LA EDUCACIÓN INICIAL. Un punto de partida desigual

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Pedro Alva Mariñas
“La Convención sobre los Derechos del Niño, ratificada por el Estado Peruano en el año 1990, tiene su origen en el principio de universalidad. En un país como el Perú, que tiene una gran diversidad cultural, lingüística, étnica, geográfica y socio-económica, garantizar los derechos de todos los niños, niñas y adolescentes sin distinción es un gran desafío” (El Estado de la Niñez en el Perú”. UNICEF, 2008)

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La educación inicial debiera ser universal para evitar desigualdades
tempranas. En la foto niños y niñas de Inicial de una II.EE. de La Garita
de Pimentel posan con su profesora (foto alumnas Enfermería USS)

Durante los meses de marzo y abril de 2010 se pasó revista al tema de la educación inicial y se hizo bajo la promesa de ampliación presupuestal que se ofrecía desde una de las direcciones del Ministerio de Educación. La Gerencia Regional de Desarrollo Social contrató una consultoría por unas semanas, se convocó a un Grupo Impulsor y se echó a andar un proceso que terminó aprobando un diagnóstico, estableciendo metas para cuatro años y un listado de distritos priorizados en base a una matriz consensuada. El documento fue firmado por varias autoridades regionales y locales y por líderes sociales, empresariales y representantes de espacios de concertación y lleva como título: “Programa Concertado de Ampliación de la Cobertura Educativa de Educación Inicial 2011 – 2014”. El documento, remitido y presentando al Ministerio de Educación no ha tenido toda la acogida que merecía, aunque ha puesto el tema en el escenario público y facilitado la aprobación de un paquete de proyectos orientados a mejorar la oferta de educación inicial para este año. Toca a la nueva administración regional retomar esta bandera y presionar para que el gobierno central lo considere y provea los recursos necesarios.

Diversos documentos internacionales, nacionales y regionales reconocen la importancia de la educación inicial para el desarrollo integral del niño y se reconoce también — aunque en menor medida — que las desigualdades entre los seres humanos se inician entre los niños que accedieron a educación inicial y quienes no accedieron a ella (aparte claro de la calidad de dicha enseñanza). Por tal un programa de igualdad de oportunidades tiene que contemplar el acceso universal de niños y niñas a la educación inicial.

Las estadísticas sectoriales tienden a presentar datos sobre los servicios que brindan, pero raramente los relacionan con la demanda global, con la no cobertura de esos servicios. Por ejemplo se sabe el número de centros educativos y el número de alumnos y docentes; pero no se sabe cuántos niños no son matriculados o cuántas aulas se tendrían que construir o cuántos docentes se tendría que contratar para cubrir esa demanda. Al no saber el número de niños y niñas que no acceden al servicio educativo tampoco se trabaja sobre metas para reducirlo anualmente. El resultado es que se incrementan plazas y contratan más docentes de manera inercial y muchas veces ni siquiera se programan incrementos de personal. Por ello se hacía necesario la formulación de un documento que sustente La propuesta de cambio en tres dimensiones: a) Una propuesta política consensuada que da legitimidad y fuerza al pedido; b) Una priorización de distritos a ser atendidos en un periodo determinado y c) una paquete de propuestas específicas para el tema de infraestructura y personal.

La existencia de un alto porcentaje de niños y niñas – entre 3 y 5 años – que se quedan sin acceder al sistema de educación inicial – 28,000 según datos del 2007 — representa uno de los puntos de partida para las desigualdades futuras, junto con el tema de la alimentación, de la salud en edad temprana. Siendo así una propuesta de igualdad de oportunidades tiene que considerar, en primerísimo lugar, el tema del acceso a la educación inicial de niños y niñas del área urbana y del área rural

La aproximación al tema de la cobertura de educación inicial nos ha hecho comprender la complejidad del tema y la variedad de actores que están involucrados. Por ello debiéramos trabajar una estrategia que convierta al tema de educación inicial en un “tema de todos” y no sólo de una dependencia de la Dirección Regional de Educación. Por ello se plantea que debiera incluir a instituciones del Estado en sus niveles local, regional y nacional; incluir al empresariado y a la sociedad organizada. Igualmente tenemos que ponernos de acuerdo en que si bien existe un problema de más presupuesto y más personal, sin embargo no son los únicos. Por ello el mencionado documento aborda una propuesta de solución en varias dimensiones:

1. Un acuerdo a nivel regional para reestructurar el presupuesto asignado y racionalizar el personal. El presupuesto para educación inicial representa menos del 9% del presupuesto de la DREL
2. La necesidad de invertir en mejorar la infraestructura o la asignación de personal calificado por parte de los gobiernos locales. La educación inicial tiene que estar en manos de personal calificado e idóneo.
3. La necesidad de un incremento presupuestal del MEF para atender las metas consensuadas y de manera progresiva. No basta declaraciones, se necesita una voluntad política de dar mayor presupuesto a educación
4. Acciones de monitoreo y seguimiento para que se logren las metas de cobertura, pero también de calidad de la enseñanza. Se requiere enfatizar en el logro de metas educativas (aplicación del programa logros de aprendizaje)

El contar con el “Programa Concertado para la ampliación de la Cobertura de Educación Inicial 2011 – 2014” da una base muy importante para empezar a cerrar una de las brechas que marcan a nuestros niños y niñas a edades muy tempranas (3 – 5 años) y cerrarlas implica – como hemos tratado de explicarlo – trabajar varias dimensiones.

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