo de aportes o en todo caso que sirvan para obras que se emprendan en el futuro.
Primero.- Todo parece indicar que los gestores de esta obra (Juan Gamarra y vecinos de Santa Victoria y Villarreal), proyectistas, artistas, ejecutores y supervisores deben estar más que preocupados porque la obra no dialoga con lo ecológico y no está haciendo mérito a su nombre inicial de “`paseo ecológico”. Si bien no se han sembrado los “500 arbolitos y arbustos” prometidos, los que están sembrados tendrán que esperar varios años para dar sombra y no se puede asegurar que ello suceda. Sería recomendable transplantar árboles ya crecidos para abreviar estos plazos. Extrañamos que en una obra de este tipo no se haya privilegiado la siembra de especies nativas de la región como algarrobo, faique, entre otras.
Segundo.- En un espacio público, en el que no hay pago de por medio, hay que hacer todo lo posible para que la gente se sienta bien, permanezca en el lugar, regrese y recomiende a amigos y familiares. Nos parece lógico colocar asientos cómodos, adecuados y no me imagino asientos más adecuados y que dialogan con lo ecológico que los fabricados con madera. Los asientos construidos con cemento (tipo granito) no son aconsejables ni en verano ni en invierno. Pero además la gente se sienta para descansar, pero busca protegerse del sol (que en Chiclayo nos acompaña todo el año). Es altamente recomendable sembrar papelillos o bugambillas junto a los asientos, construirles alguna armazón simple y en poco tiempo tendremos flores, tendremos sombras.
Tercero.- El uso y abuso de metal en el Paseo Yortuque es por lo menos contradictorio con las obras allí representadas. Se han hecho construcciones abiertas tipo moche con columnas de metal que simulan árboles, incluso se cuenta con un ambiente de árboles simulados hechos de metal. Se han construido con metal barandas, puentes, barandillas, cercos, etc. Nos preguntamos las razones para excluir a la madera o a los árboles reales de algarrobos, faiques, guayaquiles, etc. Y también nos preguntamos sobre la ausencia de esteras, de la quincha en las paredes, elementos que contribuyen a embellecer los espacios y darle una marca de identidad cultural.
Cuarto.- Siempre tendremos la disyuntiva de trabajar con conceptos opuestos: colorido o monocromía, colores serios o colores festivos. Tomar una decisión de esa naturaleza siempre tiene que ver con el contexto, con la función a cumplir por la obra. Si se trata de un museo estará fuera de toda discusión la exigencia de fidelidad extrema al original, a la realidad. Pero también es bueno decir que existen diversos tipos de obras en una cultura y que uno puede seleccionar la más adecuada. Pero cuando estamos ante una obra caracterizada como espacio público tenemos que considerar otras variables centradas siempre en atraer a la gente, en hacer que disfrute sanamente su estancia en el lugar, a que tenga una experiencia agradable él y sus acompañantes. Entonces tenemos que pensar en naturaleza, colores, vida, belleza, movimiento, creatividad.
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